Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Siempre junto a mi por Betsa

[Reviews - 80]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Buenas! Pues sí, aquí estoy actualizando, en verdad que esto de volver me ha dado más inspiración que en los últimos tres años, por lo tanto creo que actualizaré seguido, ya estoy con el capítulo 14 así que creo que voy bien :)

Tenganlo por seguro ya no voy a tardar años en actualizar, tengo mucha fe en que esta vez voy a poder hacerlo, mi ritmo de vida y todo actualmente me tienen algo ocupada pero he encontrado los tiempos para poder escribir, aunque no lo crean eso me hace muy feliz.

Más feliz aún me hace saber que todavía hay personas que me leen, ustedes me hacen seguir, si supiera que ya nadie me lee pues... creo que solo así no subiría. Pero a como estoy viendo aún tengo algunas lindas lectoras, las adoro por leerme. A todas ustedes les dedico este nuevo capi.

Les dejo una imagencita que tiene algo de significado para este capi, ¿pueden ver como Matt borra algo en el pizarrón?

Les dejo una imagen que algo tiene que ver con el capi, ¿pueden ver como Matt borra algo del pizarron?

VAYAMOS AL FIC!

Otro día más se asomaba en el horizonte, los primeros rayos de sol iluminaban las calles y las llenaban de calor, hacia un poco de viento que revolvía las hojas caídas pues ya era otoño, por ello la brisa era un poco fría anunciando así lo cerca que se encontraba ya el invierno.

Por la ventana del chico rubio se asomaban como siempre aquellos cálidos rayitos de luz, pero el chico ni siquiera se inmutó cuando aquel rayo le alcanzó la mejilla, permanecía en su cama con los ojos fijos en el techo de su cuarto. No había podido conciliar el sueño, había sido una noche bastante mala, no dejaba de pensar en lo que había ocurrido el día anterior, o debería decir lo que no ocurrió.

Le recordaba un poco al día de su primer beso, cuando Eli le dio la grandiosa experiencia que era aquello, sin embargo en aquel momento no había estado tan alterado, se sentía más bien emocionado y quería repetirlo, pero por algún motivo no se había dado aún el momento. Aún no lograba entender porque se sentía similar a aquella ocasión pero mucho más nervioso, ¿podría ser solo su imaginación? Le parecía en verdad que lo que Matt estaba a punto de hacer era… eso. Pero no podía ser, después de todo ambos eran hombres y no solo eso sino que eran hermanos del alma, por mucho que no lo fueran de sangre.

Seguía cavilando sobre aquello sin querer levantarse, se sentía abatido y cansado, todo le parecía irreal y confuso, que difícil le parecía eso de crecer.

-Mello, ¿aún no te has levantado? – esa era Jean quien se asomaba por la puerta de su cuarto – es tarde ya, debes apurarte o no llegarás a tiempo, Matt no debe tardar en venir por ti.

-Hoy no quiero ir a la escuela Jean, no me siento bien – mintió.

-¿En verdad? Veamos – tocó la frente del rubio con su mano intentando detectar temperatura alta – no pareces tener fiebre ¿qué es lo que te duele?

-No estoy seguro, solo me siento algo cansado – continuó, esperaba que funcionara y no lo obligara a ir ese día.

-No pareces enfermo Mello, a mi más bien me parece que alguien se desveló y ahora no quiere ir a la escuela – su nana le miró con aire suspicaz, parecía que había dado en el blanco, ¿Cómo le conocía tan bien?

-Vamos Jean ¿no podemos dejarlo pasar por hoy? – pidió sentándose en la cama.

-Sabes que no Mihael, debes ir, apresúrate y le diré a Matt que te espere. – dicho eso salió de la habitación y Mello pudo oír como bajaba las escaleras, suspiró rindiéndose para luego levantarse.

Rápidamente se vistió, se peinó y lavó sus dientes. Al bajar sin mucho ánimo las escaleras se encontró a Jean al pie de estas con una caja de almuerzo.

-Así me gusta, aquí tienes tu almuerzo, que tengas un buen día – le sonrió cariñosa y le entregó la cajita.

-Gracias Jean, nos vemos – dijo sin mucho ánimo, tomó el abrigo, se lo colocó y salió de la casa, atravesó el jardín rumbo al portón principal que daba a la calle donde seguramente Matt como cada mañana ya le esperaba; deseaba poder quedarse ese día en casa, no quería pasar por otro momento incómodo con él, ya había tenido suficiente con las pasadas semanas y seguramente el día anterior no había sido de mucha ayuda.

Llegó al portón y lo abrió sin muchas ganas, no miró inmediatamente al pelirrojo pero si sabía que estaba ahí parado junto a la bicicleta, subió poco a poco la mirada desde la bicicleta hasta mirarlo a los ojos, sabía que lo que encontraría no sería muy agradable.

-¡Hola Mello! Buen día - saludó el pelirrojo muy enérgico y con una gran sonrisa de oreja a oreja, una sonrisa que no era fingida, se veía que algo lo tenía muy feliz, el rubio se sintió algo confundido.

- Ehm… buen día Matt – le miró extrañado – ¿todo bien? – preguntó con algo de recelo.

-Claro, ¿Por qué no habría de estarlo? La vida es bella y hoy hace un hermoso día – ensanchó su sonrisa y estiró los brazos con alegría, algo en definitiva no andaba bien – vamos debemos irnos o llegaremos tarde – le dijo mientras se montaba en la bicicleta y esperaba a que Mello subiera también.

-Sí, claro – su hermano menor solo atinó a decir eso, subió a la bicicleta y emprendieron el viaje a la escuela, todo el camino Mello observó que Matt se notaba mucho más animado, incluso tarareaba alguna cancioncita mientas pedaleaba, ¿Qué era lo que estaba sucediendo?

- Llegamos – dijo Matt al momento que frenaba la bicicleta y su pasajero se bajaba con cuidado – bien entonces nos veremos después – estaba a punto de irse cuando se detuvo de nuevo – ¡ah! Cierto, casi lo olvido Mello, hoy tengo un compromiso con alguien así que no vendré por ti en la tarde, ¿podrías volver solo a casa hoy?– todo esto lo dijo tranquilo y con la misma sonrisa.

- Si, no hay problema – comentó el rubio con la misma cara de confusión.

-Nos veremos mañana entonces, adiós Mihael – al momento siguiente pedaleó la bicicleta y se fue.

El chico rubio se había quedado pasmado, ¿Mihael? ¿Cuándo había sido la última vez que Matt lo llamó por su nombre? No entendía nada, un día antes aún estaba con su  actitud recelosa y al día siguiente estaba no solo sonriente sino distante, más de lo habitual, por no mencionar que… parecía que Mello ya no le interesase de la misma manera, por misma razón solo pudo observar como Matt se alejaba.

-Buen día Mello – esa era Eli que le saludaba pero el aludido no pareció darse cuenta de su saludo – Mello ¿estás escuchándome?

-¿Qué? Oh sí, disculpa, buenos días Eli – se sacudió un poco la cabeza y saludó a la chica como si nada.

-¿Está todo bien? pareces pálido – preguntó con preocupación la chica castaña.

- Estoy bien, no me pasa nada – sin embargo la chica se había acercado a él demasiado rápido y al principio no supo muy bien cuál era la intención, hasta que notó que había puesto su frente pegada a la suya.

-Pues no tienes fiebre – sentenció la chica al sentir la temperatura del chico con su frente – pero si pareces cansado ¿en verdad todo está bien?

-Sí, claro en verdad estoy bien – suspiró con algo de alivio, aquellas situaciones lo iban a volver loco.

-Bueno en tal caso debemos apresurarnos la campana sonará pronto, vamos – Eli tomó la mano de Mello y lo dirigió dentro del recinto estudiantil, ya que tenían las mismas clases siguieron de la mano por todo el pasillo hasta el salón, no era la primera vez que la chica hacía aquello por lo que para el chico ya no era raro, pero si notaba las miradas de algunas chicas.

 

oooOOOoooOOOooo

 

Después de ese día todo transcurrió más o menos normal, Matt siguió yendo por él en las mañanas y la mayoría de los días iba por él al finalizar la escuela también, pero era algo muy común oírle decir que tendría algo que hacer y no podría verlo ese día, por lo mismo no iba ya tanto a su casa a pasar el rato como había sido costumbre por tantos años.

Por otro lado Matt parecía más alegre y tranquilo, jugaban como siempre, ya fueran videojuegos o hacer la tarea juntos o cualquier actividad él parecía estar como nunca.

Mello actuó tan normal como podía, después de todo no es que estuviera pasando algo malo, él deseaba que su hermano mayor estuviera más feliz ¿o no? Y por alguna razón parecía que ahora lo estaba así que no tenía de que quejarse, ya pensando un poco más a fondo el asunto sentía que lo que parecía molestarle es que Matt no le decía realmente el porqué de su repentina felicidad, lo conocía bastante bien como para saber que algo pasaba.

Después de un par de semanas al final se convenció de intentar hablar una vez más con Matt, le pediría una explicación, si iban a dejar de tenerse confianza eso era algo que no podía permitir, ambos habían sido sus confidentes por tantos años, no debían dejarlo ahora que empezaban los años difíciles de la adolescencia.

Un día al culminar las clases guardó sus cosas en la mochila y se dispuso a salir del salón de clases, fue despacio sin ninguna prisa, después de todo ese día Matt no lo estaría esperando a la salida.

-¿Mello? – era Eli quien se sentaba a su lado, la miró cuando ella lo llamó por su apodo - ¿hoy tienes partido?

- No, hoy no y al parecer Matt tampoco vendrá por mí – dijo algo cabizbajo.

-¿En verdad? – Eli parecía feliz por ello y no lo disimuló – Entonces ¿te gustaría ir conmigo a un lugar?

Mello se lo pensó un poco y la verdad es que no tenía nada que hacer y además Eli era muy buena compañía.

-Si claro, ¿A dónde quieres ir? – preguntó tratando de parecer emocionado.

-A un lugar especial – le dijo ella tomando su mano y guiándolo fuera de la escuela hacia el lugar que quería ir.

Caminaron tranquilamente por la calle camino a aquel lugar tan especial que Eli mencionaba, todo el tiempo ella mantuvo su mano firmemente agarrada a la de Mello y este no hizo por quitarla, aunque era algo que era común en ella nunca la había mantenido por tanto tiempo y menos habían caminado por la calle con las manos unidas.

-Aquí es – finalmente llegaron al lugar, era el acuario, Mello había ido algunas veces pero hacía ya mucho tiempo que había dejado de hacerlo, la última vez había ido con Matt.

-¿Querías venir al acuario? – preguntó él un poco extrañado.

-Sí, es un lugar que me gusta mucho y pensé que podrías acompañarme – ella estaba más alegre que de costumbre y sus mejillas parecían también más rosadas, a Mello le gustaba mucho ver sonreír a su amiga, era contagioso y le alegraba también.

-Pues vamos entonces – la animó.

-¡Si! – gritó ella de alegría y nuevamente tomando a Mello de la mano lo dirigió hacia la venta del boleto de entrada en la taquilla.

Una vez dentro ella no paraba de mirar a todos los peces, todas las paredes del lugar eran parte del acuario y dejaban ver infinidad de bellos peces de múltiples colores y formas, cada uno le causaba una reacción única a la chica y al mirar ciertas especies le daba una pequeña explicación a Mello sobre lo que ella sabía de ese tipo en particular de pez.

 

-Mira Mello, ahí hay un pez payaso, donde están las anémonas.

-Creí que las anémonas comían peces – preguntó Mello interesado.

-En realidad no todas las especies y hay algunos peces como el pez payaso que viven en ellas y las usan como protección, a cambio estos peces mantienen limpia a la anémona.

-Sabes mucho sobre esto – dijo el chico poniendo su atención en la chica.

-No tanto, quiero algún día ser una bióloga marina, porque me fascina todo lo que tiene que ver con el mar – dicho eso continuó el recorrido, emocionándose cada vez más con todo lo que podía observar.

Mello sonreía al mirarla, era una linda chica y llevaban mucho tiempo siendo amigos, también había ocurrido aquello y desde entonces estaban volviéndose más cercanos, se preguntaba si a eso es a lo que llaman que alguien te guste.

Venía tan sumido en sus pensamientos que no notó que habían llegado a la parte oscura del acuario, aquella donde podían observar los animales que brillaban en la oscuridad, realmente era algo muy hermoso.

-Son hermosos ¿verdad Mello? – dijo ella embelesada por aquel espectáculo.

-Sí que lo son – respondió este mirando todo aquello.

Al momento siguiente ella se volvió y se puso frente a él.

-¿Sabes Mello? Los animales del mar me gustan mucho, me pone muy feliz verlos y me emociono siempre que hablo sobre ellos – él la escuchó atento – pero solo hay alguien que hace que mi corazón lata más fuerte que el mar – en ese momento ella estaba muy cerca, ella tenía que subir la mirada para verle a los ojos, Mello había crecido bastante ese último año.

El chico rubio sabía lo que venía a continuación, había entendido muy bien los sentimientos de Eli la primera vez que se besaron pero no había hablado más sobre eso, él sabía lo que ella quería, él le gustaba y quería algo más que una amistad; él también sentía que Eli era linda, pero por otro lado no estaba seguro de lo que quería. Mientras ella se acercaba y cerraba sus ojos él sabía que esta vez ella esperaba que él diera el paso siguiente, la tomó por los hombros y se acercó poco a poco, vio cómo su dulce rostro se enrojecía pues sabía qué pasaría después. Solo un poco antes de tocar sus labios Mello tuvo una extraña sensación que lo dejó helado, al cerrar los ojos antes de besar a la chica había visto en su mente a… su hermano Matt.

La sorpresa fue tal que lo congelo en su lugar y en vez de avanzar hacia la chica para besarla se retiró sutilmente y dejó caer los brazos a sus costados.

-¿Mello? – preguntó ella sin entender - ¿qué pasa?

-… – él no respondió y ella involuntariamente entristeció la mirada.

- Mello… tú me gustas, pero nunca me has dicho ¿qué es lo que tu sientes por mí? Por favor, dímelo, ¿yo también te gusto o me ves tan solo como una amiga? – él caviló sobre aquella pregunta y la verdad es que…

-Eli yo… no lo sé – aquella respuesta fue peor que una negativa, ella sintió como sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas y un momento después no pudo evitar el sollozo, corrió por el pasillo y se alejó de Mello tratando de contener todo el dolor que sentía.

Mello no se movió del lugar, no sabía qué sentía, no sabía qué debía sentir y mucho menos sabía por qué había pensado en Matt en ese momento. Algo no andaba bien y debía hablarlo con él, no podía esperar, él era su mejor amigo, su hermano, su confidente, era el único que podía ayudarlo a entender sus sentimientos.

El chico rubio salió corriendo del lugar, en ningún momento se encontró con Eli, ella seguramente ya se había ido, por el momento eso era lo mejor no quería verla hasta no tenerle una respuesta convincente. Corrió y corrió por la calle rumbo a aquel lugar que poco había ido a visitar, dio vuelta en una calle y en otra, poco a poco se fue acercando al lugar pero no aminoró el paso, comenzaba a oscurecer, finalmente dio vuelta en una calle y ahí estaba en la esquina la casa de Matt, al llegar tocó enérgicamente, por la hora seguramente Jean ya estaría en casa, fue ella quien atendió al llamado.

-¿Mello? – preguntó extrañada - ¿qué haces aquí?

-Perdona Jean pero tengo que ver a Matt, es algo urgente – él estaba agitado por correr pero estaba determinado a hablar con él –  ¿él está en casa?

-Sí, pero sabes está con alguien – antes que ella hubiera terminado de decirlo Mello ya había pasado a la casa y al llegar a la habitación de Matt lo encontró ahí sentado en el sofá pequeño, pero tal como dijo Jean no estaba solo, estaba con una chica.

- ¿Mello? – dijo Matt al ver al rubio - ¡Mello! Que alegría que viniste, aunque debiste avisarme que vendrías – el pelirrojo parecía feliz y se levantó del lugar para ir junto a Mello y pasarle un brazo por la espalda y colocar la mano en su hombro.

El rubio se sintió algo extraño por el gesto y por otro lado no dejaba de ver a la chica, su cabello era largo hasta la cintura de color negro, sus ojos eran de un extraño tono de gris y la piel demasiado blanca y tersa, era una chica hermosa.

-No tenía planeado esto el día de hoy pero ya que estás aquí – dirigió al rubio hacia donde estaba la chica – Marie, él es Mello es mi hermano menor del que te conté.

-Es un gusto – dijo la chica levantándose del sillón y tomando la mano que el rubio apenas le ofreció – me han hablado mucho de ti Mihael – el aludido se sentía extraño, ¿Quién era esa chica?

-Mello ella es Marie – la presentó de manera muy atenta pues se posó al lado de ella y la abrazó poniendo su mano en su cintura – ella es mi novia.

Algo en el mundo cambió en ese momento, como si un terremoto ocurriera o algo perturbara el equilibrio del universo, Mello no hizo un solo movimiento pero dentro sintió que algo se había roto.

 

Notas finales:

Y sí, estamos en un punto muy amargo de la historia, cuando todo comienza a ponerse dificil para estos lindos chicos pero me agrada mucho recordar como en aquellos tiempo las dudas nos asaltaban, como les dije la historia está basada en una real y es lindo poder recordar y escribir.

 

Chicas no sean malas y dejenme un review, cada vez que recibo uno me impulsa a seguir escribiendo y si me mandas más seguramente escribiré más.

 

LAS QUIERO!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).