Lavi fue vencido por el cansancio y el dolor por lo cual se quedo totalmente dormido en la posición que Tyki lo había dejado; mientras que el noé del placer seguía pensando en el porqué de sus acciones, la lluvia lo ablandaba, esa creencia había tenido toda su vida, ya que cuando llovía se ponía a reflexionar sobre su parte humana, recordar a sus amigos humanos, le gustaba estar tranquilo solo reflexionando, pero jamás le había pasado al estar cerca de un enemigo… entonces ¿Qué pasaba? ¿Por qué se negaba a torturar lentamente a ese exorcista, a regocijarse con su dolor? -diablos –mustio el noé molesto –si es la lluvia, no debí haber ido a ningún lado…aunque cuando salí no llovía, pero ya debe haber acabado… y ahora, si podre divertirme de lo lindo con este exorcista –
Tyki se levanto de donde estaba y se dirigió de regreso hacia Lavi, el cual aun estaba dormido, se veía tan inocente… tan apacible… tan hermoso…
Recorrió con la yema de sus dedos su rostro y después su cuello hasta su pecho, con un profundo miedo a despertarlo ¿Cómo era posible que no quisiera lastimarlo? Gruño e hizo más fuertes sus caricias por la blanca piel del exorcista hasta posar su mano en su cuello y comenzar a hacer presión
-Yuu… esta vez no he sido yo –chillo el exorcista abriendo poco a poco los ojos, y haciendo que Tyki sintiera un pinchaso en el pecho ante el nombre del exorcista
-te equivocas parchado-kun yo no soy ese tal Yuu –dijo el noé con un tono bastante molesto
-Tyki –gimió con horror Lavi, recordando donde se encontraba y en la situación en que se encontraba
-¿tienes miedo parchado-kun? –Pregunto Tyki con una sonrisa enorme recordando cómo había temblado antes él exorcista, e imaginándoselo temblando así, sacudiéndose, gimiendo bajo su cuerpo –juguemos parchado-kun –
El noé acerco sus labios a los de Lavi, y sorprendentemente aunque el pelirrojo no correspondió no se alejo… estaba demasiado débil o demasiado confundido como para alejarse. La boca de Tyki fue bajando por el cuello de Lavi terminando de hacer lo que antes había dejado inconcluso.
-los… noés… pueden… ¿los… noés pueden amar? –Pregunto Lavi de imprevisto cuando Tyki dejo sus labios y ataco su cuello –eh leído… que cuando las personas se aman… se besan –confeso Lavi un tanto apenando, por lo que decía, era obvio que en el reino de las improbabilidades que un noé se enamorara y de un exorcista era la primera –un bookman no tiene permitido tener sentimientos… por eso te lo pregunto… quizá un noé si… para poderlo registrar si llego a salir vivo de aquí –
-es… extraño –contesto Tyki deteniéndose un momento y sintiéndose temblar ante las palabras del exorcista ¿amor? él lo único que había sentido siempre era… deseo, y de hecho ahora también lo sentía solo que de forma diferente… -no se… supongo que si podemos amar, así como sentir dolor… es algo normal… supongo… anuqué nunca lo he sentido –
-ya veo… -dijo Lavi, sintiéndose de inmediato mal… ¿Qué quería oír? ¿Qué el noé que lo estaba besando estaña… enamorado de él? ¿Qué sentía aunque fuera un ápice de amo por él?... el estar en ese lugar lo hacía desvariar y de la peor de las formas –al menos tu sabes que puedes sentir –
-todos pueden sentir –dijo Tyki seguro sentándose a un lado de Lavi para quitarle por completo la camisa –es… algo natura, sería muy desdichado el ser que no pudiera hacerlo… -
-gracias por recordarme lo desdichado que soy –se rio Lavi con un deje de sarcasmo –no puedo sentir anda en absoluto… bueno… miedo tal vez sí, pero solo eso –
-no te creo, de seguro me odias… por todo lo que les he hecho y sería totalmente normal –contradijo rápidamente Tyki
-no puedo… no puedo odiarte –dijo sinceramente el pelirrojo haciendo notar la sinceridad en sus palabras para con su interlocutor ¿Por qué no podía odiarlo? Era un noé… era su enemigo… ¡pero no podía! Porque de alguna forma temía, que si lo odiara perdería esa experiencia que ahora estaba sintiendo que paso de miedo por su salud a curiosidad por experimentar mas de esas carisias, de esos besos… que si bien, jamás seria eso que los autores de las novelas románticas llamaban “amor” podía se siquiera un poco de pasión
-yo tampoco te odio –dijo Tyki sin saber muy bien que decir –es mas… creo que me agradas… si hubiéramos tenido posiciones diferentes abríamos sido bueno amigos… es una lástima –continuo el noé con una cara meditabunda –pero… al menos me gustaría sentirte… un poco parchado –kun –
Los labios de Tyki volvieron a apoderarse de los de Lavi, que si bien no correspondió se dejo hacer todo lo que el noé quisiera, uno momento de curiosidad, de querer saber qué era eso, de querer confirmar las sensaciones de los protagonistas de sus novelas románticas favoritas, pensando en que por una vez le gustaría no ser ni bookman, ni exorcista, solo un hombre común y corriente que estuviera sintiendo todo eso, si pensar, sin saber… que estaba mal de muchas y repetidas formas.
-¿Por qué no aprendemos juntos? –pregunto la seductora vos de Tyki cuando ya estaba sobre Lavi torturando lentamente su sonrojados pezones, que ya están tan duros como su miembro que clama por atención
-¿Qué? –jadeo le pelirrojo sintiéndose morir ante cada tacto con esa piel morena -¿Qué tienes para enseñarme? –
De muchas maneras a Tyki esa ultime pregunta le pareció lo mas erótico del universo –yo sé mucho de sexo… de pasión… pero no sé nada de amor… y tu tampoco –dijo con su vos ronca propia de la excitación el noé –pero tu… y yo… podemos… aprender… -
-al clavo… no sé nada de eso… y seria un placer… de no ser que… -comenzó Lavi pero, antes de continuar la frase un gemido salió de su boca haciéndolo retorcerse bajo el cuerpo del moreno… ¿cómo había descubierto ese punto tan sensible?
-parece… que tus axilas… son realmente sensible –dijo con una sonrisa el moreno sumamente feliz -¿de no ser qué? ¿Qué no fueras un bookman? ¿Qué no fuer yo un noé? –el pelirrojo asintió estaba enmudecido por el placer – ¿Quién es el que tiene problemas con eso?... el mundo… mientras el mundo no lo sepa… nada pasara –
¿Por qué lo hacía? ¿Por qué un noé le pedía a un exorcista que le enseñar, que aprendiera con él el cómo amor? Remarquemos “exorcista” de todas las personas en el mundo, se tenía que haber ido a fijar en un exorcista, lo de hombre no sería la primera vez… pero exorcista… pero que podía hacer, eso en ese momento lo deseaba más que nada en el mundo… si deseo…
-si enséñame –gimo fuertemente Lavi cuando el noé introdujo el miembro del pelirrojo en su boca, hasta hacerlo correrse… ¿de verdad ese exorcista era virgen?... ¡por el conde! ¿Cómo hacia entonces para decir cosas tan endemoniadamente eróticas?
Las carisias siguieron, aumentaron y el calor de la habitación subió endemoniadamente hasta hacerla parecer un horno, los cuerpos se entrelazaron y hasta hacerlo parecer uno solo, Tyki embestía a Lavi cada vez más fuerte, tocando parte que el pelirrojo jamás creyó tocables, los gemidos se hicieron una melodía acorde con los jadeos y los suspiros, dad uno de sus poros se unía con la piel del otro, se sentían tan cerca… que los limites se rompían, ya no era ni exorcista, ni noé, ni bookman ni seguidor del conde… ya solo eran dos aprendices del amor… intentando aprender que era el amor, y logrando amarse sin siquiera saber realmente que era eso…