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Había sido un día duro y solo ansiaba llegar a casa pero por alguna extraña razón en su desesperado corazón deseaba no pisar el pórtico de ese lugar, temía que su padre le viera con esos ojos fríos y rígidos por otro extremo estaban sus hermanos a los cuales desde la ultima licencia no les había podido visitar, bajo del autobús con un abrigo cubriéndole por completo, lo compro en el centro antes de tomar el transporte... Ya estaba en la ciudad de origen la cual estaba a la cercanía de la costa y la cual era sumamente humilde; sin embargo ante este hecho la mismísima villa había cambiado enormes locales se levantaban en la urbanizada ciudad notaba en cada paso como el comercio se había levantado en su ausencia admiraba como a su lado la gente caminaba sin preocupaciones los niños jugaban a la pelota en las negras calles de la ahora poblada ciudad, por otro extremo ya entraba a la zona urbana en donde por fin noto a lo lejos sobre una sima su casa la cual con nostalgia hizo memoria y recordó como con sus propias manos, las de su padre y su hermano mayor habían levantado una a la más en donde estaría una nueva habitación.
Caminaba con paso lento sobre su hombro derecho reposaba el enorme bolso de color verde el cual estaba repleto de sus objetos personales mientras transitaba a su hogar se topo con una chica de cabellos cafés un tanto corto la chica era la hija de una vieja vecina de su casa la inquieta jovencita no pasaba de los 15 años y ya estaba al frente de aquel pelirrojo el cual le observaba sin expresión alguna, la joven por fin hablo agudamente.- Gaara-kun Cuánto tiempo sin verte, ¿vienes de visita?- El cuestionado no supo que decir solo opto por dibujar una escasa y no tan acostumbrada sonrisa, al tiempo que la chica quedaba congelada en el acto y detenía su caminata hacia atrás pues estando al lado de ese chico ella se comportaba con demasiada malicia respondió a aquella sonrisa tan inusual y se dio la vuelta para caminar de frente al lado del chico anquen este permaneciera callado y autista a las preguntas y el informe completo de la vecindad narrado por la joven Matsuri la cual traía puesta una falda negra hasta el nivel de sus glúteos una camisa de color beige que se deslizaba un poco desde el cuello para mostrar uno de los hombros delgados y pálidos su inocente rostro mostraba admiración por el muchacho de cabellos rojos, pronto a la escena se escucho una voz varonil y muy seca.
-¡Matsuri!- Llamo un rubio de cabellos largos y lacios que parecían ser iluminados por el mismísimo sol, se trataba de Deidara el primo extranjero de la chica de cabellera castaña, se mantenía con el entrecejo fruncido la mirada más seria del mundo y con los brazos cruzados observaba como Matsuri venía muy "Bien" acompañado y al lado de un ser que ni le agradaba y ni le desagradaba, la castaña se disculpo con Gaara para ir hasta donde estaba su primo el cual complacido de verla entrar a casa salió en camino a través de su jardín para dirigirse al pelirrojo quien le observaba un poco curioso.
-¿Deidara, sigues aún aquí?- Cuestionó totalmente impresionado, era lógico que el supuesto extranjero había dicho que su partida sería pronta y rápida ya que no le agradaba para nada aquel lugar.
El aludido echo una mirada a la puerta del pelirrojo quien se había detenido un instante frente a los jardines de la casa de Matsuri para "charlar" un poco con el rubio el cual elevo una ceja de su único ojo visible y analizo muy bien lo cuestionado por el pelirrojo, no era que no le cayera bien, pero rara vez él se había detenido a hablar con el rubio el cual luego de una serie de exanimaciones visuales desvío la pregunta y cuestionó.
-¿Has subido de peso?- El Sabakuno quedo a cero con esto cuestionado por el rubio, él siempre era así de elocuente con sus palabras siempre diciendo lo malo de la gente por eso no caía bien en la ciudad más dándose sus halagos de ser un artista consagrado, pintarrajeando cualquier cosa haciendo sus esculturas extravagantes y un tanto desalineadas pero que al final quedaban como si la mano de los dioses las hubieran esculpido, tenía lo suyo pero su arrogancia y su falta de tacto lo hacen un hombre insoportable capaz de ser odiado por toda mujer en el barrio, más a un con la facha que se traía y el rumor que por toda la costa se había esparcido, el cual decía que Deidara era Bisexual ¿Pero eso a quién rayos le importaba? él era un hombre recto y directo el cual no temía decir nada y por eso se había cargado a varios enemigos a Gaara no le importaba la facultad de su nuevo vecino el cual con solo un año de llegado ya tenía a todas las mujeres echas unas cabras locas, no por que fuera atrayente para ellas, aunque en los primeros días así sucedió ¿Y quien no se iba a fijar en ese cuerpo tan bien estructurado varonil y a la vez tan femenino con esos cabellos largos y rubios que invitaban a acariciarlos, quien en su sano juicio no lo haría? Pesé a esto cuando las chicas lo fueron conociendo no dudaron en querer darle un puntapié y mandarlo de regreso a su lejano país de origen sumándole a eso su popularidad entre los machos de la ciudad los cuales a pesar de su tosca personalidad y su masculinidad no perdían la esperanza de que Deidara algún día les hiciera caso o se aburriera de estar solo y enojado, en fin, a Gaara no le desagrado eso si no que como ya lo redactamos no lo tomaba muy en cuenta aunque como ya dijimos el rubio tenía un arte el cual era alejar a las mujeres con su solida personalidad..
Gaara ignorando olímpicamente la pregunta dibujo apenas un rostro sonriente y dijo caminando de nuevo.- Me alegra que sigas aquí.- Se encamino a su casa y mientras era seguido por los ojos azules del peli largo el cual con el entrecejo fruncido silbo diciendo.
-Si, subió de peso y se volvió loco.- Se dio al vuelta y grito enfadado.-¡Matsuri, has la cena de una buena vez!-
-¡HAIII!-
Gaara complacido por aquel extraño suceso con su vecino se apresuro a pasar la pequeña puerta de metal que dividía su jardín de la calle y así encaminarse al pórtico en donde toco el timbre con suma inseguridad, espero por lo menos unos 15 segundos, se lamento por no haber tenido la llave a la mano pues así se hubiera evitado la fatiga y la mala pata de que el que abriera la puerta fuera su padre... Cosa que no fue así ya que dicha puerta de madera se abría despacio y tras esta un joven de unos 25 años de edad, piel un tanto bronceada un cabello castaño por no decir rojizo ya que estaba más oscuro que el de el mismísimo Gaara, unos ojos que mostraban paz y tranquilidad pero al notar quien estaba en la puerta enseguida se abrieron grandemente y de un momento a otro grito.
-¡GAARA!- El dichoso grito de jubilo llego hasta los oídos de dos personas más en la casa, la primera fue una rubia que traía unas coletas ajustando su cabello la cual cocinaba y la segunda fue un hombre de mirada seria y gélida el cual leía el periódico en la sala con un rostro de pocos amigos, no obstante a la mirada molesta de aquel adulto la felicidad de Kankuro era única y la de su hermana también quien corría de la cocina hasta llegar a la puerta y abalanzarse sobre el pelirrojo el cual arrojo a un lado su maleta y la sostuvo en brazos, la rubia lo rodeo a besos por todo el rostro y dijo cariñosa.
-¡Me querido hermano!-
-Hola Temari.- Siseo con suavidad y sin siquiera cambiar la expresión de su rostro el cual estaba en estado de pánico completo, pronto la chica se separo de su hermano lo observo de pies a cabeza y pasando desapercibido su enrome abrigo, le sujeto el rostro con ambas manos para decirle.
-¡Te extrañe!- Kankuro tras la rubia asintió al tiempo que ya sujetaba la maleta de Gaara y entraba la calurosa residencia, en esta un padre muy frio le esperaba el cual ni siquiera se puso de pie para recibir a su hijo, continuo leyendo mientras escuchaba el palabrerío de Temari a la cual grito molesto.
-¡Temari! Lleva mi cena a mi habitación.- Ordeno arrojando el periódico a la mesa y poniéndose de pie, paso al lado de los hermanos y en una fracción de segundos cruzo la mirada con su pelirrojo, el ultimo hijo nacido de su amada esposa la cual murió en el parto... Por eso y nada más que por eso odiaba con toda el alma a ese ser despreciable que le había arrebatado la vida de su preciosa y amada princesa de la costa tan preciosa, que era amada por todos en la ciudad y en el barrio era notorio que cada 19 de enero lloraban la muerte de KARURA la que fuera la mujer más amable y bella de la ciudad Punta de Arena.
Gaara sintió el rígido frío que emitía la mirada de su padre, agacho deprisa su rostro sabía que este era solo el inicio de su pesadilla en esa casa, luego de lo que estaría a punto de comunicarles a sus hermanos y por ultimo a su desgraciado y siniestro progenitor.
-No le hagas acaso.- Interpuso Kankuro comprendiendo la desdicha en la expresión de su hermano.- A estado de malas todos estos días y...-
-A estado de malas desde que tengo memoria.- Intervino Gaara llevando su mano a la frente y limpiándose el sudor que por esta corría pues aquel abrigo era inoportuno para esa zona estaban en al costa en donde un calor infernal se levantaba y aunque fuera de noche ya, siempre se sentía la brisa marina, Temari observo con atención y dijo un poco apurada.
-Gaara quítate eso te estas cociendo ahí adentro.- El aludido asintió enseguida fue retirándose los botones y por fin dejo deslizarse aquella prenda, la cual fue arrebatada por las manos de Kankuro con prisa el castaño coloco aquel abrigo en el perchero al lado de la puerta y en instantes invito a su hermano menor a tomar asiento en la mesa de la sala.
-¡Debes tener hambre!- Expuso con emoción colocando la bajilla en tres lugares, Gaara se acomodo en la mesa y posos sus mansos obre esta una enzima de la otra, con atención observaba como Temari servía un rico y delicioso platillo que siempre gustaba comer, se trataba de un puré de papas, huevos y una buena cantidad de guisantes, Temari sirvió primero a su pelirrojo hermano el cual sintió revolverse por completo su organismo, sintió como en su boca se formaba un asco tremendo, estaba seguro que aquel plato olía exquisito pero los olores fuertes le daban asco y nauseas elevo la mano con el puño cerrado para cubrir su boca pero enseguida Kankuro descubrió que estaba pálido y muy incomodo.
-¿Gaara?-
-Compromiso, disculpen.- Se levanto muy despacio y sin hacer mucho ruido, pero en cuanto paso de la cocina a la sala corrió en dirección al sanitario, cerro la puerta con llave y se apoyo en la pared respiraba agitado y tragaba con fuerza, todo lo que había apenas comido en el camino se estaba subiendo por toda su faringe y amenazaba con salir de ahí como fuera posible, cerro los ojos para tranquilizar sus nauseas ya antes lo había echo pero no fue capaz de resistir más, elevo la tapa del retrete y sujetando su estomago con una mano volvió el estomago, con fuerza, luego de unos segundos y ya aliviado dejo ir el agua y se condujo al lavamanos en donde se remojo la cara y se limpio la boca al tiempo que escupía y enjuagaba esta, respiraba con dificultad, pues luego de aquella acción sentía como su faringe quedaba un poco presionada por la fuerza que había puesto en sus arcadas, por fin y ya mas aliviado salió del sanitario siendo visto por un Kankuro y una Temari muy preocupados, se detuvo en seco y mantuvo la respiración dirigió una mirada confusa y enseguida cuestionó.
-¿Sucede algo?-
-¿Te sientes mal?- Cuestionó angustiada Temari, acercándose a él y tocando su frente para notar que esta estaba helada.
-Solo un poco.- Respondió a ellos no los podía engañar, tenía que serles sincero a como diera lugar aunque de seguro se pondrían igual o peor de furiosos que su padre.- Necesito hablarles de algo muy importante.- Siseo con seguridad.
-Esta bien, vamos.- Dijo Kankuro encaminándolo a la cocina mientras Temari cubría la cena y se limpiaba las manso con un mantel, Gaara se sentó en el mismo lugar, mientras sus hermanos se sentaban a los costados de la mesa para observar la expresión de preocupación en el rostro del menor, por fin este inicio su confesión dando una de las dos noticia muy inesperadas.
-Me expulsaron de la Escuela.-
-¿Qué?- Cuestionaron sin alarmarse pero extrañados, sabían que Gaara cuando era pequeño era insoportable pero el cambio brusco de madurez en al etapa de la pubertad demostró que era un chico centrado que no daba problemas.
-¿Cómo te paso semejante cosa?- Cuestionó interesando Kankuro cumpliendo su roll de hermano mayor, Gaara entrelazo sus manos y las apretó un poco.
-Sucede que, tuve problemas con un superior uno de los graduados.- Respondió con voz un tanto seria y tranquila.- Pero eso no importa, lo que si importa es que gracias a ese problema con ese joven mis probabilidades de cumplir mis metas se han afectado... Gracias a un defecto congénito en mi fisionomía el problema es más serio de lo que creía.-
-¿Problema?- Cuestionó nuevamente Kankuro.
-Gaara explícanos que sucede.-
Estaban al borde de el asiento, si Gaara estaba tan serio era por que algo grande y muy malo le pasaba, el no era alarmista y mucho menos exponía sus problemas a los demás pero en esta ocasión tenía que hacerlo por que les afectaría a todos, tomo aire y con valor declaro.- Estoy embarazado, tengo tres meses de gestación y me corrieron por eso.- Lo soltó con mucha calma cosa que Temari y Kankuro admirados por aquella noticia no hicieron más que reaccionar tales cuales, Kankuro se puso de pie, se llevo las manso a sus desordenados cabellos y respiro hondamente, Temari por otro punto sujetaba una de sus manos para presionarla contra la suya.
-Gaara...- Dijo con los ojos un poco brillosos Temari sentía alegría por su hermano y a la vez un poco de tristeza solo él sabría lo que estaba pasando, pero en más decidió que lo mejor en ese momento era animarlo.-No te preocupes por nada yo te cuidare, cuenta conmigo.- Kankuro esto de parte de su hermana, lo había tomado tan tranquilamente que admiro su temple y cariño
-Gracias Temari...- Respondió a las sinceras palabras de su hermana, pronto observo a Kankuro el cual ya posaba sus manso en la mesa y mirada al pelirrojo con preocupación.-¿Kankuro?- El cuestionado no dijo nada solo se acerco a él el cual se giro en su asiento y observo en dirección de el rostro de su hermano, Temari enseguida se puso seria si Kankuro le llegaba a lastimar a su querido hermanito no dudaría en partirle la cara, obstante el castaño lo que hizo fue que le abrazo... El pelirrojo abrió enormemente sus ojos ojerosos poas preocupaciones el estudio y el estrés que siempre le ocasionaba su padre, dejando a un lado todo Kankuro acaricio su espalda con cariño como amaba a su pequeño hermano lo quería como si se tratara de su propio hijo, claro que no estaría dispuesto a dejarlo a su suerte, acto seguido se acomodo en la silla y le clavo sus ojos cafés en los del pelirrojo para cuestionar.
-¿Y él padre?- Había tocado un tema del cual no deseaba hablar, Kankuro tenía muchísima más preguntas desde saber ¿Cuándo su hermano sintió atracción por los chicos? Hasta ¿Saber que rayos le paso por la cabeza al acostarse con otro hombre? O hasta incluso saber ¿Cuál era ese defecto congénito de Gaara?
A la pregunta realizada por el castaño, el pelirrojo arrugo su entrecejo recordando la mirada y la voz fría de Sasuke Uchiha era evidente y realista sabía que ese hombre no le volvería a ver así que seguro y serio respondió.-No existe, para este bebé yo seré su único papá.- Con eso dicho Kankuro descubrió que su hermano había sido rechazado por completo por el incauto que tuvo las agallas de acostarse con él pero no de responder como era debido, se prometió silenciosamente que encontraría a ese bastardo y lo haría pagar a como le diera lugar...
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En la Escuela eran aproximadamente las 6:30pm era la hora de la cena todos los alumnos y los superiores tomaban su alimento en el salón principal nadie emitía una palabra, solo se podían escuchar los sueltos sonidos de los cubiertos chasqueando con los platos, el rubio Uzumaki y sus compañeros se miraban el uno al otro al parecer Rock Lee tenía algo que quería decir y no se aguanto más, saco del bolsillo de su camisa una pluma y enseguida escribió sobre la servilleta, la paso en primera estancia a Neji el cual abrió enorme los ojos y observo impresionado al de cabellos lisos y corte aburrido, por fin Neji traslado aquel pequeño papel a las manos inquietas de Naruto el cual colocándolo bajo su bandeja lo examino disimuladamente y este decía.
[Se rumora q´Gaara fue expulsado por bb.]
Naruto elevo una de sus rubias cejas no entendió mucho del mensaje, observo confuso al de las enormes cejas y este se llevo una manotada a la frente sabiendo que el rubio no había captado bien el mensaje, observo a su alrededor y descubrió que no les estaban observando, Lee se sentó en la banca con las piernas abiertas a los costados de aquel asiento y de lado hizo una muestra de una barriga, Naruto negó con aún su rostro confuso, Lee se dio por vencido, Neji por otro punto sujeto el lapicero de el pelinegro y escribió en su servilleta.
[Esta em ba ra za do.]
Eso si lo entendió, tanto así que se puso de pie y grito.-¡¿CÓMO?!- Aquel alarmista grito había causado que todos los presentes observaron profusamente a la banca de los cadetes que estaban pronto por graduarse, entre los interesados en aquel grito estaba un pelinegro de ojos afilados el cual ignoro enteramente todo aquel alboroto ya que.
-¡Uzumaki! ¿Tiene algo que compartir a los demás?- Cuestionó uno de los altos dirigentes de aquella institución un hombre de cabellos negros y rostro muy perturbado mostraba una cicatriz al nivel de su nariz la cual estaba de forma horizontal, con esta regañiza Naruto agacho su rostro en señal de vergüenza y enseguida se disculpo.
-Lo siento es que... Estaba leyendo los anuncios en el empaque de la leche y...- La mirada azulada fue precisa buscaba una excusa convincente y la mejor sería refugiarse en el carton de leche que contenía una tabla de nutrientes.
Con la expresión más molesta el moreno profesor estuvo a punto de dirigirse a aquella mesa, puesto que Neji y Lee habían ocultado con disimulo las servilletas en cuanto el de la cicatriz intento caminar el hombre a su lado le contuvo sujetándole apenas del brazo y diciendo por lo alto.-Esta bien tome asiento y termine su cena.- Intervino aquel hombre de cabellos grises y mirada tranquila.
-¡¿Kakashi?!- Cuestionó el moreno de cabellera negruzca, como odiaba a HATAKE KAKASHI por siempre llevarle la contraría cada vez que reprendía a un estudiante, el de cabellos cenizos tenía la habilidad de caer bien a los estudiantes ya que no era tan serio es más siempre que los chicos asistían a sus clases salían complacidos y un poco frustrados por las dificultades que les colocaba a la hora de la práctica pero lo genial era que él Cabo Kakashi siempre les alegraba el día con algún premio por sus logros.
Kakashi enseguida respondió por lo bajo.- Iruka, déjalos ser mira que no están ni el director ni el subdirector.-
-¿Pero?- Susurro.
-Tranquilízate o se te hará una verruga.- Siseo mostrando una sonrisa graciosa en el rostro sumamente perfilado del de cabellos cenizos oh vaya que era sumamente sensual aquel sujeto, que era capaz de tranquilizar a todo el mundo con su voz grave y varonil, Iruka silenció pero aún dirigía una mirada asesina hacia su interlocutor el cual decidió que lo mejor era seguir su cena o se terminaría el tiempo.
En el otro extremo del salón los graduados volvieron a lo suyo luego de aquel insolente acto de ese descarriado muchacho en esa mesa Sasuke Uchiha comía ignorando a lo antes sucedido a su lado se encontraban dos sujetos más que a pesar de sus desalineadas apariencias eran muy buenos y excelentes en lo que hacían, se dieron a conocer por sus habilidades de espionaje, ya varias ocasiones les habían mandado en un pelotón para vigilar los fuertes enemigos y por ende les otorgaron las medallas purpuras, pronto uno de ellos hablo suavemente como lo caracterizaba a la hora de tratar de entablar una conversación interceptada por las personas a su alrededor.
-Oye Uchiha...- Susurro sin ser detectada su voz, Sasuke quien llevo su tenedor a la boca y mordió con delicadeza su alimento elevaba una ceja y observaba sin cuidado al chico de cabellos celestes el cual dibujaba una sonrisa un tanto sicópata y enfermiza, como gustaba que aquel serio y frío sujeto le aceptara en su grupo especial y escaso de tres.- Supe que tú fosforito esta en la dulce espera.- Siseo suavecito para que nadie siquiera se percatara de que estaba susurrando, Sasuke bajo la mirada y siguió con su comida, masticaba con lentitud y llevaba el vaso de agua a su boca mientras dejaba ir una mirada asesina al peli celeste el Uchiha se estaba molestando y esto lo percibió el otro miembro del grupo.
-Suigetsu, yo que tú dejara el asunto por la paz.- Comento el de cabellos naranjas sentado a su lado.
-Si, Jugo ya entendí.- Dijo bebiendo de su vaso, Sasuke por otro extremo se ponía de pie pues tan puntual era su reloj cronológico mental que sabia que el final de la cena había llegado y con ello los alumnos se dirigirían a las habitaciones, salían en grupos charlando era el único momento para poder ser un poco más libres en aquel lugar.
Naruto siendo acompañado de Neji y los otros caminaban tras el grupo de Sasuke el cual como siempre mostraba un rostro orgulloso y de suma arrogancia, el rubio enseguida notó como los acompañantes de el Uchiha se detenían a charlas y este en cambio entraba a el cuarto de baño, Naruto aprovecho la oportunidad se separo de sus compañeros sin que ellos se dieran si quiera cuenta y camino audazmente al cuarto de baño entro muy despacio, y notó como al fondo Sasuke estaba de espaldas liberando su vejiga, el Uzumaki notó que eran los únicos en aquel lugar, tomo la hasta del trapeador y tranco la puerta para entonces, mirar con furia al pelinegro el cual ya se giraba y observaba a un rubio muy molesto.
-¿Qué rayos me ves Uzumaki?-
-Fuiste tú.-
-¿He?- Sasuke se encamino en dirección del lavado cuando de pronto solo escucho un grave gruñido y sintió como el Uzumaki le caía enzima para ambos caer al piso, Sasuke fue sorprendido era sujetado del cuello y fuertemente azotado al piso.-¡¿PERO QUE MIERDAS TE PASA?!-
-Por tú culpa Gaara esta expulsado.- Gruño molesto, Gaara era su mejor amigo, y su mentor ya que lo admiraba muchísimo, pues gracias a él había logrado saber cual era su camino en la vida y ahora se lamentaba por verlo en una situación como esta o más bien por verlo partir y no haber podido hacer nada para detenerlo.- Tú maldito, debí advertirle que eras una mierda.-
-¡¡¡JA, JA, JA, JA!!!- Sasuke se hizo de las muñecas del rubio y con fuerza lo azoto al piso quedando sobre él ambos respiraban agitadamente por la rabia contenida.-¡¿Qué te pasa, estas celoso por que ya no te hago caso?!-
-¡CELOSO UNA MIERDA!- Grito cabreado el rubio.-¡Eres un maldito Sasuke!-
-Cuida lo que dices... Recuerda que yo aquí soy el que tiene más meritos.-
-Por eso voy a delatarte, a ver como te va siendo expulsado.- Sasuke se harto le dejo ir un certero golpe en la boca del estomago dejándolo sin aire, acerco su rostro al del rubio y expreso molesto.
-Debes darte cuenta que, no serias capaz de hacer algo tan estúpido sabiendo que tengo muchos secretitos tuyos amigo.-
-A mi no me vas a chantajear.- Respondió de forma que de un empujón lo aparto de su cuerpo pero Sasuke lo sujeto nuevamente.
-Piénsalo bien Uzumaki... A tú padre no le gustaría que le destrozaras el corazón, por cierto ¿recuerdas que esta enfermo no?- Se metió con algo sagrado ¡su padre!, no tuvo otra más que tranquilizarse, pues no quería que su padre sintiera vergüenza o pena por que su hijo no era disciplinado o serio, Sasuke complacido por el rostro sufrido del rubio se aparto se encamino al lavado y lavo sus manos enseguida sujeto un papel del dispensor y se dirigió a la puerta en cuanto quito el trapeador Naruto hablo antes de que este si quiera abriera la puerta.
-Cuando menos lo esperes... Tú orgullo se romperá y cuando más lo necesites desearas que te perdone.- Espetaba poniéndose de pie, y con la mirada triste, pero pronto aquellos ojos se trasformaron en furia de nuevo y sin alzar demasiado la voz cuestionó.- ¿Acaso no te interesa? ¿No quieres a ese niño?- El pelinegro ladeo su rostro para observar al Uzumaki analizo la postura del moreno dibujo una sonrisa burlesca y acto seguido afilo sus ojos negros para dejar ver con un destello repleto de orgullo y arrogancia pronto confeso gravemente.
-Por mi que se muera.- Salió de ahí dejando a un Naruto muy impactado, como era capaz de que alguien tan inteligente como Sasuke Uchiha y lleno de logros fuera así tuviera ese corazón tan negro, agacho su mirada y con lentitud fue al lavado y se miro al espejo, en su reflejo se formo aquel pelirrojo, el cual le hizo recordar esa ocasión en que...
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Llegaba pasadas las 12 de media noche todo el alumnado sabía que estaba en una organización para la entrega de calificaciones con el Uchiha y otros dos sujetos más pero de organizar desde las 7:00pm hasta esas horas era lógico que el rubio sospechara sabía que no era tan común que el que fue su mejor amigo en un tiempo no soportaba estar tanto tiempo con alguien inferior a él, esa noche Naruto estaba totalmente despierto recostado en su litera pronto escucho como Gaara se metía a la cama se le escuchaba agitado y se le veía un poco incomodo pues Naruto notó que cuando este se había sentado en la orilla de la litera escucho un pequeño gemido adolorido el rubio comprendió que al igual que en otras ocasiones Sasuke se había aprovechado de su amigo llevaba así más de dos semanas y quizás ya era hora de preguntar que estaba pasando.
-¿Gaara?-
-Uzumaki... Estas despierto.- Comento disimulando su dolor en la retaguardia y recostándose de un zarpazo.
-¿Dime algo Gaara?-
-Si... ¿Que sucede?-
-¿Te estas acostando con Sasuke?- El cuestionado si hubiese tenido la luz de frente y prendida de seguro se hubiese delatado pues abrió enormemente sus orbes marinas, Gaara suavizo su mirada y enseguida respondió con sinceridad.
-Yo lo quiero.-
-¿Lo amas?-
-Si, por eso lo hago y se que él también a mi.- Susurraban en la oscuridad escuchando como al fondo los varios ronquitos y suspiros de los otros atenuaban sus voces.
-¿Cómo lo sabes?- Naruto se incorporo un poco y observo en dirección el rostro de Gaara.
-Por que...- No tenía respuesta, la verdad es que nunca había pensado en ello, solo sabía y conocía que desde hace un año Sasuke venía insistiendo le metía mano con disimulo le entregaba recados en los cuales le decía que estaba muy interesado en él claro cuidando de no decir algo demás le miraba cada día en las duchas cuando se bañaban todos y él nunca se quejo, quizás pensó que todo aquel juego era parte de el amor que el Uchiha apenas y sabía demostrar.- Será mejor que descanses o no te levantas a las 4.- Finalizo diciendo dándose la vuelta y quedando de costado y de espaldas al Uzumaki el cual suspiro hondamente y se sometía la cama con un rostro sumamente preocupado por su amigo...