Titulo: ¡Papá! Quiéreme…
Resumen: Tres historias incestuosas, tres hijos obsesionados con sus respectivos padres ¿Serán capaces de lograr sus objetivos? ¿Sus padres caerán ante el pecado?
Parejas: Lucius/Draco Remus/Ted James/Harry
1º One-shot: Papá, no me voy. (Lucius/Draco)
Resumen: Lucius decide mandar al extranjero a su hijo, para que termine sus estudios en Francia, pero Draco tiene algo que decir al respecto.
2º One-shot: Papá, yo si. (Remus/Ted)
Resumen: Remus no a tenido pareja desde que Tonks le dejo con el pequeño Ted, y Ted solo aceptara a una sola persona como pareja de su padre.
3º One-shot: Papá, ámame a mí. (James/Harry)
Resumen: James siempre a amado a Lily, aun después de que está haya muerto hace años, Harry solo quiere que su padre le ame a el.
Advertencias: Au (universo alterno) shouta (relación adulto/niño) incesto (relación entre parientes) leve alteración de las personalidades de los personajes.
Capítulos: 3
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2º One-shot: Papá, yo si. (Remus/Ted)
Ted tenia entre sus manos, la guitarra eléctrica, que su padre le había comprado hace poco, su mirada estaba fija por la ventana de su habitación, eran como las dos de la madrugaba y su papá no llegaba aun, frunció el ceño y apretó sus labios fuertemente, sacudió su cabeza de un lado a otro, para luego prestarle atención a su instrumento, comenzando a tocar algunos acordes sueltos.
Su padre le había cuidado desde que su madre, una joven muchacha alocada, que se había aprovechado del buen corazón de su papá, les había abandonado por una vida loca y libertina. …l tendría en ese entonces como cinco o seis años, Ted no recordaba mucho a su madre y no le importaba, tenia un nombre raro y le gustaba que le dijeran por su apellido Tonks, eso era lo único que le interesaba saber. Su padre se había vuelto entonces, su madre y su padre, con los años, también se transformo en un amigo y su amor platónico y que ahora se había transformado en su verdadero amor. Ted sabia que eso estaba mal, que no podía querer así a su padre, pero ya había pasado mucho tiempo cuestionándoselo, ahora ya no le importaba, por que aquel sentimientos no se iba, y eso que había estado con varios chicos y chicas con sus diecisiete años, era un amante consumado.
A lo largo de su vida, había espantado a cualquier “amenaza” que tratara de conquistar a su padre y su papá obviamente siempre lo elegía a él, ante cualquier prospecto de pareja. No era justo para su papá, pero él no iba a permitir que le robaran a su progenitor, era suyo y de nadie mas. Había mantenido a su podre a “salvo” de las mujerzuelas que andaban babosas por su padre, pero al parecer había perdido el toque; su padre esa tarde se había ido con una “amiga” a tomar un par de tragos; sabiendo que esa “amiga” era mucho mas que amistad y que eran claramente pareja por que ya se habían juntado mas de una vez; pero eso jamás lo iba a aceptar y su padre lo sabia bien.
Los celos lo embargaban y ni siquiera podía tocar bien su guitarra, suspiro cansado al saber que nada podría hacer y que terminaría cortando las cuerdas si seguía así. Salió de su habitación, bajo las escaleras y fue a buscar algo para comer.
Remus abrió la puerta de su casa, había salido con su novia, con la intención de ir por un par de horas a lo mucho, pero no lo había querido soltar, sabiendo que el fin de semana era difícil que se vieran, sobre todo por que no podían juntarse en la casa del castaño, ya que Ted no lo permitiría, sabia de sobre que a su pareja, le estaba molestando el hecho de que su hijo adolecente no le permitiera tener novia y a él…
Suspiro cansado, ya que mañana tenia que revisar las pruebas de sus alumnos, cuando se saco su chaqueta dejándolo sobre el sillón, vio que desde la cocina había luz, sabiendo que era su hijo, se encamino hacia la cocina, para hablar un momento con el, antes de ir a dormir.
Remus se recostó en el marco de la puerta, observando como su hijo, se preparaba un café, estaba de espaldas por lo que no le podía ver el rostro; sonrió suavemente al ver el color de cabello de su hijo, siempre se lo teñía de diferentes colores, esa semana lo llevaba de un celeste fuerte; la madre de Ted era igual, siempre se teñía el cabello, casi siempre de rosa chicle. Su mirada vago por el cuerpo de su hijo, mirándolo de una forma que no estaba permitido para un padre; se maldijo internamente y la culpa nuevamente se instalo en el, Remus no podía entender como, como podía pensar así de su hijo, de sentir esos deseos por su Ted, algo que no era normal.
– Hola papá – hablo el chico, mientras se sentaba en la mesa de la cocina, con un pastel y un café.
Ted se había dado vuelta al sentir como alguien le miraba, se sorprendió al ver a su padre en el resquicio de la puerta, su mirada estaba perdida en algún lado, aprovecho para inspeccionarlo y ver si había “algo” inusual en el, que indicara algún indicio de que hubiera pasado “algo” en aquel lugar a donde había ido con su “amiga”.
El mayor se sorprendió, ya que había estado divagando en sus pecaminosos pensamientos hacia su hijo y no se había dado cuenta que Ted le miraba desde la silla de la mesa; le sonrió con cariño, acercándose para sentarse aun lado del adolecente.
– Hola cachorro – le saludo de vuelta – ¿no crees que es muy tarde para comer a estas horas? – le pregunto.
Ted simplemente levanto sus hombros despreocupadamente, mientras seguía comiendo tranquilamente. Remus miro de reojo a su hijo, y supo que debería explicarle a su hijo, que era momento de que él rehiciera su vida, con una mujer a su lado, ya que pronto Ted se iría a la universidad y acabaría solo y no quería que su hijo se quedara a su lado, ya que podría truncar sus sueños; aun sabiendo que eso no seria del agrado de su cachorro.
– Ted – le llamo, su hijo simplemente le miro – mañana te presentare a mi pareja – le hablo suavemente con cariño.
El menor le miro un momento completamente serio – no – fue su rotunda negativa, parándose de la mesa.
– No te estoy pidiendo permiso – hablo Remus con enojado – quiero que dejes tu actitud infantil…
– no, no, no, no… ¡NO! – grito lo ultimo, saliendo de la cocina, para luego subir las escaleras rápidamente, solo un fuerte golpe, le indico a Remus que su hijo se había encerrado en su dormitorio.
Remus suspiro antes de levantarse lentamente e ir hacia las escaleras, para terminar en la habitación de su hijo. Sonrió melancólicamente, al ver que Ted estaba recostado en la cama, dando la espalda hacia la puerta, como hacia desde pequeño, cada vez que se molestaba con el.
– Hijo – le susurro mientras se sentaba en la cama de Ted, acariciando sus cabellos – entiende… tienes que aceptarlo.
– ¡no! – dijo firmemente el menor, moviéndose para quedar de espaldas a la cama, con una de sus manos, agarro el brazo de su padre y Remus para no aplastar a su hijo, se apoyo en el colchón, quedando con medio cuerpo sobre el menor, mientras sus caras estaban muy cerca – yo solo voy a aceptar a una sola persona… – le hablo seriamente, sin despegar la mirada sobre la de su padre – y esa persona soy yo – le sentencio.
Remus abrió completamente sus ojos dorados, con suma sorpresa; mientras Ted se abrazo al cuello de su padre, atrayéndolo bruscamente hacia el, juntando sus labios. Remus supo que había perdido aquella guerra de moralidad y de sensatez, cuando correspondió el beso de su hijo y comprendió que solo lo deseaba a él.
Fin.
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