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Siempre junto a mi por Betsa

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Notas del capitulo:

Buenas noches chicos y chicas, pues yo aquí subiendo capitulo nuevo después de un rato, pero oigan ya no tardé años jaja. Bueno aquí les va este capitulo que debo decir me parece que más de una va a decir "yo quiero ser ella" pero para efectos de la historia pues a algunas no nos gustará, ya verán por que.

Como sea pues vamos aprendiendo más sobre la vida de estos dos chicos, veremos que depara el futuro.

 PD. Supongo que ya lo sabían pero ya no puedo poner imagenes en los capis jeje, así que solo nos queda imaginarlas :( 

 

Todo aún le parecía muy irreal, aunque las palabras se repetían una y otra vez dentro de su cabeza no lograba darles sentido, era como si de repente le hablaran en otro idioma pues no lograba procesar absolutamente nada.

El rubio caminaba por la calle, el clima del otoño traía aires gélidos pues ya era muy entrada la noche, desconocía cuanto tiempo llevaba así, incluso ya había olvidado como fue que salió de casa de Matt, tenía la sospecha de simplemente haber salido de ahí sin mencionar palabra. Al final de todo no lograba entender qué era lo que pasaba por su mente, se sentía abatido y cansado, con una especie de dolor en el pecho que no podía explicar.

Fue en algún momento de aquel trance cuando notó el celular sonando en su bolsillo, lo sacó de su pantalón y miró la pantalla para ver quien le llamaba, era su padre.

-Sí, ¿diga? – respondió con marcada pesadez.

-¡Mihael Keehl ¿dónde estás?! – su padre se oía furioso.

-Estoy… en… - miró a su alrededor, ciertamente no sabía dónde estaba – cerca de casa, llegaré pronto – mintió.

-¡Te quiero aquí enseguida! – gritó su padre al teléfono antes de que Mello escuchase simplemente el tono del celular.

Miró la pantalla del aparato con indiferencia, luego observó nuevamente su alrededor, ciertamente no lograba reconocer en qué lugar estaba, observando con más detenimiento se dio cuenta que estaba cerca de su casa pero no tenía idea de cómo había llegado hasta ese punto.

Al final del recorrido que había dado ni siquiera estaba seguro de cuánto tiempo había permanecido así, de no ser por la llamada de su padre tal vez no hubiese tomado el rumbo correcto hacia su casa. En su mente aquellas palabras se seguían repitiendo “mi novia”; algo en su corazón y su mente no estaba bien, pero por más que intentara no lograba darle un sentido a la tristeza que le había embargado en ese momento, justo entonces se dio cuenta que la adolescencia le estaba golpeando con mayor fuerza pues bien sabía que era una época de confusiones existenciales y amorosas.

 

Amor, esa palabra le parecía extraña, sabía que quería a sus padres, a su nana y a pesar de su confusión tenía muy en claro que quería a Eli pues era su amiga desde hace mucho tiempo, sin embargo no sabía que había de diferente entre ese cariño y el que le tenía a Matt.

 

Finalmente llego a su casa y entro normalmente, a su alrededor pasaba algo estaba seguro, parecía que ese era su padre gritándole por llegar tarde, esa era su madre preocupada por él, pero aun cuando todo esto pasaba él no estaba al tanto, no escuchaba y por lo tanto no respondía, cuando le pareció que su padre había sentenciado el castigo pertinente fue directo a su habitación y efectivamente no se enteró sobre el regaño o el castigo; al final solo quería estar ahí en la ventana, donde siempre esperaba a Matt para verlo llegar en su bicicleta.

 

Las lágrimas salieron, lo noto solo hasta que empezaron a empaparle el rostro y al final el sollozo fue inevitable; sentía mucho dolor, el pecho le escocia, parecía que el mundo se le estuviese cerrando y aunque había descubierto por fin que era lo que Matt le ocultaba no había sido para nada agradable.  Después de todo era algo normal, él había tenido ya su primer beso con Eli y no podía esperar que Matt no tuviera lo mismo, ambos estaban creciendo y sin que nada pudieran hacer, se estaban alejando. Al pensarlo un nuevo sollozo le asalto con más fuerza, escuchó como alguien tocaba a la puerta de su habitación pero hizo caso omiso, quería llorar y seguirlo haciendo hasta que pronto el sueño le diera algo de consuelo.

 

oooOOOoooOOOooo


La mañana esta vez no llego con el clásico rayo de sol, afuera estaba nublado y hacia frio, los meses invernales no tardarían en llegar, Mello había pasado una noche fatal pero eso no evito que se levantara temprano, mucho más de lo habitual; como hacia todos los días se duchó, se vistió y arregló, incluso se puso algo de colonia y se levantó el cabello en una coleta. Su estado de ánimo era notablemente distinto a la noche anterior, no porque se sintiera mejor sino porque sabía que si las cosas debían mejorar dependía únicamente de él, durante la terrible noche había tomado una resolución y estaba dispuesto a llevarlo a cabo.

Bajó a la cocina encontrándola vacía, era tan temprano que incluso Jean no había llegado para preparar el desayuno, él mismo se preparó el almuerzo para la escuela y desayunó algo de cereal con fruta y leche. Mientras lo hacía su madre bajó las escaleras encontrándolo sentado a la mesa.

-¿Mihael? –preguntó su madre extrañada – hijo no esperaba verte aquí.

-Buenos días mamá – dijo Mello con algo de desgano mientras terminaba su desayuno.

-Buen día hijo – se acercó y le dio un beso en la frente, seguidamente le observó con detenimiento, notando que aquel día el chico parecía haberse arreglado más de lo normal – Mihael, sobre lo de ayer solo quisiera decirte que trates de entender a tu padre, era bastante tarde cuando llegaste y estábamos preocu…

-Madre – le interrumpió él – lo entiendo no te preocupes y también lamento no haberlos llamado, es solo que… algunas cosas pasaron ayer.

-Oh hijo, espero que todo esté bien – comenzó a decir ella.

- Esthela es hora de irnos – su padre había entrado a la cocina, ni siquiera lo había escuchado bajar – te esperaré afuera – una vez dicho eso miró a Mello con indiferencia para luego salir por la puerta.

-Hijo lamento que no podamos hablar más, hoy por la tarde tal vez puedas decirme lo que te preocupa – fue lo último que dijo su madre y sin esperar respuesta salió para irse a trabajar.

El día de por sí había empezado de manera extraña, normalmente nunca encontraba a sus padres antes de que se fueran al trabajo pues se iban bastante temprano, luego, tener una pequeña conversación con su madre o decirle que algo no iba bien tampoco era común, sus padres siempre se limitaban a preguntar cómo iban las calificaciones y claro uno que otro regaño, pero que su madre le prometiera hablar por la tarde era algo insólito y a la vez sabía que esa conversación jamás tendría lugar, después de todo ellos siempre estaban tan ocupados.

Terminó lo último del plato, lo lavó y se dirigió a tomar sus cosas para salir hacia la escuela, miró el reloj, eran las 7:15 de la mañana, al parecer iba a lograr lo que tanto esperaba. Se colocó la mochila al hombro y salió por la puerta principal, tal como esperaba Matt aún no había llegado por él como era costumbre, si todo iba bien no tendría que encontrárselo al menos por ese día, necesitaba que sus sentimientos se aclararan primero y para ello debía llegar pronto a la escuela.

Caminó lentamente hacia la escuela, hacía ya tiempo que no daba un recorrido como ese, siempre acostumbrado a los autos o a la bicicleta de Matt, esa podría ser una buena oportunidad para tener un nuevo y buen hábito. Mientras mantenía el paso escuchaba a su alrededor y trataba de poner en orden sus pensamientos; ya una noche bastante larga le había dado la pauta a seguir pero debía entender por completo lo que debía hacer a continuación si no quería lastimar a nadie o salir lastimado en el proceso.

Finalmente llegó a la escuela pero era muy temprano, todo el lugar estaba vacío, la entrada ni siquiera estaba abierta aún, se sentó en uno de los escalones y se dispuso a esperar, era por eso por lo que había decidido levantarse tan temprano. Pasaron uno, cinco, quince, treinta minutos y poco a poco el lugar comenzó a llenarse de estudiantes que llegaban a su día escolar de costumbre; sin embargo aunque siguió transcurriendo el tiempo ella no aparecía, empezaba a preguntarse si después de lo de ayer decidiría quedarse ese día en casa pero justo cuando quería rendirse al fin la vio.

Ella llegaba usualmente caminando pues vivía cerca de la escuela privada, ese día Eli se veía linda como siempre pero los ojos se le notaban triste y apagados, incluso la mirada permanecía cabizbaja, tanto que no notó que Mello la esperaba de pie justo frente a la entrada, al mirarlo no pudo disimular su sorpresa.

-Mihael, ehm… buen día – saludo con cordialidad tratando de evitar la mirada del chico.

-Buen día Eli – él saludó con algo de nerviosismo pero estaba decidido – ¿sabes? Ayer no tuve oportunidad de decirte algunas cosas, ¿podríamos hablar en algún lugar?

- Pero Mello las clases empezarán pronto, ¿A dónde quieres ir a esta hora? – preguntó ella notablemente extrañada por el pedido.

-Lo sé pero… esto de verdad es importante Eli, de hecho podríamos saltarnos una clase o dos ¿qué opinas? Sé que es algo que no harías normalmente pero en verdad necesito hablar contigo.

Ella no supo muy bien que responder al principio pero cuando finalmente pudo mirar a los ojos al rubio supo que lo que tenía que decirle de verdad era importante, pues en su mirada había algo que ella nunca antes había notado.

 

Cuando ella accedió se había limitado a seguirlo a donde él quería llevarla, primero no entendió muy bien a donde iban, pero parecía querer ir a un parque silvestre que habían visitado un par de veces; el lugar era bastante grande tanto que ella no conocía todo el lugar a pesar de haber ido unas cuantas veces. Al final él se detuvo en un lugar del parque donde un enorme tronco de árbol se extendía a manera de una banca improvisada y justo en frente una fuente dejaba oír el gorgoteo del agua al caer.

-Nunca había venido a esta parte del parque –dijo ella

-Matt y yo solíamos venir a jugar a esta parte, siempre era la más solitaria – comenzó a explicar él mientras miraba el lugar con algo de nostalgia – en realidad fuimos nosotros quienes pusimos ese tronco ahí, hacía falta un lugar para sentarse cuando hacíamos fogatas por la noche.

-¿En verdad lo hacían? – preguntó ella con interés.

-Claro, acampamos un par de veces, mirábamos las estrellas por la noche – al decir esto Mello retomó su tono sereno y serio para luego mirar directamente a Eli, ella enrojeció al notarlo.

-Bueno… dime que necesitabas hablar – él suspiró antes de responder.

-Eli, hemos sido amigos por mucho tiempo y no tengo dudas de que siento un cariño muy especial por ti – hizo una pausa en la que ella le miró con algo de recelo, creía entender lo que él quería decir y no le gustaba como sonaba.

-Mello, yo… -

-Espera, déjame terminar – le interrumpió – nunca antes en mi vida he entendido lo que es el amor hacia alguien, solo sé que tanto tú como yo estamos en un momento de nuestras vidas en que no vamos a entender muchas cosas como esa y otras más; aun así tu ayer me dijiste que yo te gustaba.

-… - ella no supo que responder y simplemente evitó su mirada.

-Dime, ¿eso es verdad? ¿Cómo puedes saber que yo te gusto? Dímelo por favor.

-Saberlo – repitió ella aún sin mirarle – saber que me gustas, eso puedo saberlo porque cuando te miro sonreír no puedo evitar hacerlo también, porque cada logro tuyo es una alegría para mí también, porque todos los días cuando paso tiempo contigo sé que no hay nada en el mundo que pueda querer más que eso.

-Entonces, ¿podrías decir que me amas? – preguntó él.

-Mello eso… aún no podría decírtelo, no estoy segura de lo que es el amor, me confunde pero… - hizo una pausa –  sé que siempre voy a ser feliz si tú lo eres, incluso si no quieres estar conmigo Mello, eso es lo que creo.

Una vez que ella hubo terminado su explicación él pudo entender muchas cosas, ciertamente amar era sentir algo incondicional por otro, saber que su felicidad será la tuya siempre a pesar de lo que pueda suceder, en ese momento Mello lo entendió, él ciertamente sí sentía amor por alguien y ahora lo sabía. Comenzó a acercarse a ella y al notarlo la chica se asustó, no quería más mentiras o más ilusiones falsas, entendía que si Mello no quería estar con ella simplemente no sucedería pero no quería alimentar algo que no podía ser, no quería que Mello la besara y sin embargo él seguía acercándose.

-Mello, por favor no – en ese momento él ya la había tomado por la cintura y sin previo aviso esta vez él la beso.

Eli lloró, sintió como las lágrimas se le escapaban, podía ser que este fuera solo otro beso falso de Mello pero ya en ese instante no le importó, los labios del rubio eran suaves pero se posaban firmemente en los de ella y pronto la calidez del chico la envolvió, no pudo hacer más que rodear su cuello con los brazos y dejarse hacer. El contacto aún era inocente y aun así mucho más decidido que aquel primer beso, ambos experimentaron con la boca del otro y sintieron más allá de lo que habían esperado, por fin sus lenguas se tocaron y una corriente de sensaciones les atravesaron todo el cuerpo mientras se fundían en un abrazo.

 

Al final simplemente el beso termino y ella sonrojada le miro esperando que él dijera algo y así fue, él no soltó el abrazo a pesar de haber dejado de besarla.

-Eli, lamento si te he hecho sentir mal antes, tal vez todavía no sé qué tan basto pueda ser el amor, a mí también me confunde, pero lo que sí sé es que me gustas – la declaración la hizo abrir los ojos con sorpresa.

-¿Eli quisieras ser mi novia? – preguntó él tomando las manos de ella entre las suyas.

La chica sonrió sin poder creerlo y en seguida se abalanzó a abrazar al rubio con verdadera alegría, dando por supuesto una respuesta positiva.

Aquella escena parecía salida de una novela romántica, todo parecía indicar que fuera un final feliz, sin embargo mientras la chica estaba demasiado feliz para notarlo la verdad era que Mello en ese momento había enterrado muy dentro de sí aquello que acababa de descubrir con la confesión de Eli, la verdadera razón de sus acciones aquel día.

Después de todo él también merecía ser feliz al lado de alguien que le gustase, descubrir lo que le deparaba la adolescencia y ese torrente de nuevas sensaciones al lado de una linda chica; fue solo por eso que ese día decidió darle una oportunidad a Eli, para quien el gusto era mutuo a pesar de no sentir amor por ella, eso era algo que estaba dispuesto a intentar y era solo por eso que decidió guardarse para sí el verdadero amor que acababa de descubrir, aquel a quien estaba dispuesto a ver feliz aunque no fuese a su lado, aquel amor que recién había descubierto…

… por Matt.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Hasta aquí hoy y espero que les haya gustado, ya saben un reviews más es como una semana menos de espera para el otro capi porque así me obligo a seguir y a seguir.

Gracias a los que leen. BESOS Y CHOCOLATES!


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