LA PELICULA (PARTE 4)
Richard llego con gran dificultad al edificio en donde se encontraba la habitación de su amigo Jimmy. La tormenta afuera era muy intensa, el viento soplando violentamente, las ramas desprendiéndose de sus árboles, relámpagos, cables que producían chispazos, corte de energía en varios lugares del campus, las sirenas cada ves mas audibles y en mayor numero.
Caminaba lentamente por el pasillo del edificio, el ambiente era muy pesado y extraño, los pequeños cuadros en las paredes se agitaban suavemente de una forma inexplicable, ya que no había ventanas cercas como para moverlos. Comenzó a subir la escalera, todo estaba en un silencio sepulcral, asfixiante.
Llegó al segundo piso, la tercera puerta a la izquierda estaba abierta, era el cuarto de Jimmy. Suspiro muy hondo, sentía miedo en su interior, no comprendía con exactitud lo que sucedía, pero iba a averiguarlo.
Finalmente se paro frente a la puerta abierta, y lo que vio lo dejo helado, sorprendido y asustado. Su amigo Jimmy estaba sentado en la cama, su rostro estaba lleno de lágrimas, miraba al piso y tenia ambas manos entrelazadas apoyadas en sus piernas. Todo alrededor del chico daba vueltas en círculos, volaban libros, hojas, lápices, hasta algunos papeles abollados y arrugados.
-¿Jimmy?
El mencionado levanto su cabeza, y Richard ahogo un gemido cuando un relámpago ilumino la habitación, y vio un destello rojo en los ojos de su amigo.
-No pude controlarme – dijo con voz ahogada, en un susurro.
-¿Qué te sucede?
Pero el chico moreno comenzó a llorar, llevo sus manos a la cabeza y Richard se arrodillo frente a el, abrazándolo.
-Sácame de aquí, por favor – pidió Jimmy, abrazando mas fuerte a su amigo.
-¿A dónde?
-Al orfanato, solo ahí estoy a salvo.
-¿A salvo de que?
-¡Solo llévame! – grito, y repentinamente estallaron los vidrio de la habitación de Jimmy.
El chico rubio trato de controlar su miedo, algo muy malo le estaba pasando a Jimmy. Ayudo a levantarlo y, cuando cerró la puerta del cuarto tras el, sintió como todas las cosas que volaban anteriormente, caían al piso.
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-Esto esta espeluznante – dijo Jade.
-A ti no te gusta el terror.
-Pero esta película esta muy buena, Daniel se ve genial.
Tom decidió no opinar, miro hacia delante encontrando las dos butacas vacías. No podía comprender porque seguía pensando en eso.
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Richard ayudo a Jimmy a bajar del taxi, se lo veía muy mal, pálido y temblaba levemente, la tormenta no se había detenido, pero el viento había cesado un poco.
Antes de llegar a la enorme puerta, la hermana Susan la abrió y les dio miradas preocupadas. No le importo estar en bata, simplemente salio y se acerco a Jimmy abrazándolo fuerte. Richard había llamado al orfanato para contarle lo sucedido, solo lo que sabia, y habían llegado mas rápido de lo que pensaba.
La escena cambio y los tres estaban en el despacho de la hermana Susan, ambos chicos tenían mantas en sus hombros y se secaban junto a la chimenea. Minutos después, la misma hermana Susan trajo Te para todos.
-Hermana, no pude controlarlo – dijo Jimmy, aun mirando las llamas.
-¿Qué sucedió exactamente, Jimmy?
El moreno se paro, y miro a su amigo Richard, este tenia una cara de preocupación muy notable… aun no era el tiempo de contarle su secreto, no delante de la hermana Susan, al menos.
-Hermana, quisiera hablar a solas con usted, por favor.
-¿Qué? – dijo Richard, pasando de preocupado a molesto.
-Por favor, Ricky, luego hablaremos nosotros, te lo prometo.
-Pero…
-Richard, por favor – interrumpió la mujer – Jimmy te contara todo luego, ahora si serias tan amable de ayudar a la hermana Betty a arreglar el cuarto de huéspedes, temo que su antigua habitación ya esta ocupada.
El chico rubio le dio otra mirada furiosa a Jimmy y salio del despacho.
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Richard estaba comenzando a preocuparse, ya había pasado casi una hora y Jimmy aun no regresaba, se preguntaba que podía estar pasándole a su amigo, la cabeza le daba vueltas y le trabajaba a una velocidad insana. También se preguntaba si ese destello rojo en los ojos de Jimmy había sido solo su imaginación.
La habitación era amplia, tenia dos camas grandes y un ventanal que cubría casi toda la pared, la tormenta seguía, y el comenzó a pensar en la fiesta de la hermandad, en como se encontrarían todos, en si habría algún muerto. También pensaba en Sarah ¿Por qué lo había besado? El la quería como una amiga… el solo quería a una persona.
La puerta se abrió en ese momento dejando ver a Jimmy. El chico rubio volvió su vista a los jardines del orfanato, estaba aun muy enfadado con el por sacarlo de la conversación.
-La hermana Susan dijo que nos podíamos quedar todo el tiempo que quisiéramos – dijo Jimmy.
Richard seguía mirando la ventana, ignorando a su amigo.
-Ricky, por favor.
-¿Qué es eso que tenias para contarme que no pudiste hacerlo frente a la hermana?
-Es muy complicado. Te pido por favor que te siente y me escuches.
El chico rubio obedeció, estaba comenzando a preocuparse, obviamente el tema era muy delicado. Mejor dejaba su infantilismo para otro momento y prestaba atención a su amigo.
Ambos se sentaron frente a frente en la gran cama cercana a la ventana, las cortinas estaban algo abiertas y lo único que iluminaba la habitación era una lámpara en la mesita de noche y los relámpagos de la tormenta.
-Ricky – comenzó el chico moreno - ¿Tu crees en los ángeles, no?
-Claro que si.
-Entonce… crees en los demonios.
-Bueno, uno se rehúsa a creer en ellos, pero seria de ignorante no hacerlo.
-No se como decirte esto, Richard.
-¿Qué sucede?
-Desde que salimos del orfanato, muchas cosas raras me sucedieron.
-Pues, la verdad que si.
-Veras, hace un tiempo, volvía del trabajo y, pasó algo muy malo y… yo lo provoque.
-¿Qué cosa?
-Le robaron a una pobre anciana, yo lo vi, tuve un pensamiento muy… no se exactamente como sucedió, pero ese pensamiento mío se realizo.
-¿Qué fue?
-Yo pensé que ese delincuente se merecía que le cortaran las piernas… y sucedió.
Los ojos de Richard se ensombrecieron, en su cabeza había miles de pensamientos arremolinados.
-¿Qué quieres decir, Jimmy?
-Soy el hijo de un demonio.
Lo primero que se le ocurrió al chico rubio fue echarse a reír, pero vio las lágrimas agolparse en los ojos azules de su amigo, y comenzó a atar cabos de los sucesos en los últimos meses.
-¿Puedes explicarme mejor, por favor? – pidió, y Jimmy obedeció.
-Mi mamá se llamaba Angélica, vivía junto a mi abuela en el pueblo de Misantha.
-¿Cómo sabes eso?
-La hermana Susan me lo contó, ella era la hermana de mi abuela, Tiffany.
-Continúa Jimmy.
-Mi mamá solo tenía 17 años cuando un demonio la poseyó. Lograron quitarlo de su cuerpo pero ella quedo encinta.
-Dios mío.
-La hermana Susan dice que ella era muy buena, como una santa, y decidió tenerme sin importar de donde provenía, ya que ella era virgen.
-Y que sucedió.
-Ella murió al dar a luz, mi abuela me trajo al orfanato, y años después de suicido.
-Y… ¿Y tu provocaste lo de esta noche en la fiesta? ¿Lo del chico Mike también?
-Si, Richard, inexplicablemente, y sin quererlo lo hice.
El chico rubio se paro y camino hasta apoyar su espalda en la pared junto a la ventana. Intentaba aclarar su mente, pero no lo lograba. ¿Su amigo era un demonio? ¿Lo era?
-Jimmy ¿Estas seguro?
-Bueno, la hermana Susan dice que también soy hijo de Angélica, lo cual es cierto.
-¿Por qué ahora, Jimmy? ¿Por qué no todos los años aquí?
-Por eso mismo, Ricky, aquí estuve a salvo.
Richard se rasco la cabeza, desordenando aun más su pelo.
-¿Qué piensas?
-No lo se, sinceramente no lo se. Lo que sucedió en la fiesta fue…
-¿…Diabólico?
Richard se lo quedo mirando, callado, no sabia si esa era la palabra correcta, pero sin duda era muy acertada. Jimmy se acerco a su amigo, pero este retrocedió unos pasos, chocando contra la pared.
-¿Me tienes miedo? – pregunto.
-Solo estoy sorprendido, debo asimilarlo.
-Richard – dijo, acercándose mas – Yo soy el mismo de siempre, solo tengo que aprender a controlar… esto.
-¿Por qué te descontrolaste en la fiesta?
Llego el momento de confesar otra verdad para Jimmy, era ahora o nunca.
-Por ti.
-¿Qué?
Jimmy tomo una bocanada de aire y continúo:
-Por que te quiero, Richard.
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Tom abrió mucho los ojos cuando Daniel se acerco a su compañero Ed, había olvidado completamente que Dan le había contado que tendría una escena gay en la película.
Quiso cerrar los ojos, pero era todo muy morboso como para perdérselo.
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Jimmy poso sus labio en los de Richard, eran mucho mas suaves y calientes de lo que había soñado, se aparto algo sonrojado para mirarlo, y rogando no ser rechazado.
-Jimmy, yo.
-Shhh… yo amo, Richard, yo creo y siento. Mi parte diabólica no me dominara, no lo ara.
Richard jadeo, estremeciendo el cuerpo de se amigo.
-Yo te quiero también, Jimmy.
Se volvieron a besar de forma mas intensa, hasta que separaron sus labios, asustados, ya que la única lámpara que estaba prendida estallo, dejando toda la habitación iluminada por los constantes relámpagos.
-Lo siento – se disculpo Jimmy – Aun no se controlarlo.
-Lo harás, yo te ayudare.
Ambos respiraban agitados, se miraron a los ojos con intensidad y volvieron a besarse, esta ves abriendo sus bocas, introduciendo sus lenguas. Los brazos rodearon ambos cuerpos y comenzaron a caminar había la cama, sin despegarse.
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Tom trago muy duro, sentía una vergüenza que jamás experimento, aunque no sabia por que. Su mejor amigo estaba haciendo la escena gay más explicita desde Brokeback Mountain y todos en la sala de cine parecían estar disfrutándola. Bueno, eso pensaba el ya que no se escuchaba ni el mas mínimo murmullo ni el sonido de sodas o bolsitas de dulces abriéndose… y no podía quitar los ojos de la pantalla.
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La escena cambio para mostrarlos en la cama, ya desnudos de cadera para arriba. Jimmy sobre Richard, tocándose y besándose, iluminados por los relámpagos afuera.
Los gemidos de ambos se disimulaban por el ruido de los truenos. Richard volteo a Jimmy y se poso sobre el, comenzando a dar besos en su cuello, y bajando, seguido muy de cerca por la cámara, llegando hasta ver un poco del bello genital de Jimmy, para luego subir y volver a besarlo, jugando un poco con sus lenguas.
La imagen comenzó a viajar hacia un costado, dando a entender que la escena finalizaría pronto, Richard volvió a besar el cuello de Jimmy y este, gimiendo y arqueándose giro su cabeza para el costado, abriendo los ojos, y nuevamente el destello rojo en ellos. Finalmente la imagen llego a la ventana en donde se veía la furiosa tormenta, para ir cambiando a un amanecer tranquilo y soleado.
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A Tom le pareció escuchar un suspiro de alivio multitudinario, de pronto sintió que el ambiente estaba mas caliente. Había sido una escena… intensa.
-Eso fue porno – dijo divertida Jade.
-No era necesario ver tanto.
-No lo se, lo único que si se es que lo disfrutaron… se notaba.
Tom miro nuevamente hacia delante, las butacas seguían vacías… bueno, si el fuera Daniel sentiría vergüenza de estar entre tanta gente que mirara esa escena ¿No?
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La cámara volvió a hacer el mismo recorrido de segundos antes, mostrando la cama revuelta y Jimmy en ella, solo. Se despertó algo sobresaltado, pensando en si la maravillosa noche que había pasado con Richard había sido solo un sueño. Pero al instante se dio cuanta de que no, las sabanas olían al chico rubio, y el sonrío tontamente.
La nueva escena mostró a Jimmy entrando al comedor de la hermanas, pero como era domingo no encontró a nadie, todos deberían de estar preparándose para la misa del domingo. Solo estaban ahí la hermana Susan y Richard que, al verlo le sonrío un tanto sonrojado.
-Buenos días, Jimmy – saludo la hermana Susan – Ven, acompáñanos, aun falta para la misa.
-Si, gracias hermana.
Jimmy se sentó cerca de Ricky y lo miro con cara de tonto, sentía muchísimas ganas de besarlo.
-¿La pasaron bien anoche? –pregunto Susan.
Los chicos la miraron con ojos muy abiertos, era imposible que alguien escuchara, la habitación estaba muy alejada de los cuartos generales, y no creían haber gemido tan fuerte.
-¿Cómo dice? – pregunto Ricky.
-¿La pasaron bien? ¿La lluvia los dejo descansar? ¿Les pareció cómodo el cuarto?
-Ahh si, todo estuvo perfecto, gracias – respondió el chico rubio.
La mujer sonreía pícaramente, pero prefirió no decir nada, las palabras no valían, ella conocía a Jimmy y Richard desde bebes, los había educado, ella era como la madre de ambos, y los conocía a la perfección. Volvió a bebe de su tasa de te, con la esperanza de que producto de esa relación, Jimmy pudiera sepultar definitivamente su lado diabólico.
Luego del almuerzo, ambos chicos regresaron al campus, venían tan hipnotizados uno con el otro, recordando cada caricia y cada beso de la noche anterior, que lo habían olvidado.
El campus estaba lleno de camiones periodísticos, ambulancias y patrullaros policiales. Richard tomo del brazo a Jimmy y lo dirigió hasta su apartamento, que era el más cercano. Se paralizaron al ver tres policías en la puerta de la habitación de Jimmy.
-¿El señor Jimmy Archer? – pregunto uno de los policías.
-Soy yo – dijo el chico moreno.
-Una joven en el campus, Sarah Gordon, dice que usted provoco los incidentes de la pasada noche.
-¿Qué? – pregunto sorprendido Richard.
-Así es, tendrá que acompañarnos a la jefatura.
-Espere un segundo – interrumpió Richard – Antes que nada ¿Hay algún muerto?
-No, pero hay muchos heridos con quemaduras graves, ya están hospitalizados y podrán reincorporarse a la universidad según su estado de salud.
Tanto Jimmy como Richard, respiraron aliviados ante este dato.
-Y, oficial – continuo Richard – ¿Ya se determino la causa de los incidentes?
-Bueno, es todo muy confuso, la verdad es que no.
-Mire ¿Señor?
-Oficial Manfredy.
-Señor Manfredy ¿Hay alguna otra persona que acuse a Jimmy?
-No, solo la señorita Gordon.
-Ósea que no saben las causas de los accidentes, y solo testifico una persona en contra de Jimmy.
-Bueno, es que…
-… Entiendo, aquí viene gente que es muy poderosa, pero la señorita Sarah Gordon me pretende, y yo estoy en pareja con Jimmy.
Los tres oficiales se les quedaron mirando, pasmados, al igual que Jimmy.
-Creo que comprenderá la situación ¿Verdad? – continua Ricky.
-Buen, siendo así.
-Yo me encargare de hablar con Sarah, y ustedes busquen otro conejillo de indias para darle una explicación a la gente que se los exige.
-Vuelvo a tomar declaratoria y nuevamente surge tu nombre, y no habrá escapatoria.
-A sus órdenes – dijo Jimmy, hablando por primera ves.
Los tres hombres se fueron, visiblemente cansados y además se notaba que todo eso le estaba pareciendo ridículo, como cada incidente en fiestas universitarias.
-Idiotas, como se nota que no tienen ganas de trabajar – dijo Jimmy.
Jimmy y Richard entraron a la habitación, aun seguía destrozada, pero antes de comenzar a ordenarla nuevamente, acordaron que lo mejor seria bajar y testificar sobre los hechos, además de verificar el estado de salud de sus compañeros, aunque no había muchos chicos o chicas conocidas en esa fiesta.
Cuando salieron del edificio vieron mucha gente en todo el campus.
-Chicos, chicos – llamó una mujer con traje rojo, pelo rubio, con un micrófono en la mano. –Soy Lola Piers del canal 11 ¿Ustedes asistieron a la fiesta? ¿Podemos hacerles unas preguntas?
-Preferiría que no, gracias – dijo Richard y se encamino junto con Jimmy a la casa de la hermandad “Omega Kappa”
Todo estaba lleno de policías, se dieron cuenta que no tenían mucho por que hacer allí, además daban dos pasos y algún reportero los quería entrevistar. Respondieron varias preguntas de los policías, al igual que mucho de sus compañeros de universidad, pero aun nadie llegaba a ninguna conclusión.
Poco a poco fueron descongestionando el campus, ambos chicos comieron fuera de la universidad y Jimmy se pasó a la habitación de su novio, ya que la de el estaba prácticamente en ruinas.
Ambos estaban frente a frente, sentados en la cama, con sus piernas entrelazadas, a oscuras.
-No puedo creer lo que hizo Sarah – dijo Richard.
-No te lamentes por ella, todos aquí son iguales, un puñado de niños ricos consentidos.
-Mañana iremos a pagar los vidrios de tu habitación.
-Siento mucho lo de anoche.
-Al menos no hay que lamentar muertos.
-¿Me amas, Richard?
-Claro que si.
-Me seguirías amando si… llegara a matar a alguien.
-No digas eso, no pasara.
-¿Y si pasara?
-Si llegara a pasar, me mantendría a tu lado haciendo lo mejor para ti.
-Yo no permitiré que alguien te haga daño, yo…
-No supongas cosas.- dijo, acariciando su pelo.
-¡No permitas que me convierta en un demonio, Ricky! – pidió, abrazándolo.
-No lo permitiré.
-Mátame, antes mátame- pidió, comenzando a llorar.
-Basta Jimmy
-¡Antes mátame!
-Shhh, bésame.
Jimmy obedeció, y ambos se besaron apasionadamente, pera que la imagen se pusiera negra por completo, dando por finalizada esa escena y acercándose al final de la película.