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Show me your teeth por LadyHenry

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Notas del capitulo:

Funny Halloween!

Este capítulo es un extra de Halloween que no tienen continuidad con el resto de la historia. Es un crossover en que incluyo personajes de otro fic: Sympathy for the Devil. Para DraculaN666 por su cumple

 

 

 

XXIV. Bite me for Halloween.

 

Ser un íncubo podía resultar terriblemente tedioso, era duro tener que darse al arte “amatoria” para alimentarse, comer debía ser un placer en todos los sentidos, no limitarse a la supervivencia. Tirarse a cualquier imbécil le quitaba la gracia, era como estar a dieta teniendo que olvidarse de los manjares. De vez en cuando había que reservarse para un buen banquete.

Y eso era lo que estaban buscando alimento gourmet. Pare ello habían ido a pedir ayuda a las brujas más poderosas que conocían.

-¿Quién coño osa perturbar mi  recolección? –bramó Janet.

-Un encantador íncubo –respondió Tyson.

-¿Jeff?

-Esa zorra estará en alguna abadía levantando sotanas.

-Eso es lo que deberían hacer los íncubos…

-Algunos aspiramos a hacer de nuestro modus vivendi un arte.

-Di que sí querido, no hay porqué aburrirse –interrumpió Joyce.

-Gracias.

-¿A qué debemos el dudoso honor de tu visita? –preguntó Janet.

-Necesito que me ayuden a buscar víctimas.

-Claro que sí reina, y si quieres nos las triscamos por ti –se carcajeó Janet.

-Tampoco hace falta tanto, sólo necesito a alguien que me motive, cuya energía sea fuerte y apetitosa.

-En estos tiempos es complicado encontrar víctimas que merezcan la pena –suspiró Joyce.

-Querida es que pides mucho que sean educados, atractivos, cultos, apasionados… deberías conformarte con que sepan hilar frases y sean buenos en la cama –dijo Janet resignada.

-Qué puedo decir, soy una idealista…

-¿Y el cabronazo del íncubo también?

-Sí, el lado oscuro no tiene porqué ser conformista.

-Vamos, buscaré con el péndulo y te diré a dónde ir.

-Genial, busca también para Kevin y Jeff.

-Pero qué vagancia, en mis tiempos los íncubos pasaban días buscando chusma a la joderse, era parte de la aventura, ahora sólo les falta poner un perfil en edarling.

-Ni loco, esas cosas están llenas de mentirosos insatisfechos, son como ir a comer a Burguer King, sólo se hace para salir de apuros.

Subieron al desván, donde Joyce sacó un enorme mapa, lo colocó en la mesa y empezó a pasear el péndulo de un extremo a otro. AL cabo de unos minutos el péndulo señaló un lugar al otro extremo de la ciudad, dejando una divertida sonrisa en los labios de Joyce y Janet.

-¿Vas a enviarlo allí? –preguntó Janet.

-Yo no, el péndulo.

-Claro…

-¿Y para Kevin y Jeff?

-Veamos –dijo Joyce iniciando la búsqueda de nuevo.

Después de unos minutos el péndulo señaló un lugar al Sur de la ciudad, cosa que provocó que Janet riera maliciosamente.

-Es un tanto arriesgado…

-Kevin sabrá apreciar el detalle, y a Jeff no es que suelan preocuparle esas cosas.

-Bien, toma las direcciones, qué diviertas querido.

-Gracias.

-Ve con cuidado, no vaya a ser que te acaben empotrando a ti –dijo Janet mientas agitaba la mano para despedirse. Una vez salió Tyson. Ambas brujas procedieron a la gratificante tarea de descojonarse vivas.

-Serás guarra, se va a armar una buena –dijo Janet entre risas.

-¿Yo? Fuiste tú la que me llamó avisando de que Tyson venía buscando guerra –se defendió Joyce.

-Era por ponerte en antecedentes mujer. ¿A quién crees que intentará atacar Jeff?

-Algún alma cándida digna de corromperse–respondió Joyce echándose a reír de nuevo.

-¿Y Kevin?

-Puede que a Zurvan…

-Seguro que encantaría cabrear a ese vampiro con el que se relaciona –concordó Janet. -¿Por qué enviaste a Tyson a por el brujo?

-Ese chico necesita espabilarse…

-Me conmueve tu generosidad.

-Todos tenemos un lado sentimental ¿no?

-Llamaré a Diane, aplazaremos el aquelarre, esto tenernos que verlo.

-No podría estar más de acuerdo –sonrió Joyce.

 

Tyson abandonó la casa sonriente, por fin iba a tener un poco de acción de calidad.

-Chicos tengo un regalito –anunció al llegar.

-¿Comida? –preguntó Jeff sonriente.

-Más bien la dirección de la comida…

-¿Has encontrado algo interesante? –preguntó Kevin.

-Eso espero. Tomad la dirección.

-¿No te vienes? –se extrañó Kevin.

-Yo voy a otro sitio.

-Como quieras, qué cenes bien –le deseó Jeff.

-Chicos siento que estamos perdiendo la comunicación, antes salíamos de caza juntos y ahora nos pasamos notitas, o nos vamos cada uno por nuestro lado sin comentar la jugada. Nos estamos volviendo unos aburridos –protestó Kevin.

-Descuida, si todo sale como espero vamos a tener mucho que comentar –sonrió Tyson.

 

Y así partieron hacia distintos puntos de la ciudad.

Tyson tardó unas dos horas en llegar, justo para pillar a su anhelada víctima durmiendo. Joyce se había portado, era un chico de lo más apetecible, cabello azabache, espesas pestañas, tez blanca, piernas largas y firme trasero.

Se sentó a su lado observándolo durante unos minutos antes de colarse en sus sueños. Poco a poco fue apartando la sábana para descubrir el resto del cuerpo, dormía con unos bóxer negro, apostaba a que su erección luciría muy bien apretándose dentro de estos.

Se tumbó quedando frente al chico, alargó la mano para acariciar sus lacios cabellos, y se introdujo en sus pensamientos. Soñaba con un libro antiguo plagado de ilustraciones de vampiros, su nombre era Yakov y por sus conocimientos sobre los símbolos del libro y ciertos lugares de culto señalados en él debía ser un brujo. Ese dato le ponía las cosas algo complicadas, pero eso convertía a su banquete en un reto más interesante, sabía que recurrir a esas brujas era arriesgarse a meterse en líos poco recomendables y eso le encantaba, era o que necesitaba una motivación para seguir y romper con esa desesperante rutina de almas fáciles de doblegar.

Tyson creyó saber lo suficiente para dar el siguiente paso, rebuscar en el subconsciente en busca de las fantasías sexuales más oscuras de Yakov. Era una parte de su trabajo que adoraba, los humanos solían sorprenderle, últimamente menos, pero estaba seguro de que Yakov guardaba cosas muy interesantes en esa linda cabecita. Sondear la mente de alguien mientras dormía le daba total libertad para pasearse por sus anhelos más secretos, esos que a veces permanecían resguardados hasta de sus propios dueños, y eso le daba una excelente ventaja.

Adoraba jugar a hacer realidad los deseos más turbadores de sus víctimas.

La primera fantasía le ponía las cosas fáciles, cumplía con el requisito de tener pene, sólo tenía que  chuparle la sangre, cosa un tanto problemática dado que era un íncubo, no un vampiro, aunque también podría darle una interpretación menos literal y más freudiana, puede que los colmillos fueran un falo simbólico y lo que quería era que le estrenaran la cara B, eso sí podía hacerlo. De hecho al indagar un poco vio que otra de sus fantasías era que lo ataran y se lo follasen, nada sádico, sólo que limitaran a un rol pasivo, quería sentir lo que era la entrega total, y el plano físico era lo más fácil, por lo visto el chico tenía problemas emocionales y le costaba confiar. Lo que le ponía en ambas fantasías era perder el control y sentir placer al hacerlo.

A Tyson se le hacía la boca agua al pensarlo, era un jodido caramelito, podría tomarlo sin reparos, dejándose llevar porque eso era exactamente lo que quería. Por esa noche había sido suficiente, necesitaba ir a buscar unos pañuelos de seda para atarlo y algunos detalles más, la anticipación le resultaba sumamente excitante, pasaría un día de lo más agradable planeando su ataque.

En la otra punta de la ciudad Kevin intentaba contener su risa ante tan inesperado panorama. Cuando llegaron a la dirección no se sorprendieron de que fuera un monasterio, más bien se decepcionaron, esperaban algo más original. Pero su desilusión fue momentánea, mientras se acercaban esperando encontrar monjes, escucharon una frase que les resultó notablemente blasfema: “como alguien me vuelva a pasar una llamada de esa mamarracha voy a pagar mi frustración dejándole el orto tan sollado que va a tener que buscarse otro boquete por donde cagar”.

Jeff trepó hasta la ventana desde donde provenía el sonido, observando pasmado a un hombre de cierta edad y porte elegante que vestía un traje de corte azul oscuro. No podía ser ese el que acababa de hablar, pero la única persona que estaba junto a él era una mujer, debía ser su secretaria, ya que llevaba un libreta donde estaba tomando nota. De pronto entraron un damphir y un humano joven y bastante apetecible a los ojos de Jeff.

-Buenas noches jefe, este es el chico que ha estado en contacto con el vampiro –informó el damphir.

-Con eso te refieres a que era su esbirro o su zorra.

-Vaya modales que tiene –se quejó Aleix.

-Uy la zorrita va de estrecha, lo que nos faltaba, Zurvan haz que cante y luego que le miren por si el vampiro se la ha chupado.

-Muy bien, esta noche estoy de guardia dormiré con él para vigilarlo –respondió Zurvan resignado.

Jeff bajó mientras miraba a Kevin con resignación.

-No me mires así, es muy divertido –se defendió Kevin.

-Si te sigues descojonando así se nos va a terminar la diversión, las habitaciones están en la última planta.

-¿Qué crees que es esto?

-Pues el jefe está como una regadera y uno de sus subordinados es un damphir que está custodiando a un chico que ha estado con vampiro… deben ser cazadores o algo así –elucubró Jeff.

-Esto se pone interesante, me pido al damphir –dijo Kevin sonriente.

-Creí que te ibas a pedir al jefe.

-Ese lo dejo para otra ocasión, tengo que reunir información para saber bien a qué atenerme, si lo pillo ahora no podría disfrutarlo como requiere.

-A veces se me olvida lo retorcido que eres.

-Yo también te quiero…

-Me quedo con el chico, el vampiro lo ha mordido y anda cachondo perdido, seguro que tiene unos sueños de o más caliente.

-Pero esta noche no vamos a pasar a la acción.

-Claro que no, no se me ocurriría improvisar en un lugar así.

-Oh cierto, eres tan jodidamente metódico que una vez para llegar a la habitación de un sacerdote dejaste seco a medio poblado, porque todos el mundo sabe que lo ideal para no levantar sospechas es dejar un reguero de gente agonizante a tu paso…

-Rencoroso.

-Guarra.

-Tú más…

-Acaban de encender la luz en la habitación de la esquina.

-Primero tenía que ir a que lo revisaran.

-Llevamos diez minutos discutiendo.

-Lo digo en serio, tenemos que dejar de liarnos discutir chorradas…

-Sube anda.

Esperaron un buen rato para asegurarse de que estaban profundamente dormidos, entonces cada uno se posicionó al lado de su víctima deslizándose por sus sueños sigilosamente.

Kevin se sorprendió al reconocer que lo que estaba pasando por la cabeza del damphir era un recuerdo, todo aquello había sucedido, y por lo visto le había gustado tanto que estaba deseando rememorarlo.

La escena sucedía en el centro holístico de Janet, si se ponía en palabras vulgares, la casa de la bruja. Habían ido allí investigando una serie de casos que tenían en común ese lugar, tenían que inspeccionar la casa y si pillaban a gente reunida hacer una redada. Zurvan, Cat y Vince habían ido a la cocina, mientras buscaban alguna pista Cat tropezó con un gato haciendo que las estanterías se tambalearan y frasco cayera, liberando el polvo blanco que contenía por toda la habitación. Al principio sólo estornudaron, los ojos y la garganta les escocían, pero no le dieron más importancia. Pero media hora más tarde su comportamiento comenzó a ser disfuncional. Cat tenía mucho calor y se quitó la sudadera y la camiseta, Zurvan reía por cualquier cosa, y Vince estaba más poético de lo habitual.

-Por qué no miran en el puto tejado jodidas pendejas del coño, haced algo cojonudo, traedme alguna mierda con la que pueda joder a esas zorras.

-Joder zorras cojonudooo –coreó Baudelaire.

-¿Nos llevamos al loro? –preguntó Zurvan para luego reírse descontroladamente.

-Es un puto loro no un jodido perro que pueda oler la mierda que quiero que traigan.

-Oler mierdaaa –gritó Baudelaire.

-Vale –dijo Cat mientras Zurvan seguía riendo.

Subieron al tejado, después de tropezar varias veces y de ver que Cat seguía acalorado quitándose ropa, dejó de buscar y decidió acompañarlo. No les importó que fuera otoño, ni que estuvieran en un tejado, se quedaron totalmente en bolas y ya que estaban allí y no había mucho más donde buscar decidieron que lo mejor que podían hacer era echar un polvo. Así que Cat lo empotró encima de la buhardilla. Le gustó sentir la brisa otoñal mientras lo sacudían de forma tan placentera, fue liberador.

Kevin aprovechó para ir acariciándolo y conseguir que el sueño llegara hasta el final, a medida que iba recreando el polvo Kevin imitaba las acciones recordadas, Empezó con besos y mordiscos por el cuello, después sus manos lo liberaron del pijama colándose entre sus piernas, reanimando del todo el pene semierecto, ya estaba listo. El sueño cobró nitidez, y Kevin abrió sus piernas para lubricarlo con la lengua, podía escuchar los gemidos del damphir, que agitaba sus caderas pidiendo más. Le dio la vuelta, tiró de sus caderas para colocarlo mejor, dejando sus glúteos alzados y haciéndole agachar la cabeza, para poder ver su rostro mientras lo follaba. Tardó poco en acelerar el ritmo, hasta crujirlo del todo, lo quería fuerte, rápido y bien hecho. Un polvo salvaje, de esos en los que lo relevante es la jodienda pura y dura, lo más básico y primario pero con el ritmo adecuado para hacerlo mejor que satisfactorio. Era pura energía fluyendo hacia Kevin, no probaba nada tan bueno desde hacía años, pasión en su forma más cruda, pura gloria para un íncubo hambriento que disfrutaba del sabor que tenía para un humano sentir la urgencia del deseo, la adrenalina de poder ser interrumpido en circunstancias tan comprometedoras y el morbo que le daba sentirse observado por alguien que disfrutaba tanto que no iba a hacer nada por detenerlos, además del detalle de que Cat sabía bien cómo exprimirlo, era un jodido empotrador, de esos que han nacido para saltarse preliminares y reventar el culo dando en los puntos clave al ritmo perfecto, con la justa medida de fuerza e intensidad para hacer delirar. Y eso Kevin también lo hacía de lujo, después de todo no había nadie mejor en el mundo que un íncubo para satisfacer esos instintos primarios.

Cuando acabaron Kevin recompuso a un agotado Zurvan y lo dejó durmiendo plácidamente. Con toda la energía que le había chupado iba a necesita bastante reposo.

-Vaya, a eso se le llama: llegar, ver y vencer –comentó Jeff sonriente.

-Deja que te cuente el sueño vas a flipar –dijo Kevin exultante.

-Tú sí que vas a flipar con la fantasía de ese chaval…

-¿Por?

-Digamos que vas a tener que participar.

-¿Un trío?

-Algo así…

-Primero va a soñar que tú y yo somos novios, de hecho acabo de encargarme de que empiece ahora.

-¿Y después?

-Después va a hacer realidad la fantasía en la que me monta mientras mi novio nos graba –sonrió ladino.

-Interesante –opinó Kevin.

-Hasta mañana chicos –se despidió Jeff, mientras salían sin hacer ruido.

Cuando se reunieron los tres íncubos estaban exultantes.

-¿Qué tal les fue? –preguntó Tyson.

-De vicio –sonrió Kevin.

-Qué rapidez –se sorprendió Tyson notando el éxito de Kevin.

-Ya te digo, además fue bastante divertido. Después de consumar investigamos el lugar a donde nos mandó la bruja, es una organización que se ocupa de fenómenos sobrenaturales.

-Eso suena un tanto peligroso – observó Tyson.

-Hasta cierto punto, pero están como cabras, sólo hay que oír al director, aunque por otra parte eso con sus recursos sí que resulta una combinación peligrosa… en fin ¿a ti qué tal te fue?

-Bien, el brujo está bastante potente y tiene una fantasía muy heavy con un vampiro, al principio pensé que estaba jodido pero después, de camino hacia aquí entré a un club para cenar, y había un tipo cantando que era jodidamente sexy, estaba disfrazado de vampiro y cantaba de lujo, eso me dio una idea.

-¿Cuál?

-Yo también puedo ser un glampiro.

-¿Eh?

-Una chica enloquecida, a la que me cené, lo llamaba así.

-¿Por qué?

-Según ella su estilo es glam…

-No sé para qué pregunto –bufó Jeff arqueando las cejas.

-¿Y a ti qué tal te fue? –preguntó Tyson a Jeff.

-Oh genial, ese pequeño pervertido va a requerirnos a los dos para cumplir su fantasía.

-¿Van a compartir la cena?

-Voy a cenar mientras me graban –sonrió Jeff.

Mientras tanto en el COVISEM  debatían sobre la fatiga de Zurvan que había dormido hasta la tarde y casi no se levanta de la cama.

-¿Qué síntomas tienes? –preguntó Benjamin solícito.

-Me siento como si hubieran pasado la noche jodiéndome –se quejó el damphir.

-Concreta un poco –pidió el galeno.

-Estoy molido, me duelen las caderas y las rodillas. Siento como si no hubiera dormido…

-Es la misma fatiga que tuviste cuando cierto vampiro te la chupó…

-Ayer no me la chupó ningún vampiro, pero ahora que lo dices sí es una sensación parecida.

-Dormirás en la enfermería para vigilar cómo sigues.

-Vale.

-Y cenarás bien, nada de bocadillos o café.

-¿Algo más?

-No te acerques a vampiros en una semana.

-Voy a comer algo –dijo Zurvan dando por zanjado el tema.

Benjamin fue a informar a Vince, sospechaba que podría haber algo sobrenatural y debía alertarlos. No era la primera vez que pasaba algo así en la propia sede. Los seres sobrenaturales tenían un sentido del humor de lo más cabronazo.

-Vince –llamó antes de entrar.

-¿Qué coño quieres ahora matasanos?

-Informarte sobre Zurvan.

-No me digas que ese mariconazo ha estado jodiendo con el chupasangres pijotero de nuevo.

-Dice que no, y no creo que un vampiro de origen noble vaya a visitarlo aquí –observó Benjamin.

-Te sorprendería saber lo perracas que pueden ponerse esos finolis, se aburren tanto que los muy soplapollas son capaces de hacer las mayores pendejadas creyendo que son la puta pera.

-Por si acaso esta noche dormirá en la enfermería.

-De puta madre, no tiene el pito pa’ silbidos, esa chusma demoniaca es asquerosamente agotadora.

-¿Aleix es un demonio? –irrumpió Dora sorprendida.

-No –respondió Benjamin.

-Pero el Señor acaba de decir que el tipo que se benefició a Zurvan… oh lo decía por insultarlo, digo por definirlo, porque el Señor van der Rohe habla así por enfermo, no esque sea mala gente ni nada –intentó arreglarlo Dora.

-No fue Aleix.

-Pero estaban durmiendo en la misma habitación.

-Sí.

-¿Fue un trío? –preguntó Dora confusa.

-Aleix no vio ni escuchó nada.

-Coño, pues está como una tapia, Zurvan y el otro hicieron mucho ruido y muy obsceno.

-Parece que sí se nos han colado –suspiró Benjamin.

-Me cago en la puta que me parió, los  cabrones de los seguratas la han vuelto a joder, pero qué clase de chusma nos mandan, necesitamos gentuza cualificada, se van a cagar los muy hijos de perra… Cat vete a por el rastrillo –ladró Vince.

 

La noche siguiente la cosa se les complicó un poco a Jeff y Kevin, tuvieron que marcharse, no les daba buena espina que un maromo de casi dos metros se paseara con el director por los jardines con un rastrillo persiguiendo al personal de seguridad. Volverían mañana con Tyson como refuerzo.

Decidieron celebrar Halloween yendo al club que Tyson les había recomendado. Para su sorpresa se lo encontraron allí, estaba siguiendo a su víctima, a la que se le hacía la boca mientras escuchaba como el glampiro cantaba mientras se contoneaba provocadoramente. Por una parte Tyson estaba encantado, porque se estaba poniendo a tono y eso era muy conveniente, por otra le preocupaba que alguno de los vampiros que estaban en la sala se lo intentara levantar. En concreto había uno no muy alto, de pelo negro y ojos azules que no les quitaba los ojos de encima, provocaba a Yakov lanzándole miradas divertidas y sensuales, y luego reía al ver la expresión enfurruñada Tyson.

-Hey qué le pasa a ese vampiro –preguntó Jeff confuso por el jueguecito.

-No lo sé, parece que se divierte jugándose la cena.

-Pues será mejor que no dejes llevar y te decidas a comer primero –sugirió Jeff.

-A veces se disfruta con los entrantes –sonrió Kevin.

-Ya sé que os encanta jugar con la comida, pero en este caso si se le adelantan se queda sin cena, ¿o crees que si se la chupa va a quedar algo? Los vampiros y nosotros comemos lo mismo sólo en que en diferente formato. Y se le ve demasiado goloso como para dejar migajas.

-Vale, me pongo las pilas. Por cierto ¿qué hacen aquí?

-Los tardos del COVISEM estaban… ¿Qué coño estaban haciendo? –preguntó Jeff.

-Pues no estoy seguro, pero nos iban a pillar si entrábamos, y no me apetece que un tipo me persiga con un rastrillo, creía que esa gente tenía armas más sofisticadas.

Mientras Kevin divagaba con la logística de la organización a Jeff casi le da una taquicardia al ver a su víctima gritando obscenidades al cantante.

-Madre mía chicos, debe ser nuestra noche de suerte, mira a mi cena, está allí berreando cochinadas.

-Eso suena ideal, ahora sólo falta que le entre sueño y podrás zampártelo –sonrió Kevin.

-Oh mierda el vampiro está bailando con Yakov, voy a separarlos.

-Suerte.

-Hola, me alegra que por fin te hayas decidido a unirte –saludó el vampiro.

-Yo también –respondió Tyson.

Yakov ni se inmutó, estaba bajo los efectos de la hipnosis del vampiro, dejándose llevar por la música.

-Por muy sexy que resulte la escena aquí no hay comida para todos –dijo Tyson mientras se deleitaba mirando como el vampiro contoneaba las caderas.

-Oh mi cena de esta noche es otro, solo estoy entrando en calor. Mi nombre es Jarek –se presentó el vampiro.

-Qué maleducado, el mío es Yakov –dijo alargando la mano para acercar a Jarek y darle un beso de presentación.

A lo lejos Kevin los grababa, con dos horas de cinta tenía de sobra para grabar a Jeff después. La ocasión ameritaba ser grabada, pocas veces un vampiro y un íncubo le metían mano a un humano mientras se morreaban.

A Tyson no le extrañaba que la fantasía de Yakov fuera tirarse a un vampiro, el tacto de los colmillos se sentía muy bien.

-Bueno, entonces por qué te lo estás trabajando –preguntó Tyson.

-Para ti, así me darás cierta información que necesito –respondió Jarek.

-Dispara.

-Mi protectora, tiene un hijo adolescente, y hay ciertos aspectos poco deseables en los que se parece al padre. Como ser poco espabilado en lo referente al sexo. Necesito que te adentres en sus sueños y le sonsaques.

-Eso es un poco peligroso, no sé si podría contenerme... los íncubos no nos caracterizamos por la paciencia.

-Bueno, eso no sería malo, de hecho eliminaría el problema.

-¿Quiere que lo inicie un demonio?

-Verás, B. es conocida por su particular atracción hacia los vírgenes, cada vez que intenta acercarse al crío se pone cardiaca, pero no quiere convertirlo hasta aleccionarlo…

-Oh, entiendo.

-¿Cuento contigo?

-Vale, ya puedes dejarme solo con la cena.

-Espera, te lo dejaré en su punto –dijo Jarek antes de hincarle el diente a Yakov.

Lo tomó por el cabello, haciendo que expusiera el cuello para darle algunos besos húmedos antes de clavarle los colmillos lentamente, arrancando un sueve gemido de sorpresa que lego se torno placentero. Sólo dio unos cuantos sorbos, dejando a Yakov con ganas de más.

-Listo, ahora estará a reventar del ansia –sonrió Jarek antes de acercarse a Tyson para besarlo, dejando el sabor de Yakov en su lengua. Mientras depositaba un papelito con la dirección del hijo de B. y una foto.

-Gracias…

Tyson se quedó mirando la foto y las señas, el chico era una auténtica monada de lo más hot, iba a ser complicado contenerse, aunque tenía luz verde para llegar hasta el final. Pero ahora debía centrarse en su cena, que se dedicaba a meterle mano debajo del pantalón mientas depositaba besos y mordidas en su cuello. Estaba buscando los lugares donde la sangre pulsaba con más fuerza.

-Chicos, me piro –se despidió Tyson arrastrando consigo a Yakov, tenían que buscar una habitación rápido.

Afortunadamente había un pequeño hotel cerca. Se colaron, metiéndose en la primera habitación que encontraron. Yakov se desnudó con rapidez, haciendo lo mismo con Tyson, la urgencia que mostraba era descomunal, a Tyson le  iba a dar un empacho.

Tomó los pañuelos de seda que llevaba en la chaqueta y tumbó a Yakov en la cama, refregó sus caderas contra el despierto miembro de Yakov, haciendo que este perdiera el control. Aprovechando para atarlo a as barras del cabecero, una vez se aseguró de que estaba bien sujeto, paró disfrutando de la frustración en el rostro de Yakov, que seguía moviendo sus caderas en busca de un contacto que le aliviase. Era una imagen realmente erótica, ver a ese hermoso chico pidiendo por más mientras luchaba con  los nudos que aprisionaban sus muñecas.

Tyson gateó sin rozar los puntos clave, acercándose para besarlo. Mordisqueó sus labios, paseó su legua con una lentitud tortuosa por la boca de Yakov, mientras daba pequeñas caricias por su pecho, sonrió al notas que se sobresaltaba ligeramente cuando rozaba sus pezones. Abandonó la boca para deslizarse hacia abajo y tomarlos con los labios, succionándolos despacio, disfrutando de los sutiles gemidos que escapaban de la boca de su apetitosa cena.

Cuando notó que volvía a mover las caderas, se apiadó de él y siguió bajando, dejando un camino de pequeños besos por el abdomen, hasta llegar al plato principal. Tomó el hinchado y húmedo miembro en su boca, saboreándolo, disfrutando de su tacto caliente y firme, deslizándose de arriba abajo con fruición.

Mientras a Yakov le hervía la sangre, necesitaba más, que fuera más rápido, más fuerte, que le liberara las manos para poder acariciarlo, para moverse con libertad, quería morderlo. Notaba la sangre bombear y quería probarla, olía tan bien, y el pulso era frenético, su sonido lo estaba enloqueciendo. Pero el muy maldito se había parado, de pronto notó esa mortificante lengua deslizarse por sus nalgas y abrirle. Perdió la cabeza por completo, lo seguía acariciando mientras lo lubricaba, sustituyó la lengua por lo los dedos, y volvió a envolver el miembro con su boca. Y ahí perdió el control del todo, agitándose con fuerza mientras el placer lo inundaba, derramándose en la boca del íncubo, para gozo de este, que absorbía el torrente de energía con avidez.

Lo bueno de SPMV (Síndrome Post Mordedura Vampírica), era que siempre quedaban con ganas de más. Así que el segundo asalto llegó seguido.

-Desátame.

-De eso nada, vas a quedarte como estás, abre bien las piernas, porque voy  a sacudirte hasta dejarte seco.

Yakov sonrió ante tan tentadora promesa, y sin apartar sus ojos de los Tyson, separó sus piernas con lentitud. Ante tal invitación Tyson no pudo responder de otra manera, y se enterró en su interior poco a poco, hasta llegar lo más profundo que pudo.

Yakov disfrutaba de la sensación de plenitud que le recorría, necesitó pocos minutos para comenzar a moverse pidiendo más. Al principio Tyson se hizo de rogar, disfrutando se los fallidos de Yakov por empalarse, y de su expresión anhelante. Que se borró por completo de su rostro cuando por fin accedió a embestirle.

Si lo de antes le había gustado, esto era aún mejor, sentía placer en lugares que nunca había explorado, Tyson iba aumentando el ritmo y la fricción se intensificaba volviéndose insoportablemente placentera. Cuando estaba a punto de llegar al clímax de nuevo, se retiró, provocando que Yakov emitiera varios quejido de protesta, que se fueron apaciguando cuando notó suaves caricias en su miembro y los alrededores, pero necesitaba que lo llenara, así que protestó hasta conseguir que se enterrara de nuevo, pero sin moverse, siguiendo con las caricias, haciéndolo enloquecer y clamar por movimiento. Cuando lo llevó al límite, comenzó  a moverse haciendo que jadeara con una intensidad que al mismo Yakov le sorprendía, sentía que iba a quedarse sin aire, el calor se expandía por su cuerpo como si fuera fiebre. Todas las sensaciones se hacían más intensas, y sólo era consciente del placer y de que su cuerpo se sacudía como si no tuviera voluntad propia, sólo quería que lo empalasen hasta dejarlo sin sentido. Y así fue, Tyson no le dio respiro, y al llegar al orgasmo se desmayó.

Había sido la mejor cena de su vida. Pero ese último asalto había sido el postre, si intenta comer de nuevo lo mataría, y aunque fuese la mejor muerte que podía imaginar, era mejor repetir en otra ocasión y tenerlo de reserva para otra ocasión.

Por su parte Jeff y Kevin estaban viendo peligrar sus planes de nuevo, empezaban a hartarse del COVISEM, parece que después de limpiar el jardín habían decidido irse de fiesta.

Kevin sonrió al reconocer a Cat como el tipo que se lo había montado con el damphir en el tejado, iba acompañando al director, cuya idea de pasar desapercibido era ponerse vaqueros ajustados y camiseta, había que reconocer que el madurito estaba bueno, pero por muy atractivo que resultara si iba blasfemando de esa manera no iba a conseguir mezclarse con “esos sacos de hormonas pandilleras”, como él mismo los había llamado.

Habían tenido que presentarse allí para seguirle la pista al esbirro de la nuera de Irina, uno de sus informadores habituales les había pasado una foto de B. y Jarek, Aleix lo había reconocido en el concierto y los avisó. Así que ahora Vince y Cat buscaban a Jarek, mientras Aleix seguía disfrutando del espectáculo.

-Apártate de los altavoces guarra, estoy buscando a este chupóptero, ¿lo has visto?

-No me suena, y no soy una guarra, soy una mujer sexualmente liberada que expone al mundo su cuerpo con libertad, porque es algo natural y no me dejo amedrentar por la sociedad opresora.

-Pero qué coño dices mamarracha, a mí me la sopla que le guerra al mono.

-Entonces por qué me llama guarra.

-Porque te vistes como una, pero a nosotros nos encantan –respondió Cat empujando a Vince hacia la barra.

-Este antro está lleno de soplapollas, para qué coño habrá venido el chupótero aquí.

-Puede que buscara al nieto de Irina.

-Creía que los mocosos como él buscaban los ligues por internet y así se ahorraban perder tiempo en antros de mierda.

-Es fan del glampiro –sonrió Cat.

-Serás cabronazo, ya ha acabado.

-Pero ahora toca un grupo que le encanta…

-No jodas, van a actuar Los hijos de perra de la puta noche.

Cat suspiró, nunca iba a decir el nombre como era. Pero daba igual, tenían que seguir buscando.

Con el tercer intento Vince tuvo mejor suerte.

-Hey reinona ¿has visto al mariquita este? –le preguntó al bajista de cabello púrpura.

-Sí, estaba bailando con dos chicos, se fueron hace poco.

-Joder, vaya mierda, pero gracias.

-No hay de qué –dijo el bajista pensando en el mundo de la noche, nunca dejaría de sorprenderse con la fauna que lo poblaba.

-Esos gilipollas se largaron hace poco, vamos a ver si los trincamos por los alrededores –dijo Vince.

-Voy a avisar a Aleix.

Aleix estaba entusiasmado con la actuación de Los hijos eternos de la noche oscura, estaba deseando que cantaran “Sexual object”.

Al ver que Vince y Cat se marchaban, Jeff se aproximó hasta el pie del escenario, justo al lado de Aleix, Kevin lo siguió.

-Hola, ¿falta mucho para la siguiente actuación? –preguntó Jeff sonriendo con inocencia.

-No, están a punto de salir –respondió Aleix reparando en la adorable expresión del rubio.

-Qué bien, mi novio se estaba impacientando -dijo señalando a Kevin.

Justo después el grupo salió al escenario, y empezaron a sonar los acordes de “quiero chupártela toda sin dejar ni gota”. Kevin estaba disfrutando del concierto, decidió que a partir de ese momento era fan del grupo. Jeff estaba flipando, eran vampiros, todos, y sus letras eran de lo más explícito. Y Aleix se divertía de lo lindo coreando las canciones y viendo como el rubito se arrimaba a su novio y le ponía ojitos a él.

Todo iba por buen camino,  Aster se acercó al borde y tomó a Aleix del cuello plantándole un beso salvaje, en el que hubo intercambio de sangre. Y de repente todo fue ideal, porque Aleix estaba cachondo y ya no tenía reparos en mostrar interés en el rubito. Cosa que aprovecharon los íncubos para llevárselo a un lugar más tranquilo, como el motel que estaba en esa misma calle.

-Madre mía, este vídeo va a ser épico –sonrió Kevin mientras encendía la cámara. Había grabado a Tyson con los otros dos, el beso de Aster con Aleix, y aún le quedaba lo mejor.

-Uhh yo quiero verlo –dijo Aleix entusiasmado.

-Claro que sí campeón, ahora  manos a la obra, quiero ver entusiasmo.

Aleix se lo tomó al pie de la letra, quiso hacerlo con toda la calma que su estado le permitía, por un lado estaba muy excitado y a eso había que sumarle que a pesar de que le gustaba que lo estuvieran grabando le ponía nervioso.

Jeff intentó apaciguarlo, no quería que se precipitara, no le gustaba atragantarse, prefería masticar despacio. Así que tomó el control, terminando de desvestir a Aleix para tumbarlo en la cama mientras se sentaba encima y lo deleitaba con un streaptease.

Aleix disfrutó del panorama mientras intentaba dominar las ganas de tomarle el puso al torrente sanguíneo de Jeff. Le gustaba el chico, cumplía a la perfección con su fantasía, era lindo, le encantaban sus enormes ojos azul claro, sus jugosos labios y el cabello dorado algo largo le daban un aspecto angelical, pero su mirada era la de un depredador y esa sonrisa tan provocativa era pura tentación. Por otra parte que tuviera un novio que disfrutara de esa manera tan desprejuiciada era todo un logro. Podía notar cómo clavaba su penetrante mirada en ellos, sonriendo con descaro, animándolos para capturarlos con el objetivo de la cámara.

No pudo resistirse a succionar lo enrojecidos labios de Jeff, eran tan suaves y calientes como había imaginado, le encantaba sentir el tacto terso y húmedo deslizándose por su boca, quería morderlo, pero cada vez que estaba a punto de hacerlo Jeff se retiraba, jugueteando por controlar el beso, que se tornaba voraz cuando sus lenguas se entrelazaban en una fricción lenta y envolvente.

Jeff se fue deslizando por su pecho, acariciándole mientras se revolvía, su sangre clamaba por más, y el rubito lucía tan apetecible que necesitaba devorarlo.

-Muy bien vaquero, ahora te toca encima –susurró Jeff en su oreja antes de mordisquearla haciendo que la piel de Aleiz se erizara.

Sin perder un segundo invirtió las posiciones, disfrutando de la sensación de libertad que le daba el cambio. Pudo recorrer lentamente la nívea piel, mientras sentía cómo Kevin cambiaba de lugar para tener un mejor ángulo. Se deleitó dejando suaves marcas rojizas con su boca, le gustaba el contraste que el blanco hacía con el rojo, sería aún más bonito si el rojo fuese más intenso, más… sangriento.

Pero ese pensamiento se desvaneció cuando Jeff empezó masajear sus partes bajas, le encantaba sentir cómo la sangre se concentraba en ellas, pulsando por dispersarse, haciendo que el calor aumentara y buscara contacto para aligerarlas. Movía sus caderas al son que los dedos de Jeff marcaban, hasta que necesitó más y se alzo para deslizarse sobre algo más caliente y abultado que los estilizados dedos.

Por fin la parte estrella de su fantasía se hizo realidad, ahí estaba montándose a un lindo chico de aspecto adorable, viendo cara a cara la transformación más sexy que la pasión pudiera provocar, la ingenuidad empañada por el anhelo, que arrasaba con todo dando paso al más exquisito placer, el de ver rendirse al control ante el deseo.

Aleix se deslizaba arriba y abajo, aumentando el ritmo, mirando cómo Kevin les observaba complacido, disfrutando de al ver Jeff que le miraba fijamente, con los sensuales labios entreabiertos dejando escapar una respiración ronca y entrecortada. Era una imagen increíblemente erótica, la personificación del poder corruptor de la inocencia.

Ver cómo se dejaba ir era terriblemente excitante, notar la urgencia compartida en los certeros movimientos pélvicos con los que le martilleaba la próstata, lo estaba enloqueciendo, no pudo durar mucho más, alcanzando el clímax mientras Kevin se acercaba para captar mejor los detalles.

Después debió dejarse dormir profundamente, tanto que no se enteró de cuando Cay Y Vince patearon la puerta de la habitación para entrar.

-Levántate  puto salido de mierda –saludó Vince.

-¿Qué sucede? –dijo Aleix confuso.

-Que te has cepillado a un demonio, pedazo de gilipollas.

-¿Cómo?

-Sentándote sobre su polla, no te jode.

-Lo que Vince quiere decir es que el chico con el que te fuiste del club, después del concierto, es un demonio –aclaró Cat.

-Qué va, si fue una ricura –sonrió Aleix recordando la noche anterior.

-¿Estás cansado? –preguntó Cat mientras Vince rebuscaba por la habitación.

-Ahora que lo dices sí –respondió Aleix extrañado.

-Pues son las diez de la noche.

-No jodas…

-El único que está jodido eres tú, simulacro de ninfómana maricona, ¿cómo mierda se te ocurre joderte a un íncubo? –preguntó Vince indignado.

-¿Un qué?

-Esos chicos son íncubos, demonios que se alimentan d ela energía de los humanos en el acto sexual.

-Para que lo entiendas, aparte de la polla lo que estaba chupando ese cabrón era la energía vital, por eso estás echo mierda, como si en lugar de un polvo, te hubieran echado a la caballería encima.

-De ahora en adelante procura ser más selectivo –suspiró Cat.

-Y tampoco te morrees con vampiro pedazo de retrasado, no dejes que esos chupasangre te toquen con sus colmillos, o te pasaras el resto de tu puta vida cachondo como una mona.

-Vale, ¿hay algún antídoto? –preguntó Aleix asustado.

-De momento te vamos a poner en aislamiento.

-Sí, no te preocupes, tendrás de compañero a otro gilipollas que se tiró a otro íncubo después de ser mordido por un mamonazo chupóptero.

Al otro lado de la ciudad dos brujas reían a carcajada limpia, había sido más divertido de lo que hubieran planeado, esperaban poder conseguir el vídeo, seguro que era una obra de arte…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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