Taylor estaba sentado en una banca con las rodillas pegadas al pecho y la cabeza escondida entre sus rodillas.
- Taylor… -este rápidamente corrió y abrazo al dueño de aquella voz –tranquilo –dijo acariciando su cabello.
- Me dijo cosas horribles.
- Lo sé, pero no lo volverá a hacer.
- Perdón por llorar, es solo que mi padre nunca me había tratado así –dijo Taylor separándose y limpiando sus ojos, pero al levantar la vista Robert jadeo de la impresión y se llevo las manos a la boca al verlo con el labio partido y un ojo morado- Robert… que... que te paso?
- Nada –dijo dándole la espalda.
- No! Dime! –demando volteando a Robert.
- …
- Fue mi papá cierto?
- Me vio cuando salí del carro… pero estoy bien –finalizó con una sonrisa.
- No debí de haberte pedido que vinieras.
- Hiciste bien Taylor, no fue tu culpa.
- Conozco a mi papa, y debí suponer que reaccionaria así.
- Taylor! Estoy bien, tranquilo, no me paso nada.
- Pero…
- Pero nada… mejor hay que ver que hacemos en lo que tu papá se calma y puedas regresar… por qué no permitiré que te haga nada… que pasa?- pregunto al ver que Taylor bajaba la cabeza.
- No puedo… me corrió de la casa… dijo que no volviera nunca.
- Pues no se diga mas, vendrás conmigo a mi casa.
- Qué?!
- Tienes una mejor idea?...
- …
- Eso creí.
- Pero y si alguien se entera?
- Ahora lo único que me importa es que no te quedes solo, vienes?
- Ok – le sonrió y lo siguió al carro.
- Taylor, sube al carro… -le ordeno al ver que el papa de Taylor iba hacia ellos.
- No te dejare solo con él.
- Sube al carro!
- No! –Robert abrió una puerta del carro y empujo a Taylor al carro cerrando las puertas con seguro mientras Taylor golpeaba la ventana gritándole a Robert que abriera.
- No te llevarás a mi hijo maldito degenerado!
- No permitiré que se quede en la calle.
- Mi hijo no se irá contigo como si fuera tu puta –Robert le dio un golpe.
- No vuelva a llamar a Taylor así!
- No sé cómo no me di cuenta antes. Lo hubiera mandado lejos de ti.
- Le hace algo a Taylor y yo me encargare de que se arrepienta cada maldito segundo se su vida.
- No te quiero volver a ver en mi vida, me avergüenzo de ti, me das asco!- grito el señor golpeando en vidrio donde estaba Taylor viéndolo con odio.
- Y yo no quiero que se vuelva a acercar a él- le dijo Robert subiéndose al coche y avanzando.
- Tonto –susurro Taylor cuando el carro se paró frente a la casa de Robert rompiendo el silencio- no hubiera soportado que mi papá te hubiera hecho algo otra vez- Robert le sonrió y bajo del carro abriéndole la puerta a Taylor- no soy una chica –dijo con un gesto bajando del carro y Robert se rio.
- Puedes dormir en mi habitación, yo dormiré en la sala, mañana te adaptare uno de los cuartos para que sea tuyo.
- Gracias- dijo Taylor decaído mirando su cena con desanimo- pero creo que será mejor que le llame a Kellan mañana, no quiero molestarte…
- No me molestas, puedes quedarte todo el tiempo que quieras.
- Creo…. Que será lo mejor que me valla.
- Como quieras, vete con kellan si quieres- dijo enojando yendo a su habitación.
- Espera… Robert! –decía Taylor siguiéndolo- no te enojes! Te agradezco mucho lo que hiciste por mí pero…
- Pero qué? Porque con Kellan si y conmigo no?
- Es que tú no sabes!
- Que tengo que saber?!- pregunto desesperado Robert.
- Me gustan los hombres!
- Es cierto? –pregunto Robert yendo al lado de Taylor más tranquilo y rompiendo el silencio.
- No se… Kellan me presentaba chicas, decía que tal vez era una etapa… pero no estoy seguro… supongo que por eso nunca me va bien con ninguna novia y… -no pudo decir mas ya que Robert lo había tomado de los hombros para acercarlo y besarlo. Al principio solo habían juntado los labios, pero lentamente Robert fue dirigiéndolo convirtiéndolo en un lento y largo pero tierno beso. Taylor abrió un poco la boca para tomar aire pero Robert aprovecho esa oportunidad para meter su lengua y buscar la de Taylor, al contacto Taylor dio un pequeño gemido y se separo.
- Muy rápido, lo siento…- dijo Robert viendo divertido la reacciones de Taylor, quien veía hacia el piso tratando de ocultar el sonrojo en su cara.