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Tu fragilidad por Karura

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Notas del capitulo: hola otra vez ¿me estaban esperando? aqui les dejo otro emocionante capitulo, espero que les guste.
Esta serie no me pertenece, es del Sr. Takehiko Inoue, yo solo pido prestados a sus personajes para un fan fic, espero que les guste.

Capítulo 3: “corazones encubiertos”


Habían pasado unas cuantas semanas desde que Rukawa sufrió el accidente, Sakuragui no volvió a visitarlo más, le habían dolido las frías palabras del zorro, su falta de sentido común, su arrogancia… es decir… si ves a un compañero de equipo temblando de dolor por que se le ha roto la rodilla
lo ayudas ¿no?... a no ser que seas un desalmado sin empatía ni corazón... y Sakuragui era todo lo contrario ¿verdad?... francamente le dolía el orgullo por haber mostrado su lado tierno con él, cuando tal vez no lo merecía.

En el gimnasio.

-¿qué vamos a hacer Ryota? Las nacionales son en cuatro meses más y no podemos asegurarnos de que la rodilla de Rukawa esté bien para ese entonces-dijo Ayako preocupada, mientras cierto pelirrojo paraba la oreja.

-lo sé Ayako, por ahora tendremos que entrenar duro y fortalecer las áreas más DEBILES del equipo-el capitán hizo énfasis en esa palabra para referirse a Sakuragui que sentía una venita hinchándose en su frente.

-¡¡¡como te atreves a llamar DEBIL a este tensai!!! ¡¡Ryota me las vas a pagaaaar!!!

-Sakuragui, Ryota está hablando muy en serio ¿qué va a pasar si en medio del partido la rodilla de Rukawa sufre una recaída? ¿Quién va a reemplazarlo? ¿Tú? Ni siquiera has aprendido a driblar bien con el balón y aunque tengamos nuevos jugadores no podemos dejarles todo el peso…-dijo Mitsui mirándole con semblante serio, de pronto el pelirrojo se quedó estático recordando lo que semanas atrás había escuchado en la habitación de Rukawa…

“te aconsejaría que dejaras el basketball”, había dicho el doctor y su rival se negó rotundamente a aceptarlo, si se lo hubieran dicho a él, también habría reaccionado del mismo modo, más si tenía el sueño de llegar a las ligas mayores en estados unidos, sin embargo tenía la esperanza de que el zorro se recuperaría completamente y podría volver a jugar como siempre… ¿pero y si el daño era tan grave que su rodilla no aguantaría un partido? ¿Y si se accidentaba perdiendo la posibilidad de jugar para siempre?

-Sakuragui… oye Sakuragui pásame el balón ¡¡Sakuragui!!-tuvo que gritarle Mitsui para que reaccionara, Haruko preocupada se acercó a él tratando de sacarlo de su ensimismamiento.

-¿Sakuragui kun estás bien?

-¿he?... ¡¡¡JAJAJAJAJJAJAJJAJAJAJA siii este tensai está muy bien JAAJAJAJAJAJAJA!!!-dijo con una de sus típicas frases para no preocuparlos más, pero no podía mencionar lo que había escuchado en el hospital aquél día, de ninguna manera, por que si se enteraban no dejarían a Rukawa jugar en el equipo y esa era una razón de peso para que el zorro le detestara aún más… ahí estaba otra vez esa estúpida conciencia suya preguntándose por qué le importaba tanto el hecho de no enemistarse con él, siendo que ya de por si se llevaban mal… ¿por qué tanto interés de pronto en que Rukawa le soportara? Sacudió su cabeza para despejar sus pensamientos y miró a Mitsui con decisión… si Rukawa se accidentaba durante el partido, le demostraría a su rival y a todos los demás de que él era digno de tomar su lugar…

-mitsuito…

-¿qué vas a pedirme Sakuragui? Solo me llamas así cuando vas a pedirme un favor ¿no?

-enséñame a lanzar tiros libres como tú lo haces.

-ya una vez te enseñé y no aprendiste nada, mi respuesta es no.

-¿¡¡quéeee!!?? ¡¡¡¡Mitsui no seas así hazlo por el bien del equipo, este tensai tiene que salvar el equipo!!!!

-¿pero de qué demonios estas hablando Sakuragui? Si no aprendes a dominar lo básico de nada servirá que te enseñe, especialmente si no puedes hacer otras jugadas.

-¡¡¡aprenderé!!! ¡¡¡Una semana, dame una semana para dominar lo básico y luego enséñame tiros libres!!!

-haaa… una semana… esta bien, si no lo haces olvidamos el asunto-dijo el de cabellos negri azulados sonriendo, como si la meta de Sakuragui fuera imposible de cumplir.

-¡¡¡gracias mitsuito bonito!!!-dijo alegre revolviéndole el cabello.

-¡¡oye ya deja de llamarme así!!-gritó el otro joven intentando escaparse de sus manos.

En la otra esquina estaba el profesor Ansai riendo ante la actitud del pelirrojo, Ryota y los demás se le acercaron a comentar.

-¿qué está tramando esta vez Sakuragui?-Ayako contemplaba como el numero 10 de Shohoku practicaba sus dribles con energía.

-jojojo ¿no es emocionante la juventud? jojojo-seguía riendo el gordito.

-que bueno que se está esforzando-dijo la hermana de Akagui viendo como el pelirrojo fallaba y volvía a comenzar.

-¿Por qué de pronto está tan animado?-decía un jugador.

-debe ser por que Rukawa no está y quiere lucirse-dijo otro chico.

-si, debe ser por eso-concluyeron, pero el profesor Ansai sabía que habían otras razones…

El día anterior habían dado de alta al jugador estrella de Shohoku, no podía movilizarse con su pierna enyesada así que se apoyaba en muletas para desplazarse, se sentó como pudo frente a su abuelo, que lo esperaba para almorzar… mas no tenía hambre.

-¿te preocupa algo kaede?

-no, es solo… las nacionales están cerca y…

-¿no sabes si podrás jugar?

-sí jugaré-dijo mirándolo con severidad, el abuelo le sonrió al nieto, ya lo conocía y sabía que le ocultaba algo, pero que no lograría hacerlo confesar.

-kaede sé que darás lo mejor de ti para superar ese desafío, no te rindas.

-no te preocupes abuelo, no lo haré…-se quedó pensando en las palabras que su médico le dijo aquél día “dejar el basketball”… imposible… sin el basket no tenía identidad alguna… se paró de la mesa con dificultad.

-lo siento, no tengo hambre… quisiera descansar.

-está bien ¿quieres que te ayude a subir las escaleras?

-no, gracias yo puedo hacerlo solo-contestó fríamente subiendo cada escalón, apoyándose de las muletas, al llegar a su habitación se recostó de espaldas en la cama, su ánimo iba de mal en peor y no podía desahogarse, ni siquiera las lagrimas se dignaban a aparecer… se había vuelto tan duro su caparazón de hielo que sus emociones estaban estancadas, se sentía triste… pero no tenía reacción… ¿siempre era así?

De pronto un recuerdo fugaz tocó su memoria, estaba siendo cargado por el mono pelirrojo hasta la enfermería y en medio de esa angustiante desesperación unas lágrimas habían rodado por su rostro ¿lloraba debido al dolor? No… no era eso lo que provocó que su muro de hielo se trizara ¿entonces que era? ¿Por qué cada vez que estaba cerca de él todo su esquema emocional se iba al demonio? ¿Por qué de pronto el idiota había sido tan amable? “por que me importas” resonó esa frase en su cabeza…

-¿Qué yo le importo al do`aho?-se preguntó en voz alta escuchando al mismo tiempo el sonido de su corazón que latía como en una maratón.

-¿Por qué le importo? ¿Por qué es mi compañero de equipo y es su deber? ¿Por qué soy el tipo del cual está flechada la chica que le gusta?-ante ese pensamiento el corazón casi se le sale de la boca, tomó la almohada con furia y la lanzó por la ventana.

-maldito do`aho me haces pensar en puras payasadas-bramó sentándose en la cama… de pronto tocaron el timbre y escuchó que abrían la puerta.

-Kaede tienes visita-dijo su abuelo desde el primer piso.

-¿Quién será?-pensaba bajando lentamente por las escaleras encontrándose en la sala a Akagui, Ryota y Kogure que sostenía la almohada que había lanzado por la ventana momentos antes…

-creo que esto se te cayó… Rukawa-dijo, Kogure entregándole la almohada con una gotita resbalando de su cabeza, Akagui y Ryota también lo miraban con cara de circunstancias y el abuelo también le dedicó un gesto simpático.

-ha… solo estaba ordenando mi habitación, seguro no me di cuenta-soltó indiferente intentando por todos los medios de que no notaran el sonrojo en sus mejillas, sin duda para Ryota y Kogure esta sería una escena difícil de olvidar, de solo recordar que la almohada había dado justo en la cabeza de Akagui éstos casi se partían de la risa.

Estuvieron charlando acerca de su accidente, de su condición y de como enfrentar las nacionales, Ryota no pudo evitar comentar lo que Sakuragui se había propuesto en el plazo de una semana, como siempre Rukawa soltó un “do`aho” y no le tomó mayor asunto, pero en el fondo su corazón bombeaba de manera impresionante, en toda la conversación no habló mucho salvo lo necesario y escuchando atentamente los consejos de sus ex – sempais que ya estaban en la universidad.

-escúchame bien Rukawa, sé que tienes todas las ganas del mundo de participar en las nacionales este año, pero si el médico te ha dicho que es peligroso que juegues, será mejor que no lo hagas, es mejor sacrificar un año de recuperación que toda tu carrera deportiva-sentenció Kogure que estaba estudiando medicina deportiva en la universidad y sabía al respecto.

-¿qué te dijo el médico Rukawa?-preguntó Ryota curioso… el joven de ojos azules estaba preparado a mentir, era necesario si quería volver a jugar en Shohoku, que le quitaran el basketball por un año tenía el mismo significado que dejar de respirar por ese periodo… una tortura.

-él dijo que todo está bien-declaró con seguridad.

-entonces no se hable más, vamos a ganar el campeonato nacional este año, todos están poniendo de su parte-decía el bajito muy animado.

-y nosotros los estaremos apoyando-dijo Akagui.

-desde la universidad les estaremos apoyando muchachos.

-gracias-dijeron Ryota y Rukawa a la vez.

Pasó una semana desde entonces e increíblemente Sakuragui había superado su meta, para ello se quedaba hasta tarde en los entrenamientos y dejaba de reunirse con su gundam, todos en el equipo estaban sorprendidos con la determinación del pelirrojo, poco a poco comenzaron a sentirse motivados con esa energía que desprendía por las tardes, después de tantos días de fallar, Sakuragui comenzaba a comprender la mecánica del asunto y a acostumbrarse a los movimientos de Mitsui con el balón, al final de la semana ya encestaba 5 de 10 canastas de tiros libres de 3 puntos, había avanzado mucho y estaban aún más sorprendidos después de la propuesta que le pidió a Ryota, le había pedido que le enseñara a burlar al enemigo y Ryota no se negó, había que aprovechar el interés del aprendizaje de Sakuragui, así que le mostró todo lo que sabía… le costaba por que éste era como un libro abierto y el enemigo podía darse cuenta inmediatamente de lo que tramaba… esos fueron días duros.

Por las noches agotado, Hana cerraba los ojos y lo único que venía a su pensamiento era el zorro, ya extrañaba sus vacíos e inexpresivos “do`ahos”, sus “apártate idiota”, su cara de mala muerte y esos ojos azules que hacían suspirar a todas esas fans… Recostado boca arriba intentaba dormir… ya eran las 4 de la mañana y aún no lo conseguía.

-¿de donde habrás sacado tú esos ojos azules zorro? ¿Usarás lentillas? No, no son lentillas… se les hubieran salido cada vez que peleábamos… maldito zorro, maldito tú y tus ojos… ahora no puedo dormir ¡¡maldición!! Si reacciono así con tu recuerdo ¿Cómo será cuando te vea a la cara? No me lo quiero ni imaginar… ¡¡¡¡AAAhaaaa ZORRO ESTUPIDO SAL DE MI CABEZAAA!!!!!


Rukawa comenzó a ir a la preparatoria nuevamente, no podría jugar aún, pero observaría las prácticas y con eso se conformaba, en la entrada se encontró con la segunda manager de shohoku, la hermana del capitán Akagui.

-hola Rukawa que bueno que estás bien-decía haruko sonriéndole, el joven de muleta pasó totalmente de ella y entró al gimnasio, no importaba lo frío que la tratara, la joven seguía feliz de poder verlo, para ella Rukawa era un dios.

Los muchachos del equipo le habían recibido alegremente por tenerlo de vuelta, lo apreciaban, pero para él esas demostraciones solo eran formalismos… de pronto se dio cuenta de que faltaba el do`aho… ni señas de él.

-que bueno que regresaste Rukawa-decía el capitán del equipo.

-si Rukawa, ya se te extrañaba ¿Cómo va tu rodilla?-preguntó Mitsui.

-la próxima semana me sacarán el yeso-contestó no poniendo mucha atención, buscaba una cabeza roja entre la multitud y todas eran morenas o castañas.

-¡¡¡¡Rukawa, Rukawa eres el mejor!!!!-gritaban para variar las locas de sus fans y el mono pelirrojo seguía desaparecido.

-¿buscas a sakuragui?-preguntó Ayako que había notado la intranquilidad del joven.

-no-contestó con su cara de zorro, Ayako lo miró divertida.

-está en la enfermería, se desmayó en plena práctica-la sonrisa de la castaña se ensanchó más al ver la actitud esperada, Rukawa estaba… ¿preocupado? Con una cara de incredulidad que decía “no me vaciles” (no bromees conmigo)

-¿no me crees? El estaba practicando en duplas con los muchachos y de pronto se desplomó en el suelo, lo llevamos a la enfermería por que no reaccionaba y la señorita Aya nos dijo que se trataba de una descompensación alimenticia… ese tonto no está comiendo bien a pesar de que entrena hasta muy tarde… ¿será idiota? Lo único que sabe es preocupar a los demás-decía la pelo rizado, bastante molesta notando de pronto como el joven dudaba entre quedarse o salir cojeando a la enfermería.

-sé que parecerá extraño lo que voy a decirte, pero cuando estuvo inconciente… no paraba de llamarte…

-voy a beber un poco de agua-dijo y salió del gimnasio con ese muro de hielo cubriéndole por completo, pero al salir del lugar su muro se rompió, el corazón comenzó a punzarle en el pecho, este latía tan fuerte que dolía, nunca le había pasado algo así y se sentía extraño, era la sensación mas molesta que había sentido en su vida, ni siquiera en un partido había experimentado algo semejante, no le gustaba nada esto, le asustaba, no… más bien dicho, le aterraba en verdad.

Cuando llegó a la enfermería encontró al pelirrojo dormido en una camilla, a su lado pudo ver una bolsa colgada y de ella descendía lentamente un líquido por una manguerilla que estaba conectada a través de un catéter a su brazo... de seguro era suero, pensó.

-vaya con ustedes dos, si no es el uno es el otro… te dejaré a solas con tu amigo, por favor trata de que se alimente bien antes de ejercitar la próxima vez, con permiso Rukawa-san-dijo la enfermera saliendo y dejándolos solos.

El jugador número 11 de shohoku comenzó a acercarse al muchacho pelirrojo que permanecía inconciente en la camilla… intentó suprimir de su mente la idea de que esa bestia pelirroja se transformaba completamente en un ángel cuando dormía, era el pensamiento más cursi que se le había pasado por la cabeza, sin lugar a dudas, estaba convencido de que si seguía mirándolo volvería a pensar otra chorrada como la anterior ¿desde cuando? ¿Desde cuando el pelirrojo le hacía sentir así de estúpido sin siquiera mover un dedo? ¿Desde cuando su corazón actuaba por cuenta propia y latía con esa fuerza que lo dejaba tan vulnerable?

-todo esto es culpa tuya-soltó en un suspiro y continuó.

-¿por qué tuviste que ayudarme? ¿Por qué tenias que decirme… que te importaba? No sabes… lo que me estás… haciendo pasar-concluyó el moreno en un susurro que apenas salía de su boca, su corazón golpeaba con tanta fuerza que no lo dejaba respirar, como por voluntad propia una de sus manos viajo lentamente y con sutileza sobre su rostro, ni siquiera alcanzó a ser caricia, por que apenas notó que estaba despertando se alejó de él como a más de un metro.

-¿Dónde demonios estoy?-preguntó confundido intentando levantarse, en eso su corazón le dio un vuelco, Rukawa estaba frente a él... bueno, a un metro de él.

-¡¡¡Rukawaaaa!!!

-no grites-le dijo con molestia, el ojimiel se miró de pronto el brazo.

-¡¡¡¡waaaaaaaaaa!!!! ¡¡¡¡¡¡qu… que es eso en mi brazo!!!!-chilló intentando tirar de la manguerilla.

-oye, ¿estás zafado o que? No te quites el suero… tarado mental.

-¡¡¡¡¿¿¿¿Qué dijiste???!!!!

-tarado mental-repitió en tono monótono, hasta allí había quedado ese molesta sensación, prefería pelear con él que seguir sintiendo lo que estaba experimentando.

continuará
Notas finales: jajajajajjaa ¿que va a pasar? ¿logrará llevarse bien este par de bakas? ojalá puedan ser más sinceros consigo mismos.
no olviden dejar reviews, byeee!!!!

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