Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Papa-san por yuukiyuki

[Reviews - 181]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

jaja, si bueno, creo que a nadie le gusto la monja, pero no se preocupen, gracias a sus multiples reviews de odio ahora fundaciones Yuukiyuki ha abierto una solucion

 

bienvenidas sean al club de "Jodete Matilda!"  para registrarse favor de pasar al cuadrito blanco de reviews al final del capitulo n_n

ASI ESTA LA COSA.

-Ciel-kun!- saludo ella con mas confianza de la que se le permitia tenerle al señorito de la casa, Ciel noto al instante que ella se habia agitado con su prescencia y desconocia el porque.

-Matilda Simmons? que haces tu aqui?- quiso saber el ojiazul de inmediato.

-Si...bueno...yo...- balbuceo ella torpemente sujetando con mas fuerza aun una canasta de tamaño considerable que llevaba cargando en la mano derecha, Sebastian volvio a interponerse entre ambos tapandole asi la vista a su joven amo

-No es nada reelevante bochan, no tiene porque gastar su tiempo en estos asuntos, dejemelo a mi, despues de todo, es a mi a quien ella busca- argumento el mayordomo con diplomacia esperando con eso convencer al chico de retroceder.
Pero joder, si habia algo que lo hacia ser Ciel Phantomhive eso era definitivamente su adorable testarudez

-Quitate Sebastian- dijo el pequeño bastante sombrio

-Pero...- trato de reprochar el, algo que nunca hacia, a menos que mereciera por completo la pena, y esa era una situacion que el consideraba definitivamente lo merecia.

-Es una orden- dijo Ciel, mirandolo directamente a los ojos con la mirada mas fria que tenia, el ojirojo se supo vencido, nada podia hacer cuando el niño usaba esas palabras

-Como diga, bochan- quizas solo habia sido la imaginacion de Ciel, pero algo le decia que existia un "no diga que no lo trate de detener" en las palabras de su demonio de mayordomo

-Tu, entra- dijo dirigiendose a Matilda -Y tu, trae té- ordeno dirigiendose a Sebastian

-Su manera de expresarse es inapropiada bochan- dijo Sebastian dandole la espalda para ir a la cocina

-Me entendiste o no?!- le espeto el ojiazul alzando una octava la voz, mientras tanto, la invitada no pudo evitar sentir el pesado ambiente que se habia creado a su llegada.
Caminaron hacia una pequeña sala dedicada a recibir visitas, habia sido decorada por Sebastian por lo que no habia ni una sola cosa que desentonara en el lugar, tomaron asiento en los sillones de color verde oliva para esperar su té, Matilda se divirtio un poco saltando en los mullidos cojines, no todos los dias se sentaba en muebles como esos, y Ciel la miro preguntandose que cojones era lo que queria de su mayordomo.

Sebastian aparecio, en bandeja de plata llevaba un par de tacitas que formaban parte de sus mejores vajillas rebosantes de humeante y seguramente exquisito té verde. Sirvio una a cada uno y se quedo de pie al lado del ojiazul con la bandeja entre las manos. Ella agradecio y dio un pequeño sorbo al liquido al mismo tiempo que el conde también lo hacia

-Asi que ese extraño convento aun existe?- pronuncio Ciel repentinamente, podia saberlo gracias a que la ojiverde vestia las mismas ropas de monja con las que la habian conocido, realmente no habia un cambio significativo en ella, incluso llevaba el mismo corte de cabello de esa vez.

-Hai- fue la monosilabica respuesta que ofrecio ella, Ciel suspiro, no tenia tiempo para andarse con esos jueguitos de tontos rodeos

-Porque viniste a buscar a Sebastian?- le pregunto el ojiazul, ya habia aguantado lo suficiente las ganas de decirlo. Ellos la vieron sonrojarse violentamente y bajar apenada la cabeza.

-Sebastian-san...- murmuro ella, una diminuta sonrisa aparecio en su hermoso rostro. Tomo entonces la cesta del piso donde la habia dejado, la subio a la mesa teniendo que hacer su taza de lado para que el paquete cupiera, la extendio hacia Ciel y finalmente quito las sabanas blancas que cubrian el contenido.
Ciel palidecio y los ojos de Sebastian se abrieron como platos, incluso estuvo a punto de dejar caer la bandeja, el conde se pego mas al respaldo de su asiento, se sintio repentinamente cansado

-Es en serio?- dijo Ciel bastante aturdido, aquella era una pregunta que no habia sido formulada para tener una respuesta, sino para que la joven ya no tan joven se enterase de toda la estupefaccion que le habia provocado, sentia la sangre completamente congelada, juraria que trocitos de hielo corrian por sus venas en esos precisos instantes. El autor de esa obra maestra aun no decia nada.
Ahi dentro, acurrucado en la canasta profundamente dormido, estaba nada mas y nada menos que un pequeño bebé, de piel blanca y cabello negro, facciones finas y una carita de no matar ni una mosca.
Y Ciel, que en algun momento de sus 13 años de edad se habia preguntado que aspecto hubiera tenido su mayordomo si alguna vez hubiese sido un bebé, podia contemplar con su propio ojo una respuesta a la que no tenia ni idea de como reaccionar.
Matilda, al sentir el silencio en el que todo se habia sumido de un momento a otro se sintio poco mas que obligada a dar una explicacion

-Yo...nunca pense que algo asi podria pasar...- comenzo ella, se notaba a leguas de distancia que no sabia ni por donde iniciar -como nadie sabia nada acerca de...- carraspeó -...ahem...lo de esa noche, mi estado fue tomado por un milagro del Señor, por eso fue que no me echaron del convento, pero cuando nacio el Padre me dijo que aunque por ser un bebé era una criatura inocente notaba algo malo en el- la voz se le quebro a ese punto -Me dijeron que lo matara pero yo no puedo!- gimio ella echa un mar de llanto -Asi que por favor! Por favor quedatelo Sebastian!- la castaña se arrojo a los pies del mayordomo sin dejar de llorar, y Sebastian, el aun no decia nada. -Se que tu lo cuidaras bien- musito ella desde el suelo.

El ojirojo finalmente termino de descifrar y asimilarlo que pasaba a su alrededor, volviendo al mundo real, parpadeo rapidamente, se inclino hasta quedar a la altura de Matilda y la hizo despegar la frente del suelo secando las lagrimas que caian de sus ojos
-Traerlo fue lo mejor que pudiste hacer, sin embargo yo no tomo aqui las decisiones- la castaña entonces se volteo a ver al joven conde con los ojos mas suplicantes que habia puesto en su vida, el demonio tambien lo hizo para encontrarse con un joven amo mas palido de lo normal practicamente desvaneciendose en el sofá, Sebastian entonces se alejo de Matilda lleno de preocupacion por su joven amo -Se encuentra bien, bochan?- le inquirio con unas levisimas arrugas de preocupacion en la frente.
Vio al niño llevarse las manos al estomago con movimientos que semejaban a los de una madre embarazada

-Aquella noche solo fue una vez, y paso esto- susurro el conde señalando al paquetito que aun yacia dormido -Hace menos de 10 minutos tu y yo...eso signifca que yo también...- Ciel trago saliva, estaba demasiado preocupado de si mismo y su, según el, "creciente vientre"como para notar la gota de anime que aplastaba la cabeza de su mayordomo

-Eso es imposible bochan...- le espeto -acaso pone algo de atencion en las clases de Biologia?- al oir tan tranquilizantes palabras el ojiazul no pudo evitar soltar un aliviado suspiro, bien, un problema menos a la lista -Hablando de otra cosa- el modo en que habia cambiado de tema ameritaba subir unas gafas por el puente de su nariz, era una lastima que no llevara gafas en esos momentos -Que va a decidir bochan?- la pregunta del millon, el grandisimo, aunque no literalmente hablando, señor de la casa Ciel Phantomhive coloco toda su atencion en la dulce criatura de la cesta
Despues, tras unos segundos se encogio de hombros y respondio con desinteres a ojos cerrados
-Es tu hijo despues de todo, decidelo tú entonces- Sebastian curveo sus labios en una sonrisa maliciosa

-Es acaso compasion por "eso"- Matilda se pregunto porque el ojirojo llamaba "eso" a su propio hijo, pero como buena invitada que era simplemente se quedo callada -O es que quiere que "eso" tenga la vida que usted perdio- sonreia, si, pero lo cierto era que esa manera de hablarle, ese desesperado intento por hacer enfadar al menor recordandole aquello que odiaba le recordaran era con la mera intencion de que el niño sintiese dañado su orgullo y respondiera que no, que no aceptaria a esa criatura en la mansión.
Pero vamos! testarudo era como el apellido de Ciel, si las palabras del mayordomo no lo habian hecho cambiar de parecer en otras ocasiones, que haria que esta fuera diferente

-Es solo que tienes que hacerte responsable de lo que has hecho, solo eso- sentencio el ojiazul.
Todo recayo en Sebastian una vez mas, volteo hacia abajo, a donde su pequeña aventurilla se encontraba arrodillada, menudo problema en el que se habia metido gracias a ella, Matilda, al sentir esa mirada clavada en su persona también alzo la vista para dedicarle una de las ultimas miradas suplicantes que le quedaban antes de darse por vencida, Sebastian giro el rostro, no le gustaban los humanos rogones, dirigio sus irises escarlata al niño, SU niño para ser exactos, dormia tan apacible, se veia tan inocente, pero el sabia que no era asi, como no conocer la verdad sobre ese ser que era de su misma especie, de su misma sangre? Miro, finalmente a Ciel que no parecia querer cambiar de opinion, y suspiro.
Porque ese treceañero nunca estaba de su lado cuando debia?

-Siendo mi descicion, que se quede entonces- dijo el mayordomo. Joder! acaso tenia "me gusta cuidar niños!" escrito en la frente o que? suficiente tenia con Ciel, realmente no necesitaba un engendro para amenizarle el dia.
La pelicastaña se levanto del suelo de un salto besando la mano de Sebastian

-Arigatou!!! Sabia que tu entenderias Sebastian!!- y sigo, lo llamaba con demasiada confianza

-Si de nada...- respondio el ojirojo olvidandose de sus modales por unos momentos -La acompaño a la puerta- se ofrecio el mayor retornando a ser el eficiente sirviente que era, ella asintio y camino por delante de el gustosa.
Ciel, que al verlos salir de la habitacion se habia permitido destensarse volvio a dejar de respirar cuando de subito la puerta del cuarto se abrio y Matilda entro corriendo. Se acerco a la canastita, acaricio los cabellos negro carbón de su pequeño hijo y le quito algunos de la frente para besarlo con suavidad

-Portate bien querido- la escucho Ciel susurrar, tal parecia que el pequeño mocoso iba a dormir para siempre.

****

-Tiene nombre?- estaban ambos ya a la puerta, Matilda un paso fuera de la mansion

-No, no se me ocurrio nada bueno, tu puedes ponerle el que quieras-

-Entendido- pronuncio el pelinegro, la vio dubitar con el rabillo del ojo -Por favor no te angusties, estara bien- fue lo ultimo que le dijo antes de cerrar la puerta

****

-Asi que...eres padre?- le inquirio Ciel nadamas verlo, un tonito entre divertido y burlon acompañaba sus palabras

-Bochan, si se pone a pensarlo, "eso" en escencia es su culpa- el ojiazul, como pocas veces pasaba, dejo ir una sonora carcajada

-Yo no te dije que usaras esa clase de metodos o si demonio promiscuo?- al mayordomo le salio una venita palpitante, que si se estaba divirtiendo? peroporsuclaroquesi!! -A todo esto, porque aun le llamas "eso", Matilda no te dijo su nombre?-

-Me dio el poder para nombrarlo-

-Y bien?- Sebastian levanto una ceja en señal de no comprender

-Y bien que?-

-Que esperas para hacerlo-

-Es una orden?- le inquirio el ojirojo algo confuso

-Yo que se! solo hazlo!-
Sebastian suspiro, se coloco en cuclillas para quedar a la altura de la mesa que sostenia a su bebé, repentinamente, se descubrio a su mismo buscando un nombre apropiado y poniendo las multiples almas que habia devorado en ello. Carajo! podia contra angeles genocidas, contra shinigamis extraños, perros demonio y un millon de balas si queria, pero nombrar un bebé, eso era otro nivel, no podia tomarselo tan a la ligera como se tomaba todo lo antes mencionado

-Michael? Mihael? Michel?...- y la luz brillo para Sebastian, su mano se alargo con sutileza hasta la canasta, dibujo la suave silueta del bebé en el aire y termino posando uno de sus dedos en la tersa y sonrosada mejilla del menor -Mitchel- dijo en un susurro

-Mitchel Michaelis? es un mal juego de palabras sabes Sebastian -_- le espeto Ciel aunque pronto se dio cuenta de que no era escuchado, su mayordomo estaba concentrado solamente en el bebé

-Mitchel...- volvio a decir, esta vez, como si el pequeño supiera que era de la boca envenenada de su padre de la que salia ese nombre que era suyo pronunciado de la mas dulce manera, ese pequeño demonio que aparentemente no entendia nada de nada, abrio sus enormes ojos verdes por primera vez desde que habia sido presentado, y sonrio

Notas finales:

He ahi, y despues de esto ella no sale de nuevo, no se preocupen minasaan, ademas de que seguro que se llevan una gran sorpresa si aun leen el tercer capitulo, si bueno, me di cuenta de que a nadie le gusto que lo pillaran asi que ya he cambiado las notas del primer capitulo, si a alguien no le tocaron, no sabran de que hablo n_n, pero no se preocupen, no era importante n_n

Jajaja, yo estuve igual que Sebas con lo del nombre, al principio el niño iba a tener un lindo y hermoso nombre japones, algo asi como Mikage en honor del de 07 ghost, o Hakuren, pero recorde que Kurishitsuji se desarrolla en inglaterra, asi que, quedo Mitchel n_n

 

Amenlo, el no tiene la culpa de ser el hijo de esa horrible mujer!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).