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Tú Me Haces Real por Yoko_Nakajima

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Notas del capitulo:

Buenas tardes querid@s Yaoistas!^^

No tardé mucho en actualizar, en verdad xD... Es que ayer me cayó el veinte! Ya tengo escrito un capítulo de ventaja y eso a mí me basta  [Inserte aquí un suspiro de alivio] 

Bueno... este capítulo es muy especial para mí... Aquí es donde se ve reflejada la inspiración que me provoca leer a YukaKyo! @_@... Todo el lemon escrito en este capítulo está totalmente inspirado en su forma de escribir desde una pequeña insinuación hasta un lemon bien elaborado... Y por supuesto que va dedicado a ella^^ Aunque lo único que lea sea Full Metal Alchemist... ¬¬

Bueno, sin más preámbulos:

¡Qué lo disfruten!

A Itachi le costó asimilar la noticia, aunque de sobra sabía que algo por el estilo sucedería, desde que el destino decidió cruzar mi camino con el de Naruto. Continuamos platicando más tiempo, hasta que el frío comenzó a reinar junto con la oscuridad que se había hecho presente minutos atrás, aunque también, de no haber sido por Deidara... que se encontraba detrás de nosotros, y llamó nuestra atención colocando ambas manos sobre nuestros hombros.

-      Hace frío - dijo - Deberían entrar

Nos incorporamos. Fue en ese momento que me di cuenta de que Deidara era casi de mi estatura, un poco  más alto.

-      Y yo - continuó - Ya me tengo que ir

-      Está bien - dijo Itachi sonriendo nerviosamente

Yo estaba que me comían las ansias... Quería ver lo que seguía... Pero Deidara se limitó a sonreír y a descender por la escalera. Yo fruncí el entrecejo, y le di un codazo en las costillas a Itachi.

-      ¿Lo vas a dejar ir así? - le inquirí en voz baja

-      ¿Qué? - exclamó quedo

-      ¡Ve!

Itachi bajó los pocos escalones que el rubio había recorrido y le dio alcance. Lo haló del brazo, atrayéndolo hacia él. Pude ver cómo Deidara me echaba una furtiva mirada, pero no le dio tiempo de hacer nada más, porque en ese momento, mi hermano le plantó un beso en los labios. Lo último que alcancé a ver antes de irme, fue que Deidara rodeaba el cuello de mi hermano con sus brazos, y que éste lo tomaba por la cintura, juntándolo contra su cuerpo.

Sonreí y me encaminé hacia mi habitación. En el camino, me encontré con Minato-san y con Kakashi. Ambos platicaban vivamente, como si estuvieran recordando viejos tiempos. Cuando noté que el padre de Naruto no estaba en la habitación, mis ansias crecieron. Pasé frente a ellos, saludándolos con una reverencia, pero sin dejar de caminar. Ellos me correspondieron y continuaron hablando.

Apreté el paso muy sutilmente, para poder llegar a mi encuentro con mi amado. Cuando estuve frente a la puerta, la abrí sigilosamente. Dentro, una sola vela iluminaba la silueta perfecta de Naruto, recostado de costado en la cama, dándome la espalda. Cerré la puerta de la misma manera a como la abrí. Me acerqué despacio y vi cómo respiraba lentamente... Estaba dormido...

Suspiré. Me quité la camisa, me descalcé, dispuesto a hacer lo mismo que él... Me recosté y me cubrí con la sábana. Le estaba dando la espalda. Iba a voltearme, cuando sentí sus manos acariciando mi torso. Se acercó. Quedando yo completamente apresado, ya que me había colocado una de sus piernas sobre mi cuerpo.

-      Tú me debes algo, Uchiha Sasuke - me dijo en voz baja en incitante - ¿Te vas a hacer el dormido para no dármelo?

Solté una pequeña risa. Fue entonces cuando sentí que él tampoco traía camisa. Me volví para quedar frente a frente, cuando lo hube hecho, me haló hacia él y me besó. Pude sentir cómo sus carnosos y cálidos labios me absorbían. Sentí un ligero hormigueo en la lengua. Él continuaba. Mordía mi labio inferior y los alternaba con ligeros empujones de su lengua contra la mía. Seguimos hasta que nos hizo falta el aire, él se separó y descendió a mi cuello. Besaba y succionaba, dejando pequeñas marcas rojizas sobre mi piel... marcándome como suyo. Descendió más, besando mi torso, paseó su lengua por mis pezones, y los mordía, creándome un escalofrío. Se volvió a incorporar, y se colocó sobre mí. Puso sus manos sobre mis caderas y comenzó a deslizar mi pantalón hacia abajo, después de haberlo hecho, lo aventó fuera de su alcance... o del mío...

-      No, no, no, no - dije negando con la cabeza - No me voy a hacer el dormido... Pero, dime una cosa... ¿Cómo piensas que voy a darte algo, si me estás estorbando así?

-      Pero... yo... - titubeó

Sin dejar de perder tiempo, lo tomé por las muñecas, lo rodé por la cama y, de un solo movimiento, lo sometí. Ahora yo estaba sobre él.

-      ¿Qué haces? - inquirió un poco molesto

-      Pues dándote lo que te debo - respondí

No lo dejé hablar más y le planté un beso. Con la punta de mi lengua, recorrí su labio superior, lenta y suavemente, de derecha a izquierda. Sentí cómo se estremecía. Me separé y contemplé su torso desnudo. Su piel tostada, cubierta por una ligera y casi imperceptible capa de sudor. Sus músculos bien formados, no muy prominentes, pero firmes. Con la punta de mi dedo índice, recorrí su torso y pude notar cómo su piel se erizaba.

Su respiración se agitó, y su miembro comenzó a ocupar más espacio del normal, incluyendo el mío. Me retiré un poco, para así poder quitarle el pantalón. Coloqué mis manos sobre sus caderas y comencé a hacer descender su prenda estorbosa. Al terminar la tiré al suelo. Con una de mis manos tomé su miembro y comencé a masajearlo. Naruto comenzó a jadear y después a gemir, al tiempo que yo sentía como crecía bajo la presión de mi mano. Me detuve, sólo para levantar sus caderas, mientras que, con sus piernas, rodeaba mi cintura.

Ensalivé dos de mis dedos perfectamente. Lentamente introduje uno de ellos en su entrada y comencé a moverlo de atrás hacia adelante, suavemente. Él jadeaba y gemía cada vez con más fuerza. Una vez que mi dedo pudo entrar y salir sin dificultad, introduje el segundo, ésta vez haciendo un movimiento parecido al de unas tijeras abriéndose y cerrándose. Naruto respiraba entrecortado, hasta un punto en el que llegué a confundir sus jadeos con gemidos y viceversa. El calor comenzó a fluir de una manera formidable. Las mejillas de mi amado estaban totalmente encendidas.

Cuando su entrada tuvo un tamaño adecuado, saqué mis dedos, volví a asirme a sus caderas, levantándolas un poco, dejando una ligera inclinación. Introduje lentamente mi miembro. Naruto contuvo un pequeño grito y apretó los ojos. Comencé a moverme de atrás hacia adelante, era difícil, porque, aunque ya estaba dilatado, seguía siendo estrecho. Tenía ganas de hacerlo más rápido, pero tenía que ser cuidadoso de no lastimarlo. Él enredó sus piernas en mi cintura, provocando que la distancia fuera menos, y que mi pelvis chocara con la suya. Yo continuaba con el despacio movimiento intentando expandir aquella estrechez, para que me recibiera como era debido. Un sonoro jadeo de gozo salió de mi boca, al sentir que el cuerpo de Naruto me aceptaba sin reservas, dejándome entrar más profundamente.

Mi amado gemía, se retorcía y sus manos se aferraban a las sábanas. Yo tampoco pude evitar el gemir. De todas maneras ya todos sabían lo nuestro, además de que ya no me importaba si me oían o no.

Quité una de mis manos de sus caderas y tomé su miembro, para masajearlo, primero lentamente y después, gradualmente, la velocidad aumentaba. Arqueó la espalda, alzando la pelvis lo más cerca de mi vientre.

No tardó mucho en correrse sobre mi mano y mi vientre. Esto, produjo que su entrada se contrajera, sentí un enorme placer. Di dos embestidas pausadas y prolongadas e inmediatamente después, le sucedí, corriéndome dentro de él. Solté un largo gemido de relajación. Segundos después, salí despacio, mientras notaba cómo más de mi esencia salía del cuerpo de Naruto, que continuaba con las caderas alzadas. Sus piernas temblaron un poco y después se dejaron caer pesadamente sobre el colchón.

Me desplomé sobre los brazos de Naruto. Mi miembro estaba húmedo, frío y ya estaba volviendo a su tamaño normal. Nuestras respiraciones eran agitadas, pero poco a poco se fueron normalizando. Tomé una de las esquinas de la sábana y nos cubrí con ella. Él me abrazó. Me acomodé sobre su pecho, rodeando con mi brazo su abdomen. Suspiré.

-      ¿Se puede saber hasta dónde se fue ese suspiro? - me preguntó

-      No creo que muy lejos - respondí acariciando la piel de su pecho - Es más... te puedo asegurar que de ésta habitación no salió...

-      Es bueno saber eso - dijo y enredó sus dedos en mi cabello - Quiero ser yo el único dueño de tus suspiros

-      Y lo eres - afirmé, levanté la vista, le di un suave beso en los labios y regresé a mi lugar

Nos quedamos callados. Podía oír su corazón latir con fuerza. Los ojos se me fueron cerrando. Yo estaba a punto de quedarme dormido, cuando oí un fuerte azote. Como si se hubiera caído algo. Ambos nos sobresaltamos.

-      ¿Qué fue eso? - exclamó

-      Iré a ver - dije

Me levanté de la cama. Me puse algo encima para ocultar mi desnudez y salí de la habitación, descalzo. Se escuchaban voces amortiguadas y pequeños golpes en el suelo. Caminé sigilosamente,  mientras los sonidos se hacían cada vez más notorios. Llegué a un punto donde se escuchaba perfectamente todo... Provenía de la habitación de Itachi. Volví a escuchar otro golpe fuerte y algo que se rompía. Dejé soltar una leve exclamación.

Mil cosas pasaron por mi mente, menos la que realmente era. Sin vacilar, abrí la puerta de golpe... pero... la tuve que cerrar inmediatamente. El calor se me subió a las mejillas y a todo el resto del rostro... ¡Qué embarazoso! "Qué idiota soy" pensé.

Podrás imaginarte la escena... Estaba mi hermano y Deidara... en el suelo, y no precisamente entrenado. Ambos, completamente desnudos, húmedos y jadeando... Lo que se había roto era un pequeño quinqué, que, por supuesto, no levantaron... por obvias razones. Al notarme, Itachi, me fulminó con la mirada, y después, cerré la puerta.

-      ¡Perdón, perdón! - exclamé mientras lo hacía.

Me quedé pasmado... y, sin saber por qué, repasaba la cinta una y otra vez en mi cabeza... Aspiré hondo, contuve la respiración unos segundos y después la solté. Me dispuse a regresar a la habitación. Cuando llegué, Naruto ya estaba totalmente dormido. Decidí hacerle segunda. Me acosté en la cama, me cubrí con las sábanas, lo abracé y tiempo después, me quedé dormido...

Notas finales:

Ya, ya, ya... Bendito lemon... ¿Sí o no superó con creces a los anteriores que he escrito en este fic? Yo la verdad creo que sí... 

Ya respondí los reviews que me dejaron^^ Muchas gracias por leerme!

Besos

Yoko! 

PD. Hay fragmentos del lemon que estuvieron sacados del fic: "Single Lady" de la Magnífica YukaKyo!


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