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Show me your teeth por LadyHenry

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Notas del capitulo:

Happy birthday Anne!  Espero que tengas un año plagado de lindo yaoi ;)

 

Las canciones que se mencionan son:

Love Song for a Vampire de Annie Lenox

 

Time is Running Out de Muse

 

Se parodian escenas de la película Drácula de Coppola y del vídeo Alejandro de Lady gaga.

 

XI. Dreaming...

 

Elliot había vuelto a su casa, después de una noche loca, llena de sexo, agresividad y encuentros sonados necesitaba con urgencia dormir. Estaba literalmente agotado, ni siquiera comió algo sólido, se hizo una infusión, se duchó y cayó rendido en la cama. Esperaba dormir de un tirón, pero poco a poco una serie de perturbadoras imágenes fueron colándose en su mente con una viveza impactante.

 

Rojo cardenal

 

Caminaba por una fortaleza, estaba oscuro, le acompañaban varios soldados que lo custodiaban. Lo buscaba entre la espesa niebla, sabía que se encontraba cerca, debía estar llegando, podía sentir su presencia, la anhelaba.

Al cruzar la puerta y mirarse en el espejo de la entrada dio un pequeño respingo, no era su rostro el que estaba viendo, sin embargo tenía la certeza de que era él mismo, algo contradictorio... Su cabello no tenía el rubio habitual, estaba oscurecido al igual que sus ojos, era más alto y su expresión lucía adusta. Era extraño verse tan distinto y saber que el del espejo y el rubio que tenía constancia ser desde pequeño eran la misma persona.

Llevaba una capa negra empapada por la llovizna que estaba cayendo, uno de los sirvientes acudió presto a quitársela, y entonces el asombro volvió a plasmarse en sus facciones, debajo de la capa vestía la indumentaria de un cardenal, la sotana roja de seda se ajustaba perfectamente a su silueta gracias a la faja ceñida, dándole un aire solemne y distinguido.

Avanzó con paso firme hasta llegar al dormitorio, donde varios miembros de su guardia personal le esperaban en una cama redonda, ninguno llevaba camisa, únicamente dos llevaban la chaqueta abierta, pantalones extremadamente cortos dejaban a la vista sus musculadas piernas, eso sí todos llevaban la gorra reglamentaria.

Jugaban entre ellos intentando someterse, resultaban un excitante espectáculo, se sentó a observarles mientras un sirviente le despojaba de los zapatos, dejándoles entrever las esbeltas piernas envueltas en medias rojas. De las piernas las miradas fueron subiendo a los labios que jugueteaban atrevidos con el rosario, cuyas cuentas eran suavemente apresadas por los dientes, haciéndolas chocar.

Pero lejos de dirigirse a la cama se quedó allí sentado, provocándolo, sabía que lo estaba observando desde el exterior, pegado al ventanal, mojado por la lluvia pero con una mirada candente que atravesaba el espacio, haciéndole llegar su arrolladora presencia.

Estaba a pocos metros, sediento del rojo que Elliot exhibía con impudicia, no tardó demasiado en adentrase en la habitación, haciendo que los guardias interrumpieran sus juegos para observarlo, y es que no pasaba desapercibido ese cuerpo tan alto empapado, dejando adivinar sus sugerentes formas bajo la ropa mojada. El pelo se pegaba a sus facciones enmarcándolas, realzando sus rasgos fuertes y masculinos, su mirada azul se cristalizaba por el agua que se desprendía de sus tupidas pestañas, iba acercándose hacia el cardenal con movimientos rápidos.

Antes de que lo tomara en sus brazos se miraron con fiereza, Dante lo alzó mientras se deshacía del alzacuellos y desabotonaba la sotana hasta llegar a la faja. Besó el níveo cuello calentado la zona, mientras lo sujetaba por la cintura, sentía el burbujeo de la sangre incitándole, el irresistible olor invadiéndolo... no pudo resistirlo más, hundió sus colmillos saboreando el líquido escarlata con verdadera devoción, era precioso ver cómo se derramaba por la clavícula creando la perfecta combinación de rojo cardenal al deslizarse por la espalda mezclándose con el sedoso tejido.

Elliot se sobresaltó, incorporándose de golpe en la cama mientras se asomaba a la ventana contigua, asegurándose de no que había nadie que lo observara. Achacó el sueño a los sangrientos  besos que había compartido con Jair, fue al baño y se lavó la cara, repasando su imagen en el espejo, más tranquilo al ver que tenía el mismo rostro de siempre se fue a dormir, cosa que pudo hacer relativamente rápido, lástima que siguiera soñando.

Ven a mí...

Se encontraba en una mansión de estilo victoriano, esta vez era más normal todo, estaba en su cuerpo y vestía ropa informal, nada oficial ni de época, unos vaqueros y una camisa blanca. No estaba solo, charlaba animadamente con Tommy, un chico agradable que había conocido durante el trabajo, de hecho era el que le había hablado de los vampiros, haciendo que comenzara su investigación y descubriera la existencia del COVISEM.

Tommy estaba sentado en el suelo de la sala, rodeado de cojines mientras ojeaba un libro, tenía una expresión concentrada, supuso que estaría investigando y se acercó para preguntarle. Al verlo Tommy le sonrió invitándole a sentarse a su lado.

-Mira esto, es imposible que alguien pueda hacerlo-le comentó mientras le mostraba una ilustración donde dos hombres practicaban sexo en una postura algo compleja, donde la flexibilidad jugaba un papel crucial.

-No te creas, yo la hice anoche-confesó Elliot con naturalidad.

-¿En serio? Parece muy difícil...

-No es para tanto.

-Tienes que enseñarme a hacer eso, debe ser alucinante-exclamó Tommy entusiasmado, luciendo una sonrisa radiante.

-Será mejor que demos un paseo por el jardín, me apetece tomar el aire-se escabulló Elliot, intentando que la cosa no pasara a mayores.

-Estupendo, déjame ponerme el suéter que empieza a hacer frío.

Pasearon largo rato por el laberíntico jardín, charlando animadamente sobre los planes de Tommy para liarse con algún chico, quería a alguno que tuviera experiencia y fuera apuesto. De pronto empezó a serenar, pequeñas y gélidas gotas de agua caían espaciadamente. Tommy reía feliz, le gustaba sentir la lluvia, en lugar de volver dentro de la mansión empezó a correr por el jardín invitando a Elliot a seguirlo.

Acabaron jugando a pillarse, corrían mientras la lluvia empezaba a precipitarse con fuerza, calándolos por completo. Elliot sentía que alguien les observaba, disfrutando de su juego infantil, riendo con ellos, era una presencia intensa que le atraía e intimidaba a partes iguales, animándoles a seguir divirtiéndose.

Corría tras Tommy, era muy escurridizo, se perdía entre los setos apareciendo de pronto ante él, riendo sin parar, de pronto quedaron frente a frente mientras un relámpago lo iluminaba todo, atravesando la niebla que comenzaba a formarse mientras anochecía. Sus rostros mojados sonrieron felices de encontrarse, y bajo la mirada ondulante del que los vigilaba se fundieron en un beso húmedo y voraz, donde sus lenguas se entrelazaban en sinuosos movimientos desprendiendo un agradable calor que se iba propagando al resto de su cuerpo, a través de ese tacto suave y escurridizo que iba despertando sensaciones adormecidas, leves cosquilleos placenteros que se iban multiplicando a medida que el beso se tornaba más profundo, llevándolos a establecer una conexión arrebatadora, que se interrumpió cuando dos sirvientes vociferaron sus nombres, preocupados ante su repentina desaparición y la tormenta que acababa de desatarse.

Tuvieron que volver adentro y tomar un baño, Tommy parecía haberse resfriado, se fue temprano a la cama mientras Elliot se dedicó a leer. Pasada la media noche le venció el sueño, se quedó dormido con la luz encendida, o eso recordaba cuando despertó por el viento ululante. Se asomó a la ventana viendo a Tommy caminar rápidamente por el jardín, sólo llevaba los pantalones del pijama, parecía tener mucha prisa.

Elliot pensó en llamarlo, pero seguramente era sonámbulo, bajó corriendo para traerlo de vuelta al interior. Iba hacia la fuente, sabía que Tommy debía estar allí, al aproximarse escuchó una voz grave "aléjate, no me veas".

Sin saber por qué Elliot obedeció, aguardó unos momentos hasta que escuchó a Tommy sollozar y fue a consolarlo.

-Tranquilo Tommy ¿estás bien?

-No, cómo estarlo si se fue...

-¿Qué ha pasado?

-Por fin iba a conseguirlo, era perfecto... bueno el banco de piedra era un poco incómodo, pero de repente paró... ¿Por qué me pasan estas cosas siempre?

-Tranquilízate Tommy, hace frío, será mejor que volvamos adentro.

-Estuve tan cerca de conseguirlo... la próxima vez que tenga una oportunidad así lo ataré a la cama con unas buenas esposas y no podrá escapar hasta que me deje satisfecho-gimoteó Tommy desconsolado.

-No deberías hacer cosas tan arriesgadas, la próxima vez asegúrate de que no le van los rollos raros.

-Pero era tan guapo...

-Me iré a dormir contigo para asegurarme de que no haces más locuras.

-¿De verdad harías eso por mí?-preguntó Tommy con una mirada llena de ilusión.

-Claro, para eso están los amigos.

-Muchas gracias-dijo Tommy mientras se acurrucaba contra Elliot sonriendo, esta vez iba lograrlo sí o sí...

Los novios de Dante

Inspeccionaba el castillo, quería marcharse de ese tétrico lugar, buscaba una salida alternativa, lejos de los furtivos ojos del servicio, se sabía vigilado y debía conocer a sus rivales si quería recuperar la libertad.

A medida que se aproximaba a los sótanos comenzó a escuchar risas, y algún que otro murmullo, pertenecientes a hombres que parecían pasarlo muy bien. Decidió acercarse sigilosamente, por una vez iba a ser él el que espiase, se sorprendió al ver el panorama, no esperaba encontrar semejante escena.

Allí estaban el amigo de Jair, Aleix, Tommy y el chico del libro, Randy. Todos rodeando a Dante, que yacía en el centro de la cama, dejándose mimar por los jovencitos que se prodigaban en atenciones.

Los había convertido, los tres eran neófitos, podía ver sus colmillos manchados de sangre, en cada beso la intercambiaban con generosidad, degustándose. Dante los miraba con aprobación, deleitándose en sus recientes creaciones, eran hermosos y desplegaban ante sus ojos una sensualidad desbordante.

Cada uno era a su manera irresistible. De Randy adoraba la combinación entre su apariencia frágil y su fuerte personalidad, le encantaba lo decidido que era Tommy a pesar de destilar ese aire de ingenuidad, y de Aleix le gustaba su arrojo al provocar.

La cama mostraba una interesante mezcla de contrastes, Randy y Tommy tenían rostros de facciones dulces y cuerpo esbelto, sus cabellos lacios se mezclaban en la maraña de la que formaban parte, parecían gatitos al acecho con sus ojos grandes de mirada profunda, esperando su oportunidad de atacar. Por el contrario Dante y Aleix lucían fuertes y masculinos,  altos, musculosos, de facciones más duras y afiladas, apresaban a los más pequeños entre sus brazos mientras los acariciaban.

Elliot empezaba a sentir vértigo ante el espectáculo, se habían desnudado por completo, veía cómo se mezclaban piernas, bocas, manos... en un acto de lujuriosa avaricia.

Poco a poco se fueron dividiendo en dos parejas, Tommy y Randy se deshacían en mimos, con desmedida ternura se besaban mientras sus manos exploraban cada rincón del cuerpo contrario, llenos de ávida curiosidad, recreándose en las reacciones que provocaban.

Mientras, Dante y Aleix dejaban que la pasión se desatara sin control, casi con rudeza devoraban los labios ajenos, entrelazando sus lenguas con el rojo más vívido que manaba de sus bocas cual manjar divino. Las caricias exigentes  elevaban la temperatura, robándoles miradas a los menores que despertaban su admiración y les incitaban a imitarlos.

Dante tumbó a Aleix abriéndose paso entre sus piernas mientras miraba a Tommy induciéndolo a imitarle, éste miró a Randy, cuyas mejillas se ruborizaron dándole vía libre para seguir.

Cuando Tommy estuvo encima suyo lo acercó tomándolo de la nuca, fue algo instantáneo Randy clavó sus colmillos en la yugular de Tommy mientras éste se hundía en su interior, llenándolo a todos los niveles, saturando sus sentidos de placer en un acalorado vaivén que lo llevaba al frenesí.

Ver a sus discípulos abandonados el uno al otro era pura catarsis, eran muy aplicados y se veían realmente apetecibles, poniendo todo ese empeño en culminar. Randy se veía adorable gimiendo entrecortadamente mientras Tommy se mordía el labio conteniéndose, dejando gotear su sangre en la entreabierta boca del menor que no desperdiciaba nada del preciado líquido.

Aleix había invertido las posiciones, empalándose en Dante poco a poco hasta comenzar un movimiento cadencioso que desesperaba al mayor, traduciéndose en una expresión anhelante que rozaba la furia, necesitaba más y Aleix lo sabía, disfrutaba enormemente haciéndolo enojar en momentos cruciales, aunque le costara mucho contenerse de esa forma.

Al ver cómo asomaba esa sonrisa de suficiencia en los labios de Aleix, Dante gruñó con desaprobación, no iba a consentir ni un segundo esa falta de atención, lo volteó en un movimiento ágil y rápido, dejándolo de lado, separando sus piernas para tener total libertad. Aumentó el ritmo arrancándole la sonrisita para sustituirla por jadeos, aprovechó  la postura para pasear con su boca por el expuesto cuello, que se estiraba hacia atrás tentadoramente, pero Aleix ladeó su cara buscando atrapar los ansiosos labios, que lo recibieron gustosos.

Al escuchar ese urgente "más rápido Tommy, rómpeme... mmm", volvieron a fijarse en los menores encontrándose con que les devolvían la mirada, clavada en ellos mientras se movían violentamente buscando llegar al clímax, cosa que los motivó para aumentar el ritmo. Se observaban mientras se sentían, el olor a sangre avivaba sus sentidos, el líquido escarlata borboteaba veloz por sus venas haciendo que el placer que los envolvía se intensificara hasta hacerse insoportable, estallando casi a un tiempo. Primero los menores, cayeron desmadejados  sin dejar de contemplar a sus compañeros, que duraron unos minutos más dando rienda suelta  a sus instintos primarios, cambiando de postura para mirarse mientras culminaban.

Elliot no podía dar crédito a lo que acababa de presenciar, parpadeaba intentando sacar tan turbadoras imágenes de su retina, respiró hondo procurando recobrar la calma y emprender la huída, cuando de pronto los vampiros comenzaron a reír, se miraban cómplices pero no decían nada, era extraño pero podría jurar que se comunicaban sin necesidad de cruzar palabra, cosa que pudo comprobar cuando en su mente empezaron a formarse palabras sin necesidad de que nadie abriese la boca.

"Buenas noches Elliot, sé un buen chico y únete a nosotros, no ha estado nada bien por tu parte espiarnos, deberías compensarnos"

Estaba paralizado mirándolos a los ojos, se sentía como un pavo el día de navidad, no pensaba dar un paso hacia ellos pero tampoco lograba alejarse, mientras tanto Tommy se había levantado para ir a buscarlo, sonreía invitándolo a colaborar, estaba a punto de tomarlo de la mano y entonces...

El teléfono lo despertó, sonaba desde hacía rato, Elliot se apresuró a levantarse y descolgar.

-Diga.

-Elliot soy Tommy.

-Hola Tommy ¿necesitas algo?-preguntó algo azorado al recordar algunas escenas del sueño.

-Sí-que me peguen un buen polvo, pensó-estoy con el director del COVISEM y mis amigos Randy y Jordan, necesitamos tu ayuda para entrar en un convento.

-¿Y qué buscan?

-No tenemos mucho tiempo, mejor anota la dirección y ya te explicamos luego.

-Vale, espera que busco papel.

-Chúpamelaaa pendeja-la voz de Baudelaire se coló en la conversación.

-¿El loro también está?-preguntó Elliot extrañado.

-Sí, el señor van der Rohe tuvo que traérselo-suspiró Tommy.

-Eso va a ser un inconveniente.

-Dígamelo a mí, Jordan y yo pasamos inadvertidos, pero Randy y Vince...

-Pues cuando llegue yo vamos a dar el cante aún más.

-Sectas más raras se han visto...

-Supongo, dime la dirección... Ok ya la tengo, no tardaré mucho.

-Gracias-dijo Tommy antes de colgar.

Después de tomar las indicaciones, calculó que en media hora podría llegar, se duchó, tomó un café para despejarse y fue a por el coche. Mientras conducía intentaba buscarle explicación a sus sueños, en todos aparecía Dante, sabía que era el vampiro que custodiaba ese libro que todos buscaban, el tipo que había secuestrado al amigo de Jair y que ahora retenía a Marty. Podía asegurar que no lo había visto en su vida, pero también podía afirmar con la misma certeza que lo conocía de algo, decidió poner la radio para despejarse, al encenderla se filtraron las notas de Love Song for a Vampire, Elliot bufó cambiando de emisora, terminó escuchando Time is Running Out de Muse, puede que ésa fuera incluso más apropiada.

 

 

 

 


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