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Tu fragilidad por Karura

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Notas del capitulo: hola a todos, heme aquí con un nuevo capitulo, es lemonoso, buenop, eso que lo disfruten ^^
Esta serie no me pertenece, es del Sr. Takehiko Inoue, yo solo pido prestados a sus personajes para un fan fic, espero que les guste.

Capítulo 8: “Cuando el hielo se derrite en las llamas de un fuego abrazador”

Cuando salieron de la preparatoria ya no quedaba nadie merodeando, kaede se quedó en las afueras recostado de espaldas en una muralla mientras hanamichi iba por sus cosas al gimnasio, el pelirrojo regresó corriendo en un dos por tres, se detuvo jadeando de cansancio frente al moreno que lo miró indiferente, pero el joven de los rebotes estaba tan feliz por lo ocurrido en la azotea que esa actitud ahora le causaba gracia.

-listo, vámonos-le dijo sakuragui con una sonrisa de oreja a oreja, Rukawa lo miró de reojo desviando su mirada hacia cualquier parte de la calzada, también sentía una inexplicable felicidad, pero le costaba mucho sacarla hacia afuera… suspiró nervioso, aunque tan bajito que ni se notó.

De pronto el estribillo de una canción rockera los hizo sobresaltar, era el celular de Rukawa, éste intentando mantener la compostura contestó su móvil.

-diga…

-Hola Rukawa-kun ¿te sientes mejor?

-si profesor Ansai…

-¿pasarás la noche en tu casa?

-iré a la casa del do… de… Sakuragui-ya se le había hecho costumbre llamarlo do`aho, el pelirrojo lo miró con falsa molestia y sin darle tiempo a reaccionar le quitó el móvil abordando la conversación.

-hola gordito, kaede pasará la noche en mi casa, lo cuidaré bien así que puedes descansar todo lo que quieras.

-¿pero qué estás haciendo? ¡Hana pásame ese celular!-lo regañó quitándoselo de las manos, al otro lado de la línea el profesor Ansai reía con un “jojojo”, las cosas entre esos dos iban bien, hasta se trataban por sus nombres de pila, sakuragui tenía razón, podría dormir tranquilo.

-Rukawa-kun mañana a las 9:00 AM los restos de tu abuelo serán cremados en el templo……….estaré ahí con tus compañeros de equipo.

-gracias por todo… profesor Ansai.

-de nada, que descanses.

-también usted-cortó la llamada y guardó el móvil en su bolsillo, la mirada castaña se posó sobre la suya con cariño y bajó hasta su mano blanquecina.

-… que…-soltó frío…

-nada-dijo sonriente el tensai y caminaron bajo los árboles en completo silencio, hasta que sin poder contenerse el pelirrojo tomó la mano del zorrito y la estrechó con la suya fuertemente, el aludido se reservó el comentario y continuaron caminando esta vez tomados de la mano, mientras el sonido de sus corazones se asemejaba al de una locomotora a toda máquina… rápido, muy rápido…

Cuando llegaron a la casa del joven pelirrojo, estaban con la mente en blanco, en un estado tan volátil que tardaron en darse cuenta que debían sacarse los zapatos en la entrada, Hana fue el primero en reaccionar, después de sacárselos se dirigió a la cocina en busca de alimento.

-¿quieres comer algo?

-no tengo hambre…

-¿y un baño?-insistió, quería que su chico se sintiera cómodo.

-solo quiero dormir-dijo no muy convencido de su propia respuesta…

-está bien-que decepción sintió hanamichi…

-……..

-entonces… tú dormirás en el sofá y yo dormiré en mi habitación jajajaja…-desafió el joven pelirrojo…

-por mi está bien, que descanses-como si no le importara hizo una seña de adiós con la mano y se acomodó, pero de una sola patada hanamichi lo hizo caer al piso.

-¡¡era una broma tonto!! ¿¿¡Como crees que te dejaré dormir en el sofá!??

-haaaa… como molestas, bien entonces… llévame a tu habitación-la mirada vidriosa de esos ojos zafiros hicieron que el pelirrojo chocara con la mesa del teléfono, se sobó el tobillo y metros más allá chocó con un estante en la pared haciéndose un chichón en la cabeza…

-torpe…-Rukawa sintió una gotita caer de su propia cabeza y se llevó una mano a la cara, pero no por que estuviera agobiado, si no para poder reírse tranquilo de las tonterías que le pasaban a su do` aho…

La habitación del pelirrojo era más bien pequeña, de estilo japonés, la cama era un futón doble tendido en el suelo, para ser sencilla se veía bastante cómoda, en una de las esquinas de la habitación había una mesa de estudio, un estante con libros y una puerta corrediza de vidrio que daba a las afueras de un humilde balcón. Una vez en la habitación, ambos se sentaron en la cama…

-mi habitación es pequeña, pero al menos no pasaras frío, buenas noches zorrito…- el pelirrojo se levanto nervioso, pero volvió a quedar sentado en la cómoda superficie, porque la nívea mano del chico que le revolucionaba las hormonas le había agarrado el brazo.

Hanamichi volteó a verlo al borde del colapso, con solo observar esos labios entreabiertos y esos ojos que lo desnudaban, sentía su propio cuerpo ardiendo como una flama, le deseaba con locura, pero su molesta conciencia le reclamaba a cada instante que dejara de emocionarse… ¿sería posible controlarse?.... digamos que tenía fuerza de voluntad, pero nunca tanta… de más cabía decir que el zorro estaba en igualdad de condiciones, con el pecho agitado y los ojos empañados.

De pronto, ya sin poder aguantar el tortuoso impulso del deseo, se buscaron con desesperación en un fuerte abrazo, besándose atropelladamente como si fuera la última vez lo hicieran, la respiración se les agitaba dolorosamente mientras el corazón bombeaba tan fuerte que era lo único que podían escuchar, la ropa comenzaba a estorbar por lo que a tirones terminaron sacándose las chaquetas y todo lo que se atravesara en su camino.

Ambos jugadores perdiéndose en placenteras sensaciones no estaban concientes del nivel al que avanzaban, porque ya estaban recostados sobre la cama, el uno sobre el otro, casi desnudos literalmente comiéndose a besos y repartiéndose torpes caricias llenas de deseo insatisfecho.

-¡ahaaa…!-gimió el tensai al percibir la mano de su ex rival acariciando enérgicamente a su empalmado miembro por encima de la tela, aunque debía reconocer que le gustaba el masaje que le estaba otorgando… su mano estaba tan caliente… se sentía tan bien que no quería que dejara de hacerlo, sin embargo, Hanamichi lo detuvo volcándose sobre él con autoridad, lo tomó de las muñecas dejándolo indefenso, vulnerable, con las mejillas rojas y el cuerpo tembloroso… lo besó jugando con su lengua, bebiendo de la saliva que escurría por la comisura de sus labios, el moreno le correspondió atrapando la suya, envolviéndola como remolino incitándolo cada vez más.

-hmmm…-le escuchó gemir en su oído, hanamichi se mordió el labio y cerró los ojos tratando de controlar el placer que lo embargaba, por su parte el otro joven se contraía contra las sábanas, contemplando ese cuerpo de piel bronceada, sintiendo que se fundía como un cubo de hielo entre las llamas de un fuego abrazador, se sentía sofocado y su entrepierna estaba comenzando a doler por la tensión de la sangre acumulándose… pero tenía un dilema… y hanamichi también lo tenía… era inevitable pensar en eso… después de todo era su primera experiencia sexual y la interrogante fue ¿quién se lo haría a quien?

Intentaban hacer lo posible para no llegar a ese nivel, pero las caricias y besos que se daban no hacían más que incrementar las oleadas de placer que a esas alturas se les hacía adictivas, Rukawa fue el primero en tomar la iniciativa, aprovechando que Hana se encontraba ocupado explorándole el cuerpo, lamiendo cada rincón hasta llegar a su pene, el joven pelinegro comenzó a embadurnar sus propios dedos con su saliva... y cuando el pelirrojo subió a besar sus labios se encontró con que el zorrito venía sacándose sus ensalivados dedos de la boca… como un gato astuto Rukawa llevó su mano hasta las nalgas de su do`aho acariciando su entrada… mojándola…

-¿se puede saber que estas ha…? ¡¡¡Aaauuuhh!!! ¡¡Pero qué diablos hnnng!!-exclamó hanamichi dolorosamente después de sentir como uno de esos finos y embadurnados dedos se abría camino en su entrada…

-calma…-susurró acariciando su rostro…

-eres un… haaa… al menos avísame antes de… ¿¡¡no ves que es la primera vez que…!!? ¡Ahh!-se quejó contrayéndose sobre el cuerpo atlético de Kaede, éste lo miró zorrunamente…

-no seas tan llorón, se te está dilatando rápido… ¬ ¬…….mentiroso… ¿o me vas a decir que no lo has intentado con tus propios dedos?-ante esas palabras indiferentes Hana enrojeció de la cabeza a los pies, estaba completamente avergonzado, ¿la razón? Pues porque lo que decía su maldito zorrito era la pura y santa verdad… en alguna de sus fantasías había imaginado que Rukawa lo poseía… ¿sería adivino el muy...?

-……………..-Sakuragui se quedó en silencio viéndolo como si fuera a matarlo con la mirada.

-si tú te dejas tomar……. yo también lo haré… lo prometo…-el rey de los rebotes lo miró atónito, de pronto la molesta intrusión pareció agradarle, se sentía extraño, pero comenzaba a sentirse realmente bien… mucho mejor que cuando lo había intentado consigo mismo.

-… eso… no se escucha tan mal…-dijo jadeante y con eso el ojiazul supo que lo había convencido, se besaron nuevamente acariciando con pasión sus perlados cuerpos desnudos, estremeciéndose con el insistente roce de sus miembros, con cuidado el moreno fue introduciendo un segundo dedo probando la suavidad exquisita de su carne, haciéndolo gemir cada vez que los movía en su interior, cuando el tensai se hubo acostumbrado a sus tres dedos, los sacó sin previo aviso provocando que el pelirrojo gruñera de frustración, verlo con sus mejillas sonrojas, con su cuerpo sediento de placer sobre el suyo, era demasiado excitante … ¡quería poseerlo ya!…

-voy a meterlo-declaró el ojiazul tomando su propio miembro y llevándolo hasta aquella entrada dilatada.

-¡ha! ¡Espera, espera!! ¡¡Ahaag!!-gimió con dolor aferrándose de las sábanas, Rukawa que estaba debajo suyo se obligó a esperar.

-relájate Hana, no quiero lastimarte-le secó una lágrima que había rodado por su mejilla.

-eso intento…-dijo tomando el valor para seguir bajando sobre su miembro, temblaba y gemía transpirando a raudales debido al esfuerzo, haciendo que el rojo cabello se le pegara sensualmente al rostro, sin poderse aguantar más el pelinegro lo besó con locura mientras se metía hasta el fondo de una sola embestida, en respuesta el otro joven gritó dentro de su boca e intentó separarse, pero el zorro se lo impidió tomándolo fuertemente de sus caderas, una vez que su bestia indomable comenzó a calmarse, tomó su miembro desatendido y comenzó a frotarlo de arriba abajo, al mismo ritmo que a él le gustaba cada vez que se masturbaba.

-ha…aha… ¡ha!-gimió el pelirrojo moviendo sus caderas, al parecer también le gustaba el mismo ritmo que a su zorrito… sentía que ya no le dolía su penetración, el ardor inicial había quedado atrás junto con su cobardía, le miró a los ojos gimiendo su nombre con deseo, haciéndole ver cuanto candor corría por sus venas.

-haaa… kaede… ah… ¡aha Kaede!…-las mejillas del zorro se tiñeron de carmín al escuchar su nombre vagando sensualmente en la boca del pelirrojo, dejó su labor de masturbarle para recorrer con sus manos ese bronceado abdomen, esas tetillas erectas, esa espalda mojada y esas nalgas suaves… se veía tan perfecto como en sus secretos sueños húmedos, quería darle placer, hacerlo sentir en la cúspide, fundirse con cada célula de su cuerpo y jamás separarse de él.

-¡hmm!… estás… estrecho…-fastidió mientras veía embelezado ese llameante cuerpo cabalgando instintivamente sobre el suyo.

-¡ha!… ¡ha!… y a ti te gusta… ¡ha!……..que lo esté ¡Ahaa!-gimió el tensai sintiendo que esa embestida había sido mucho más salvaje que las anteriores y pronto se dio cuenta que el ritmo había comenzado a aumentar, se dejó llevar retorciéndose de placer frente a la mirada ardiente de su novio zorruno, sintiéndolo entrar y salir cada vez más rápido, compartieron un babeante beso profundo mientras unían sus manos con fuerza sintiendo que estaban al límite.

-no… no provoques-gimió el joven ojiazul haciendo acopio de aguantarse el orgasmo.

-más… ¡más! Roza más ese lugar… allí adentro-dijo hana con voz afiebrada mientras se impulsaba en un sube y baja sobre el sexo del moreno, en respuesta éste lo estrechó fuertemente contra su pecho, penetrándole más profundamente, más fuerte a cada vez, haciéndolo gritar y resollar de placer.

-to… torpe… si sigues… si sigues diciendo… estupideces… me voy… me voy a correr-masculló a duras penas, la verdad era que desde que lo había penetrado iba a correrse sin más, pues era su primera experiencia, pero su orgullo siempre era el que vencía, ya fuera en la duela o en la cama… lo había decidido, no se correría antes que su do`aho

-si quieres hazlo por que yo… ya no… ¡ha, ahh, Ahhh!!-el pelirrojo habló casi sin poder razonar y se abrazó con fuerza a su níveo cuello, el moreno reaccionó acelerando el ritmo, tocando contra su fondo a cada instante, excitándose con el sonido de sus gemidos desesperados.


-¡¡¡¡HAAAAaaaaah!!!-hana sacudió su cuerpo y en un grito de placer dejó salir el semen entre sus vientres, mientras que el otro joven con un fatigoso gemido lo hizo en su interior llenándolo de su esencia, sintiendo que sus carnes se fundían palpitando violentamente.

Se quedaron abrazados esperando que su respiración y los latidos de sus corazones se normalizaran… sentían como si hubieran estado jugando el primer tiempo de un difícil partido de basketball, transpiraban de la cabeza a los pies… después de unos minutos encararon sus sonrojos rostros con los ojos empañados por el reciente placer que habían vivido… ninguno de los dos hablaba, solo permanecían contemplándose muy cerca… todavía no separaban sus cuerpos y ya estaban mirándose las bocas con hambre, no sabían que era lo que los atraía, si era la mirada enamorada que se dedicaban, o el aroma a sexo y sudor que ambos despedían de sus cuerpos, o era tal vez el simple hecho de que se amaban… sin darle más vueltas al asunto volvieron a capturar sus labios ardientes, besándose esta vez sin prisa, abrazándose como si quisieran protegerse el uno al otro y repartiéndose caricias tan tiernas y sutiles que les costaba trabajo pensar que eran las mismas manos ansiosas de antes… sin duda el momento de pasión desenfrenada había calmado para dar paso a otro tipo de sensaciones igual de fuertes que las primeras…

El pelirrojo se movió cuidadosamente liberando en el acto el miembro de su zorrito, gimieron al mismo tiempo por ese roce, provocando que la excitación volviera a apoderarse de ellos, las manos de ambos viajaron suavemente por sus espaldas transmitiéndose todo el fuego y el amor que sentían, sinceramente no deseaban que terminara la noche solo querían seguir haciéndose el amor hasta el cansancio… y Hanamichi aún tenía muchas energías… sonrió recordando la promesa que le había hecho kaede… “si tú te dejas tomar yo también lo haré”, se separó de su húmeda boca para verlo una vez más y convencerse de que lo que estaba viviendo no era un cruel sueño.

-te amo kaede…

-te amo hana… -dijo guindándose a su cuello, explorando con su lengua hasta el último rincón de su boca.

Rato después los gemidos volvían a escucharse, esta vez por parte del zorrito que se aferraba a la espalda del pelirrojo como si la vida se le fuera en ello, abrazándolo fuertemente, casi enterrándole las uñas producto del placer desbordado que estaba sintiendo, Hanamichi lo hacía sentir en la gloria y haciéndolo disfrutar a tope, sin vergüenzas ni restricciones.

Flash back…

Su primera penetración había dolido a horrores, sentía que el pelirrojo lo partía a la mitad, sin embargo, gracias a sus caricias, a sus tiernos besos y a sus palabras había logrado relajarse en sus brazos sintiendo ráfagas de placer imposibles de contener como las que ahora estaba sintiendo…

-¡¡haaa!!… duele…

- ya, ya mi zorrito bonito… el dolor es inevitable, pero pasará rápido gracias a este genio-… le había dicho el pelirrojo mientras besaba sus lágrimas…

-deja de lucirte… ¡¡Haar!!-le contestó él en medio de un quejido…

Fin del flash back…

Hanamichi estando sobre su hermosa anatomía podía apreciar su rostro acalorado y empapado de sudor, su boca entreabierta dejando salir sus excitantes gemidos que lo volvían loco, sentir como sus piernas se enredaban atándose a su cintura, demandando que acelerara el ritmo, provocándolo a empujar contra su entrada cada vez más rápido y de paso frotar su vientre contra el hinchado miembro de kaede… continuó embistiéndolo, sosteniendo sus caderas, llenándolo con ímpetu y profundidad tal como kaede se lo había hecho rato atrás.

Kaede se sentía sofocado, drogado y perdido en aquellas placenteras sensaciones, no podía pensar en nada que no fuera compartir cada parte de si con ese muchacho piel de fuego… en ese momento sentía que sus poros se quemaban con él… se le acababa la voluntad de esperarlo… ya no podía más.

-¡ahhh! ¡¡Aaaaahaag!!-al escuchar ese orgásmico grito, Hanamichi no pudo evitar llenarlo de su semilla enviando el chorro hasta el lugar más recóndito de sus entrañas, sintiendo sus espasmos, provocados por la extenuante descarga de placer.

Kaede buscó refugio en sus brazos sin dejar de respirar a bocanadas, cerró los ojos agotado, aspirando ese toque a menta fresca que aún quedaba en su cuerpo a pesar de la traspiración… sonrió entre besos sintiendo una agradable conexión de cuerpo y alma… que le hacía sentir todo lo que él sentía, una felicidad infinita que no podía explicarse con palabras.

Eran casi las 4 de la mañana… no podían moverse aunque quisieran, se quedaron abrazados disfrutando del calor residual de sus cuerpos mojados, hanamichi miró la detestable luz de su habitación y lanzó un suspiro, como pudo se salió del zorrito arrancándole un jadeo, hana sonrió enternecido… apagó el interruptor y volvió a recostarse junto a él cubriendo sus cuerpos con una sábana, pero no podía dormir sabiendo que tenía en su cama al hombre que tanto amaba, que podía ver otra vez ese rostro dormido de largas pestañas… besó su frente una vez más sintiendo que el sueño lo estaba venciendo, por debajo de las sábanas kaede estrechó su mano con la suya y un susurrante “te amo” salió de sus labios… “igual yo” contestó.


Continuará…
Notas finales: bueno acá está, espero que les haya gustado, un beso y espero sus reviews, hasta la próxima.

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