Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡Todo por esa maldita pelicula! por tenshi_kun

[Reviews - 328]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a tod@s, aqui estoy como todos los viernes, esta ves subiendo antes de la novela jaja.

Antes de empezar, les dejo la foto del vestido de la discordia en el capitulo pasado: http://www.blogcdn.com/www.aisledash.com/media/2008/06/macysrf.jpg

Es un Ralph Lauren y la modista me lo esta haciendo identico para mi fiesta de graduacion en Novienmbre ¿Les gusta?

Bueno... despues me dicen, a leer.!!

Las carcajadas y el ritmo pegajoso del difunto Michael Jackson era lo único que se escuchaba en el auto, pero de repente el pitido del celular de Tom se sumo al ambiente.


 


-Hola- contestó, mientras bajaba el volumen de la música.


 


-Hola amor ¿Cómo te fue?


 


-Bien… pero.


 


-¿Pero?


 


-Al final si hay una fiesta… bueno, una recepción en realidad ¿No te importa?


 


Dan miro a Tom y luego al frente nuevamente, sin poder disimular su sonrisa picara al escuchar como su amigo le mentía a la novia.


 


-Para nada, ya te dije que no me interesa lo que hagan “Esos”


 


-… - Tom prefería no contestar en esas circunstancias.


 


-Trata de mancharle el vestido con vino a esa zorra.


 


-No te prometo intentarlo, pero intentare intentarlo.


 


-Ajaja. No vemos mañana. Te amo.


 


-Yo a ti.


 


Tom se guardo el teléfono celular en su bolsillo y miro hacia Daniel.


 


-Que buen método de persuasión tienes – dijo el moreno, con picardía en la voz.


 


-No me gusta mentirle.


 


-A veces es necesario, ella también lo hace a su modo, créeme… todos mienten*.


 


-Ja, como el Dr House.


 


-Claro que si, lo amo, tengo todas las temporadas.


 


-¿Miras Dr House?


 


-Obvio que si, o que, ¿prefieres que mire Gossip Girls?


 


-Aja, claro que no. 


 


Tom se quedo algo pensativo con su cabeza inclinada hacia abajo. El siempre había deseado ver Dr House, aun no había comprado los DVD, según Jade era una serie aburrida y que el no estaba estudiando medicina como para verla, ella le obligaba a ver Gossip girls con el… ¡Patético!


 


**


 


Entraron al penthouse, estaba como Tom lo recordaba, espacioso, juvenil, blanco y elegante. Se veía mejor así, aunque debía reconocer que echaba de menos la música fuerte, los globos y el caño de streeper.


 


-Ponte cómodo amigo, iré a cambiarme.


 


Tom se acercó a una de las sillas de la mesa y dejo su saco color beige ahí, además de la corbata y el cinturón. También se quitó los zapatos y se saco la camisa de adentro del pantalón. Comenzó a caminar por el lugar, explorándolo. El plasma que tenía era increíble.


 


Mira hacia abajo y encontró algo parecido a un guión sobre uno de los sillones blancos individuales. Lo tomo en sus manos y se sorprendió al leer “Harry Potter y el fabricante de pociones”


 


¿Qué? ¿Acaso había algo que él no sabia?


 


Daniel bajo en ese momento y se quedó algo paralizado al ver a Tom con la historia entre sus manos.


 


-¿Qué es esto? – preguntó el rubio, con mirada confundida.


 


-Ja, no le des importancia. Me lo dio una chica latina cuando estaba haciendo la rueda de prensa para “Diabólico”


 


-¿De que se trata?


 


-Pues… hay gente que se dedica a escribir historias paralelas a la original.


 


-Oh no, no me digas que son esas historias eróticas.


 


-Jajaja, esas mismas. Y esta particularmente es excelente.


 


-No puedo creerlo.


 


-En fin, dejémoslo ya – dijo, quitándoselo de las manos - ¿Qué comemos?


 


-No lo se… ¿Pizza?


 


-Clásico.


 


Minutos después estaban sentados en la mesada de la cocina hablando sobre la primera parte de la película y lo bien que había quedado.


 


-No, de veras, esa parte que Voldemort agarra a Draco de atrás y le susurra en el oído… es macabramente homoerótica – comento Dan, riendo.


 


-Jaja, la cara de miedo que hice fue real.


 


-Jajaja.


 


Las risas fueron interrumpidas por el sonido del timbre.


 


-Seguro es el conserje con las pizzas.


 


Tom miró a Daniel correr hasta la puerta, también estaba descalzo y había reemplazado su elegante traje por una enorme sudadera que hacia juego con sus pantalones.


 


-¿Dos pizzas? – preguntó Tom, cuando vio que su amigo volvía en su dirección.


 


-Pues si, yo tengo hambre.


 


Entre risas y charlas se pasó el tiempo y en las dos cajas solo quedaban tres porciones de Pizza.


 


-Ay, no doy mas, estoy que reviento – se quejó Tom.


 


-¡Gallina! – bromeó Dan, tomando otro pedazo.


 


-Es que… Jade no come casi nada ¿Sabes? Así que por lo general sobra de una sola pizza.


 


-Bueno, yo no soy así – dijo Dan, para rematarla con un gran y asqueroso eructo.


 


-¡Cochino!


 


-Apuesto a que eso tampoco lo hace.


 


Tom río… no, ella no lo hacia, tampoco pretendía que lo hiciera ya que era una mujer fina y hermosa… pero debía reconocer que le encantaría hacer ese tipo de cosas siempre.


 


**


 


Dan abrió ambas puertas blanca debajo de su mueble, y Tom abrió mucho sus ojos azules. Estaba abarrotado de películas, y encima, todas desordenadas.


 


-¿Cómo esperas que elija una película en este desastre?


 


-Si, quizás debería ordenarlas.


 


-Elige tú, me da igual.


 


-Bien… pero esta la tengo bien protegida porque es mi favorita.


 


Tom miro sorprendido a su amigo subir las escalera de a dos escalones y bajar casi en segundos.


 


-Aquí esta.


 


-Oh dios mío – exclamo Tom.


 


-Ya la vi tres veces, y si la vemos ahora serán cuatro.


 


-¿Bromeas? – dijo Tom, sacándosela de sus manos – Desde que gano el Oscar que quiero verla.


 


-¿Y porque no fuiste a un video club?


 


-A Jade no le gustan las películas extranjeras.


 


-Pudiste haberla visto solo.


 


-Si, pero no tiene gracias… además debo admitir que tengo sentimientos encontrados.


 


-¿Por qué es argentina?


 


-Puede ser…


 


-Amigo, el cine no tiene nada que ver con que nos humillen en el futbol.


 


-Si ¿Verdad?


 


-Además, a mi el futbol no me interesa, me interesa el Cricket.


 


-Es que tantos años oyendo eso de mis hermanos y se me pego.


 


-Aja, no permitas que eso te condicione. “El secreto de sus ojos” es la mejor película que vi en mi vida – confesó, poniendo el disco dentro del aparato.


 


Tom se tensó al ver que las luces del penthouse bajaban, dejando todo en penumbras, hasta que los títulos del DVD iluminaron un poco el lugar. Respiro hondo y decidió calmarse, se concentraría en esa película que tanto había deseado ver y no permitiría que sus prejuicios deportivos la arruinara… o que la cercanía de Daniel lo incomodara.


 


**


 


No iba a llorar, no iba a llorar, Tom se repetía eso una y otra ves, pero sus ojos se estaban aguando demasiado y le picaba la garganta… ¡Dios! Es película si que era bastante fuerte.


 


Ok, esas escena en la cancha de futbol había superado ampliamente a cualquier de las películas de Harry Potter… a cualquier película que recordara.


 


-Increíble – dijo Daniel.


 


-Nunca había visto un plano secuencia así.


 


-Es increíble realmente.


 


Jamás había estado tan concentrado en algo ¿Qué carajo estaba pasando? Ahí había algo extraño definitivamente.


 


-Oh dios MIOOO – Gritó Tom, al ver… eso.


 


-Shhh – lo calló Daniel, inclinándose hacia delante, como si la viera por primera ves.


 


Si no cerraba la boca pronto estaba seguro de que babearía en la alfombra.


 


-“Cerrá la puerta” – dijo la protagonista femenina, y el hombre lo hizo. Por fin, el nombre de la película apareció plasmado en la puerta de madera… y el no sabia que pensar.


 


No reaccionaba, no lo hacia.


 


-Tom.


 


-Es... es una… terrible, excelente.


 


-¿Viste?


 


Tom miro a su amigo y se sorprendió, tenia la piel roja debajo de sus ojos, y el color azul parecía iluminar la sala entera.


 


-¿Lloraste?- preguntó.


 


-Siempre lloro ¿Tu no?


 


-Bueno… hubieron algunas partes en que me dio mucha congoja… pero.


 


-Hace mal retener el llanto – le explico, mientras sacaba la película del aparato.


 


-Aunque, hubieron algunas cositas un poco… cualquiera- dijo, mientras estiraba las piernas caminando hacia la mesada de la cocina.


 


-Jaja ¿Cómo es eso?- preguntó Daniel, prendiendo las luces y siguiendo a su amigo.


 


-Lo de identificar al asesino solo por su mirada.


 


-Es verdad Tom, eso no es cualquier cosa. Las miradas hablan.


 


-Yo no creo en eso.


 


-Yo se hacerlo, a mi los ojos de los demás me hablan.


 


-¿Ah si? A ver ¿Qué te dicen los míos?


 


¡Mala idea! Daniel se acercó muy serio y decidido hasta quedar a unos pocos centímetros de él. Trago duro, los nervios habían vuelto como nunca antes, estaba tan paralizado que sus músculos le dolían… no podía permitir que se notara.


 


-Me dicen que… - comenzó Daniel, muy cerca del rostro de Tom, mirándolo fijamente a los ojos – Necesitas un cambios… necesitas algo mas.


 


Tom apretó los puños de sus manos, su garganta estaba cerrada y no podía tragar, su vista fija en los ojos azules de Daniel.


 


-No estas del todo feliz… estas confundido y eso te atormenta.


 


“Mierda” pensó Tom, a cada segundo se sentía más nervioso y, ¿Daniel se había acercado más? Podía sentir el roce de su pecho contra el suyo, el calido aliento contra la piel de su cara, sus pies descalzos tocando los suyos.


 


-¿Sabes que Tom? – Pregunto el moreno- Tus ojos están haciendo una pregunta en este mismo momento.


 


-¿Si? – Pregunto en un susurro, nervioso- ¿Cuál es?


 


-¿Cómo se sentirá besar a un hombre?


 


Sintió un brusco escalofrío recorrerle el cuerpo, y las palabras de Sandrina llegaron a su mente con mucha fuerza: “Déjate llevar”


 


Eso hizo precisamente… de todas maneras no podía reaccionar, su cuerpo no le obedecía. Perdió la noción del tiempo y el espacio, perdió su raciocinio y su cordura en el mismo momento que los calidos labios de su mejor amigo Daniel se posaban sobre los suyos.


 


Dan pensaba que su corazón reventaría en cualquier momento. Su pecho estaba lleno de algo que jamás había experimentado, los nervios le hacían temblar las piernas y sus manos aferradas a las muñecas de Tom se cerraron suavemente.


 


Lo estaba besando, el sueño de tantos años, el anhelo, estaba allí… estaba besando a Tom.


 


Aparto sus labios solo unos milímetros, para luego volver a posarlos, pero esta ves abriéndolos levemente. Tom seguía sin replicar, y esto lo animaba a seguir.


 


Sentía un doloroso cosquilleo en su bajo vientre, el calor se estaba apoderando de cada centímetro de su cuerpo. Los labios de Daniel eran muy suaves y calientes y, cuando este volvió a besarlo con su boca delicadamente abierta, su cuerpo y su mente le exigieron que correspondiera de la misma manera.


 


Daniel se animo a más, el beso estaba siendo algo torpe, Tom no movía sus labios y él tenia miedo de hacerlo. Aun con las muñecas del rubio entre sus manos, las llevo hasta atrás, haciendo que rodearan su cintura.


 


Feliz, comprobó que Tom las dejó ahí, en ese instante Daniel se soltó y, bastante nervioso, rodeo el cuello del otro chico, dispuesto a profundizar ese beso que ya le estaba pareciendo por demás de infantil.


 


Y ahí estaban, con sus cuerpos pegados pero no apretados, abrazados, Tom lo tenia de su cintura y Daniel de sus hombros, no movían la cabeza, solo chocaban sus labios tímidamente… ambos parecían dos adolescente asustados, inexpertos y muy nerviosos.


 


Daniel ya no podía controlarse mucho más. Comenzó a acariciar con sus manos la nuca de Tom, su cabello, su cuello y sus mejillas… Dan sentía que flotaba en una esponjosa nube. Se animó un poco mas y deslizo su lengua dentro de la boca de Tom… este no lo rechazaba y el chico moreno pensaba que si moría ahí mismo no le importaría.  


 


Eso se sentía bien, muy pero muy bien. Se estaba dejando besar por una persona experta, por una a la que no le importaba que usara demasiado la lengua, o que la mordiera o que la apretara… se estaba dejando besar por un hombre.


 


Tom abrió los ojos y se apartó algo asustado. Miro a los ojos de Daniel con miedo, y este último no pensaba perder tan fácil lo que había deseado durante años.


 


-Yo… - intentó explicar Tom.


 


-Shh… Déjate llevar – susurró Daniel, volviendo a besarlo, esta ves, apasionadamente.


 


Tom no tuvo tiempo de pensar siquiera, Daniel se abalanzó sobre el y lo hizo chocar de espalda contra la columna de material que sostenía la mesada de la cocina. Las dos voces en su cabeza estaban luchando nuevamente, una que le decía que se apartara, que después de eso nada volvería a ser igual con su amigo, que cruzo una línea y que no tenía retorno. Pero la otra voz le decía lo mismo que Sandrina y que Daniel, que se dejara llevar, que gozara, que experimentara.


 


Tom intentaba muy pobremente zafarse, pero Daniel lo apretaba y el no se resistía… y continuaba.


 


-Oh Dios… - gimió Tom cuando Daniel comenzó a morder su cuello y metió ambas manos por debajo de su camisa, apretando con cada uno de ellos la espalda desnuda, y refregando su erección con la suya.


 


Daniel se deleito con ese gemido, era lo mas bello que había escuchado jamás, era mucho mejor y mas excitante que en sus sueños. Se dedico a morder y chupar la oreja de Tom mientras bajaba sus manos con caricias sensuales hasta llegar al trasero y apretarlo.


 


Tom pensó que podría caerse, jamás le habían echo eso… JAMAS, nunca lo habían mordido así, tocado así, lamido así… y era perfecto, era lo que necesitaba.


 


-Vamos arriba – ordenó Daniel sobre su oído.


 


Pero cuando Daniel se aparto y lo tomo de su mano para arrastrarlo hacia la habitación, vio como Tom tenia su cabeza agachada y sin intención de acompañarlo.


 


-¿Qué pasa? – pregunto, maldiciendo la hora en que se le había ocurrido apartarse.


 


El chico rubio lo miro con los ojos llenos de lágrimas, llenos de miedo y de dudas.


 


-Tom…


 


El chico solo negó con la cabeza y salio del penthouse casi corriendo.


 


Lo único que Daniel pudo hacer fue llevarse ambas manos a la cara y luego sentarse en uno de sus sillones… parte de la ropa de Tom estaba ahí, pero no podía correrlo y entregársela, no podía volver a mirar esos ojos llenos de miedo y duda. Todo su cuerpo le temblaba, la vida había dibujado una sonrisa en su cara y tan solo en su segundo la había borrado como si nada… lo había perdido.


 


Tom se miraba curioso en el espejo del ascensor, sus labios rojos e hinchados, su piel rojiza por el calor que sentía, sus ojos mojados por las lágrimas, despeinado, y con su corazón latiendo velozmente. Apenas se dio cuenta de que estaba semi vestido, en realidad eso no le importaba mucho. Salio del edificio y se sentó en el gran cantero repleto de plantas que adornaba la fachada.


 


La noche estaba fresca y el estaba descalzo, parte de su ropa había quedado arriba, pero no pensaba volver a buscarla, no quería volver a ver los ojos de Daniel llenos de tristeza y deseo. Se había dejado llevar y lo había arruinado todo, nada con su amigo volvería a ser igual


 


Ambos, Daniel y Tom, se preguntaban que estaría pensando el otro en ese momento, y ambos llegaron a la conclusión de que estarían muy calientes en una cama, juntos, gozando. La idea les parecía muy tentadora a los dos… pero, era todo muy extraño, muy irreal, muy excitante.


 


Tom visualizo un taxi a lo lejos, se levanto como resorte y le hizo seña para que parara, este lo hizo y Tom se subió a el, alejándose de ese lugar lo mas rápido posible, pero sin poder alejarse de sus pensamientos.


 


Ed llegó varios minutos después, lo primero que hizo fue darle un abrazo de consuelo y luego pedirle a su amigo que le contara cada detalle de esa noche… porque primera ves, Ed no sabia como aconsejar a Daniel, pero esperaba llegar a una conclusión para poder guiarlo, se lo veía muy mal, hasta un poco patético oliendo la ropa que Tom había dejado.


 


-¿Y si llamas a tu tío?- sugirió Ed.


 


Daniel lo miro con un brillo extraño en los ojos, no pudo dejar de pensar en el sostén de Tom ¿Cuál seria? ¿A quien le contaría lo que había sucedido entre ellos?


 


Tom estaba sentado en su cama, eran las 5:35 del domingo, Sandrina no estaría allí, así que la única solución que Tom encontró estaba en el botiquín de su mama, las pastillas para dormir, era la única forma en que podía parar las voces de su cabeza.


 


Daniel y Tom se quedaron dormidos en sus respectivas camas, había sido una noche llena de confusiones, pasiones, miedos y dudas… pero de una cosa ambos estaban muy seguros: Ya hacia mucho tiempo que las cosas habían cambiado entre ellos.   


 


 


 


 


 


 


 


*Todos mientes: es uno de los lemas de Dr House.

Notas finales:

Bueno... pienso que estaran sorprendidos.

Otra cosa, la descripcion de penthouse de Daniel no me la invente, hace tiempo que circulan fotos de su casa... miren:

http://www.momist.com/uploaded_images/Daniel-Radcliffe-buys-$4-million-penthouse-in-New-York-761086.jpg

Contra una de esas columnas se besan jeje ¿Les gusto?

Estoy ansiosa por conocer sus opiniones. Besoteees :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).