Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hermanos por Malfoy

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este fic pretendía ser un simple OneShot. Pero junjou midori chan (Te lo dedico :P)
me animo y me dió la idea de hacer una 2 parte desde el punto de vista de Sasuke.
Y aquí está. Espero que os guste.


PD: A mi me a gustado escribirlo a pesar de costarme un poquito más.

Oí tus pasos a lo lejos.

¿Todavía crees que no me dado cuenta? Finjo estar dormido mientras tu invades cada noche mi habitación observándome en la oscuridad. ¿Por que? ¡Estaba ya harto!

Me senté encima de la cama e impaciente espere hasta que entraste y al verme despierto te inquietaste.

 

-¿Que quieres? -Pregunte directo. ¿Hasta cuando pensabas seguir con esta estúpida situación?

 

-Verte -Te odio...

 

-Uhm -Me tape ignorante. No iba a escucharte. Siempre me mentías.

 

Quería que te fueras, que desaparecieras. No verte, no pensarte.

 

-Sasuke...-Susurraste rabiandome.

 

Tu mano me acaricio por encima de la sabana. Jamás permitiré que me veas débil.

 

-Sasuke...-Te miro y vuelves a ser tu. Quien más admiro. Mi fuerza y mi flaqueza , mi hermano.

 

Si supieras cuan sexy te ves con el cabello suelo. Solo cuando estamos solos me permitías verte de esa forma.

 

Te tiraste sobre el colchón sin darme tiempo a reaccionar. Al instante tu calor me invadió estremeciéndome por completo.

 

-Vete a tu habitación -Te reprimí en un intento por no verme descubierto -¿Por que viniste? -No acostumbrábamos a hablar. Casi siempre estabas lejos de la villa, entrenando, o planeando tu próxima misión. Nunca tenias tiempo para mi.

 

-¿Recuerdas cuando dormíamos los dos juntos porque papa estaba fuera y tu creías que algún ninja malvado te secuestraria? -

 

 

¿Como no iba acordarme? Los escasos recuerdos que compartimos juntos eran los más preciado para mi. Afirme y tu atrajiste mi cuerpo hacia el tuyo. ¿Que no ves que ya no soy un niño? He crecido y me avergüenza que me trates de ese modo. Mis mejillas se calentaron. Hice un máximo esfuerzo por mantenerme impasivo. Tenia la garganta seca y el corazón en un puño.

 

-Sasuke...-Me llamaste otra vez.

 

-Aniki...-Susurre en su suspiro, casi sin habla.

 

Te mire y me perdí en tus orbes negras. Tu indiferente y dura mirada me desconcertada. ¿Como alguien tan despiadado y frío podía llegar a mostrarse tan humano? Por alguna extraña razón, el echo de que solo me dedicaras tu atención a mi me hacia sentir especial.

Te incorporaste sobre mis muslos, descansando tu cuerpo. Ejercías presión sobre mi pecho, mi estomago, mi entrepierna...

 

-Pesas...-Me queje.

 

Empezaba a sentirme realmente extraño. Eras mi hermano. Y te daba igual. Me rozabas sin pudor alguno, olvidando por completo nuestra barrera de sangre. Lo peor era que me gustaba.

-¿Mucho? -Maldición...

 

Mi cabeza empezaba a darme vueltas. Creía que en cualquier momento me iba a desmayar.

Descendiste tu mano por mi cuello ¿Esa era toda la fuerza de Uchiha Sasuke? ¿Ya esta? ¿Me rindo ante tu tacto?

 

-Me han asignado una misión de Rango S -Pronunciaste sin advertir en lo mucho que me jodian esas palabras.

 

Las había escuchado en demasiadas ocasión. Seguía sin acostumbrarme a que te fueras. Te odio. Te odio por anteponer tu estúpida reputación de ninja perfecto a mi. Te odio por dejarme. Te odio tanto...

 

Te empeñabas en hacer planes, en prometerme que volverías a entrenarme pero nunca cumplías tus palabra. Miles de veces te esperaba en mi habitación, despierto, aguantando mis ganas de gritarle al mundo lo mucho que te echaba de menos.

 

De un brusco movimiento chocaste nuestras bocas. Hiciste que el contacto se volviera violento apretando duramente tus labios contra los míos. Me impregne de tu fuerte olor. En ese instante me perdí. Al separarte me percate de lo ocurrido. Había dejado que me besaras sin hacer nada. Tan siquiera había echo el mínimo esfuerzo por oponer resistencia.

 

-¿Que haces? -Espete furioso por tu atrevimiento.

 

Miro como te echas a un lado y empiezas a caminar hacía la puerta.

 

Cabrón. ¿Vas a irte otra vez? Me incitas, me provocas y te aprovechas de mi. Ahora piensas dejarme como un perro abandonado...¿Es eso? Me siento un imbécil. Solo juegas conmigo. Debes estar satisfecho. He dejado al descubierto mis miedos. Ya he caído ante ti.

 

-Estúpido -Grito descargando la rabia que siento en ese momento.

 

Si piensas que permitiré tus humillaciones, te equivocas por completo. Pasan interminables segundos, para mi eternos hasta que vuelves a sentarte en mi cama, dándome la espalda. Agradezco el gesto. Me veía incapaz de mirarte a los ojos.

 

-Sa...

 

Calla. No te atrevas a pronunciar otra vez mi nombre. Deja de atormentarme.

 

-¿Cuando volverás? -Es lo único que me importaba en ese momento.

 

-No lo sé -Dijiste acentuando la realidad.

 

Tu propósito se había cumplido; estaba echo polvo. Y ni fuerzas me quedaban para fingir que no pasaba nada. Me eche a llorar como nunca antes, delante de ti. Me miraste con sorpresa ¿Acaso un Uchiha no tenia derecho a llorar?

 

-Tsk..-

 

Mandaría al infierno ese puto apellido. Todo es fachada. Cuando apenas era un crió me enseñaron lo importante que era mantenerlo en lo más alto. Eramos superiores y teníamos que demostrarlo. Escondidos en una falsa apariencia carente de sentimientos y emociones. Algunos terminaban por creérselo del todo. Se convertían en asesinos despiadados capaces de aniquilar aldeas enteras. ¿Así eras tu?...

 

-No llores...-Rozaste las pequeñas gotitas que sin pedir permiso se derramaban, incapaces de parar -Alguien tan miserable no merece tus lagrimas... -Por fin habías dicho algo sensato.

 

No lo merecías. Dime como se lo hago entender a mi mente...

Negué escondiendo mi mirada bajo el flequillo. Por hoy ya me había humillado bastante. Pero necesitaba pedirte, una última vez...Me vería desesperado, y realmente lo estaba. Eche valor y pronuncié entre dientes;

 

-No vayas -Apreté mis nudillos hasta hacerme daño. “Deja de llorar joder”.

 

-Debo ir...-”No es cierto...” -Si no cumplo con las ordenes podrían expulsarme de aquí -¿Eran más importantes que yo?

 

-Pero no es justo -Me indigné. Konoha entera podía desaparecer que a mi me daría igual. Si no estabas tu conmigo perdería la cabeza.

 

En un descuido te percataste de mis marcas. Aquellas que me esforzaba por ocultarte. Vibré al sentir tu fuerte agarre sobre mis muñecas. Estabas haciéndome daño.

 

-¿Quien te hizo esto? -Reclamabas una respuesta inmediata. En tus ojos se coló un tono rojizo sobrecogedor.

 

No te tenía miedo. Sabía de lo que eras capaz, hasta que punto tu retorcida mente podía planear las más sangrientas torturas. Callé.

 

-...-

 

-¡Contesta! -Tu fuerza aumento envolviéndome en un aura desgarradora. Pude sentir tu chackra al máximo. Tanta cantidad que ni yo mismo era capaz de imaginar. Me asusté.

De un golpe me empotraste contra el cabezal. ¿Serías capaz de matarme? ….

 

-Dime quien te lo hizo -Tu voz se suavizo -Sasuke...

 

No conseguía que mi voz saliera. Trague mis palabras antes de que llegarán a mi garganta. Eras alguien completamente diferente a mi hermano. ¿Era ese el precio de tan exhaustivos entrenamientos? Un extraño...

 

-¡HABLA! -Temblabas y yo contigo.

 

En mi vida te había visto de ese modo...Fuera de sí.

 

-Lo hice yo...-Confesé finalmente forcejeando por deshacerme de tu duro agarre.

 

Clavaste tu mirada en mi. Una descarga eléctrica atravesó todo mi brazo. ¿Qué me estabas haciendo? Sin compasión estrujaste mis muñecas, consiguiendo que se marcaran tus dedos en ellas.

 

-Suel...tamé -Pedí.

 

-¿Tan masoquista eres como para provocarte todas esas heridas? -Chillaste como un loco -¿Por que lo haces?

 

¿No tenias ni idea de nada verdad? Lo necesitaba. Necesitaba volverme más fuerte. Mucho más que cualquiera que se atreviera a meterse en nuestras vidas. No quería depender siempre de ti. Estaba cansado de que me protegieras y de no poder defenderme por mi mismo.

 

-Fue...-Había sido un error confesártelo, pero ya no había vuelta atrás -entrenando...Quería...

 

Antes de que pudiera darte explicaciones me callaste.

 

-Entiendo -Me soltaste.

 

¿Lo entiendes? ¿Crees que lo entiendes?

Saliste de la habitación dejándome chocado. Me quede pensando en todo lo ocurrido. Seguías creyendo que era un pobre bebe al que había que regañar cuando se portaba mal...

Al volver traías un botiquín con todo lo necesario para curarme. La nostalgia me invadió. ¿Cuantas veces habías curado mis rodillas al tropezar? ¿Cuantas veces te habías pasado la noche en vela vigilando que no saliera de la cama cuando estaba enfermo?

 

Ahh...-Me ardían. Lo cierto es que nunca me había preocupado. Estaban allí para recordarme mi meta, hasta donde quería llegar.

 

-Esto va a dolerte un poco...-Dijiste empezando a echarme un líquido amarillento que olía muy mal.

 

Cerré los ojos y apreté los puños aguantando. Un gemido se escapo de mis labios delatando lo mucho que me dolía. Quería agradecerte lo que estabas haciendo por mi, pero una vez más mi orgullo estaba por delante.

 

-Ya está. Al menos así no se te infectaran -Note que tu expresión había cambiado. ¿En que estarías pensando?

 

Esperabas que siguiera como siempre, refugiándome en ti cuando lo necesitara...No puedo.

 

-Itachi...No tienes que preocuparte por mi. Ya no soy un niño -Pronuncié percatándome de que acababa de decir una estupidez.

 

Nada me hacía más feliz que estuvieras por mi. Tus gestos y caricias.

 

-Deja de pedirme imposibles.

 

Por un instante me estremecí. Te importaba y eso provocaba en mi miles de sensaciones desbordantes.

 

-Baka.

 

No tardé mucho en volver a tensarme al escuchar tu preposición.

 

-¿Quieres volverte más fuerte? -Lo sabes....es mi mayor anhelo -Puedo convertirte en el Uchiha más poderoso que jamás haya existido. Eso si, no va a ser fácil -

 

Nunca lo había sido para mi. Importaba poco lo que tuviera que pasar para conseguirlo. Lo haría. Haría lo que fuera.

 

-¿Como? -Pregunte entre ansioso y emocionado.

 

-Odiándome -Tarde en asimilarlo. No entendía tu actitud, mucho menos el fin de tus palabras.

 

-Odiame. Superame y una vez lo hayas conseguido....Dejaré que me mates con tus propias manos -No podías estar hablando en serio...

 

-¿Te has vuelto loco? -Podías pedirme cualquier cosa. Incluso vender mi alma al diablo si hiciera falta -Jamás haría algo así -Pero si se trataba de ti …

 

-Entonces nunca serás capaz de sobrepasarme -Sentenciaste y en un arrebato me pegue a ti abrazándote por el cuello.

 

“Calla” “Calla”

 

-Si es necesario que lo haga para ser mejor....Entonces no quiero -Me acerque hasta casi chocar nuestros rostros -No quiero...

 

Me sentí aliviado por un lado y por otro confundido. ¿Que acababa de decir? Llevaba obsesionado contigo desde que tenia uso de razón. Eras mi punto de apoyo, mi inspiración, mis ganas de vivir...Por eso no quería decepcionarte. Sería uno de los mejores ninjas. El mejor.

Todo se había precipitado.

Fijé mis ojos negros en los tuyos. ¿Eres capaz de darte cuenta de lo que siento? …

 

-Te amo -Temblé por dentro al escucharte. Dudé. Mi inseguridad salió a flote nublandome por completo.

 

Te besé. Ni yo mismo sé porque. Mi cuerpo reacciono por si solo mandando a la mierda cualquier vacilación. Me cogiste de la nuca e intensificaste nuestros roces, convirtiéndose en un beso tosco y algo salvaje. ¿Tenias tantas ganas de mi como yo de ti? Dime que sí... No quería soltarte, no ahora que por fin estábamos juntos.

 

Tu aliento choco contra mis labios rojos. Estaba excitado.

Me quitaste la camiseta de un tirón. ¿Lo haríamos? Tus dedos recorrieron mi pecho desnudo, entreteniéndose en mis pezones. Estaba muriéndome por dentro. El aroma que desprendías me ponía muy cachondo Recogí tu suave cabello que caía sobre mis hombros.

 

-¿Te gusta mi pelo? -¿Te gustaba a ti provocarme? Porque si era eso lo que pretendías lo estabas consiguiendo. Tu ronca voz hizo eco en mis oídos.

 

-Me gusta...-

 

Con una leve sonrisa me empujaste hasta caer sobre la cama.

 

-¿Y que más te gusta? -”Tu”

 

Me sonroje ante mis propios pensamientos. Me atraías y aun más que eso.

Empezaste a desabrochar tu pantalón con suma delicadeza. Podía notar tu dura erección por encima de la tela. Furiosa por salir.

 

-Así me tienes -Dijiste avergonzándome.

 

Me cogiste de las mejillas acortando nuestra distancia una vez más. Morreaste mi boca con fiereza. Como un animal hambriento. Desgastando mis labios con cada movimiento furioso. Estábamos empapados en sudor.

 

-¿Quieres? -Inquiriste quitándome la ropa sin esperar una contestación.

 

-Ahh...-Obligarme a callar mis gemidos era inútil. Notaba mi entrepierna bullir.

 

Al frotar con sutileza tu mano por ella, me encogí de puro placer.

 

Experimentar esa clase de perversiones era algo totalmente nuevo para mi. Podía decirse que era un estúpido novato. No sabía nada. Solo una cosa; Quería más.

Observe como me mirabas, lujurioso. ¿Siempre eras tan directo? Por primera vez me dí cuenta que quizás no lograba conocerte del todo. ¿Que escondías detrás de tu fríos ojos?

 

-Estas duro...-Lo estaba. Por tu culpa.

 

Tu lengua se abrió paso por mis testículos, delineandolos, bañándolos con tu saliva. Enloquecí. Curve mi cabeza con el fin de coger aire. Estaba convirtiéndose en una tortura. “Metela toda en tu boca” “Follame”. Miles de obscenidades paseaban a sus anchas por mi cabeza deseosas de que las hicieras realidad.

Como si pudieras leerme la mente, instintivamente tragaste mi miembro. Dentro palpitaba enviándome pequeñas descargas eléctricas. Dios....En ese momento eras un ángel caído.

Subiste por mi ombligo, mi abdomen....

 

-Mirame -Pronunciaste secamente.

 

Mi cuerpo reaccionó. Tu aliento chocaba en mi oído.

 

-Será mejor que nunca olvides quien es tu dueño. Si alguien se atreve a tocarte, le mataré. Si te atreves a tocar a alguien, te mataré -¿Duda? ¿Era acaso esa pequeña inseguridad que tenías la que delataban tus frases posesivas?

 

Ni por un momento había pensando en estar con otro que no fueras tu. No me excitaban, ni me interesaban lo más mínimo.

 

Un grito de dolor salió disparado cuando te colaste en mi interior. Metías y sacabas tus dedos con frenesí, ensanchando mi entrada. Me dolía...Me dolía y deseaba que no pararas.

Estaba quedándome afónico de forzar mi voz. Los mechones mojados por el sudor caían pegándose a mi frente. Estaba a punto de hacer el amor con mi hermano...

Tiraste de mi pelo y lamiste mis mejillas...Me ponía a cien sentir tu erección en mi culo.

Cuando me la clavaste ya estaba lo suficiente dilatado como para que el dolor fuera soportable. No aguanté mucho y me corrí ensuciando las sabanas de mi blanco líquido. Tus estocadas no pararon, al contrario, se intensificaron, consiguiendo en un tiempo récord que volviera a empalmarme.

Perdí la noción del tiempo. Solo se escuchaban chocar tus testículos contra mi, una y otra vez. Deje que me hicieras tuyo tantas veces como te dio la gana. Hasta quedar completamente agotados.

 

Te acomodaste a mi lado, sin mediar palabra. El silencio volvió apoderarse de la habitación en que minutos antes solo se escuchaban nuestros roncos gemidos.

 

-Lo siento -Tu coraza conmigo no funcionaba y lo sabias. Eran pocos los momentos en que enseñabas tu verdadero ser, pero para mi eternos. Volvería a hacerlo...

 

-No lo olvidaré -Fijaste tu mirada en la mía -No lo haré.

 

Me estrechaste entre tus brazos dejando pasar las horas. Aguanté todo lo que mi exhausto cuerpo me permitió. Luego caí rendido del sueño.

 

Cuando los rayos de sol cubrieron mi cara desperté. Era tarde. Las imágenes de la noche anterior aparecieron creándome un nudo en el estomago. La cama estaba vacía. Mi mayor pesadilla acababa de hacerse realidad, te habías ido.

 

“Marchate, me da igual.” “Vete y no vuelvas nunca más”

 

Apreté mis puños al máximo.

 

“Mierda...”

 

Las lagrimas caían furiosas. “Mierda...”

 

Te quiero...

 

 

 

Fin


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).