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All i Want for Christmas is You por Kurenai Mido

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Notas del capitulo: Con un ligero cambio de planes, el segundo capitulo de la historia. Por cierto, por si se lo preguntan, el tema de este cap es "Y Apareciste Tu", de Cacho Castaña. Ahora si, las dejo leer.
Durante todo el trayecto desde Tyffany´s Two hasta la Universidad Winter, Leigh mantuvo en su rostro una sonrisa amplia de satisfacción al llevar a Marin del brazo. El gélido viento les impedía hablar con normalidad porque les congelaba el aliento, pero no importaba: le bastaba con recordar el apasionado beso de hacia un rato para entrar en calor y sentirse animado, y al parecer a Marin le pasaba igual. Su corazón latía a un ritmo enloquecido al sentir la proximidad del apuesto pelinegro… que ahora era su novio.

¿Cómo había pasado eso? ¿En que momento un hombre tan endiabladamente hermoso se había enamorado de el?

El amor cuando se busca nunca llega
Y aparece cuando menos te lo esperas
Cuando muere la ilusión y el corazón esta dormido…


-¿En que piensas, Marin-chan?- inquirió el mayor de repente.

-¿En que podrá ser?- instintivamente se colgó mas fuerte de su brazo- en lo que acabamos de hacer.

-¿Acaso está mal? Los dos somos solteros y nos amamos; con eso basta.

-Van a decir que estamos locos si apenas nos conocemos ayer y ya salimos juntos.

-Bah, que importa. Lo que cuenta es lo que sentimos.- Lo miró a los ojos.- Debe haber muy pocas personas en el mundo que tienen la suerte que tuvimos nosotros de enamorarnos a primera vista. No lo desperdiciemos, entonces.

Cuando piensas que el futuro ya pasó
Y las pocas ilusiones quedan muertas
Hoy que todo me da igual otra ilusión golpea mi puerta…




Para coronar sus palabras, Leigh se detuvo un instante y se puso delante de Marin, tomándolo del mentón y dándole un beso súper suave. Marin enrojeció de la cabeza a los pies al sentir las miradas de los transeúntes sobre ellos, y agradeció mentalmente que su aspecto fuera tan ambiguo, por primera vez en su vida. Leigh lo soltó despacio y le dio otro beso en la mejilla, y luego reanudó la marcha, sin olvidarse de ofrecerle galantemente su brazo.

A pesar que aun era temprano, el cielo ya estaba bastante oscuro y la ventisca pronto se convertiría en nieve. Marin supuso que Leigh había querido dejarlo sano y salvo antes de volver a su casa, y de repente le alegró haber cedido al impulso de aceptarlo como novio. Había aprendido a mantenerse en guardia con sus “pretendientes”, pues la mayoría solo buscaban una diversión pasajera con el y no tenia autoestima para soportarlo, pero en Leigh intuía una gran diferencia que lo había llevado a abrirle su corazón. No por nada era el mayor el que lucia mas entusiasmado. Con alguien así se sentía seguro y a salvo de la maldad del mundo.

-Muy bien, llegamos- exclamó Leigh al divisar el departamento de Marin- es una pena terrible, porque no quiero dejarte…

-Ni yo quiero que te vayas- contestó Marin pausadamente- tenemos tanto que contarnos.

-Ni una palabra mas, entonces me quedo- resolvió Leigh sin pensarlo.- Vamos a contarnos la historia de nuestras vidas.

Y al ver que el menor sonreía, agregó:- pero antes de eso, querido Mizuki…

Lo encerró contra la pared con sus fuertes brazos de deportista y volvió a besarlo, solo que esta vez con mucha más pasión que antes. Fue un beso ardiente, lascivo, ante el cual Marin se rindió como una doncella indefensa; se sujetó del cuello de Leigh como pudo y correspondió el beso, un poco torpemente, pero despertando así el instinto protector del pelinegro, que procedió a ralentizar la escena para enseñarle como debía hacerse. Marin aflojó la tensión de su cuerpo y abrió un poco más la boca para que Leigh le colocara encima la suya y pudiera introducirle delicadamente la lengua.

-Mmm… Leigh…

El cosquilleo que sintió se transformó rápidamente en una descarga eléctrica cuando sus lenguas se rozaron, y más cuando el mayor se aventuró a acariciarle la espalda, luego de lo cual se animó a tomarlo por la cintura y apoyarlo aun más fuerte contra la pared. Marin, a pesar del frío, sintió su cuerpo muy caliente ante tal cercanía.

-Te comería si pudiera- le susurró Leigh al oído- pero no lo haré porque estoy viendo que es la primera vez que haces algo así.

-Leigh, yo lo sient…

-No te disculpes, lindo. Una cosita tan frágil y bella como tu se merece toda mi consideración y paciencia. Además, tu lo dijiste, recién nos conocemos. Esperaremos un momento mas propicio.

-Gracias- susurró a su vez el ojiverde.

En ese preciso momento en que se estaban mirando con mucho amor a los ojos, y haciéndose pequeñas caricias, Lady Cat abrió la puerta de un golpazo y los contempló asombrada; a Leigh no le importó en lo mas mínimo, pero Marin enrojeció hasta la raíz de los cabellos al ser descubierto con las manos en la masa.

-Sinvergüenza, ¿no que no estabas con nadie ayer?- acusó Cat- ¿Por qué no nos dijiste que tenias novio?

-Porque acabo de proponérselo- respondió Leigh soltándolo y arreglándose el cabello despeinado. Acto seguido le tendió la mano a la rubia.- Leigh Andersen, un placer, miss Yale.

-Cat- corrigió ella aun con cara de asombro- ¿Tu no eres el chico que vino de Inglaterra?

-Así es.

-Ah… ¿Y ustedes de donde se conocían?

-Cat, por favor, hace frío aquí- protestó Marin temblando- si vas a interrogarlo al menos que sea adentro.

-¡Ups! Perdona, Marin-chan, entren.

El menor entro resuelto, sorprendido por la forma en que le había hablado a Cat. Ella era muy buena, pero a veces lo que tenia de buena lo tenia de indiscreta. Su personalidad fuerte opacaba la suya tan débil, pero de alguna manera ahora se sentía más audaz; no tenia duda que el cambio se debía a Leigh. Quien, por cierto, no tuvo reparo en mostrar su cariño hacia el pelicafé delante de la joven y de Ho, que acababa de entrar a la sala atraído por las voces. Los dos se sentaron muy juntitos en el sofá doble, Leigh con su brazo alrededor de los hombros de Marin.

-Perdónenme de verdad si soy muy entrometida, ¿pero hace cuanto que se conocen?

-Desde ayer- respondió en inglés con soltura- mi Marin salió a ayudarme bajo la lluvia, ¿no es amoroso?

-¿Ese eras tu?- Honten silbó- ¿Y como es que ya…?

-Porque este compañerito suyo me robó el corazón apenas lo vi, así que no había ningún motivo para demorar la petición.- Sin poder contenerse, lo besó en la mejilla.- Ustedes me perdonarán, pero la verdad es que lo amo tanto que podría robárselo y llevarlo conmigo. ¡Vaya! Estoy hecho un colegial otra vez por el.

-Leigh, no digas así- reprendió Marin- tu eres muy joven.

-No te creas, mi amor, ya tengo 25- reveló- comencé la Universidad un año mas tarde por problemas familiares.

-Aun así eres joven…

-Gracias, Marin. Tu, por el contrario, angelito, pareces de 15. Eso me encanta; te hace adorable.

-Basta por favor- pidió el aludido, muerto de vergüenza.

Cat bajó de su regazo a Raye, el gato negro y rojo padre de Nova, y se paró frente a la pareja, mirando directamente a Leigh.- Creo que tu le calzas justo a Marin, así que les deseo suerte. Pero si no lo tratas bien serás comida para mis gatos.

Aunque Marin simuló horror por la exageración de Catherine, en el fondo sintió un motivo mas para alegrarse; hasta el momento, su relación con ella y con Ho había sido cordial, pero nada del otro mundo. Fue una feliz revelación saber que lo querían como a un viejo amigo y que deseaban su bienestar al punto de amenazar a su novio para que lo tratara bien.

-Te juro que lo mimaré como a un príncipe- dijo Leigh alzando la mano- lo que me recuerda, ¿harán una fiesta de Navidad?

-Así es- confirmó Honten- aquí mismo, ya que nuestra casa es una de las más grandes del campus.

-¿Habría algún inconveniente si vengo con Marin?

-¡Claro que no!- se entusiasmó Cat- si vienes Marin-chan tendrá que estar, y hemos tratado de convencerlo desde hace…

-Se entendió- cortó el pelicafé con una débil sonrisa- la verdad que no pensaba participar… pero si Leigh quiere acompañarme…

-Quiero y lo haré- confirmó el mayor tomándolo de la mano.- Ahora, sino te molesta, ¿Por qué no hablamos más en privado?

Evitando las caras de sus compañeros, Marin condujo a su novio escaleras arriba hasta su cuarto. La rapidez y naturalidad con que estaba actuando lo asustaba, y lo hacia sentirse dentro de un torbellino imposible de parar; pero gracias a Dios Leigh sabia como comportarse. Se acercó a la ventana y miró hacia afuera, hacia la nieve que caía y cubría todo. Marin se preguntó una vez mas sino seria todo un sueño maravilloso. Para probarlo, se acercó a Leigh y se apoyó contra el, cosa que agradó mucho al pelinegro: lo apretó contra si y le besó el pelo, húmedo de nieve.

-Tal vez sea mejor que me vaya, después de todo si sigue nevando podrían cortarse los caminos y me quedaría atrapado aquí.

-Por lo menos esta es la ultima semana de clases ante de las vacaciones.

-Así es. Entonces- preguntó- ¿Qué mas quieres hacer hoy? Dime si hay algo que puedo hacer para que estés del todo feliz.

-No necesito nada mas- afirmó Marin con el rostro hundido en el pecho de Leigh- ya soy feliz.- Hizo una pausa.- creía que pasaría un nuevo año solo, y apareciste tu diciendo que me amas… y con eso ya me alcanza.

Y apareciste tú...
Desvelo de mi noche sin amor, ¿adonde estabas?
Y apareciste tú, y ya nada fue lo mismo para mí con tu llegada
Y apareciste tú, cambiando con tu luz y tu mirar todo por nada
Que apareciste tu y en mi ventana, volvió a salir el sol por las mañanas...


-God, you´re so cute- dijo Leigh arrobado- hagamos una cosa: mañana vamos al centro a almorzar y dime si ves algo que te guste; cualquier cosa. Y yo te lo regalaré para celebrar nuestro noviazgo. Y para Navidad te haré otro regalo, porque para entonces habremos conocido un poco mas del otro y ya sabré tus gustos. ¿De acuerdo?

-Está bien…- aceptó a desgano, sabiendo que lo haría de todos modos.- ¿Siempre eres así de impulsivo?

-Cuando algo me interesa de verdad, si. Pero ahora basta de charla.- Lo sentó en el marco de la ventana y lo sujetó fuertemente por la cintura.- No quiero abrumarte, así que me iré ahora, a menos que me digas lo contrario.

-Por un lado no quiero que te vayas- jadeó Marin sin aliento- porque me da miedo que esto sea un sueño y me despierte. Pero si te quedas…

-Oh, Ma-chan, entiendo. Pero no tienes porque preocuparte, te aseguro que esta es la realidad y yo soy tu príncipe azul. Voy a estar siempre para ti, ¿ok? A cualquier hora del día o de la noche que me necesites búscame, que yo iré corriendo a tu lado.

-¿Quieres… por ejemplo… pasarme a buscar mañana para la clase del profesor Jushirou?

-Por supuesto- sonrió Leigh.

(…) Leigh cumplió su palabra y apareció puntual, aunque desgraciadamente no estuvieron solos ya que Honten y Cat cursaban la misma clase e insistieron en ir todos juntos. La parejita fue objeto de muchas miradas dentro y fuera del aula, ya que nadie se explicaba como es que el más vergonzoso de los chicos podía haber conquistado en un día al más sexy extranjero que había tenido la gracia de pasar por esa Universidad. Lo repito, no es que Marin fuera feo, nada mas lejos de la verdad, pero ni el propio pelicafé podía terminar de créeselo. Algunas chicas parecían querer sacarle las tripas, pero en general no notó hostilidades en sus demás compañeros, incluso Magumi (quien se rumoreaba ya vivía con el profesor Jushirou) se acercó a saludarlos con afabilidad y les dijo que se veían muy bien juntos, y les deseó feliz Navidad. Marin devolvió el deseo al pelirrojo, presentó a Leigh y luego todos se vieron obligados a prestar atención a la clase.

-Marin, no te pongas tan nervioso- le susurró Leigh al salir- parece que te diera vergüenza que nos vean juntos…

-¡No, no, nada de eso!- negó el menor- es que… eh…

-Tu lo que necesitas es que te reafirme que eres mas importante que cualquiera de ellos y que no me importa que piensen… muy bien, así será.

-Momento, ¿Qué…?

Leigh abrazó a su novio en pleno pasillo (lleno de gente) y le comió la boca de forma muy explicita, devorándolo, haciendo caso omiso del griterío y silbidos posteriores. Se tomó sus buenos tres minutos, encandilado por el sabor de Marin, luego de lo cual lo soltó, le agarró la mano y le dijo “vamos” de la forma más natural del mundo.

(…) -¡Leigh, eres terrible! ¡Mira que besarme así delante de todo el mundo!

Estaban en un restaurante precioso y nuevo del centro, comiéndose un inmejorable yakiniku para combatir el frío (se, excusas). Leigh lo miró divertido y atrapó un suculento trozo de carne con los palitos, lo tragó y recién entonces contestó.

-Escucha, mi amor. A mi no me gusta ocultar nada. Si digo que te amo es porque te amo, y si quiero besarte no veo porque no puedo hacerlo, excepto que tú me pidas que no lo haga. Imagino que te da vergüenza las demostraciones… públicas por así decirlo, pero no es mi caso, así que no me reprimiré solo porque la gente puede mirar.

-Bueno, si piensas así…

-Ya te dije, si tu me lo pides no lo haré mas, pero solo porque me lo pides.- Sus ojos tuvieron un momentáneo velo de tristeza.- No me gustaría tener que llegar a eso. Te quiero mucho y te llenaría de besos todo el día si por mi fuera.

-Está bien, no te pediré que dejes de hacerlo- consintió Marin- después de todo, me gusta… que me beses. Solo… un poquito de moderación, por favor. Esto es muy nuevo para mí.

-Ok, sweet heart. Seré moderado, lo prometo. Aunque con el tiempo te haré cambiar de opinión, ya verás- agregó en tono pícaro.

Después del almuerzo decidieron pasear, un poco para bajar la comida y otro poco para elegir el regalo de Marin, que Leigh se empeñó en comprarle. Miraron en tiendas de electrónica, de juguetes, de ropa, de curiosidades, en todo sitio que pudieron.

Marin no se sentía cómodo con recibir un regalo así porque si, hasta que vio en una vitrina una hermosa bufanda de un rosa claro con flecos negros, y un gorrito a juego, esponjosos y muy bonitos. Fue evidente su interés, por lo que Leigh le preguntó:

-¿Los quieres?

-Mh… son hermosos, pero juntos deben costar mucho…

-Eso es lo de menos. Ven- dijo, entrando en el negocio. Marin lo siguió estupefacto y contempló en silencio como Leigh le pedía al dependiente que le sacara un gorro y una bufanda iguales a los de la vidriera. El mayor los pagó pero no permitió que se los envolvieran, sino que se los colocó a Marin con movimientos seguros; luego se alejó un poco y dictaminó:

-Te quedan estupendos, mi amor. Esos colores te favorecen.

-Ah… arigatou, Leigh-kun…

-¿Verdad que a mi novio luce precioso con ese conjunto?

-Claro- admitió el vendedor, mirando de reojo a Marin y sonriendo- esta línea es muy juvenil.

Leigh volvió a tomar a Marin del brazo y lo llevó lenta y galantemente por todo el centro comercial, hasta que el menor expresó cierto cansancio y decidió llevarlo a casa en taxi, no fuera cosa de cansarlo mas. Marin aceptó la sugerencia y suspiró, satisfecho y contento de cómo se iban desarrollando las cosas. Hacia rato que no experimentaba tal placer ante la compañía de alguien, de nuevo sentía esa fascinación por las cosas frívolas que antes lo desesperaban por su soledad, pero que ahora al lado de Leigh se tornaban de nuevo divertidas… salir de compras, compartir una comida, darse mimos inocentes y tiernos… no tenia precio, tal felicidad no podía tener precio… en el fondo de su alma podría agitarse un miedo de perderlo todo, pero era a causa de su prolongada mala suerte. Se había llegado a decepcionar tanto del amor… pero por Dios que lucharía por conservar a Leigh.

Nuevamente me hace bien esto de amar
Aunque dure lo que dure q más da
Lo importante es que mi piel vuelva a sentir la fantasía
Puede ser que se me rompa el corazón
Puede ser que sea el verdadero amor
Puede ser que salga bien o salga mal, así es la vida…


(…) Al volver a casa, Marin tenia una sonrisa tan dulce en su cara que Cat volvió a preguntarle, intrigada, que había hecho con Leigh luego de que este lo besara de forma tan apasionada delante de todo el colegio. El menor se sentó en su cama, le hizo una monada a Lucy (la gata gris de Catherine que había seguido a su dueña hasta allí) y luego miró a su compañera.

-Fuimos a almorzar y luego insistió en regalarme algo…

-Ah… ¿y te dio esa bufanda tan mona y el gorrito? ¡Que kawai es tu novio, Marin!

-Si, lo es…- su sonrisa se hizo mas profunda- Cat, ¿crees que esto andará?

-¿Si van a durar juntos, dices? Eh… yo creo que si.- Lo pensó un poco.- Si, definitivamente si.

-¿Por qué lo crees?

-Que pavada de pregunta.- Alzó a Lucy en brazos.- Porque se les ve en la cara que se aman. Ese extranjero (no se que le digo así si yo tampoco soy japonesa) tiene una mirada desafiante, significa que no tiene prejuicios, ¡mira nomás como te besó hoy en la mañana! Le gustas, y a ti te gusta el, esa sonrisita que traes no es por amor al arte…

Sin decir nada mas se fue, dejando a Marin en un agradable estado de coma fantasioso, que se preguntaba ya que podría regalarle a Leigh para estar a mano y de paso halagarlo, hacerlo sentir tan bien como el se sentía en ese momento. Cat tenia razón: lo amaba, le había devuelto la esperanza y por eso le dedicaría su vida, no importaba a que costo.

Y apareciste tú...
Desvelo de mi noche sin amor, ¿adonde estabas?
Y apareciste tú, y ya nada fue lo mismo para mí con tu llegada
Y apareciste tú, cambiando con tu luz y tu mirar todo por nada
Que apareciste tu y en mi ventana, volvió a salir el sol por las mañanas…


Resuelto a eso, decidió escribir por fin el cuento corto de Navidad que el profesor había tenido la bondad de estirar la entrega hasta el último día de clases. Ahora ya no tenia problemas de inspiración, por el contrario, se sentía capaz de hacer una novela entera.
Notas finales: Fuuu, no se ustedes, pero yo amo esa cancion... como sea, el tema aca es ver que hara Marin para retribuir el amor de Leigh, xq es un chico muy dulce y ahora q se enamoró... Lady Tifa, by the way, no me dejaste review... ya vas a ver cuando quieras pedir un cap nuevo de mis fics... hahah chiste!

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