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Show me your teeth por LadyHenry

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La noche estaba terminando de un modo desastroso para todos.

Marty se negaba a ser capturado, así que corría alrededor de la mansión de Randy intentando quitarse el dardo que ejercía un leve efecto paralizante en su pierna, así que a pesar de correr muy rápido por ser un vampiro  había tenido que arrastrarla. Justo en ese momento Vince llamó a Ilych para saber qué tal iba todo, iniciando una videoconferencia por su móvil de última generación.

-No me jodas Neumann, ¿qué hace Cat persiguiendo a ese tullido con un rastrillo?-preguntó Vince extrañado.

-Bueno, no se está quieto y Cat no quiere desperdiciar munición con...

-Un blandengue de mierda-completó Vince, coreado por Baudelaire.

-Bueno es un vampiro y buscaba el libro-se defendió Ilych.

-Le están jodiendo el jardín  a Irina, dile a Cat que deje la puta podadora quieta.

-Creo que iré a ayudarle, estaremos ahí mañana por la noche-se despidió Ilych.

Mientras tanto el resto de espectadores flipaban, cada uno a su modo. Dante estaba a punto de darse de cabezazos contra el volante, a lo largo de su existencia jamás había presenciado algo tan absurdo, no sabía si bajarse para ayudar a Marty o quitarle el rastrillo a Cat y acabar con el patoso vampirismo del que fuera su leal ayudante. Ahora le quedaba claro que habían sido esos neófitos impresentables los que se la habían jugado.

Roy vigilaba a su hijo, que se dedicaba a mirar con escepticismo el grotesco espectáculo, si antes tenía dudas sobre la seriedad del COVISEM después de ver sus métodos y escuchar al director, le quedó claro que no debía fiarse un pelo. Lo peor era tener que acompañarles a la sede para el interrogatorio del retrasado, no quería ni imaginar cómo intentarían sonsacarle, estaba seguro de que el director era un macarra muy bruto, no había más que escucharle, era incapaz de decir una frase sin soltar una palabra malsonante.

El que mejor lo llevaba era Aleix, que se debatía entre cagarse de risa y apartar la tentación de su lasciva mente, no sabía bien por qué pero ver a dos tíos corriendo como locos para agredirse contribuía a fomentar fantasías subidas de tono, como cuando veía a tías revolcándose en el barro mientras  intentaban dejarse calvas.

-¿Qué vamos a hacer?-preguntó Roy rompiendo el silencio.

-Irnos-respondió Dante cortante.

-¿Todos juntos?-dijo Aleix excitado ante la idea que acababa de rondarle al preguntar.

-No, de eso nada-protestó Roy-yo no puedo ayudarte  más, ya sabes la dirección y donde está Marty, no tengo nada que ver con esos tipos.

-Eres el único que sabe de esto-objetó Dante-no puedo recurrir a nadie más.

-Si fuera el único no estaríamos aquí viendo como el retrasado huye de un jardinero psicópata y cachas... esto se nos ha ido de las manos, y mi hijo está con esos tarados, no pienso dejarlo solo.

-Cierto, míralo bien Dante, el rubito de ojos celestes, el que se parece a Roy, ése es su hijo, se llama Jair, por si alguna vez intentas secuestrarlo de nuevo-se mofó Aleix.

-Mejor me hubiera ido si lo hubiera cogido a él-suspiró Dante-seguro que Roy me hacía más caso, además parece un chico sensato.

-Tampoco te creas, es hijo de Roy-rió Aleix recordando lo cabroncete que podía ponerse Jair.

-¿Tienes alguna queja de Jair?-bufó Roy molesto.

-No, bueno es un poco estirado... en eso salió a su madre, me refería a que no es tan formalito como parece... mejor dejamos esta charla, no voy a contarte intimidades de Jair-zanjó Aleix antes de largar más de la cuenta.

-No te preocupes no hay nada que pueda escandalizar a Roy ¿verdad?-preguntó Dante guiñándole el ojo con suficiencia.

-Claro que lo hay, soy muy sensible aunque lo disimule bien-respondió Roy mientras miraba a Aleix con cara de "pregúntale y te mato".

-Vale, vale... déjenlo ya, tenemos mucho lío-protestó Aleix-. No deberíamos dejar a Jair con esos tipos, el libro no está ahí o ese chulazo no andaría persiguiendo a Marty rastrillo en mano, y yo estoy  muy sensible, necesito intimidad, así que ya me dirán cómo hacemos...

-Vete con Jair-propuso Dante.

-De eso nada, no pienso dejar que se acerque a mi hijo en ese estado-bramó Roy.

-Eh yo no le haría nada a Jair... nada que no quisiera, además si vamos con esos dos hay donde elegir-dijo Aleix mientras miraba evaluadoramente quien sería el candidato ideal para estrenarse en el lado gay.

-Preparaos chicos, va a haber fiesta-les advirtió Dante.

-¿Qué?

-Parece que los niñatos  que convirtieron a Marty acaban de llegar, voy a hablar con el cabecilla, quédense en el coche.

Aleix asomó la cabeza por la ventanilla del coche para poder verlos mejor, mientras Roy se preguntaba qué demonios estaba haciendo, era imposible ver bien  a unos tipos que estaban tan lejos.

-¿Se puede saber qué demonios pretendes? Te va a dar tortícolis si sigues estirando el cuello.

-Estoy mirando a esos vampiros con los que ha ido a hablar Dante.

-Están demasiado lejos, espera a que se acerquen más, y mete la cabeza en el coche, no queremos que el tipo del rastrillo venga a por nosotros.

-Desde que Dante y yo nos la chupamos, mi vista ha mejorado mucho-se explicó Aleix mientras pensaba en lo bueno que sería pillar al vampiro bajito con cara de niña y boquita de piñón que iba delante del resto.

-Ves mejor y estás en celo... ¿alguna otra cosa más que deba saber?-indagó Roy resignado.

-En general mis sentidos se han agudizado y puedo notar si Dante se aleja o acerca.

-Genial, ahora ¿podrías meterte en el puto coche?

-Deja que me recree la vista, por lo que estoy viendo todos los vampiros están de toma pan y moja.

-Sí, claro no hay más que ver a Marty-ironizó Roy.

-Marty es guapo, algo alelado y peculiar, pero para un polvo está muy bien.

-Madre de dios sí que estás desesperado, creía que después de Mary Sue no podías superarte.

-Todo puede superarse Roy- respondió Aleix mientras volvía a meterse en el coche y le guiñaba el ojo.

-En serio no hagas eso-amenazó Roy.

-¿El qué?

-Lo sabes perfectamente...

-No dices que soy lento... pues explícamelo.

-Si no te estás quietecito y dejas de incordiarme te vas a enterar.

-Ah... vaya, me estás amenazando, y ¿qué se supone que vas a hacerme Roy?-lo retó acercándose.

-No me desafíes, tengo poca paciencia y me resultas muy irritante mocoso.

- Te recuerdo que me ha secuestrado un vampiro y me ha mordido, no creo que puedas meterme miedo Roy.

-Miedo no, pero puedo dejarte adolorido hasta hacerte reversible.

-Admito que hace cuarenta y ocho horas eso me hubiera frenado, pero ahora mismo estoy deseando que cumplas esa amenaza.

-Joder, no hay manera, mejor salimos del coche.

-¿Tienes miedo?

-No, tengo neuronas que es muy distinto.

-Vale, ¿vamos con Dante o con Jair?

-Mejor con Dante, no vaya a ser que note que te alejas y haga algo peor.

Dante acababa de plantarse delante del grupo conocido como "los hijos eternos de la noche oscura", formado por vampiros jóvenes, metaleros y góticos que buscaban sus raíces porque no tenían ni puta idea de cómo era eso de ser un vampiro, de dónde provenían, qué debían hacer...

Habían acabado convertidos porque el cantante de su antiguo grupo fue mordido varias veces la misma noche, bebiendo sangre vampírica después, él creía que era un juego y que era una orgía más de esos tipos aficionados al rollo del vampirismo, donde se mordisqueaban para ponerse a tono, y a pesar de que Aster-usaba ese diminutivo porque odiaba el nombre de Alister- tenía cuidado con eso de la sangre y los condones, perdió el control por completo después de montárselo con un tipo que lo dejó idiotizado. Estaba seguro de que lo había drogado, cosa que le encantaba, con algo que no había probado antes, no es que le disgustara, aunque el efecto fue muy fuerte, y eso no estaba nada mal, pero al final la había cagado, porque después de esa noche no había podido volver a ver la luz del día, y eso le complicaba mucho la existencia.

Después de eso Aster tuvo que abandonar el grupo, cuando se topó de nuevo con el tipo que lo había drogado, mordido, follado, dado sangre, vuelto a morder mientras lo follaba y dado más sangre luego. Primero se fijó en su lustrosa melena pelirroja, entendiendo por qué se había dejado hacer de todo sin oponer resistencia, y luego le había preguntado qué le estaba pasando, el pelirrojo le explicó que ahora era un vampiro, contándole las cosas básicas para su cuidado, como no exponerse a la luz del día y alimentarse sólo de sangre. Aster entró en pánico haciéndole muchas preguntas y divagando, pero el vampiro pelirrojo no estaba por la labor de resolverlas, así que simplemente le dijo "pequeño si quieres saber todo eso busca el libro rojo, ahí está la historia y todas esas cosas que tanto parecen preocuparte, no pensé que te fueras a poner tan trascendental, parecías más distraído en la fiesta", y sin más se marchó saltando de la azotea en la que estaban hasta la calle. Aster pensó que aquello era alucinante, preguntándose si él también podría hacerlo, después se dio cuenta de que estaba solo y jodido, así que fue a buscar a sus colegas para convertirlos.

Cuando llegó al garaje donde ensayaban todos le tiraron la bronca mientras Aster intentaba controlar sus ganas de hincarles el diente, aprendió en esa ocasión que si iba a hablar con humanos era mejor alimentarse antes, no podía concentrarse con todos esos corazones palpitando y esa sangre circulando por las jugosas arterias.

Salem fue el primero en notar el cambio del solista, no sabía bien cómo catalogarlo, pero lo notaba más fuerte y guapo... era como si se hubiese hecho un tratamiento facial para alisar y darle luminosidad a la piel, estaba impecablemente pálido, sus ojos grises brillaban más, como si absorbieran la luz que se reflejaba en ellos. Tenía un aire feroz, eso le gustaba a Salem, y le preocupaba, no es que tuviera nada en contra de Aster, cantaba de puta madre y tenía un rollo muy cool que les hacía ganar fans, pero estaba muy colgado y era demasiado simple, resumiendo y como diría su abuela Casandra Prym "ese chavalote es un puñetero macarra".

Y a Salem le gustaba la gente más complicada, se aburría si no tenía desafíos ni estímulos, le gustaba pensar que eso se debía a su afán por evolucionar y crecer como persona, aunque había gente que discrepaba, como Casandra, que le había dicho a su padre: "el niño te ha salido muy retorcido, ándate con cuidado no vaya a acabar siendo un psicópata. Si fuera feo lo podrías controlar más, pero hoy en día si las chicas ven a un chico guapo que se hace el interesante se les caen las bragas y no piensan, lo sé bien por mis vecinos, Roy se separó por putón y el niño le ha salido igual, son unos jodidos depravados. Como son guapos se pasan el día de flor en flor, y les da igual si la flor tiene pilila o rajita, van a por el néctar... ya me entiendes. Pues el niño igual, encima con ese nombre raro que le puso la hippy de tu mujer no podía salir normal, cualquier día te lo encuentras coleccionando cabello de las chicas a las que tortura, eso si no se desvía y acaba sodomizando a macarras".

Salem pensaba que su abuela veía demasiadas series sobre asesinatos, hasta que se convirtió en un vampiro y entonces Casandra Prym pasó al estatus de visionaria. La echaba de menos, aunque se pasara el rato insultándolo por su forma de vestir, pero ni loco se presentaba en su casa, seguro que intentaba agredirlo con una estaca o lo llevaba de la oreja hasta la iglesia para que lo exorcizaran. Sospechaba que nada más verlo su abuela lo sabría, si él había intuido lo de Aster, lo suyo estaría cantado.

Algo que tenía en común con su abuela era que podía ser muy directo, y con Aster solía serlo para evitar perder el tiempo y saturarse. Así que le preguntó.

-¿Qué coño te ha pasado? Estás muy cambiado... diferente.

-No pensé que se notara tanto-exclamó Aster sorprendido.

-Veo que el cambio no ha afectado a tu nula capacidad de reacción-suspiró Salem, tenía la esperanza de que  fuera más allá de lo físico.

-No te metas conmigo, lo estoy pasando fatal-bufó Aster.

-Chicos no se enfaden, así no ganamos nada, respira hondo y cuéntanos qué te ha ocurrido Aster- intervino Izhan poniendo calma.

-Menos mal que te tengo a ti enano, no sabes lo mucho que te quiero, eres el único que  tiene tacto-dijo Aster mientas tomaba a Izhan entre sus brazos y lo zarandeaba como si fuera un osito de peluche.

Y es que Izhan era una monada, bajito, frágil, de suaves facciones, cuando miraba con esos enormes ojos turquesa, batiendo sus largas pestañas y sonriendo de esa manera tan dulce, daban ganas de achucharlo hasta dejarlo sin aliento. Cosa que Aster se tomaba al pie de la letra.

-Deja a Izhan en el suelo antes de que lo asfixies-advirtió Misael-lo vas a dejar como un pitufo si sigues abrazándolo así.

-Oh lo siento, es que no aún no controlo mi fuerza-se excusó Aster.

-Está bien, no te preocupes, sé que no harías eso adrede-dijo Izhan mientras trataba de recuperar el aliento-pero la próxima vez avisa.

En ese momento Julian cruzó la puerta, estaba contento porque en el súper de la gasolinera tenían una oferta de nachos, si comprabas seis latas de refresco te regalaban dos paquetes.

-Mirad lo que traigo, estaban de oferta-canturreó feliz al entrar.

-Qué bien, dale una lata a Izhan a ver si se recupera-dijo Misael preocupado por la lividez del menor.

-¿Qué le ha pasado?-cuestionó Julian extrañado.

-Que Aster lo ha estrujado hasta dejarlo seco-explicó Salem-ahora es muy fuerte y no controla-explicó en tono burlón.

-¡Aster!-exclamó Julian contento-¿Dónde demonios te habías metido? Estábamos muy preocupados, nadie tenía noticias tuyas desde hace días.

Aster miró a Julian evaluando su situación, aceptando finalmente su amistoso abrazo, pero sucedió lo que temía, volvió a perder el control de su fuerza dejándose llevar por la emoción. No sabía bien por qué estaba tan sensible, él nunca había sido alguien que se caracterizara por su emotividad, terminó por atribuírselo su conversión vampírica. Y pasó lo que tenía que pasar.

-Me cago en tus muertos Aster, quieres crujirme o qué, suéltame desgraciado, me haces daño-bramó Julian.

A continuación Aster tuvo que soportar como Julian le pateaba con sus martens, mientras le acusaba de ser un sádico cabronazo que quería desgraciarlos a todos.

Y es que Julian podía ser muy bueno o muy... violento, no tenía término medio, o estaba de buenas y todo era estupendo, o era una jodida bestia a la que costaba mucho frenar.

Aster agradecía tener más resistencia, y curarse rápido, porque si no Julian lo hubiera matado de la paliza.

Una vez calmados, Aster le pidió disculpas a Julian y se justificó contándoles que era un vampiro recién estrenado y que por eso no sabía bien cómo controlar sus nuevas capacidades.

Misael y Salem creyeron que lo que había pasado era que le estaba dando a alguna droga de diseño que no acababa de sentarle bien. Izhan barajó la posibilidad de que estuviera volviéndose loco del todo, cosa que le daba mucha pena. Y Julian después de hacerle jurar que no era una excusa para que no le destrozara, le palmeó la espalda diciéndole que no se preocupara, que él lo iba a querer igual, fuera un vampiro o uno de esos cerdos a los que les gustaba rascarse y correr tras bípedos inocentes, que se hacían llamar licántropos.

Aster notaba cierta desconfianza, entendía que les costara creer en vampiros, pero hacerlo de una manera tan descarada le resultaba ofensivo, que fuera un colgado no significaba que no tuviera su corazoncito.

Y como no hay nada más efectivo para que te entiendan que hacer que los otros se pongan en tu lugar, tomó a Misael, que era el más fuerte del grupo y lo mordió. Al principio intentó resistirse, sorprendido por la fuerza de Aster, pero después se quedó medio ido dejándose succionar. Salem sabía que a esos dos les gustaba gastar bromas pesadas, así que creyó que los estaban vacilando, pero cuando vio que Aster se hacía un corte en el cuello para que Misael tomara, se puso de los nervios, su angustia aumentaba al ver que Misael se le pegaba como una sanguijuela. Estaban fuera de sí, se les oía respirar entrecortadamente mientras intercambiaban sus fluidos vitales, sus camisetas estaban salpicadas de rojo pero nada parecía importarles, estaban en una especie de trance místico irrompible, hasta que Misael se saturó separándose para tomar resuello. Minutos más tarde seguían embobados mirándolos, Aster parecía estar en el nirvana y Misael se quejaba de unos molestos dolores abdominales.

Parecía surrealista que un tipo tan alto y musculoso como Misael estuviera quejándose como una nena. Su melena negra estaba perlada de sudor, no paraba de vomitar, tenía escalofríos y temblaba. Aster  para tranquilizarlos les dijo que sólo serían unas horas hasta que eliminara toda la basura de su cuerpo, que de ahora en adelante sólo se alimentaría de sangre, pero antes su cuerpo tenía que depurarse.

-Éste es el peor trago, después ya empieza lo más light-dijo Aster a modo informativo.

-Menos mal, si llega a ser peor a ver qué coño hacemos-protestó Salem.- ¿Y ahora qué se supone que harás? ¿Te llevarás a Misael contigo a dormir en un ataúd?

-Mejor vamos a dormir al jardín de la bruja de tu abuela, seguro que la tierra es de Transilvania y ella nos puede guiar-ironizó Misael entre arcadas.

-Tampoco hace falta ponerse así, debemos ayudarnos para asimilar todo esto-argumentó Izhan.

-Claro como a ti no te han mordido-protestó Misael.

Pasaron unas horas mientras Misael se depuraba, Aster aprovechó para contarles cómo había terminado convertido.

-Joder Aster te hemos advertido muchas veces de lo peligroso que es ir solo a esos sitios, te pones ciego y acabas perdiendo el control, la última vez te encontramos tres días después en otro estado, tirado en el aparcamiento de un club Bondage vestido con unos pantaloncitos de cuero y una gorra. Creí que te había quedado claro que nada de fiestas en solitario-le regañó Salem.

-Se te olvidó incluir el vampirismo en tus advertencias listillo-le reprochó Aster remedando su tono.

-¿Misael te encuentras bien?-preguntó Izhan preocupado, el chico llevaba más de media hora con los ojos en blanco tumbado en el viejo sofá sin dar señales de vida.

-Te he dicho miles de veces que me llames por mi apellido-bufó Misael saliendo de su mutismo.

-Está bien Wild, me estabas preocupando, llevabas mucho rato ido-se disculpó Izhan.

-Hablando de tiempo, queda poco para el amanecer, debemos irnos-exclamó Aster asustado, esto de tener toque de queda no acababa de gustarle.

-¿A dónde vamos a ir?-preguntó Misael preocupado, Aster no le inspiraba demasiada confianza para asuntos importantes como no morir calcinado.

-Me estoy quedando en el sótano de la casa de mi tía, estaremos allí en quince minutos-respondió Aster seguro.

-¿Tú tía la que está de expedición en no sé dónde?

-Sí.

-Tardaremos como poco una hora-protestó Misael.

-No, qué va, ya verás lo rápido que vamos ahora.

-¿Vamos a ir andando?

-Más bien, corriendo, saltando...

-Joder, en menudo lío me acabas de meter.

-¿Ya acabaste?-indagó Aster preocupado.

-¿De qué?-se extrañó Misael.

-Ya sabes... de depurarte...

-Ah sí, no creo que me quede un solo fluido que echar, estoy seco.

-Estupendo, pues en marcha.

-Ok, pero si vuelves a morderme te vas a enterar-le advirtió Misael molesto.

Después de dos meses todos los del grupo eran vampiros, fue una especie de reacción en cadena. Misael harto de dar tumbos con Aster sin descubrir nada sobre los vampiros, salvo que no podían salir de día, se alimentaban sólo de sangre y podían tirar como conejos, le pidió ayuda a Salem, que se limitó a buscar en internet mandándoles a sitios donde podía haber posibles vampiros. Todo habían sido chascos, juegos de rol llenos de mocosos o tipos con enfermedades mentales. Así que harto de que le mangoneara de esa forma, Misael le pegó un buen mordisco y lo convirtió, desde ese momento Salem se lo había tomado mucho más en serio, buscando sin cesar información.

Julian e Izhan intentaban ayudarles en lo que podían, buscándoles un alojamiento apropiado a su nuevo estilo de vida, y adaptando su agenda al nuevo horario, disculpándolos ante los familiares, etc.

Todo iba relativamente bien, hasta que cabrearon a Julian, Salem en uno de sus ataques de desesperación ante la falta de información y las barreras que tenía para moverse con libertad, acabó pagándola injustamente con Julian, que reaccionó de un modo bastante agresivo, y si había algo que le gustaba a Salem era que se le resistieran, así que entró al trapo de lleno y acabó mordiéndolo de una manera salvaje, disfrutó tanto con la lucha y la sangre que tuvo el mayor orgasmo de su vida, quedándose completamente relajado luego. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para obligar a un desangrado Julian a beber del corte que se hizo en la ingle.

Cuando Misael y Aster entraron, supieron en seguida que lo que estaban presenciando era la conversión de Julian y no una amistosa mamada.

El último en caer fue Izhan, pocos días después hablando con Julian le preguntó cómo se sentía, si estaba bien... a Julian le pareció adorable por su parte mostrarse así de preocupado, y lo abrazó con cuidado, poniendo todos sus sentidos en no pasarse con su fuerza. Pero se descuidó en detalles como no regodearse en el olor de su sangre o el bombear de su corazón, y de pronto el Julian feliz dejó paso al salvaje, sin darle tiempo a quejarse o suplicar lo mordió a conciencia y cuando volvió en sí, sintiéndose culpable le dio de beber hasta que notó que mejoraba.

Izhan comprendió que Julian no pretendía hacerle eso y aceptó sus disculpas, después de todo, sabiendo cómo era el rubio debió haberse mostrado más cauteloso.

Y así los hijos eternos de la noche oscura pasaron de ser un grupo de metal a uno de vampiros.

Una vez todos convertidos y entrenados para dominar sus necesidades básicas se pusieron a buscar información en serio. Hasta que dieron con Dante y su libro rojo gracias al primo de Julian, Marty.

Se toparon con él en los sótanos de una casa de subastas, donde guardaban antigüedades, Marty estaba clasificando objetos para un lote y de pronto Julian se tiró a abrazarlo efusivamente.

-¡Marty cuánto tiempo! ¿Qué tal te va?-exclamó Julian contento de encontrarse con su primo favorito, siempre se había portado bien con él, sin echarle en cara su carácter voluble.

-Hola Julian, yo también me alegro de verte, aunque es un poco extraño encontrarse aquí...-le saludó Marty.

-Oh eso... es una larga historia. Estábamos echándole un vistazo a algunas piezas relacionadas con el mito vampírico-intentó salvar la situación sin dar información demasiado comprometedora, no es que no confiara en Marty pero no quería asustarlo.

-Entonces puedo ayudarte, trabajo como marchante de un experto en el tema-le dijo Marty contento de poder serle útil a su primito.

Lo que Marty no sabía era que  trabajaba para un vampiro, que su primo era un vampiro y que los amigos de su primo eran unos vampiros muy cabrones, exceptuando a Izhan, que no era un cabrón, pero no acababa de controlar sus impulsos vampíricos, además se veía tan dulce y solícito... quién iba a pensar que mientras lo consolaba por no poder ir a la boda de su hermana iba a acabar desangrándolo, para luego echarse a llorar lamentándose de lo malo que era mientras le hacía beber de su sangre.

-La hemos jodido-comentó Misael al ver que Marty lucía dos colmillos y una camisa manchada de rojo.

-¿Quién ha sido?-preguntó Salem con mala leche, le suponía un gran inconveniente tener que buscar otro contacto diurno, y sobre todo uno que tuviera acceso a un tipo versado en vampiros.

-Yo no fui-afirmó Aster defendiendo su inocencia.

-Joder, Julian va a matar al que lo haya hecho-bufó Misael.

-¿Por qué iba a matar...?-la pregunta quedó suspendida cuando Julian vio a Marty y se dio cuenta.

En ese momento Izhan entró con una toalla mojada para limpiar a Marty, al ver a sus compañeros la tiró al suelo y se echó a llorar mientras intentaba explicarse. Julian se tranquilizó al saber que fue él, sabía que Izhan no lo haría adrede, además estaba muy arrepentido.

No les quedó otro remedio que confesarle la verdad a Marty, que seguía sin asimilar bien lo que le estaba sucediendo. Lo peor fue descubrir que Dante también era uno de ellos, se sintió traicionado y decidió joderlo subastando el libro, sólo que después se enteró de que ese libro era lo que andaba buscando su primo, se les había olvidado el pequeño detalle de contarle que no tenían ni puta idea sobre ser un vampiro, que apenas sabían las reglas básicas para su supervivencia.

A partir de ahí comenzó la odisea de encontrar el maldito libro. Marty ponía a prueba sus nuevas habilidades, conociendo sus límites por el método más rudimentario y efectivo, el de ensayo y error, y estaba cagándola mucho.

 

Su última cagada era huir corriendo de un tipo enorme que le había disparado un dardo, el muy cabrón tenía resistencia y puntería, el dardo le estaba ardiendo, necesitaba beber sangre para curarse rápido, pero si se acercaba seguro que le disparaba de nuevo, para colmo la mansión estaba vacía y sin rastro del libro. No sabía cómo salir bien librado, así que seguía corriendo con la esperanza de cansarle o pillar a alguien que le sirviera de alimento.

Al ver que Cat tenía controlado al vampiro, Ilych decidió ir en busca del grupito que acababa de aparecer, le resultaban muy sospechosos, sobre todo el tipo que se les había acercado, parecía que iba a montarse una buena porque se estaban gritando.

Jair estaba sentado en la acera, Ilych le había ordenado no moverse de allí, aunque no le hacía gracia quedarse solo mientras todos se iban a ver al grupo de metal del nieto de la señora Prym, no entendía qué demonios hacían allí, ni por qué su padre y Aleix estaban intentando calmar a Dante y a Salem. Según Ilych todos eran vampiros, pero qué iba a esperar de un tipo que lo dejaba solo mientras su compañero perseguía a un chico, al que acababa de disparar, con un rastrillo porque la podadora se había quedado atorada.

Esos fueron los últimos pensamientos de Jair antes de sentir como lo tomaban por el cuello y le hundían los caninos en la yugular. Después de clavarle otro dardo en la pierna y dejar inmovilizado a Marty, Cat se había ido al encuentro de Ilych, sospechaba que su compañero necesitaría refuerzos, y el rubito corredor ya estaba controlado. Lástima que no se hubiera percatado de la presencia de Jair, que solo e indefenso fue la salvación de Marty, que se alimentó hasta sanar, devolviéndole después algo de su sangre mezclada, no quería hacerle daño al chico, sólo recuperarse.

Jair estaba en shock, acababan de morderle y había bebido sangre, no sabía si correr al hospital a hacerse una diálisis o ir a ver al padre Elliot a que lo exorcizara.

Tampoco tuvo tiempo de pensar mucho más, ya que el grupo de vampiros se disolvió ante la inminencia del alba. Dante se fue con Salem, Roy con Aleix, Marty con el resto de los hijos eternos de la oscura noche, y a él vinieron a buscarlo los del COVISEM.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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