Eran exactamente la una de la tarde y el escritor seguía sin despertar de su ‘sueño’ forzado, las emociones fuertes no le hacen muy bien.
-Bien creo que tendré que hacer el almuerzo –el castaño se despertó y levanto de donde se encontraba, empezó a cocinar… mas bien a calentar lo que sería el almuerzo de ambos, mientras esperaba, se palpó su suave abdomen con suavidad y empezó a imaginarse las mil y un cosas que tenía por hacer, ahora su hijo sería su prioridad. Hasta el momento había conservado la calma de la situación, el sonido típico del microondas lo saco de su letargo de pensamientos.
Tomó la comida y sirvió para dos personas, aunque aún no supiera a que horas se pensaba despertar el escritor…
Al parecer no iba esperar mucho tiempo, ya que Usami estaba medio incorporándose con una mano en la cabeza.
-ugh… ¿qué ha ocurrido? –pregunto con su voz ronca y sensual.
-Te desmayaste… -fue la corta respuesta que le dio el menor, se acercó hasta el escritor y lo vio con cara de reproche. –Tenemos un pequeño problema…. Pequeño por el momento…
Usagi retrocedió sus pensamientos y lo recordó todo… los mareos… la clínica, el doctor… todo. Se lanzó efusivamente hacia el débil cuerpo del universitario y lo besó como si fuera la última vez que lo haría, le abrió los labios con su lengua, para poder introducirse en esa cálida cavidad; por otra parte el menor trataba de resistirse, pero como no había comido nada desde el día anterior, las fuerzas notablemente lo abandonaban.
-Gracias… -le susurró después de un rato de estar devorando los labios del castaño –Por darme el regalito… -bajo su mano derecha hasta tocar donde se suponía se encontraba su descendiente.
-Eres un pervertido!!! –se soltó Misaki saliendo de ahí para irse a la cocina a comer; el mayor lo siguió y observó que la comida ya estaba servida.
-Pero yo no he dicho nada… -se rió sugestivamente Usagi cuando sintió el cuerpo del menor estremecerse por su abrazo trasero repentino.
-¡Cállate!
Comieron hablando acerca del tema, como por ejemplo ¿qué harían de ahora en adelante?, ¿su relación cambiaría?, claro no lo decían ni ponían tan abiertamente, solo con suaves indirectas.
-Usagi… ¿no tenías que dar ahora el siguiente volumen de tu novela? –le preguntó interesado Misaki cambiando el tema repentinamente.
-Se lo di a Aikawa ayer en la tarde –se puso de pie y recogió los trastos sucios para ponerlos en el lavabo.
-Wow eso si es extraño. Comúnmente se los entregas cuando la pobre mujer esta aquí dentro echando humo por todos lados –El menor siguió con la mirada a su pareja.
-Pero esta vez cumplí con mi tarea... y Como fui un niño bueno… quiero mi regalo… -se acercó peligrosamente y lo tomó por detrás, cargándolo, el menor pedía a gritos que lo bajara durante todo el trayecto a la habitación del escritor. Lo colocó en la cama y lo empezó a desnudar con lentitud, haciendo que el menor se impacientara cada vez mas, la verdad ya desde hace una semana no tenían nada del otro, ya que Usami llegaba muy tarde de la editorial y para cuando aparecía en casa Misaki ya se encontraba dormido.
-Eres un viejo pervertido!.
Sin más palabrería el mayor reclamo sus labios como suyos y de nadie mas, besó el cuello del menor haciendo que este soltara pequeños suspiros de vez en cuando, con habilidosas manos desabotonó la camisa que se había puesto el castaño en la mañana, iba besando, lamiendo y mordiendo suavemente toda las zonas que iban siendo descubiertas.
Aventó la camisa del menor por algún lugar de la habitación, le masajeo las tetillas con los dedos para después aprisionárselas con los labios, bajo por su pecho lamiendo y besándolo, se posiciono en su abdomen y lo beso suavemente para luego lamerlo, sabiendo que crearía sensaciones placenteras en su amante.
-aaahh Usagi… eres un maldito pervertido. –gimió el menor con los ojos cerrados. El mayor levanto la vista y observó algo que hizo que se calentara mas de lo que ya estaba; su novio con los ojos entrecerrados, su boquita entreabierta y completamente sonrojado, sin contar su rápida respiración. Bajo de la zona hasta toparse con el límite del pantalón, con una mortal lentitud se lo quitó dejándolo solo en bóxer, acarició suavemente por encima de la ropa el notorio bulto del universitario, con manos maestras sacó la palpitante erección del castaño y comenzó a masturbarle con un suave vaivén, acercó sus labios hasta los del menor para besarlo con una ternura indescriptible.
-Te amo Misaki… -le dijo excitado de esos labios que lo volvían loco. Con la otra mano que tenía desocupada se sacó su propia entrepierna y comenzó a masajearla. Llevó tres de sus dedos a la boca de misaki para que los lamiese, ya sabía lo que vendría, lo que aún le extrañaba al menor era que después de hacerlo casi sin descanso, Usagi aun se tomaba la molestia de prepararlo previamente.
-Nnh… -fue como siempre la respuesta del oji verde. Tomó los dedos de Usagi con gusto, lamiéndolos de arriba abajo, cuando sintió que ya era suficiente, el escritor los retiro y los dirigió a su entrada, metiendo uno por uno cuidadosamente, los movió primero circularmente para después imitar el movimiento de tijeras. Metió su miembro suavemente en la cálida cavidad. –aaahhhh! –
-eres delicioso… -lo empezó a embestir con delicadeza para después imponer un ritmo mas violento.
El clímax estaba llegando a ambos, Usagi aumento el ritmo de su mano y de sus caderas, sintió perfectamente cuando Misaki se tensó y se corrió en su mano, apretando deliciosamente su entrada que a la vez aprisionaba a su miembro. El profesional no pudo más y se corrió dentro del menor, se dejó caer a la par de él.
-Perver…tido… -dijo en una exhalación el menor, la contestación de su amante fue un beso en la frente… sin mas Misaki se rindió a los brazos de Morfeo, había sido un día muy ajetreado y movido.
Por otro lado el escritor ya había descansado un par de horas (en contra su voluntad pero había descansado xD), se tapó con una salida de baño y se fue a meditar un poco a la sala, no sin antes tapar a Misaki con la cobija y darme un beso en los labios.
Bajó hasta el comedor y se quedó ahí meditando un poco.
“Vamos… piensa… serás padre… el doctor que te lo dijo es un maldito que tiene poco tacto para estas situaciones, sin embargo es el único a quien le tengo confianza, creo que tendré que desocupar un cuarto de peluches para el del bebé… me estoy precipitando… ni siquiera sé si lo que dijo ese loco es verdad… lo llevaré a control mañana definitivamente” Prendió un cigarrillo para ‘relajarse’ la situación le había venido de golpe, de lo que si estaba seguro era que quería a esa criatura y a su ahora novio… ya que a partir de la próxima semana se olvidaría de misaki como novio… ya que sería su esposo.´
Se relajo un rato en la instancia, tomó el teléfono y le llamo al doctor.
-¿Hashiba? –le llamó en tono amenazante.
-Oh! Akihito ¿cómo estas amigo? –le contesto desde el otro lado el doc.
-déjate de bromas y dime si lo de Misaki es verdad… -le dijo sin rodeos.
-Si, es un doncel, pocos hombres en el mundo tienen esa ‘habilidad’ por llamarla de alguna manera, tendrás que llevarle control y tratarlo de manera diferente a como lo hacías antes –le recomendó el de gabacha blanca
-¿tratarlo diferente? A que te refieres?
-verás tanto hombre como mujeres cuando están en cinta tienden a ser mas sensibles y se enojan, sufren o deprimen por todo, tienes que tratar de no hacerlo sentir mal. –El escritor se había metido en problemas…. Rabiar a Misaki era como su hobbie favorito… pero por el pequeño y por el bienestar de su koi haría hasta lo imposible.
-¿algo mas? –pregunto con voz grave el escritor.
-si… Joder, eres malditamente fértil… -el tono que anunciaba que e la otra línea habían colgado acompañaba la oreja del doctor – pero si es verdad –se dijo mas para si mismo, ya que nadie le escuchaba.
Usagi regresó a su cuarto y le hizo compañía al castaño, se echó a la par de él y se envolvió con la misma sábana, para al poco tiempo quedar completamente dormido, los siguientes meses empezaba lo mejor.
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