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Aprendiendo a sentir por maxi anime

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Notas del capitulo:

Hola a todos, tengo buenas noticias…creo, volví a tener los sueños de Shiryu con Phenril, aunque no siguen la historia original mantienen lo que debería ser la trama del fic, como dice el título Shiryu enseñándole a Phenril  a sentir, por lo que ahora cada capítulo tendrá un sentimiento como título, el cual es aquel que Phenril aprenderá XD, bueno es una idea, no sé si les guste o no esa idea.  

Ante la vista de aquel frio horizonte solo había nieve, desolación, frio y melancolía, soledad de un paisaje sin rastros de humanidad, frio por el clima tan inclemente que lo envolvía y la nieve del típico paisaje invernal característico de la región del norte de Europa. Una lenta caminata, que pareciera más una marcha llevando un gran pesar describía cada pasó que el santo de dragón daba, mientras que su acompañante, el Dios Guerrero de Épsilon caminaba sonriendo, esperando pronto reunirse son los lobos, su familia desde que tenía memoria, quería dar por cierto las palabras del santo de dragón.

Shiryu había hecho lo imposible porque ese momento llegara, en su adentro sabía que era su deber, devolver al Lobo del norte donde pertenecía, pero dejarlo ir, era abandonarlo nuevamente, un gran dolor a su corazón, a su ser y al cariño que había despertado por este cuando le salvo la vida.  Aquel caballero que daría su vida por proteger los ideales de justicia y amor de Athena no pudo controlar su propio corazón, las enseñanzas de su maestro de moral no eran suficientes para aplacar aquel sentimiento que en su adentro despertó ante los ojos naranjas y la sonrisa inocente, el amor del hacia Phenril era un hecho, un hecho que debía callar, para no lastimarlo, para no volver a dejarse llevar por sus deseos nuevamente. En cambio el joven Lobo del norte no cabía de emisión por regresar a aquel que antes fue su hogar, donde estaba aquella familia que el conoció desde su más tierna infancia y que lo adopto, que lo defendió, le dio cariño, lo formo como uno más, los lobos, volver a verlos era su mayor deseo, al igual que ver su manto sagrado recuperado, por ello cuando se le quitaron todos los vendajes, rogo, lloro y suplico al caballero de Dragón que lo llevara a Asgard, no solo por no saber el camino, sino para presentarlo con los lobos y estos lo aceptaran, aceptaran que otro ser humano podía estar con él, podían confiar en él, quería verlos y darles la buena noticia, si existía gente buena y el santo de bronce de dragón era el hombre más maravilloso, bondadoso y leal.

Durante todo el trayecto camino a las ruinas de lo que alguna vez fue un hogar de gente de alta estirpe, donde los lobos se ocultaban los inviernos crudos, el de ojos naranjas no paro de hablarle sobre su vida con los lobos a Shiryu, sus aventuras, como aprendido a cazar, lo que hacía cuando nacían cachorros y hasta como dormía abrazado a su fiel amigo Jin, a Keila, a todos los lobos mayormente, pero siempre acompañado de aquel que tenía una luna en la frente, el lobo alfa. Shiryu parecía escuchar las historias pero realmente su mente estaba dispersa, solo lograba imaginarse a ese muchacho que había conocido en los últimos meses siendo cuidado por los lobos ahora que el había hecho el trabajo difícil, ¿realmente los lobos merecían tener a Phenril con ellos? Quizás en un abrir y cerrar de ojos el de ojos naranjas estaría herido nuevamente o moriría por comer comida cruda, o quien sabias las desventuras que podrían pasar, Y luego la verdadera respuesta,  la sonrisa del muchacho, eran su familia después de todo, no podía separarlos a pesar de saber que Phenril pasaría por muchos infortunios, era como si intentaran separarlo de Shunrei, de sus amigos por el capricho de otro que quería tenerlo a su lado, lo pensó mejor…no podía hacerle eso al Asgardiano, no debía.

Llegaron pronto a lo que quedaba de una casa, algunas paredes caídas, ruinas totalmente cubiertas por la nieve, ni un rastro de los lobos.

-Jin- llamo el muchacho a su fiel amigo- Jin, soy yo…jin- comenzó a silbar, sin obtener respuestas, un aullido, pisadas…nada- Dragón ¿Dónde están?- se preguntó con temor.

-No lo sé Phenril ¿Dónde crees que estén?- le pregunto intentando tranquilizarlo- quizás corran por ahí, estén comiendo…

-No…no comen cuando esta por caer la noche- respondió mirando el sol del día bajar lentamente- no…algo les paso dragón, algo malo…

-Phenril, yo los vi caer por el acantilado y…- exclamo dudoso de decirle la verdad de lo que paso, lo que recordaba, no quería lastimarlo, romper sus esperanzas de ver a su familia.

-¿cayeron? Dragón tú me aseguraste que estaban bien…mentiste…mentiste…

-No, Phenril…déjame explicarte…

Varios aullidos se escucharon en el horizonte, el dios guerrero comenzó a correr buscando de dónde venían los aullidos, siguiendo su intuición, su buen oído y donde el sonido lo llevaba, y en efecto fue hasta la parte más alta de la cascada congelada donde los lobos aullaban, seguido por Shiryu, quien quería detenerlo ante cualquier peligro, incluso los mismos lobos. La manada que alguna vez estuvo junto a Phenril, hoy era mayor, varios cachorros corrían de un lado a otro en la nieve y en lo alto, desde la punta más alta, aullaba aquel lobo alfa, de color azulado y con la marca de la luna en su frente.

-JIN- Grito emocionado al ver a los lobos y reconocerlos.

Los lobos levantaron en alto al escuchar aquella vos que reconocían, de alguien que siempre los acompaño y el lobo alfa, Jin, no tardo en correr hacia aquel muchacho de cabellos opacos y ojos claros, estaba cambiado, no traía su cabello largo y hasta vestía distinto, no pareció tener heridas y se comportaba diferente, pero sin lugar a dudas su olor lo delataba, era Phenril. El muchacho se agacho para poder acariciar a su mejor amigo desde que tenía memoria, aquel que lo salvo cuando tan solo tenía tres año y sus padres fueron atacados por un oso,  y no solo a Jin, también a los demás lobos, que se aglomeraron para recibirlo.

A una distancia alejada el caballero de dragón miraba toda la escena con una sonrisa, ver la felicidad en los ojos de Phenril era verdaderamente una mina de oro, un tesoro que quisiera nunca perder. El de ojos naranjas se percató de la lejanía de aquel y con una sonrisa fue por el para acercarlo, tomándole la mano y casi arrastrándolo hasta donde estaba la manada, lo llevo

-Perdona por dudar de tu palabra Dragón, nunca más lo voy a hacer- exclamo levantándose y corrió a abrazar al de cabellos negros- tenías razón, mira, Jin tuvo hijos…

-Creo que no soy bienvenido- exclamo al ver una mirada de amenaza en los lobos, los cuales lo miraban a punto de saltar a atacarlo.

-No, no, es un amigo, el me salvo- exclamo el lobo del norte- yo vivo por él, es un amigo.

El lobo de color azulado camino lentamente, con sigilo por la nieve, mientras los demás aún se mantenían listos para atacar, observo la escena y luego se acercó a lamer la mano del caballero de cabellos negros, quien no tardo en comprender lo que el animal quería y comenzó a acariciarlo, con temor de ser mordido, pero esperando que eso calmara al resto de la manada. Como si esa acción fuera una orden dada, los demás lobos se acercaron, bajando la guardia y rodearon a los únicos dos seres humanos, los cachorros jugaban a su alrededor, corriendo, mordiendo sus pantalones y zapatos.

-Ya eres parte de la manada- exclamo el dios guerrero- te aceptaron.

-Eso veo- exclamo sonriendo y noto los ojos del lobo con la luna en la frente, ojos cansados- Yo lo cuidare, no te preocupes- exclamo, esa mirada parecía que le dijo claramente que cuidara de Phenril y fuera o no lo que le dijo, Jin solo siguió lamiendo su mano.

-Te los presentare a todos- exclamo emocionado Épsilon comenzando a nombrar a cada lobo- ella es Keila, él es el travieso Dan…

-Phenril, no es necesario- lo detuvo con la mano- me has contado tanto de ellos que ya los conozco…pero hay algo que debo hacer antes.

-¿Qué debes hacer?- pregunto incrédulo- ya se, llevarme a que reparen mi manto sagrado.

-No, veras, te saque de Asgard, salvándote la vida, sin que Hilda supiera, ella ha de pensar entonces que estás muerto.

-Hilda no debe saberlo, no es necesario…

-No Phenril- le tomo las manos dulcemente- El deber no puede ser postergado, hay que ir y decirle a Hilda que estas bien, eres un dios guerrero de Odín y  por tanto tienes un deber que cumplir.

-Dragón…

-Vamos al castillo del Valhalla, hablemos con Hilda, no tardaremos mucho, después volveremos con los lobos, pero el deber es primero Phenril.

-Si dragón- bajo la mirada- pero no nos quedemos a dormir en el castillo...

-Phenril, pequeño, si es por las pesadillas, te lo prometo no voy a soltarte, cuando tengas miedo, allí estaré yo para ti.

-Dragón ¿me das un beso para saber si tengo fiebre y muestra de cariño?- pregunto sonrojado.

Shiryu sonrió, cumpliendo el pedido, dándole un pequeño y dulce beso en la frente, lo miro con una sonrisa  y luego lo abrazo- Phenril, si quieres un beso solo pídemelo, no te lo negare.

-Quiero un beso- exigió.

-Vamos al castillo primero, estás haciendo tiempo, tramposo.

-No quiero ver a Hilda…además, estaré yo solo…no quiero tener que quedarme a su lado de ahora en más…ya que los otros murieron…no quiero…estoy bien contigo y los lobos.

-Lo se Phenril, lo sé, pero tienes un deber que cumplir, vamos ¿sí?- exclamo tomándole la mano.

-¿puedo llevar a mis lobos?

-Solo uno, para que sea nuestro escolta, que los demás se queden aquí, ¿no querrás que los cachorros rompan cosas en el castillo?

-Jin, vamos- exclamo y luego silbo, dando la orden para que lo siguiera-

Tal como el caballero de dragón lo recordaba el camino al castillo estaba desolado, el bosque de Alberich sin un rastro de que hubiera vida alguna vez, las ruinas, cada sendero, como si nadie lo hubiera recorrido por años. Finalmente llego al castillo donde los pasillos daban la misma sensación de desolación y soledad, Phenril se paró en seco, señalando una puerta, negando con la cabeza, no quería entrar, Shiryu sonrió, le dio la mano y junto con Jin guiaron hasta aquella puerta.

El de cabellos negros entro primero, esperando encontrar al menos guardias dentro de los aposentos de Hilda, pero ni eso, la mandataria se encontraba sentada pensativa, mirando un gran ventanal. Se acercó sigiloso, no quería asustarla, y tosió para que notara su presencia.

Hilda se veía abatida, como si todo el peso del mundo de pronto sobre ella se hubiera posado y así era desde la guerra que se disputo en su pueblo, guerra que ella misma propicio y que era culpable de la muerte de aquellos dioses guerreros. Al notar al caballero de Dragón sonrió, en todo el tiempo que llevaba sola en sus aposentos era extraño que alguien la visitara y al ver a alguien familiar no pudo sino regocijarse de alegría, pero debía mantener la compostura, no por nada era la mandataria de Asgard.

-Dragón, Shiryu, me haces muy feliz que pases de visita ¿Ha pasado algo en oriente a lo que debemos tu presencia?- pregunto amablemente- me alegra verte, no he sabido de los santos de bronce en muchos meses.

-Lo siento Hilda, entre guerras y guerras hemos estado debatiendo el destino de la humanidad, Poseidón, Hades, Artemisa, Apolo…cada dios nos ha dado razones para luchar, una y otra vez.

-¿Cómo se encuentra Athena? ¿Y Pegaso?

-Muy bien, Athena está en el santuario, con Seiya y los demás.

-¿El caballero del Cisne? ¿Andrómeda? ¿Fénix?

-Todos muy bien, Hyoga está en Siberia, Shun en Japón e Ikki, de él no se sabe, aparece y desaparece constantemente.

-¿Y qué te trae por aquí entonces?

-Me temo que yo he cometido un acto de bondad que no debí, Hilda, no era mi deber, más lo hice sin pensarlo…yo lo lamento.

-¿Qué ocurre caballero Dragón?

-Jin, hazlo pasar- dijo temeroso, y vio como el lobo arrastraba a un temeroso dios guerrero de Épsilon dentro de la sala- Yo, lo lleve a un bosque cuando culmine mi batalla con el…volví después de mi última guerra y lo lleve a china para tratar sus heridas…yo lo siento…no debí hacerlo.

-Phenril ¿en verdad eres tú?- exclamo sorprendida acercándose a el- Por Odín…estas cambiado…

-Señorita Hilda, no me quiero quedar, no me obligue, se lo suplico.

- Caballero de Dragón, lo que has hecho no es algo por lo que debas pedir perdón, demuestras no solo lo gentil, humilde y bondadoso que eres, perdonarle la vida a Phenril, sanarlo…regresarlo aquí.

-Si…regresarlo- susurro inseguro.

-Phenril, me alegra tanto verte…todo este tiempo, presentía que estabas bien, que Odín no te abandonaría, así como no abandono a los otros.

-¿A los otros?- pregunto Incrédulo- ¿Quiénes?

-Syd, Bud y Sigfried, hasta ahora, junto contigo son quienes no habían aparecido, los guardias no habían encontrado sus cuerpos y yo, presentí que por gracia de Odín estaban bien, como Sigfried apareció, mal herido, nunca perdí las esperanzas contigo y con los gemelos…

-¿Y Syd y Bud?- interrumpido calmado el pelinegro.

-Ellos aún no han aparecido,  Odín nunca abandona a su gente, mucho menos a sus dioses guerreros, que sus cuerpos no aparecieran era señal de que ustedes están bien- respondió tomando a Phenril de las manos- me alegra que estés con bien,  fueron batallas injustas, que no debieron suceder.

-Si debieron- le interrumpió- de no haber sucedido no habría conocido al Dragón y de no ser por el aun creería que no existe gente buena…no habría aprendido de las estrellas, de los animales…

-Muchas gracias, santo de dragón por cuidar de Phenril, lo veo muy cambiado, más…

-Solo lo he cuidado con dedicación, para que se recupere…solo eso…pero.

-Quédense por favor a pasar la noche, le diré a los guardias que dejen de buscarte Phenril, cenaras como Rey esta noche.

-No, el dragón dice que se debe desayunar como Rey, almorzar como príncipe, merendar como sirviente y cenar como mendigo- replico el dios guerrero.

-¿Qué?

-Phenril comía mucho en todo momento en un principio, fue una forma de que comiera más saludablemente-  explico- y funciono bastante bien.

-Han pasado mucho tiempo juntos entonces, mandare a que les acomoden un cuarto a cada uno

-No- bufo molesto el dios guerrero- No, por favor Hilda no.

-Phenril, sé que dormías en la intemperie pero…

-No, Hilda, no pasa eso, no es eso, Phenril ya puede dormir en una cama ¿no es así?- interrumpió el santo de bronce, sonriéndole al dios guerrero, quien no tardo en abrazarlo- Phenril cuando duerme solo tiene terribles pesadillas, sobre su pasado, solo que…los lobos no llegan a su rescate, yo duermo con él para que pueda conciliar el sueño tranquilo…debo dormir con él.

-Entiendo, no hay problema, lo entiendo… ¿Tenias antes las pesadillas Phenril?- pregunto amablemente.

-No…desde que desperté en casa del dragón…

-¿En casa de Shiryu?

-Lo lleve a cinco picos, para atenderlo cuando lo vine a buscar, hace un par de meses atrás…como veras, ha recuperado salud, no se encorva como antes y…

-Puede hablar con otros sin expresar repulsión- acoto la mandataria- lo he notado, Phenril antes se alejaba de todos, no quería acercarse a nadie y era milagro que no te gruñera…se sentía a gusto con sus lobos, ahora lo tengo frente a mí, me habla y me ha expresado más de una palabra, un gran logro debo admitir.

-No ha sido tan así…aunque es verdad, en nuestra batalla ¡cómo me demostraste odio Phenril!

El de ojos naranjas no dijo más nada, solo se cobijó, ocultándose en los protectores brazos del caballero de dragón, ante la mirada de la sacerdotisa que no podía creer lo que veía. Hilda acerco su manto lentamente, con la intención de acariciar a Phenril, grande fue su sorpresa cuando este no solo se lo permitió, sino que sonrió ante el afecto que se le estaba dando, sonrió mientras acariciaba. El caballero de Dragón también hizo lo mismo, pasando sus manos tras los largos cabellos de color plateado, quien estaba feliz de recibir aquellas muestras de aprecio.

-Hilda- interrumpió mirando con ojos algo tristes, al recordar cada palabra de la charla- ¿Y los demás?

-Sigfried está en un cuarto recuperándose y…

-No…los otros- interrumpió- Hagen…Thor.

-Pensé que comprendiste- exclamo mirando tristemente- todos fallecieron, encontraron cada cuerpo, menos el de Alberich, sabemos que falleció por la desaparición de los ataúdes amatista y todos los esqueletos que aparecieron de repente.

-Mejor así- sonrió Shiryu abrazando al lobo del norte, quien comenzó a sollozar- tranquilo, no llores, ya te lo había dicho, pero sonríe, tres de tus camaradas aún viven, y los que fallecieron, no debes llorarlos.

-¿Por qué?

-Porque su sacrificio, por la paz, por Asgard, prevalece, menos el malvado Alberich, sea donde se encuentre ese, merece todos los tormentos- explico tranquilo- Por darte un ejemplo, Thor quería una vida mejor para su pueblo.

-Y me he encargado que la tenga-

-No llores por aquellos que han muerto, porque dejaron atrás un hermoso legado… Hagen de cariño y dedicación hacia quien amaba, Thor su sacrificio por su pueblo… ¿Quién falta?- pregunto Shiryu evadiendo a Alberich.

-Mime.

-Él no sé cuál fue su legado, pero te aseguro que alguno dejo, si era buena persona.

-Era músico- musito con temor.

-Hermoso legado entonces, pero no debes ponerte triste, cuando veas el legado que dejaron, los pueblos por ejemplo de Thor, vas a decir con orgullo, yo lo conocí, así como yo al pasar por las casas de Libra y Capricornio siempre me animo diciendo, yo conocí a estos grandes hombres y llevo en mi su gran legado.

-¿Qué legado?- preguntaron los Asgardianos.

-Bueno, en mi brazo derecho tengo la sagrada espada Excalibur, la espada que Athena le dio a su más fiel santo, el santo de capricornio y con ella se defiende la justicia, el amor y los ideales de Athena, y aquí- señalo su pecho- tengo el cariño que me dio mi maestro, sus enseñanzas, yo soy su sucesor después de todo, su alumno, yo llevo no solo el Dragón en mis espaldas, llevo también el tigre.

-¿Tigre?- pregunto Phenril- yo solo te vi el dragón ¿Dónde tienes el otro?

-Lo llevo en mi corazón Phenril- exclamo sonriendo.

-Me alegro mucho de escuchar eso, voy a mandar a que les preparen la cena y la habitación a los dos, mientras ¿Quieren ver a Sigfried?- pregunto sonriendo la sacerdotisa.

-Sera un honor ver al dios guerrero de Alpha.

-Pero mi estrella brilla más que la suya ¿Por qué se llama Alpha? ¿No debería ser yo Alpha?- pregunto Phenril recordando lo que Shiryu le había explicado de las estrellas.

Tanto Hilda como Shiryu sonrieron con la pregunta de Phenril, pero no dijeron nada, quizás para mantener ese buen humor en el dios guerrero de Epsilon. Después de dar la orden Hilda a sus sirvientes llevo a sus visitantes al sector de habitaciones, en algún momento del trayecto, Phenril hizo un pequeño puchero, diciendo que estaba cansado, después de un largo trayecto, primero el camino desde cinco picos hasta el aeropuerto, donde abordaron un avión privado de la fundación Gradue hasta un país cercano a Asgard, el resto de camino hasta allí fue todo a pie, y con eso era suficiente explicación para pedir que Shiryu lo levantara, lo cual el caballero de Dragón hizo, subiéndolo a su espalda, mientras ponía sus pies a cada lado de su cintura, como si el dios guerrero fuera un niño.

-¿Ya llegamos?- pregunto Phenril.

-Es aquí- exclamo Hilda abriendo una puerta- Sigfried, han llegado visitas.

La habitación a la que entraron era muy amplia, quizás tan grande como los aposentos de la mandataria, el espacio para caminar era amplio y en medio de la habitación había una cama sumamente amplia, en la que el dios guerrero de Alpha estaba moviendo sus brazos de manera enérgica.

-Sigfried, el doctor te ha dicho que no debes de hacer esfuerzos- le reto la sacerdotisa, por lo que el dios guerrero se quedó quieto, complaciendo a la mandataria, y luego se quedó mirando a quienes entraron con Hilda- Shiryu y Phenril han venido a visitarte.

-Caballero de Dragón- sonrió de verlos- Phenril… ¿no habías muerto?

-No lo mate, aún vivo se quedó esperando mi regreso y luego cure sus heridas- exclamo Shiryu bajando a Phenril al suelo-¿Phenril?

-Hola- bufo el dios guerrero de Epsilon, no tenía razón para sentir odio hacia sigfried, pero sabía perfectamente que este lo llevaría a cumplir su deber contra su voluntad y por ello prefería tener el mínimo contacto con él. Shiryu lo miro sorprendido por la poca cortesía del lobo del norte, después de enseñarle que debía ser respetuoso con todos y saludar de manera amable y no como si se tratara de una obligación, pero luego de unos instantes supo el porqué de ese tono cortante.

-Me alegro de verte, Phenril- interrumpió Sigfried- veo que estas bien, entonces puedes cumplir con tu deber de dios  guerrero, en tanto me recupere.

-¿Deber?- pregunto Shiryu.

-Sí, alguien debe ocuparse de cuidar de Hilda, acompañarla a donde requiera de ir, los dioses guerreros somos protectores de nuestra sacerdotisa, no puede permanecer sola…

-No- exclamo molesto- no.

-Phenril, tu deber como dios guerrero es estar al lado de Hilda.

-No quiero….

-No te lo estoy pidiendo, es una orden de tu superior.

-No es necesario, Sigfried- interrumpió la mandataria- Phenril aún debe regresar a China ¿no es así Dragón Shiryu? Aún no está recuperado por completo y solo vinieron para tranquilizarme ante la consternación que me provoco nos saber nade de él-

-Si eso- sonrió Phenril- debemos volver a la casa del Dragón.

-¿En un año crees que Phenril se recupere?- pregunto la mandataria viendo al pelinegro, el cual se sorprendido- ¿Es poco acaso?

-No…no es eso- exclamo sorprendido, Phenril en si estaba recuperado, y aunque era verdad que muchas de las heridas de este aún estaban sanando, Hilda le estaba dando un tiempo muy amplio para que sanaran, más del necesario.

-Entonces un año Phenril estará de vuelta,  y para ese día Sigfried también estarás ya en tu mejor condición- exclamo sonriendo y se encamino a la salida- Los dejo,  debo ocuparme de unos asuntos, les avisare cuando este todo listo para ustedes.

Por unos minutos, después que Hilda se fue, el silencio reino en el cuarto, Phenril sintió la tensión y ese ambiente no le gustaba, prefería un ambiente más amigable y menos tenso, por lo que tomo a Jin y fue hasta el amplio balcón, donde se quedó mirando con gran tranquilidad, ese ambiente le gustaba más. Shiryu sonrió al verle sonreír y estaba por encaminarse hasta el, para acompañarle, cuando Sigfried lo detuvo.

-¿Así que quieres encamarte con él?- pregunto mirando seriamente- No te lo aconsejo, para comenzar es un salvaje.

-¿Qué estás diciendo? Estas equivocado, además ese tipo de cosas el ignora, su mente es muy inocente y lo sé por experiencia- exclamo serio.

-¿Inocente? Ese chico sabe más de sexo que tú, aunque dudo allá tenido su primera relación- exclamo en burla- Quizás no sepa la palabra técnica, pero de saber de sexo, sabe más que tú y yo, por los años que convivio con los lobos, Phenril lo llamara fornicar.

-No sabía que era la masturbación, ni siquiera como hacerla por el mismo- le replico- yo le enseñe…después que vio a dos personas teniendo relación…tampoco sabía lo que es excitarse.

-Ignora los conceptos, eso no te lo niego- explico seriamente- pero sabe cómo funciona el sexo oral perfectamente o al menos como hacerlo, Alberich nos lo aseguro a Syd y a mí, Phenril sabe lo que es el sexo por los lobos, pero no conoce lo que es el placer.

´-¿Qué sabia ese malnacido?- exclamo molesto Shiryu- Phenril es un alma inocente.

-Apuesto, lo que tengas en tu bolsillo, Phenril te conto la historia de la luna de queso ¿no es verdad?- pregunto insinuante, el silencio fue su respuesta- Phenril le hizo mil y un preguntas a Alberich, antes de que Syd regresara, yo estuve presente  hasta con las más absurdas, pregúntale de las cosas que hacen los lobos, el fornicar, el sexo oral, Phenril lo sabe pero no sabe de lo que es el placer, para el eso no existe, según él, los seres humanos al igual que los lobos, tienen relaciones para perpetuar la especie y el sexo oral es para preparar al macho alfa y asegurar la descendencia, es más, al sexo oral lo llama limpiar.

-Phenril es virgen- exclamo intentando callarlo.

-Eso te lo aseguro- comento- Alberich le  insinúo si él y los lobos habían tenido relaciones, Phenril lo llamo loco, que los lobos lo hacen entre ellos y humanos solo fornican con otros, nunca se deben cruzar las especies, así que te aseguro, es Virgen…aquí en Asgard prevalece una ley, aquel que cumple dieciocho tienen que para su cumpleaños en una casa de mujeres, donde tendrá su primera experiencia, Phenril tiene dieciocho pero claro está que nunca piso la casa de mujeres.

-¿Casa de mujeres?- pregunto Shiryu sin entender.

- ¿Cómo te explico?- pregunto sereno- Una tradición de Asgard, es, además de elegir al más fuerte de un pueblo como quien instruirá a los más jóvenes, aquellas mujeres vírgenes, sin pretendiente o hijas de un pobre campesino, son vendidas a una casa donde solo habitan mujeres, y en esa casa solo se admiten visitas de hombres por pocas horas.

-¿Tú has ido a una de esas casas?- pregunto sorprendido.

-Claro que sí, Thor, Hagen, todos, los hombres van a esa casa al cumplir los dieciocho, quieran o no, llevados por sus padres o el hombre más fuerte del pueblo- respondió sonriendo, como si la pregunta fuera una broma- Phenril, al no tener a sus padres y vivir con los lobos, se salteo eso.

-No pueden denigrar tanto a la mujer.

-¿Denigrar? Es lo que les queda Shiryu- explicó sentándose- no pueden cazar, como los hombres, o cortar leña, si deciden poner una plantación esta muere por el frio de nueve meses, los otros tres, no sirven para poder plantar y cosechar, las plantas no terminan de crecer cuando caen las primeras heladas, la mujer, salvo Hilda y Fleur o las hijas de grandes terratenientes, deben ocuparse de la crianza de los hijos, de los hogares, del hombre, y si no pueden casarse antes de los dieciocho o sus familias no pueden mantenerlas, la venta es inevitable, ya sea como sirvientas o como damas para la casa de mujeres,  las hijas de los adinerados suelen también casarse con otros adinerados, para juntar fortunas, y quedan relegadas a ser madres, criar a su hijo.

-Phenril…

-El sexo de hombres entre hombres es bien visto en Asgard, pero porque el más fuerte domina al más débil, para fortalecerlo- exclamo- encamarte con Phenril le vas a ser un favor, aunque no te lo recomiendo, los lobos muerden, puede que él te muerda.

-No voy a encamarme con Phenril.

-Shiryu, lo veo en tus ojos, es la misma mirada que tuve a los dieciocho, el hombre tiene necesidades que satisfacer, tener relaciones es una de ellas, visite en Phenril, eres claramente más fuerte que él,  no te digo que lo hagas, pero tarde o temprano tus impulsos de hombre te llevaran al sexo, y no lo podrás evitar y Phenril no objetara, lo vera como algo normal, como los lobos.

-Claro que no- culmino con enfado y camino al balcón- yo nunca  haría eso, no soy como tú- llego a donde Phenril y lo abrazo- ¿no te hace frio?

-Me gusta este lugar y estar contigo- respondió- adentro…Sigfried no me quiere.

-Entonces disfrutemos del blanco paisaje ¿Te parece?

-Dragón…no permitas que Sigfried logre que yo tenga que cumplir con mi deber, por favor, no quiero hacerlo…de cumplirlo sería alejarme de ti y no quiero.

-Nadie te alejara de mi Phenril si tú no quieres, siempre estaré a tu lado- exclamo dudoso.

Continuara…

Notas finales:

Espero les allá gustado, un capitulo algo largo pero tiene todo lo que tenía que pasar, más alguna que otra premonición de lo que pasara en el próximo, recuerden que depende de ustedes, si les gusto el cap, si no les gusto, si creen que Shiryu está mal, que Phenril está fuera de lugar, que Sigfried no es tan malo, Hilda no es tan buena, etc, si el capítulo debería ser eliminado, si hay cosas que cambiar, con la personalidad, que hay más cosa que explicar etc, sus Reviews son su voz, a su voz yo la escucho, si tengo que cambiar algo lo voy a hacer, solo si ustedes me lo dicen, de lo contrario, si no me lo dicen ¿Cómo sabré que debo cambiarlo?

Notaran un Shiryu más centrado en lo que es el, dejando de lado que cree que Phenril no puede hacer nada por sí mismo,  que es lo que hace unos años me había recalcado que estaba mal y debía de cambiar esa actitud, bueno espero les haga felices, también la actitud de Phenril esta cambiada  ya que me dijeron que lo había aniñado, cuando Phenril tiene una actitud de adulto salvaje, investigué de los niños lobo y me salió esta personalidad. En cuanto a la actitud de Sigfried e Hilda, todo está basando en lo que vi del Anime, si lo vi de nuevo, quizás no puede calcar esa personalidad que tienen realmente, si lo ven mal con gusto en el próximo capítulo verán a unos mejores Hilda y Sigfried. Nota importante la actitud de este Sigfried no tiene nada que ver con la forma de ser que tiene en mi fic Locuras en la Mansión Kido, ese Sigfried están proceso de ser peor XDD (¿Pobre Seiya? :P)

 


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