- Hola - dijo de repente... No lo vi llegar - Ten... es gallina... está rica - me dio uno de esos animales en un plato, yo comencé a comer desesperadamente, se volvió y me dio un tazón con agua - Es para que recuperes energías... Para que podamos seguir luchando... ¿entiendes?
Me sonrió. Yo paré de comer por un momento. Esa mirada y esa sonrisa... me estremecieron. Volví a comer para distraerme.
- Pero no comas tan rápido - dijo - Te ahogarás - se levantó - Más despacio... más despacio.
Se iba alejando... Cuando se hubo ido, miré lo poco que quedaba del animal. Voltee a mi alrededor y localicé su recipiente de agua... idee un plan...
Salí de la cueva sigilosamente. Naruto se encontraba cocinando dos gallinas más en una fogata, estaba tarareando una canción.
Me acerqué hacia él, lo golpee en la nuca con lo que restaba de mis alimentos y me llevé el agua. Tomé el caballo que yo llevaba desde el principio.
Cabalgué un rato. Estaba cerca del arroyo seco. Bajé del caballo. Tomé lo poco que quedaba de agua, tiré el recipiente por ahí... Me viré para volver a mi caballo, pero ya no estaba. Caminé sin rumbo, tambaleándome como si fuera un ebrio en días de festival... Me sentía débil, después de todo no estaba totalmente recuperado. Veía muy borroso. Sentía el calor desértico chocar contra mis ya calientes mejillas y también contra mi frente. Pude ver como una gotita de sudor caía sobre mis pestañas, rodó por mi mejilla y se secó. Ya no aguanté más y nuevamente caí desmayado.
Volví a despertar en la misma cueva... Naruto me miraba curioso. Me había atado los tobillos y las muñecas. Me acercó un tazón y me hizo beber agua.
- ¡Suéltame! - le inquirí
- Dime - exclamó. Ya me estaba acostumbrando a que no me escuchara -¿Cómo te llamas?
Yo le escupí en la cara, al hacer eso mi boca hizo un sonido parecido a un pip.
- ¡Oh! - exclamó el rubio quitándose mi saliva - ¿Te llamas Pip? No sabía que los Hatake tuvieran nombres así...
Se quedó callado un momento... Una idea horrible cruzó por mi mente... ¿Me hizo algo? Inconscientemente bajé mis manos para cubrir mis partes nobles. Naruto sonrió sarcástico y perverso.
- Si hubiera querido hacerte algo - dijo - Ya lo hubiese hecho... - me sonrió - Te traje agua para que te des un baño. Aquí en el desierto es difícil de encontrar, pero creo que es suficiente.
Comenzó a desatarme suavemente, primero los pies y después aflojó un poco las cuerdas de mis muñecas.
- Cantaré - exclamó - Cantaré para que sepas donde estoy... Pero... No me vuelvas a golpear...
Empezó a bailar y a canturrear mientras se alejaba. Yo desaté completamente las cuerdas de mis manos. El tipo no era tan malo después de todo...
El supuesto baño era una especie de tina formada por piedras. Toqué el agua con la punta de mi dedo pulgar de mi pie, estaba caliente. Me desvestí. Al entrar sentí como mi cuerpo se relajaba y por alguna extraña razón la cueva comenzaba a iluminarse más, a pesar de que ya era de noche. Me enjuagué la cara, todavía oía a Naruto cantar por la cueva. Sonreí.
- ¡Oye! - gritó Naruto - Te dejé ropa... es mía... ¡Está limpia!
Después de lo malo y estúpido que había sido con él... Ahora me trataba así... tan... amable... Sumergí mi cabeza dentro del agua. Todavía podía oír como cantaba.
Salí del agua, me sentí un poco mareado, pero era porque estaba débil. A unos cuantos metros encontré la ropa de Naruto. Era un pantalón de color guinda, sumamente holgado, era una tela parecida a la manta, y era muy cómodo. La camisa era blanca y abierta, puesto que no tenía botones, era de la misma tela que el pantalón.
- ¡Oh! ¡Ya estás vestido! - dijo acercando su rostro al mío, comenzó a oler mi cuello... Sentí como el calor se agolpaba en las mejillas - ¡Y también limpio!
Comenzó a reír. Yo estaba serio. Naruto paró de reír al ver que no expresaba nada. Me senté en su simulación de cama, él me acompañó.
- Me llamo Sasuke - le dije - Y no soy Hatake, soy Uchiha.
- Ya se me hacía extraño - exclamó el rubio. De su camisa sacó el dije y me lo mostró - ¿Todavía lo quieres?
¡Ya no recordaba el dije! …l lo sonajeo en el aire con su sonrisa perversa. Me lancé sobre él. Quería mi dije de vuelta. Intenté golpearlo, pero él detenía mi mano y hacía ridículos intentos por detenerme. Me hacía rodar por su supuesta cama, me tomó por las muñecas para evitar que lo golpeara de nuevo.
- ¡Regrésame mi dije! - le grité furioso
- ¡Dime! - él ya estaba agitado - ¿Por qué lo quieres?
- ¡Es muy especial para mí! - grité desesperado
En un solo movimiento me sometió. Ahora él estaba encima mío, tomándome por las muñecas. Yo intentaba desesperadamente de soltarme, pero mientras más me movía, más difícil era soltarme.
- ¡Ah, ya veo! - exclamó el rubio - Pues te tengo noticias... No lo tendrás de vuelta...
- ¡Claro que sí! - grité y me acerqué a su rostro
Sus ojos azules me atraparon y me dejé someter por ellos. Quería zafarme. Naruto también comenzó a ceder. Sentí cada vez más cerca su respiración... Todo pasó de una pelea, a un prolongado, salvaje y húmedo beso. Me aferré a su cuello, mientras él acariciaba mi rostro. Yo nunca había besado a nadie... Ese era mi primer beso... A pesar de que ya había estado a solas con mi prometida... A pesar de que ella había insistido en besarme yo jamás quise. Después de todo... valió la pena negarme.
Naruto se separó de mí. Me miró como hipnotizado y soltó un largo suspiro. Yo sonreí.
- Y-yo... - fue esa la primera vez que oía a mi Naruto titubear - Lo siento... Me dejé llevar.
…l se iba a levantar, pero yo lo detuve, ésta vez yo lo tomaba por las muñecas.
- ¿Sentir qué? - dije - No estuvo tan mal...
Lo atraje hacia mí y volví a besarlo, éste beso fue más prolongado. Su respiración se hacía más rápida. Comenzó a besarme el cuello salvajemente. Logró soltar su mano derecha, para así meterla debajo de mi pantalón, acarició mi miembro... yo sentía como crecía entre su mano. Solté un suspiro acompañado de un gemido. Era una de las sensaciones más placenteras que había sentido en mi vida, pero aquello sólo era el principio.