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Lágrimas de Cianuro por kitsune gin

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Notas del capitulo: Por fin, quedó beteado ya. Mis dos betas están, uno enfermo y la otra, trabajando y ya les tengo hartos a ambos -las ideas bajan rápido y mi idea es publicarlas lo más pronto posible... y ellos son gente decente, no delincuentes como yo- Lo de los disclaimer y eso, en el texto. Espero que esto funcione. K. Gin.
Ni la canción ni los personajes de Bleach o de Avatar me pertenecen. Las frases de la canción son meras citas. Namasté y gracias por leerme y por las reviews. Kitsune Gin/FA.



Soundtrack; Say when de The Fray





4.- Ausencia de opciones



Renji pudo notar el temblor en los ojos del biólogo. Y la confusión en el reiatsu. Byakuya se limitó a mirarlo y el teniente comprendió al instante que dos personas interrogándolo implicaba intimidación. Así que se levantó y se fue a curiosear por la biblioteca, mientras su capitán hablaba, en voz calmada y tranquila, con Norman.



Halló el álbum de fotos y de inmediato se puso a verlo. Fue cuando notó las últimas. Saltar a conclusiones no le llevó mucho tiempo y, al volverse a los dos que estaban frente a frente, en la pequeña mesa, advirtió el dolor en la expresión de Norman.



—Comprenda, Byakuya-sama… no es algo de lo que pueda hablar.



Kuchiki elevó una ceja, sin cambiar su expresión. Renji se mordió la lengua por dentro ¿Por qué no habían mandado a alguien más sensible para esto, como Kyoraku taichou? Ciertamente, su capitán era alguien capaz, valiente y todo eso, pero sus dotes sociales distaban mucho de ser buenas y su presencia, imponente como siempre, no facilitaba las cosas al resto del mundo.



—Queremos comprender, Norman-san. Sabemos que tienes un problema; tu reiatsu lo dice.



El biólogo lo miró, incrédulo:

—¿Cómo diablos alguien como yo va a tener fuerza espiritual?



—Con toda seguridad, se debió a tu cercanía con Urahara. Suele suceder que las capacidades espirituales despiertan si llegas a estar cerca de un poderoso reiatsu. Eso pasó con nuestro shinigami sustituto, Kurosaki Ichigo. Verás, él es un Caminante VIVO, un Dios de la Muerte que puede actuar como tal, pese a que aún no está muerto. Pero su reiatsu era tremendo y estaba descontrolado… fue Kuchiki Rukia, mi hermana, quien lo ayudó a realizarlo. Si estás afectando tanto al Árbol de Voces, me parece que tienes un problema parecido, mezclado con otra cosa y ello, altera a Eywa o por lo menos, al Árbol de los Omaticaya.



Renji intervino:



—Mo’at-sama dijo que llevabas una gran tristeza contigo —le mostró las fotos—¿Tiene que ver con esto?



Te’enzi.



Norman se enfureció en un instante y le arrebató las fotografías. El capitán Kuchiki sólo alzó la barbilla un segundo, instando a Renji a que siguiera hablando:



—¿Es eso, verdad? Estás triste y desolado porque él murió…



Norm dejó las fotos en la mesa, las manos a los lados sobre ella, la cabeza inclinada, los hombros hundidos, el dolor patente en la voz quebrada que siguió:



—Ustedes… ustedes no pueden imaginar cuánto… cómo…



Renji no se detuvo:



—Le amabas ¿Verdad? Y nunca pudiste decírselo ¿Por qué?



Norman alzó el rostro, bañado en llanto:

—No había forma de hacerlo. No la hay, en éste mundo.



El teniente y su capitán se miraron. Fue turno de Byakuya:

—¿Podrías ser más claro, Norm? ¿Lo que Renji dice es cierto?



El biólogo asintió. El capitán suspiró, algo impaciente:

—Eso no es un crimen, Norm.



—No en su Seireitei, capitán. Ni siquiera en la Tierra. Estamos en Pandora; una sociedad de cazadores, post paleolítica, donde la existencia de parejas heterosexuales es una NECESIDAD social; mueren muchos en la cacería, las estructuras familiares son necesarias o los Clanes simplemente desaparecerían.



Renji frunció el ceño, molesto:

—De donde yo vengo, Norm, las familias no existen. Algunos adultos reunían a unos cuantos niños y teníamos que vivir todos juntos, robando… cazando, si así quieres oírlo. Y el querer a un hombre no te hará menos valiente, ni un mal cazador ni alguien despreciable para el resto del Clan.



—¿Qué idea tienes, Renji-kun? —La voz de Norm era retadora.



—Max me dijo que no completaste jamás el Entrenamiento ni la Iniciación como cazador. Y sin embargo, subrayó que sabes seguir un rastro, que eres capaz de sobrevivir solo en éste ambiente —señaló hacia la ventana—; que es todo, menos amigable y que sólo necesitarías montar un ikran. En todo caso, podríamos mostrarte cómo afinar tu puntería con el arco y la flecha… pero ni siquiera creo que eso te haga falta. Vives de lo que cazas, ¿verdad?



Norm se sentó.

—Aclaremos esto, teniente. Si completo el Entrenamiento y paso el Renacimiento o Iniciación, si logro montar un ikran o uno de los caballos, ello me volverá candidato a pasar por el Ojo de Eywa y tendría que abandonar éste cuerpo humano.



—No veo…



—No, no lo ves. Si me convierto en un hombre del Clan, tendré dos cosas más el DERECHO y la OBLIGACI”N de elegir a una mujer, ¿comprendes? Tendré que formar una familia y no puedo hacer eso.



Byakuya se adelantó:

—Norman-san, en TODAS las sociedades que hemos visitado, en los distintos mundos, siempre han existido parejas del mismo sexo, así sean una minoría. Lamentablemente, Kisuke no está con nosotros pero estoy seguro de que hay datos… zoológicos incluso.

—Y tiene razón —lo interrumpió Norm—, hay una gran cantidad de especies que no necesitan un macho y una hembra para reproducirse. Incluso aquí, en Pandora. Eso es lo que he estado haciendo todos estos meses. —Se alisó el cabello, en un gesto desalentado—buscando muestras, catalogando flores, plantas, animales y es igual que en todas partes. Cuando la biología no permite un macho y una hembra o suficientes de los dos, las parejas de un mismo sexo se dan, sin que ello altere el número de la especie.



—¿Entonces?



Norman abrió la pantalla tridimensional del PADD y comenzó a escribir con sus dedos sobre la hoja transparente.



—Es muy sencillo, Renji, capitán Kuchiki; cada especie inteligente tiene un desarrollo tecnológico de diferentes sentidos. En el caso de los Na’vi, ellos no lo necesitan. Los enlaces biológicos con su propio mundo hacen innecesaria una evolución hacia la tecnología, como la que tuvimos nosotros. Los Clanes permanecen unidos y estables. Eywa sostiene todo el equilibrio y no toma partido en especial por nadie. Si tomamos como ejemplo una sociedad terrestre de la misma edad tecnológica… digamos, los massai, cazadores en el África, el equilibrio entre muertos y vivos se sostiene porque no hay guerreros homosexuales, ¿me explico? Una pareja de cazadores del mismo sexo, fueran hombres o mujeres aparentaría cierto desequilibrio en el número de nacimientos. Y subrayo “aparentaría” porque la especie en general, no sufriría desequilibrio. Hay razones genéticas para la homosexualidad en una especie y es parte de la vida de ésta. En el caso de los Na’vi, no he encontrado, en ningún Clan, ninguna mención a parejas del mismo sexo. Tampoco Grace lo halló… pero no era algo preocupante. Dimos por hecho de que se trataba de la etapa de vida de la especie.



—Pero acabas de decirnos que hay animales que son homosexuales aquí en Pandora. Los Na’vi deben saberlo.



—Y con toda seguridad, no les importa o no hacen caso de ello, Renji.



—¡No puedo creerlo! —Renji dió un manotazo sobre la mesa—Si la familia es tan importante ¿Qué sucede con los niños de los cazadores muertos? ¿Los que quedan huérfanos?



Norm abrió la boca y la cerró, sin decir palabra, sin entender hacia dónde se dirigía el shinigami. Tecleó algunos datos en la hoja transparente.



—De acuerdo al ritual de Hermanamiento, se reparten entre otros miembros de la familia. Aunque hay algunas variantes. En el Clan de las Llanuras, por ejemplo, el hermano mayor del cazador muerto toma a la esposa como segunda pareja pero no se aparea con ella y sólo vela por la familia entera del que murió, junto con su propia familia.



—¿Y si los niños no tuvieran a nadie?



—La familia que dirige el Clan los adopta como hijos suyos —Norman esperó a que los shinigami comprendieran la situación—¿Creen que no había pensado ya en todo eso? ¿Dos cazadores del mismo sexo, actuando como familia sustituta? Ya existirían. Y no se da, simplemente.



Se acercó a la ventana; pronto comenzaría a llover.



—No creo que puedan volver al Árbol Hogar… no esta noche —señaló sus collares de comunicación—; más vale que avisen a Jake—miró la pequeña habitación, desordenada—, hay sólo una litera más, pero yo puedo dormir en el Avatar.



—No es necesario: yo sé dormir en el suelo —refunfuñó Renji—¿tienes algo de comer?



Norman abrió la puerta del viejo refrigerador.

—Cubos de proteína… no te gustarán, teniente.

—¿Quién sabe? —Negó con la cabeza—Perdóname, Norm, es que todo esto que está ocurriendo me suena tan increíble…

—¿Por?



Byakuya, impasible y sereno como siempre, dijo, con toda naturalidad:

—Abarai Renji es uno de nuestros más valientes shinigami, Norman-san. Un Caminante con experiencia. Y un seductor terrible entre nuestros soldados…



Renji enrojeció hasta ponerse del tono de sus cabellos.

—¡Taichou! ¿Quién le ha dicho eso?



Byakuya elevó ligeramente la comisura de sus labios, en un esbozo de sonrisa maligna

—Soy tu capitán, Abarai. Conozco todos tus antecedentes… ahora, Norman-san, ¿podrías indicarme dónde dormir?



—Por supuesto, capitán Kuchiki. Una última cosa… hay algo que debo pedirles…



Los dos se mantuvieron atentos; la voz de Norm fue casi un murmullo:



—No pueden decir nada de esto a Jake.



Renji puso ojos de espiral. Era el colmo.

—¡Kami nos ampare, Norman! ¡Jake Sully es TU AMIGO! ¡Defendiste su vida varias veces! No creo que sea incapaz de comprenderlo.



Entonces, los shinigami notaron el temblor en las manos de Norm.



—Tal vez él lo entienda, Renji. Pero no quiero darle razones para que se avergüence de mí… yo… traté de hablar con Grace.



Eso era lo que Byakuya sospechaba y estaban esperando oír, de modo que no se alteró.



—¿Y qué conseguiste, Norman-san?



Norm se encogió de hombros.

—Su respuesta fue confusa, velada por las demás Voces y no logré escucharla. Oré muchas veces frente al Árbol —se rió, sarcásticamente—, hasta le pedí a Eywa que me llevara con ella… así, podría verlo a …L, de nuevo.



Los shinigami se miraron. Renji casi estalló.



—¿ESO LE PEDISTE? ¿Estás loco o qué? —. Lo alzó de la rasgada camiseta—La vida es SAGRADA, Norm, aquí o en cualquier parte del universo! ¿Tan miserable te sientes como para rechazarla? ¡Y luego te preguntas por qué Eywa nos hizo venir!



El biólogo rompió a llorar en sollozos convulsivos y Renji se sintió atravesado de lado a lado por la culpa.



“Idiota, soy un imbécil, un…”



Hizo lo único que se le pudo ocurrir; lo retuvo entre sus brazos, meciéndolo suavemente, acariciando los rubios y despeinados cabellos, hasta lograr que se calmara.



“Bakudou san ban, Nagusame”



Byakuya apenas si murmuró el hechizo; Norman se quedó dormido casi instantáneamente entre los brazos de Renji; el rostro aún empapado, los hombros del teniente marcados por la fuerza de los dedos del biólogo, en su ataque de angustia y llanto. Renji lo recostó en la baja litera.



—Ha sufrido muchísimo, Abarai.

—Me doy cuenta, capitán. Si hubiera muerto, tendríamos un serio problema de hollowficación.



Byakuya se soltó el kenseikan.

—Más que eso, Abarai. En éste mundo nunca han existido hollows. El reiatsu crece naturalmente de todas las cosas que hay aquí… no puedo imaginarme el infierno que se crearía —alisó sus negros cabellos y sólo entonces, su teniente notó el gesto cansado—. Toma la primera ronda de vigilancia. Yo avisaré a Jake.



—Sí, capitán.



Byakuya se alejó hacia la ventana y Renji se puso a buscar con qué desenmarañar su largo cabello. Ciertamente el de su avatar estaba impecablemente peinado, pero no el de su cuerpo espiritual. Mientras buscaba, notó el mango de un cepillo bajo el catre de Norm y, al arrastrarse a buscarlo, parte de su cabello quedó sobre la faz del biólogo. En sus sueños, Norman alzó la mano y acarició los largos mechones escarlata. Renji se congeló doblemente al notar el leve suspiro de alivio.



—¿Hey, compañero, estás bien?



Norman asintió, aún bajo el efecto del hechizo de Consuelo y suspiró, de forma casi inaudible;

—Todo el día… pensé que sería hermoso… tocar tus cabellos —sonrió—; son tan suaves, tan…



"No quiero que se note que me importas o que te quiero,

¿Cuál es tu nombre? Porque tengo que saberlo

Déjame acercar a ti y demostrarte.

Estoy aterrado porque vas derecho al asunto

y, seguramente, lo lograrás

Di la palabra correcta y seré tu hombre, sólo tuyo.

Di "¿cuándo?"

Y mis brazos te sostendrán contra mí, esta noche…

… somos dos fantasmas separados en un espejo, no más cercanos."



Se quedó profundamente dormido y Renji no pudo quitarle la mirada de encima ni la mano que retenía el largo mechón contra la pálida mejilla.



“¿Cómo puedo sacudirlo para que se dé cuenta de que no hay nada malo en él, que es inteligente, hábil y fuerte? ¿Cómo puedo demostrarle que amar a un hombre no lo hace menos hombre? Y, ultimadamente ¿Qué carajo me está pasando? ¿Por qué me importa? ¿Por qué quiero protegerlo, si no es más que un tarado? Que pestañas tan largas tiene. Y tan rubias. Más que las de Inoue… se ve que lo amaba, al cazador ese ¿Qué se sentirá ser amado así, hasta el punto de adoración, de querer morirse si te pierden?”



Su mano hizo cosas por sí misma, levantándose y acariciando los despeinados cabellos claros y el contorno del rostro, sin afeitar, notando la delicadeza de los labios, la indudable nariz judía, el fuerte arco de las cejas y los ojos de color miel que había bajo ellas, ahora cerrados. Sacudió la cabeza.



"Sólo estoy jodidamente cansado…"



Se frotó los ojos y jaló una de las mantas, para acomodarse en el piso. Después de dormir improvisadamente en las escalinatas de Las Noches, el piso de la cabaña búnker era tan cómodo como su propio futón. El tirón en sus cabellos le impidió recostarse; simplemente, Norm no lo había soltado ¡Con mil demonios! Estaba tratando de idear la forma de zafarse cuando se topó con la severa mirada de su capitán; Kuchiki tenía la habilidad de alabarlo o hacerlo sentir un perfecto idiota con un sólo levísimo gesto y Renji no sabía cómo interpretarlo ahora. Pareciera que Byakuya se estuviera riendo de él… aunque claro, su capitán JAMÁS reía.



—Taichou… yo.

La voz en la respuesta no dejaba de tener un trasfondo de diversión.

—Ya veo. Yo haré la primera guardia, Abarai. Trepa al catre y duerme con él: hay suficiente espacio; se ve que no tiene intenciones de soltarte —tocó la empuñadura de Senbonzakura—¿O prefieres que te lo corte?



Renji saltó, horrorizado, pero eso no logró que Norm soltara el mechón que tenía en su mano



—Está agotado, triste y mal alimentado, Abarai ¿Harías lo mismo por Kira o por Hisagi, cierto? No creo que haga algo más que dormir.



Renji se limitó a asentir. Afuera, la fuerte tormenta de Pandora decoraba el cielo con su poderosa estática; rayos, truenos, viento y agua, dejando ver apenas la cercanía de las otras lunas y de SCGh5001, el planeta que orbitaba el sistema trial; Próxima, Alfa y Theta Centauri. Antes de quedarse totalmente dormido, sintió una mano cálida, sobre su corazón. Estaba tan cansado que ni siquiera pudo protestar o alterarse…



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Byakuya estiró los dedos; la mano de sólo cuatro funcionaba como un guante perfectamente ajustado, aunque le dejaba un tanto adolorido el meñique y no le permitía usar a Senbonzakura a la misma velocidad. Por lo demás, su avatar funcionaba perfectamente; estiró completo el cuerpo azul que lo cubría y se ajustó el kenseikan. La noche había sido tranquila; Shirotoruk y Yourichi se habían refugiado en uno de los árboles cercanos y parecían dormir todavía, a la luz del húmedo amanecer. Aspiró un par de veces el aire de Pandora, notando el sabor dulzón. Cianógeno de alguna naturaleza -había dicho Mayuri- capaz de matar humanos a los tres minutos de exposición. A ellos no los afectaba como shinigami; usaban los avatares para poderse comunicar bien con los Na’vi, más que otra cosa.



El noble conectó el intercomm, esperando los saltos en el tiempo que se tardaría en llegar el pequeño blip de alerta al Seireitei. Kisuke, con una cara de no haber dormido en dos días, no tardó en aparecer.

—¡Ohayou, Byakuya bo!



—Urahara “san” —la cortesía fue forzada. Kisuke soltó la risa ¿Acaso ese hombre se tomaría alguna vez las cosas en serio? pensó Kuchiki.



—Revisamos las grabaciones de todo lo que Norm recogió y también, estamos tratando de resolver lo que aparentemente, es su problema.



—¿El Árbol de Voces?



—No. El reiatsu alterado. Norm posee una buena cantidad de él y, al igual que Ichigo-kun, no tiene idea de cómo manejarlo, sin contar con el dolor que hay en él.



—Pero el Árbol…



—Calma, Byakuya, calma; mi querido ex-alumno está causando inquietud al Árbol de Voces y no será un problema incontrolable, a menos que muera y se nos convierta en un hollow ¿Ya averiguaron qué lo está inquietando?



Kuchiki le contó todo en dos palabras. Y entonces sí que Urahara se puso serio.



—Lo más grave es que Norm tiene razón, Byakuya. La necesidad de parejas que formen familias, cuyo fin sea puramente reproductivo, es típico de la organización post-paleolítica que tienen los Na’vi, por lo menos, de acuerdo a los datos de antropología que tenemos. La respuesta no será sencilla —en el ángulo de la pantalla, aparecieron Renji y Norm, metidos en sus avatares, un tanto azorados y Urahara no dejó de advertirlo—¡Jujuju! Me equivoco o alguien aquí está usando sus tatuajes para algo más que presumir? ¿Algo así como intentar seducir a un inocente? —Urahara miró a Renji y le guiñó un ojo. Abarai le mostró los colmillos y Norm se acercó, molesto.



—Doctor Urahara ¡es usted el colmo!

—Buenos días para ti también, doctor Spellman —Urahara no dejó de sonreír—; el capitán Kuchiki me ha puesto al tanto de la situación y hemos checado las grabaciones que nos enviaron y ya tenemos un diagnóstico más o menos preciso.



—¿Qué está ocurriendo al Árbol?



—Le has contagiado tu propia tristeza…

Urahara esperó hasta que Norm digirió la información y luego siguió hablando, sin darle tiempo a responder:

—Es muy sencillo, Norm. Te enseñé suficiente sobre nosotros, los shinigami, así que estoy seguro de que me entenderás. Antes que nada y no se lo tomes a mal al capitán Kuchiki, sé que eres homosexual… desde antes de que él me lo dijera, así que no pongas esa cara de gato atragantado. Perdiste a ¿Cómo se llama? Te’enzi-san. Oraste al Árbol para poder comunicarte con él y decirle lo que no pudiste decirle cuando estabas vivo; que lo amabas. No lo conseguiste y trataste de hablar con Grace; especulo que ella no te creyó o no pudo creerlo o algo así y por eso, no lograste escuchar su respuesta y de paso, perdiste todo contacto con Te’enzi. Son dos conexiones, dentro del Árbol que quedan afectadas. Tu cazador Na’vi seguramente no entiende tu declaración. Grace no debe tener ni puta idea de que eres homosexual… o no la tuvo nunca. La confusión resultante genera pequeños cortocircuitos dentro del árbol y algunas partes se funden y de ahí, las manchas oscuras; reiatsu perturbado. Las Voces se confunden y te dejan sin respuesta. Si mueres, con esa cantidad de dolor, quedarás fijado a Pandora y te convertirás en un hollow que bien podría destruir completo el Árbol del Clan Omaticaya. Ahora, éste mundo exhala reiatsu hasta en sus formas más sencillas, las plantas, los animales, el agua… dejo a tu razón científica la reacción en cadena que se presentaría con semejante disturbio de energía espiritual, como es un hollow, hambriento de ella, en un mundo inundado de la misma…



Norm no necesitó del PADD para hacer ningún cálculo. Se limitó a asentir, desconsoladamente. Urahara siguió:



—¿Has encontrado alguna similitud biológica? ¿Especies que se reproduzcan sin necesitar de ambos sexos?



—Muchas, Urahara. En toda la cadena. Desde microorganismos hasta mamíferos.



El rostro de Urahara reflejó confusión.

—No lo comprendo. Los Na’vi deben saber esto.



—Yo también lo pensé así y he tratado de interrogarlos al respecto. Pero no parece importarles o no demuestran interés. No hay parejas del mismo sexo en ningún Clan y, aunque las hubiera… yo… yo amaba a Te’enzi, Urahara. No pensará, doctor, que si aparece algún cazador que de repente, me reclame como pareja, aceptaré sólo por eso…



Urahara hizo algo asombroso: Se puso serio.

—Nunca he dicho que se trate de algo como un mero cambio de ropa, Norman. Lo que sí te digo es que, si no lo resolvemos y CASUALMENTE mueres en Pandora, lo cual ocurrirá tarde o temprano, generarás un hollow que no será fácil controlar y que podría destruir entero éste mundo —Urahara tomó aire. Sabía muy bien lo que iba a proponer y de antemano, sabía la respuesta, pero tenía que hacerlo—¿Has considerado volver?



Norm abrió los ojos enormemente.

—¿A la Tierra? ¿Está loco? ¡Me preparé toda la vida para venir aquí! ¡Aquí está mi vida, mis amigos, mis estudios, todo lo que amo y me gusta! ¡Y no tengo nada a que regresar ni a dónde! Ustedes lo hacen porque se mueven en el tiempo y en el espacio, pero yo no puedo y no regresaría a esa… a la Tierra.



—Entonces ¿Prefieres poner en riesgo todo esto? ¿A todo lo que amas? ¿A éste mundo?



El biólogo estaba furioso, los puños apretados, la barbilla tensa. Claro que no quería eso. Respondió de acuerdo a su entrenamiento:

—Opciones, doctor Urahara Kisuke. Deme opciones y yo buscaré lo que podamos hacer.



Urahara asintió.

—Estás con uno de nuestros mejores estrategas, Norm. Y necesitaremos también ayuda de Jake y tus otros amigos que ya viven como Na’vi —sonrió, ligeramente—; me enorgullece saber que el entrenamiento que di a ambos, Grace y tu, ha funcionado.



—¿De qué diablos habla?



—De reiatsu, Norm —la sonrisa se hizo más amplia—; de futuros shinigami, de elegir a los que servirán, después de morir, en nuestro Gotei. Hallaremos opciones, te lo aseguro…



La imagen desapareció de la pantalla.





A cuatro punto ocho años luz de ahí…



—Eres un mentiroso de mierda.



La carcajada del rubio, encarándose a su colega científico.

—Mayuri-san, ¿qué hacemos cuando no tenemos opciones? ¡Somos inventores! ¡Genios! —se levantó tan rápido que casi se enreda en los amplios pliegues de su bata.



—¿A dónde carajo vas, Kisuke?



—Al archivo de antropología del Ningenkai, Mayuri. Y te recomiendo que busques todo lo que puedas sobre parejas del mismo sexo y cómo son vistas en diferentes mundos. Después de todo, tú no eres terrestre y te será más sencillo, mi querido amigo.



—Mmmph. Es un problema ridículo.



—Entonces, te será más fácil resolverlo.



La puerta del laboratorio se deslizó tras Urahara, sin hacer un solo ruido. Por un momento, Mayuri pensó que no habría sido mala idea tener a Szayel Aporro al lado; después de todo, él también habría sido capaz de encontrar alguna solución a todo aquel absurdo. Una solución perversa, desde luego, pero solución al fin. Resignado, se ajustó la máscara y se acercó a la computadora. Tenían muy poco tiempo.



Muy poco…
Notas finales: Hay como treinta variedades de cianógeno, que es una mezcla de nitrógeno, oxígeno y carbono. La primera mezcla -nitrógeno + oxígeno- es lo que nosotros respiramos acá en la Tierra. Aquellos que creen que sólo respiramos oxígeno... que lo intenten un rato. El dolor de cabeza es impresionante y el sangrado en nariz y pulmones tarda sólo un par de días en llegar. El oxígeno es HIPER venenoso y oxidante y respiramos más nitrógeno que éste. La mezcla de los tres elementos que forman un cianógeno es diez mil veces más venenosa... para nosotros. Pero es factible construír una química biológica basada sólo en halógenos del tipo de los cianógenos; el fuego ardería en esa atmósfera y el agua sería dable, aunque quizá, un poco ácida. Eso, explica un poco todo el título del fic; la mezcla de la atmósfera con las lágrimas Na'vi crea un potente cianuro clorado, mortal para cualquiera. Incluyendo Norm. Incluyendo el Arbol de Voces...
Mil gracias por sus lecturas, reviews y paciencia. Namasté. Kitsune Gin.

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