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Un chico normal por minima

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Notas del capitulo:

 

Ejem… creo que me equivoque en escribir el nombre del bebé de Cosmo y Wanda, puse Puff y creo que en realidad se escribe Poof, la ortografía nunca a sido lo mío ñ.n jejeje, al menos su pronunciación es igual, lo único importante es que Poof es lindo sea como se llame XD

 

Mil y un gracias a los que comentaron, me hacen muy feliz, un comentario si hace la diferencia XD

 

 

V-                   En la nueva casa

 

Los nuevos inquilinos habían arreglado la casa en menos de lo que cantaba un gallo, todos los muebles ya estaban acomodados, fotos colgadas en las paredes, los electrodomésticos en su lugar, todo estaba en su lugar dando un aire hogareño y la sensación de que gente ya vivía en ese lugar desde hacia tiempo, y todo por arte de magia, literalmente.

 

-Todo listo- exclamo una alegre Wanda frotándose las manos satisfactoriamente.

 

-Mami- escucho la voz de su hijo que se encontraba jalándole quedamente el pantalón tratando de llamarle la atención.

 

-¿Qué pasa cariño?-

 

-Papi tiene problemas en la cocina- tan pronto como le acababa de decir eso su hijo se encontraba corriendo para llegar a la cocina, olvidando que había un método mas rápido para llegar a esa parte de la casa, solo pensaba que fuera lo que estuviera haciendo su esposo no fuera tan grave o estupido como poner en riesgo la fachada que tenían, pero conociendo a su marido, era mejor llegar pronto a la cocina.

 

Como era de esperarse de su querido y bobo esposo, había un caos en la cocina, la estufa tenia unas llamas tan altas que llegaban al techo empezando a dejar una muy notoria mancha negra de quemadura en este, en la mesa de la cocina había un cuchillo y una tabla para picar y sobre esta una parodia de una ensalada, ya que había muchas verduras picadas en un total desorden sobre la tabla, la mesa y hasta en el piso de la cocina, y Cosmo, su tonto y desquiciante esposo estaba enredado con una manguera que se utilizaba para lavar platos en el fregadero de la cocina, al parecer la había querido utilizar para apagar el fuego pero siendo como él era, había sido atrapado por esta como por una anaconda, reuniendo un poco de su casi infinita paciencia se aproximo a su esposo para ayudarlo a liberarse de la prisión que él mismo había creado.

 

-Te dejo ni bien menos de medio minuto solo y ya casi destruyes la cocina- decía una muy enfadada Wanda ayudando a un Cosmo algo mojado a desenredarse la manguera de las piernas.

 

-Lo siento Wanda, es que quería preparar un emparedado- decía el peliverde exprimiendo con sus manos un mechón de su verde pelo, la malvada manguera lo había atacado y mojado mientras estaba enredado con ella.

 

-¿Por qué no lo apareciste?- le pregunto ella como no acabando de creer que fuera tan torpe como crear ese caos solo por tratar de hacer un simple emparedado, ese esposo suyo siempre le lograba sorprender de alguna u otra manera, pero lo que no entendía era que si tenia magia por que no lo había aparecido y se evitaban todo ese problema.

 

-Me quitaste la varita después de que intente decorar el baño- dijo mientras se empezaba a sacudir como perro mojado logrando empaparla un poco, al parecer la manguera lo había mojado mas de lo que parecía.

 

Ahora que lo recordaba eso era cierto, pero como no quitarle la varita si cada cinco segundos le tenia que repetir “no hagas cosas exageradas”, para no arruinar su fachada, pero con la escasa capacidad que tenia su esposo para retener información y poner atención este no le había hecho caso, entre algunas cosas había convertido la sala en un pequeño parque de diversiones y ella la tubo que volverlo a la normalidad, puso arenas movedizas en el comedor según el para que se les hiciera mas fácil deshacerse de las sobras de la comida y ella las desapareció, y lo ultimo que había hecho para ya tomar la decisión de quitarle la varita y que adornaba como cereza del pastel a la lista de locuras hechas ese día era que Cosmo había mudado el lago Ness con todo y el monstruo al baño del segundo piso, y nuevamente tuvo que arreglar ese desastre antes de que los pobres escoceses se dieran cuenta, así que decidió que para terminar lo antes posible con la decoración de su ahora nueva casa le quito la varita momentáneamente para evitar que su marido cometiera una nueva locura y no arruinare tan pronto su fachada, pero olvido un pequeño detalle, mantenerlo vigilado.

 

-Ten, ya termine de arreglar la casa- dijo entregándole la varita a su marido para luego con la suya arreglar ese desastre con un simple puff, había olvidado que con o sin varita Cosmo siempre seria un desastre, pero era su desastre.

 

-Yo creo que deberíamos de darle algunos toques mas divertidos-

 

-No, recuerda que somos ahora “humanos simples y corrientes”, no debemos arruinar nuestra fachada llamando tanto la atención- le regaño recordándole por que le había dicho una infinidad de veces que no fuera exagerado con la decoración, no es que le desagradara todas las ideas que su esposo tenia para decorar la casa, pero la gran mayoría no era adecuada para “humanos normales”.

 

-Oh, es verdad- dijo como recordándolo de repente dando la impresión de que se le había olvidado, cosa que no dudaba mucho Wanda, para luego aparecer con su varita un gran emparedado y empezarlo a comer con total tranquilidad, eso era una cosa que Wanda envidiaba y le desesperaba de Cosmo, su capacidad de olvidar los problemas o tomarse las cosas a la ligera, siendo ella todo lo contrario, seria y responsable, pero así se complementaban.

 

-Espero que todo nos resulte bien- suspiro, ya estaba mas que acostumbrada a las babosadas de su esposo pero eso no era lo que la ponía nerviosa y tensa, si no el motivo por el que estaban ahí y por que tenían que actuar, por su nueva misión en el mundo humano -todo sea por él- la imagen de un pequeño niño de gorra rosada paso por su mente para luego cambiar a la de un adolescente con el mismo aire de aquel pequeño que habían conocido años atrás, sonrío, todo sea por su querido Timmy.

 

-¿Y Poof?- le pregunto Cosmo con la boca embarrada de mayonesa y mostaza.

 

-Estaba atrás de mi- miro atrás de ella y no encontró a su pequeño, tal vez se había quedado en la sala, seguida de Cosmo se encamino a la sala no encontrando a su hijo -Poof, cariño- le llamo pero este no respondió, ¿donde estaría ese niño?, pero no tardo mucho para que supiera la respuesta.

 

En una pequeña nube de humo color morado apareció su primogénito con varita en mano, unas pequeñas alitas traslucidas en la espalda y una pequeña coronita en la cabeza.

 

-Poof, ¿me podrías decir a donde fuiste?- el pequeño voltio rápidamente para encontrarse con el semblante serio su mamá, Ho ho, lo habían pillado.

 

-Yo… emmm…- vio como Wanda empezaba a fruncir el entrecejo, no era nada bueno hacerla enfadar, ya lo habían cachado y sabia que no se libraría del castigo, pensó ingenuamente que su madre al estar ocupada por algún descuido de su padre se hubiera podido escabullir sin ser descubierto, pero esa vez la suerte no estuvo de su lado.

 

-Poof…- se estaba impacientando.

 

-Yo… fui a ver a Timmy- ya lo había dicho y ya sabia lo que vendría, regaño.

 

-¡POOF!, sabes que eso es muy arriesgado, y más cuando traes ese aspecto- le dijo casi gritando.

 

-Pero me hice invisible y no me vio, aunque creo que si me noto- se trato de excusar rápidamente, sabia que su mami ya le había dicho que tenia que ser paciente, pero verlo en persona lo había emocionado mucho y aprovechando la distracción de su mami decidió ir a verle por unos segundos de nuevo.

 

-¿Invisible?, o cariño eso es asombroso, cada día avanzas mas en tu técnica con la barita y…- se detuvo en sus elogias al darse cuenta que otra vez se había emocionado con los avances de su hijo -ejem, cariño, sabes que debemos ser cuidadosos, nuestra misión es muy importante, se que te alegra mucho verlo, a tu papi y a mi también nos alegra verlo de nuevo, y… ¿cómo es eso que te noto?-

 

-No se, no hice ningún ruido, me quede muy, pero muy calladito y quietecito, pero él de repente empezó a mirar buscando algo, creo que me noto y se veía algo nervioso- dijo recordando lo sucedido hacia unos escasos momentos, según él le había salido perfecto quedar invisible y se había quedado muy calladito flotando sobre una esquina del baño de Timmy.

 

-¿Estas seguro que no hiciste ningún ruido?- Poof solo asintió con su cabeza –eso es algo extraño-

 

-No te preocupes tanto por eso Wanda, al final Timmy no lo vio y aunque lo noto recuerda que Timmy es especial- dijo Cosmo restándole importancia al asunto mientras le ofrecía un pedazo de su emparedado a su hijo.

 

-Si, Timmy es especial- sonrío al decir aquello y sin poder evitarlo su mente empezó a bagar en viejos recuerdos.

 

Desde que conocieron a Timmy sabían que era un chico muy especial, antes habían tenido muchos ahijados y a todos los habían querido con sus altos y bajos, pero Timmy ocupaba un lugar muy importante en sus corazones, habían pasado tantas cosas con el, aventuras, alegrías y tristezas, lo habían visto madurar poco a poco con cada fracaso o victoria, pero sin perder nunca su  pureza infantil, el siempre los vio no solo como seres que le cumplirían todos sus deseos y caprichos, si no también como sus mas grandes amigos, aquellos que nunca lo abandonaban, con los que enfrentaba sus miedos y experimentaba grandes alegrías y tristezas, y había demostrado en mas de una ocasión que sacrificaría todo por ellos, junto a él habían experimentado lo que se sentía ser una verdadera familia, no solo lo veían como su ahijado, si no como su propio hijo, y junto con Poof habían completado el cuadro de una feliz familia, sin embargo aquel fatídico día llego en que sintieron como sus corazones se rompían en mil pedazos, donde se tuvieron que separar y ya nunca mas podrían volver a verse, esta vez no había marcha atrás, y gracias a aquel sacrificio que hizo Timmy había logrado salvar su mundo, no, a todo el universo, siendo una victoria que quedaría en el olvido.

 

-¿Quieres un poco de refresco con tu emparedado Poof?- escucho la voz de Cosmo haciendo que saliera de sus pensamientos, al parecer se había quedado muy pensativa y ahora tanto su hijo como esposo estaban comiendo un emparedado y aparecían unos refrescos para acompañar, solo esto le pasaba a ella con esta familia.

 

-Ejem… en todo caso- empezó a hablar logrando llamar de nuevo la atención de Cosmo y Poof –hijo, esta vez tuviste mucha suerte, comprendo lo feliz que estas de volverlo a ver, pero tenemos que ser muy, pero muy cuidadosos, como en esas películas de espías que te gusta ver- le empezó a explicar y acariciar los sedosos cabellos negros –no te preocupes e impacientes, que poco a poco, estoy segura, podrás pasar mas tiempo con él- apareció una servilletas y empezó a limpiar las mejillas de su pequeño, tenia pequeñas manchitas y migajas en ellas, en menor parte a comparación de su peliverde padre que ya se estaba ahogando con un bocado atorado en su garganta.

 

-Eso espero-

 

-Claro que si Poof, dentro de poco tiempo empezaran a jugar juntos como cuando eras un bebé- ambos sonrieron con alegría y nostalgia mientras que no se daban cuenta que Cosmo ya estaba cambiando a un color azul –pero aun así te quedaras una semana sin postre, esta bien que sean cuatro días- dijo al ver los tiernos ojitos que le estaba haciendo su hijo para que no le quitara su amado postre, como a ella su pequeño amaba las cosas dulces como el chocolate.

 

-Esta bien- dijo resignado, tendría que aguantar cuatro largos días sin postre.

 

-Oh, Cosmo, ¿Por qué no me dijiste que te estabas ahogando?- dijo Wanda cuando se percato de que su marido ya estaba pasando a un color morado en la cara, solo fue suficiente una palmada en la espalda para que se desatorara en bocado y volviera a respirar.

 

-G…gracias-

 

-Eso te pasa por no masticar bien tu comida y límpiate esa cara que pareces un cerdo con tanta comida embarrada en el rostro- le decía a su esposo mientras aparecía mas servilletas y le limpiaba el rostro, a veces pensaba que Cosmo era mas infantil en algunas ocasiones que Poof –tienes pedazos de pan hasta por las orejas-

 

-Mami, ¿puedo ver las caricaturas?-

 

-Si tesoro-

 

-¿Y yo?-

 

-Si, si, tú también puedes- en definitiva su esposo se comportaba de una manera muy infantil en algunas ocasiones, pero así lo amaba junto a su hijo, miro por la ventana hacia la casa de Timmy, estaba segura que pronto ganarían la confianza de Timmy y las cosas se pondrían mejor, tenia una corazonada, ya su pequeño no estaría solo, y aunque no los recordara estaba segura que su cariño hacia ellos volvería, solo era cuestión de esperar y vigilar que Cosmo no hiciera una idiotez y en menor medida vigilar que su hijo no fuera a visitarlo a escondidas de nuevo.

Notas finales:

Soy lenta como tortuga, pero espero que sea entretenido :D


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