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Siempre junto a mi por Betsa

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Notas del capitulo:

Bueno aquí va capi 9 :) quiero en este dedicarlo a Nami Sonozaki, a J Wings y a Bitterness que me han seguido a traves de mis cuentas y mas allá xD jaja sé que seguirán leyendo esta historia y les agradezco a las tres porque a pesar del tiempo me han seguido fielmente y reviews siempre me hacen sentir que no debo abandonar el proyecto n_n GRACIAS CHICAS

Bueno como dije luego de esto ya sea hoy o mañana subo el 10 de antemano gracias y a leer nwn

Todo pasa, y así también el tiempo vuela, se va tan pronto que ni siquiera lo sentimos y cuando nos damos cuenta ya se han pasado uno, o dos o tres años, ¿cuánto lo hemos aprovechado? Normalmente hace falta mirar al pasado y rememorar los bellos momentos, de modo que si puedes sonreir al recordarlos te darás cuenta de cuanto has vivido realmente.

 

El Sol salía apenas, dando la bienvenida a un nuevo día, sus rayos inundaban la tierra lentamente conforme perezoso se levantaba en el cielo. Un travieso rayo de sol se colaba entre las cortinas de una ventana que daba a la habitación de un niño que dormía placidamente en su cama, disfrutando de la suavidad de las sábanas. Ese pequeño trocito de sol se posó sobre la blanca mejilla del chico provocandole un cosquilleo debido al calorsito, se revolvió entre las sábanas para luego levantarse lentamente y estirarse con pereza.

 

Se talló los ojos un par de veces y bostezó antes de mirar el reloj, faltaba poco paras las 8 de la mañana, aún era temprano pero era mejor apurarse. Se levantó de la cama y se dirigió al cuarto de baño, se despojó de sus ropas y abrió el grifo esperando el agua caliente. Se duchó rápido, bostezando de tanto en tanto mientras se dedicaba a la tarea de asearse y cuando hubo cubierto cada parte como se debe, volvió a cerrar el grifo y salió de la ducha.

Se dirigió al espejo empañado por el vapor y pasando una mano por este dio paso a que su propia imagen se reflejara para devolverle una mirada azulada.

 

Se miró el rostro con atención; sus facciones habían cambiado ligeramente en los últimos años, ya no eran tan redondas como antes y su nariz parecía más respingada, lo único que permanecía siempre era su cabello como largas cortinas que caían sobre sus hombros; no era que notara mucho el cambio después de todo se miraba en el espejo todos los días, solo era que hoy daría un gran paso en su vida, hoy era un día importante en que el pequeño niño Mihael pronto se convertiría en todo un hombre: era el primer día de secundaria.

 

Salió del baño y comenzó a vestirse con el uniforme, primero el pantalón de ese verde tan horrible y luego la camisa blanca, que ya tenía bien preparado desde el día anterior.

 

"Toc, toc, toc"

 

-Pase - respondió ante el llamado de la puerta.

 

-¿Hijo puedo pasar?

 

-Claro mamá, buenos días.

 

-Te has levantado temprano hijo.

 

-No hay que llegar tarde el primer día - respondió con media sonrisa el rubio mientras terminaba de ponerse la camisa.

 

-Me parece bien hijo, déjame ayudarte con eso - dijo su madre acercándose a él para ayudarle a abotonar su camisa.

 

-Madre por Dios que ya no soy un niño - replicó este.

 

-Tal vez no y precisamente por eso déjame hacerlo solo esta vez - un deje de tristeza se sintió en esa última frase por lo que el niño de doce años no dijo más mientras su madre terminaba de ayudarlo a vestirse.

 

-Sé que no hemos estado mucho contigo estos últimos años - habló su madre rompiendo el silencio - pero en verdad quiero que sepas que te amamos hijo, tu padre y yo te queremos muchísimo y solo queremos lo mejor para ti.

 

-Lo sé mamá... lo sé - contestó intentando forzar una sonrisa, no es que no lo supiera es solo que...

 

-¿Puedo pasar? - una voz se escuchó en el umbral de la puerta, y con gran sorpresa Mihael vio que era su padre quien llamaba.

 

-¡Papá! Creí que ya te habías ido al trabajo.

 

-Estaba por irme, solo quería... dejarte esto - y extendiendo una pequeña caja adornada con papel y moño de regalo, se la entregó al niño que la miró incrédulo.

 

-Anda hijo ábrelo- insistió su madre al notar que había quedado pasmado.

 

Mello tomó la caja entre sus manos y con cuidado quitó la envoltura, al abrirlo no lo podía creer por lo que tuvo que sacar el contenido de la caja para estar seguro.

 

-Papá... esto es...

 

-Un teléfono celular, no es muy común que niños de tu edad los tengan pero así veremos que tan responsable eres y además así podremos estar más en contacto contigo mientras no estamos - concluyó su padre con gesto normal, ningún cambio aparentemente.

 

-¿No estas feliz hijo? - repuso su madre al ver el regalo.

 

-Por supuesto - dijo él con los ojos brillando de alegría y sin pensarlo dos veces corrió y abrazó a su padre - ¡gracias papá, es genial! Prometo que lo cuidaré muy bien.

 

-Eso espero Mihael - contestó su padre correspondiendo ligeramente al abrazo y acariciando la cabeza del niño - ya debo irme, que tengas un buen día hijo, demuestrales que eres un Keehl - dijo John Keehl mientras caminaba hacia la puerta de la habitación.

 

-Lo haré papá... ¡oh, papá! - le llamó su hijo antes de que se fuera a lo que este solo volteo a manera de hacer entender que tenía su atención - te quiero mucho papá - dijo tímidamente el niño rubio.

 

-Y yo a ti hijo, nos vemos por la tarde Esthela.

 

-Hasta luego cariño - respondió ella - ya debo irme también y tú debes apurarte o llegarás tarde el primer día - depositó un beso en la mejilla del niño y se dispuso a salir - recuerda que te queremos mucho hijo.

 

-Sí mamá, yo también los quiero.

 

-Jean te espera con el desayuno allá abajo, que tengas buen día hijo.

 

-Adiós mamá, gracias - al despedirse de sus padres sintió un cálido sentimiento en su pecho, tal vez no fuera muy seguido pero sus padres le hacían ver que lo querían, aunque fuera en sus propias e inusuales maneras. Sonriendo mientras contemplaba su regalo se dispuso a terminar de alistarse para bajar a desayunar.

 

oooOOOoooOOOooo

 

-¡Ya me voy a la escuela!

 

-¡Mello espera que se te olvida tu almuerzo!

 

-Oh lo siento Jean, ya me voy - depositó un beso en la mejilla de su nana y corrió fuera de la casa, cruzó el jardín y saliendo hacia la calle se encontró con algo que no esperaba.

 

-¿Listo para ir a la escuela pequeño Mello?

 

El ya conocido niño de cabello pelirrojo le esperaba justo frente a la puerta recargado en un árbol junto a su bicicleta roja, sus facciones eran aún más alargadas que las del rubio, las pequeñas pecas que tuviese cuando más pequeño se habían desvanecido un poco y su cuerpo claramente más desarrollado había crecido en demasia los últimos años por lo que era más alto que Mello, así también su cabello parecía haberse oscurecido ligeramente pero sin dejar ese tono rojizo que le caracterizaba.

 

-¡Más que listo joven Jeevas! Después de hoy ya no me llamarás más "pequeño Mello" seré un chico grande a partir de ahora, ¿pero que haces aquí? Jean no me dijo que vendrías.

 

-Eso es porque no se lo dije - rio ligeramente levantándose para saludar a su hermano con una palmada suave en la espalda - hace un buen día y pensé en llevarte a tu primer día en la secundaria privada ¿qué dices?

 

-Vaya eso es muy amable de su parte señor Jeevas - bromeó - pero ¿no se le hace tarde para su primer día en el segundo grado?

 

-Tal vez solo un poco pero ese será nuestro pequeño secreto - contestó guiñando un ojo.

 

-Mail Jeevas eso esta mal - le miró molesto y pensaba en comenzar un regaño pero el otro sin hacer caso subió a la bicicleta, se colocó los lentes naranjas de siempre e hizo ademan de irse.

 

-Si no te apresuras llegaré aún más tarde - sonrió triunfante mientras palmeaba la rejilla trasera para que Mello se sentara, ante lo que este tan solo le miró con reproche y no quedándole de otra subió a la bicicleta.

 

-Jamás escuchas lo que te digo... -dijo simplemente mientras se acomodaba - por cierto esos lentes ya te van quedando chicos deberías cambiarlos.

 

-Para nada, además estos me los regalo mi madre - contestó restandola importancia y preparándose para comenzar el viaje - Agárrate fuerte que no quiero que llegues tarde el primer día.

 

-¡No, espera! No tan rápido ¡no tan rápido!

 

oooOOOoooOOOooo

 

-Listo hemos llegado - anunció el pelirrojo ligeramente agitado por la travesía.

 

-¡Al fin tierra! - exclamó el rubio bajándose de la bicicleta apresuradamente y dramatizando mientras caía de rodillas al suelo.

 

-Oh vamos que no es para tanto, además si me apresuro aún llegaré a tiempo a clase.

 

-Uff... bueno solo espero que no hagas un viajecito tan apresurado como ese - respondió bromista.

 

-Sabes que me encanta la velocidad - sonrió guiñando un ojo con complicidad a lo que el otro le devolvió la sonrisa - vendré por ti cuando terminen las clases, que tengas un buen día - tomó la bicicleta y comenzó a pedalear hacia su propia escuela.

 

-Igual tú, ¡gracias Matt! - exclamó mirando como se alejaba del lugar.

 

Suspiró aliviado y miro de frente el plantel estudiantil, era grande, mucho más de lo que se esperaba y por todos lados había chicos y chicas que caminaban hacia la entrada o platicaban animadamente en algún punto, esperando que comenzaran las clases de ese día. El joven niño rubio sacó de su pantalón un papel doblado por la mitad, lo desdobló y leyó con cuidado, según veía su primera clase sería ciencias, pero no tenía idea de donde sería ese salón.

 

-Mmm... parece que tendré que apresurarme a buscarlo - dijo solo para sí.

 

-Ehm... disculpa - una leve presión en uno de sus hombros le hizo voltear hacia quien timidamente reclamaba su atención, era una niña de largo cabello oscuro y hermosos ojos grises al notar que el rubio le ponía atención continuó - ¿eres nuevo en esta escuela? - preguntó con cautela.

 

-Eh... sí, soy de primer curso pero no encuentro donde pueda estar mi salón.

 

-Si gustas yo puedo llevarte - siguió la niña sonriendo coqueta - mucho gusto mi nombre es Madelein.

 

-Hola yo soy Mihael es un gusto - contestó él timidamente estrechando la mano de ella.

 

-¡Mello! ¡Hey Mello! - la pequeña presentación fue interrumpida cuando el rubio escuchó su apodo desde algun lado, volteó buscando la fuente de aquel llamado, hasta que finalmente la localizó corriendo hacia él desde la cancha.

 

-¡Eli! No sabía que estabas aquí - exclamó él contento mientras le daba la bienvenida a su amiga de la primaria, Eliza de cabello castaño y rizado, que desde hacia un par de años ya le llamaba por su apodo ya que se tenían algo de confianza.

 

Ella se dirigió a él y sin pensar muy bien en lo que hacía, corrió para abrazarlo con lo que él otro rio con nerviosismo.

 

- Yo también te extrañe Eliza.

 

-Ups... lo siento fui muy efusiva, es que me da tanto gusto tenerte aquí, no sabía que iríamos al mismo curso. Oh, lo siento ¿interrumpí algo? - preguntó al notar la presencia de la otra niña.

 

-Bueno solo me presentaba con ella, su nombre es Madelein y estaba por decirme donde está mi salón para la primera clase. Madelein ella es mi amiga de la infancia, habíamos estado juntos los últimos años en la escuela primaria y parece ser que estaremos juntos también aquí.

 

-Oh ya veo... un gusto - dijo la niña de ojos grises estrechando con demasiada fuerza la mano de la niña castaña, que al notar la ausencia de simpatía tan solo le miro con recelo.

 

-El gusto es mío - susurró entre dientes - pero bueno creo que no será necesario ya que tengo bien ubicados nuestros salones Mello, así que no te preocupes.

 

-Bueno eh... está bien supongo - contestó él al no saber que más decir - te agradezco la ayuda, nos veremos después - se despidió dejándola luego atrás mientras caminaba al lado de su amiga Eliza.

 

-Haces amigos tan pronto eh - comentó ella de trayecto hacia el salón.

 

-Bueno fue ella quién me habló a mí.

 

-Pues parece que ya te han puesto el ojo desde el primer día.

 

-¿A qué te refieres? - preguntó el confundido dando vuelta en un pasillo mientras la seguía.

 

-Si ya sabes, ahora serás el chico guapo del primer curso.

 

-Ah vaya... ¿entonces piensas que soy guapo? - preguntó él con cierto tono de burla esperando que ella contestara igual pero lo único que pudo observar fue un repentino sonrojo en el rostro de su amiga.

 

-N-no preguntes cosas tontas Mello, mira ya hemos llegado, este es el salón y ya ha entrado el profesor ¡apresurate!

 

-Ah, sí vamos - y gracias al cambió repentino de tema y la prisa por entrar al salón Mello no volvió a preguntar sobre el tema.

 

oooOOOoooOOOooo

 

Ya el sol seguía su curso hacia las horas de la tarde, la campana recién había sonado y los chicos de la secundaria salían disparados hacia sus diferentes actividades.

 

Un chico de cabellos rojizos esperaba afuera de la secundaria recargado sobre un poste de luz donde también estaba esperando su bicicleta. Apenas habían pasado unos minutos desde que sonara la campana y al mirar a la entrada se encontró con la ya conocida mirada azulada de su hermano Mello, extrañamente le pareció verlo mucho más eufórico y feliz de lo normal.

 

-¡Hey Mello! - le llamó levantando con alegría un brazo para llamar su atención.

 

-¡Matt! - le saludó igual el rubio que venía acompañado de su amiga Eli - bueno Eli ya debo irme, me esperan, nos vemos mañana.

 

-Si Mello cuidate - contestó ella con alegría mientras le miraba correr hacia ese chico de camisa rayada que tan bien conocía, aunque no hablaba mucho con él, sabía que Mello le tenía cierto cariño especial. Estaba por darse la vuelta para ir hacia el baño de las chicas cuando se topó de nuevo con la niña de ojos grises.

 

-Pareces ser muy cercana a él ¿cierto? - le preguntó con cierto tono de superioridad.

 

-Somo amigos de la infancia solo eso - contestó Eli secamente.

 

-Pues por la manera en que lo miras parece otra cosa... además ¿cómo es que lo llamas? ¿Mello?

 

-Eso es algo que a ti no te importa - dicho esto dejó a la chiquilla sola mientras esta observaba cuidadosamente cuando el rubio se iba en la bicicleta con el chico pelirrojo, que tampoco estaba nada mal.

 

 

 

-Sujetate bien ¿de acuerdo? - decía el pelirrojo

 

-Si claro, ya esta, ¡andando! Hoy Jean hará comida italiana, no me lo quiero perder.

 

-Bien, entonces agárrate - y pedaleando comenzó el trayecto.

 

- ¿Y? - preguntó Matt.

 

-¿Qué cosa? - preguntó confundido el rubio.

 

-¿Qué tal el primer día?

 

-Bastante... interesante diría yo - contestó Mello rememorando todo lo ocurrido en el día.

 

-Me gustan las cosas interesantes ¿conociste a alguna chica?

 

-¡Bah! Fue mucho más que eso.

 

-¿Me contarás?

 

Una pausa se extendió ante la conversación de ambos chicos, mientras Mello rememoraba un poco; era verdad había mucho que contar, muchas cosas pasaron ese día, pero la mejor parte de todo era cuando podía contar con alguien como Matt para compartir todas esas alegrías.

 

-Solo a ti - respondió con una amplia sonrisa que el otro no pudo ver pero si pudo sentir la alegría en sus palabras, también se sentía feliz de que tuvieran esa especie de conexión y ambos pudieran estar felices uno por el otro.

 

Un excelente panorama se extendía ante ellos, una nueva etapa estaba por comenzar, de esas que solo ocurren una vez en la vida y que como la pre-adolescencia no hay dos. Ambos tenían aún mucho por delante y lo recibían con entusiasmo.

 

 

"Como olvidar que estuviste conmigo en los momentos más importantes"

 

Notas finales:

GRACIAS A TODOS! REVIEWS? OwO
jeje aunque no espero recibir muchos aquí porque muchos ya lo habían leido xD bueno me los pueden guardar para el 10 jeje

Ya saben Betsa es review-adicta y amo tener sobredosis de ellos >w<
XAUUU


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