- ¿Por qué estamos aquí? - le pregunté sin ganas a mi hermano
- Porque es aquí donde vamos a estar hasta el día que te cases - dijo Itachi mirando la fachada - además de que Haruno ha estado muy preocupada por ti... ven hay que entrar
Mi hermano llamaba a Sakura por su apellido ya que cuando él tenía más o menos mi edad, tenía una novia con el mismo nombre, la quiso muchísimo, de hecho casi cometió una locura cuando ella decidió terminar con él... pero, según Itachi, uno de sus más cercanos y queridos amigos, lo ayudó a no hacer ninguna estupidez... aunque ahora que lo pienso jamás conocí a ese "amigo". Pero bueno... esa ya es otra historia...
Entramos. Estaba un poco oscuro, pero al menos se podía ver bien. Caminamos un poco más por la casa. Era bastante amplia y hacía un poco de frío. Al entrar a una sala, ahí estaba el Señor Haruno y su hija con mis padres. Sakura lucía bastante preocupada, y al parecer no había dormido bien porque tenía ojeras. Ella, al notar nuestra presencia, se le iluminó el rostro, sus ojos cobraron vida, corrió hacia mí y me abrazó.
- ¡Sasuke-kun! - gritó mientras me apretujaba
- ¡Sakura! - grité molesto - ¡No puedo respirar!
- Lo siento - dijo separándose
Mi madre y mi padre también estaban un poco cansados, en especial mi madre... Ambos me abrazaron. Mi hermano y yo nos sentamos, él a un lado de mis padres y yo a un lado de Sakura.
- Qué bueno que estás bien, Sasuke - decía mi padre aliviado
- ¿Te han hecho algún daño? - preguntó mi madre con la mano sobre su pecho.
- No... - respondí yo. No quería preguntas, todas me lo iban a recordar...
Sakura se recargó sobre mi hombro, la miré de reojo. Realmente se veía cansada.
- Hueles... - dijo ella - extraño
Yo esbocé una ligera sonrisa y recordé que la ropa que traía puesta era de Naruto.
- ¿Extraño? - hice una ligera exclamación
- No digo que huelas mal... - dijo avergonzada - es sólo que no es tu olor habitual.
- Ha estado muchos días fuera - dijo mi hermano - es normal que se le hayan pegado algunos olores...
Sakura e Itachi no se llevaban bien... A mi hermano le desagradaba que siempre estuviera de encajosa conmigo. Era posesiva, me consideraba un objeto que podría presumir ante sus amigas... o al menos eso era lo que Itachi siempre me decía. Ella clavó una mirada horrible sobre mi hermano.
- Deja de mirarme así - dijo él - te ves más...
- ¡Itachi, ya basta! - intervino mi madre
Itachi se cruzó de brazos y frunció el ceño. Sakura sonrió satisfactoriamente.
- Por un momento - dijo el padre de ella - pensé que estabas huyendo de la boda.
Miré molesto al Señor Haruno. ¡Claro que quería escapar! ¿Creía que no lo pensé? ¡Estuve tentado más de una vez! Y más ahora que ya tenía una razón por la cual irme a vivir feliz y no volverme miserable... Yo estaba a punto de contestarle todo aquello, pero Itachi interrumpió.
- Mi hermano no huiría sin justificación - alzó la cabeza de una manera un tanto déspota y orgullosa - Ya es todo un hombre. Hoy me ha demostrado lo que es ser un caballero y lo que es ser valiente...
Yo miré a mi hermano, dolido. El sólo recuerdo de mi amado me ponía triste. Yo no estaba siendo valiente, cada segundo que pasaba me iba sintiendo más débil, más inútil, lo necesitaba a mi lado, sin él yo era la sombra de nada... No lo soporté más, coloqué mis manos sobre mi rostro y me puse a llorar desconsoladamente.
- ¡Sasuke-kun! - gritaba Sakura - ¿Qué tienes?
- ¡Itachi! ¿Qué está pasando? - exclamó mi padre molesto
Mi hermano hizo a Sakura a un lado y me abrazó.
- ¿Qué fue lo que te dije? - preguntó susurrándome al oído. Yo no podía ni hablar de que el llanto y la tristeza inundaron todo mi ser - Dímelo
- Tengo... tengo... - yo tiritaba - tengo... que... ser... fuerte.
- Anda... - susurró para que nadie más que yo lo oyera - tienes que ser fuerte por él...
En lugar de reponerme solamente lloré más fuerte.
- ¡Aléjate de Sasuke-kun! - gritó Sakura intentando quitar del camino a Itachi - ¡Lo haces llorar más!
- ¡Esto no es asunto tuyo! - exclamó Itachi, Sakura paró de empujarlo - Nunca lo ha sido y nunca lo será, ¿entiendes? ¡Mejor aléjate tú de él!
- Será mejor que te lo lleves de aquí - dijo mi madre - ya hablaremos de lo que pasó después, cuando Sasuke esté más calmado. Por ahora debe descansar
- Sí, madre - obedeció Itachi
Me cargó con ambos brazos y me llevó de ahí, yo lo abracé por el cuello y continuaba llorando. Alcancé a ver la mirada preocupada de Sakura, la mirada molesta de mi padre, la mirada inquisitiva del Señor Haruno y la mirada pensativa de mi madre. "Pobre Sakura, ella de verdad me ama, pero no puedo corresponderle aunque quisiera" pensé.
Cuando Itachi y yo llegamos a la habitación que me correspondía, él me recostó suavemente sobre la mullida cama, fue a cerrar la puerta y regresó a un lado mío, se encontraba sentado en un pequeño banco. Yo ya estaba empezando a calmarme.
- Perdóname - dijo él - No debí haber hablado de eso...
- No te preocupes - dije débil. Itachi quitó los cabellos que yo tenía sobre la frente y me dio un ligero beso en la misma.
- ¿Te puedo hacer una pregunta? - dijo de repente
- ¿Sobre qué? - pregunté extrañado
- Sobre... él - respondió. Yo lo pensé un poco... pero al final asentí. Itachi continuó: - ¿Por qué te gustó?
- Porque me hizo sentir muchas cosas nuevas - respondí sin vacilar - Me hizo sentir bienestar y algunas otras cosas...
Mi hermano sonrió ante la respuesta...
- ¿Entonces... ya no eres...? - preguntó curioso. Yo solté una risa nerviosa y negué con la cabeza. Itachi estaba sorprendido - Entonces sí tenía razón de que ya te convertiste en todo un hombre...
Itachi se rió y yo le sucedí. Me recorrí un poco, para que él pudiera acostarse junto a mí. Me recosté sobre su pecho mientras él jugueteaba con mi cabello... Sí... sonará muy a incesto, pero era una costumbre que se nos había quedado de cuando yo era muy pequeño...
- Itachi... - dije quedo - ¿Puedo ahora yo hacerte una pregunta?
- Está bien - respondió
- ¿Ya conocías a... Naruto? - pregunté. Itachi se quedó un buen rato callado, pero yo esperé pacientemente a su respuesta.
- Te voy a ser honesto - respondió con un suspiro - Sí... ya lo conocía... Lo vi por primera vez en la Casa Hatake... No muy lejos de aquí. Estaba entrenando con otros hombres, cuando él de repente llegó. Me vio y me comenzó a provocar... no tuve más remedio que luchar con él... fue una pelea bastante reñida, pero al final gané... después de eso... nos volvimos amigos, hasta que un día él ya no volvió a entrenar ahí. Lo busqué un buen tiempo... pero nosotros teníamos que regresar a Hami, así que me rendí... Nos distanciamos demasiado y volverlo a ver en una situación como esta, no fue muy agradable...
- Qué pequeño es el mundo - dije
- Sí - suspiró mi hermano - Nunca imaginé que tú y él podrían tener algo juntos... la vida a veces toma caminos que nos hacen verla de otra manera...
- Ya no quiero... - musité
- ¿Ya no quieres qué? - me preguntó
- Casarme - respondí - No quiero hacerla sufrir, Itachi. Ella es demasiado buena.
De repente tocaron la puerta, Itachi se levantó suavemente para no lastimar mi cabeza. Se dirigió hacia la puerta y la abrió. Era Sakura la que estaba en el umbral. Traía una bandeja que contenía tazas y una tetera.
- Le traje té a Sasuke-kun - dijo ella suavemente - Y si quieres, también para ti, Itachi-san.
- Gracias - dijo mi hermano, él tomó la bandeja.
- Me preguntaba si... podía pasar sólo un rato - dijo Sakura
Mi hermano se volteó para verme. Yo asentí débilmente. Itachi miró a Sakura y le sonrió forzadamente a manera de respuesta. Ella entró y mi hermano cerró la puerta.
- ¿Cómo te sientes? - preguntó ella cuando estuvo cerca.
Mi hermano sirvió té en tres tazas. Ese olor... era suave y fresco. La mirada de Sakura me hacía sentir culpabilidad... ¿Qué debía hacer? No lo sabía...