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Show me your teeth por LadyHenry

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Notas del capitulo:

La canción de Xandria, Vampire

 

La de Depeche Mode, Question of time

 

 

 

 

Roy estaba exultante de felicidad, adoraba cruzar la ciudad en época navideña, cuando los comercios cerraban más tarde y la marabunta se apelotonaba en las calles buscando comida y regalos, la mayoría de ellos absurdos,  arrancarían comprometidas sonrisas de "oh es justo lo que nunca he querido" a sus receptores, y que gracias a internet -alabado sea eBay- acabarían subastados en un noble acto de reciclaje.

Para colmo empezaba a llover con fuerza y le quedaba rato hasta llegar a la bahía. Iba escuchando una de las canciones que le gustaban a su vecinito, le había dejado el CD al enterarse de que no podrían ver las películas gore juntos, conmovido por el altruismo de Roy, que le había dado permiso para quedarse solo en su triplex y disfrutar del home cinema. A Tomy le daba pena que Roy tuviera que salir a esas horas por una emergencia familiar, esperaba que no fuera muy grave y para que el trayecto se le hiciera corto le prestó unos de sus albums favoritos. Roy lo puso esperando entretenerse con algo de música, pero al escuchar la letra frunció el entrecejo y bufó, la canción era Vampire de Xandria, le gustaba el ghotic metal, pero  precisamente que hablara de eso cuando él se dirigía a la casa de un tipo que se creía un vampiro no ayudaba a relajar el ambiente.

No muy lejos, en una de las mansiones de las afueras de la ciudad un chico de dieciséis años escuchaba la misma canción, sólo que él la tenía a todo volumen y disfrutaba de la noche de tormenta mientras miraba embobado la increíble adquisición que había logrado llevarse en la subasta. Un libro con una encuadernación exquisita en piel repujada con guarniciones metálicas, gofrados platerescos y una especie de cruz Ansada de afilados extremos dibujada con piedras preciosas, aunque lo que más le gustaba a Randy eran las ilustraciones, el dibujo era detallista, el uso de los colores creaba unos preciosos sombreados que dotaban de vida a los símbolos y lugares que mostraban. Una pena que los textos estuvieran escritos en lenguas muertas como el latín clásico, tendría que hacer uso de sus diccionarios y tomar como materia optativa lenguas del mundo clásico si quería enterarse de algo de lo que se relataba, de momento se contentaba con observar los dibujos. Lo más curioso eran los numerosos retratos del final, todos de hombres y mujeres muy atractivos que exhibían unos pronunciados caninos.

 Le había costado la mitad de su cartilla secreta de ahorros, ésa que su padre desconocía y que engordaba gracias a las inversiones que hacía con la paga que éste le daba, aconsejado por Jules, el socio y mejor amigo de su progenitor. Tendría que ocultar bien el libro, si su padre lo veía iba a tener que dar muchas explicaciones, como por ejemplo cómo convenció a Marisa, su tata de origen español, para que asistiera a la subasta y pujara siguiendo las indicaciones, que le daba escondido en los baños del instituto. A ella no le gustaba que Randy fuera gótico, que se delineara los ojos en negro y usara esas casacas de terciopelo oscuro con vaqueros tan ajustados, le parecía muy extravagante, por no mencionar los piercings de la ceja, el labio y las orejas, los anillos... usaba demasiadas joyas para verse masculino, y con la carita de dulces rasgos y esa palidez temía que le atacaran, afortunadamente su padre le había puesto un guardaespaldas, al que el chico procuraba despistar, aunque la mitad de las veces no lo consiguiera.

Marisa estaba cubriendo los espejos de la mansión, no quería que los relámpagos los destrozaran, le extrañaba que Randy no estuviese sentado en su chaise long preferida, tomando chocolate caliente mientras observaba la tormenta escuchando alguna de esas bandas de letras melancólicas y música potente. Lo achacó a que debía estar empezando a notar los estragos de la adolescencia, tenía un hijo de la edad de Randy, Jordan, y en los últimos meses pasaba mucho rato en el baño, Randy debía estar en esa fase, pensaba nostálgica, rememorando cuando Randy y Jordan jugaban de pequeños en los jardines, eran inseparables, hasta dormían juntos los fines de semana. Lástima que ahora apenas se saludasen, y sólo si estaban presentes los adultos, desde que llegaran a la secundaria se habían distanciado tanto, que Jordan no quería que nadie le relacionase con Randy por su aspecto, y éste dolido se negó a dirigirle la palabra cuando estaban a solas. Lo más triste es que se echaban de menos por mucho que se empeñaran en negarlo despreciándose. A Marisa le apenaba mucho la situación, confiaba en que dejarían a un lado sus diferencias una vez pasada la adolescencia, pero le disgustaba profundamente que no pudieran contar el uno con el otro en esa época tan complicada en la que se deja de ser un niño y se empieza a ser adulto.

Además detestaba a casi todos los amigos de su hijo, eran una panda de deportistas engreídos que se pasaban el día vagueando y haciendo el cafre, demostrando su falta de educación y cultura cada vez que abrían la boca. Pero ella no dejaba que Jordan se embruteciera, le reñía constantemente y lo hacía estudiar, Randy le cedía tres horas semanales con su tutor privado, después de todo él sólo lo necesitaba para resolver pequeñas dudas, además le prestaba libros y comics, pero todo a través de Marisa, nada de contacto directo. A cambio Jordan despistaba a sus amigotes para que no le importunasen con sus groserías en el instituto. La única amiga que a Marisa le agradaba era Jill, la hija del jardinero, que seguía manteniendo su amistad tanto con Randy como con su hijo. Era una chica muy alegre y astuta, no se dejaba camelar por los pijos y era muy responsable, le hubiese encantado que se convirtiera en la novia de alguno de los chicos, pero estaba segura de que eso nunca iba a suceder...

Después de una hora de atascos y blasfemias Roy llegó a la casa de Dante, dejó el coche aparcado justo en la entrada y echando una carrerita para no mojarse,  tocó el portero eléctrico.

-¿Lo has traído?-contestó con voz rasgada de vampiro cabreado.

-Ábreme, me estoy mojando-se quejó Roy.

-Enséñamelo-pidió Dante ofuscado.

-No sé qué coño quieres ver Dante, abre y me lo explicas.

-Roy no tengo paciencia para coñas, hablo en serio y el amiguito de tu bebé me está desquiciando.

-Eso te pasa por ir secuestrando gente a lo loco, no son modos.

-Roy...

-Dante...

Se hizo un largo silencio, y después de unos minutos sonó la señal de abierto, Roy empujó la enorme puerta y se adentró en el caserón. Todo estaba a oscuras, tropezó unas cuantas veces cagándose en todo lo que se meneaba hasta que Dante tuvo la gentileza de encender la luz.

-Buenas noches, muy amable por tu parte encender la luz-saludó Roy.

-Hablas como una menopáusica mal follada-bufó Dante-. Te he dicho muchas veces que no necesito encender la luz para ver.

-Pero los demás sí, y ahora que tienes un rehén deberías dejar que por lo menos vea algo.

-Está viendo la tele, y ahora dámelo.

-¿El qué?

-No empieces Roy...

-Ya estamos otra vez  ¡qué me digas qué coño es lo que quieres! Acabo de cruzar la puta ciudad por tu culpa, no tengo humor para adivinanzas.

-Cuando te pones grosero me mejora el humor-rió Dante-. Bien Roy, presta atención, quiero que me devuelvas el libro que por error fue a parar a las cajas del lote que quería subastar, ése de encuadernación lujosa y antigua.

-Tu puto asistente irrumpió ayer a las once en mi pacífico hogar para reclamarlo, lo acompañé a las oficinas de la casa de subastas y según él había recogido lo que venía a buscar. Esta mañana se subastó el lote completo, ya tienes los beneficios ingresados en tu cuenta Dante.

-Si el idiota de mi asistente hubiera recogido lo que debía no estaría ahora convertido, además el desgraciado que le hizo esa putada me llamó para insultarme y decirme que no importaba lo astuto que fuera, que iba a hacerse con el libro-protestó el vampiro.

-¿Convertirlo?-preguntó Roy descolocado.

-Sí, en uno de nosotros.

-¿Los participantes de subastas?

-Joder Roy eso suena más absurdo que el vampirismo.

-Puede que en tu mundo alternativo... deja de decir memeces, los vampiros no existen, y yo no tengo la culpa de que tu asistente sea retrasado.

-Mi asistente no es retrasado, sólo era un buen chico, algo ingenuo a veces, tanto que no te denunció por estar corrompiendo menores-lo acusó el vampiro.

-Hace más de diez años que no le pongo la mano encima a un menor, pero mi vecino es algo pesado quiere ver todas sus películas en mi home cinema, nada más-se defendió Roy.

-Ése rubito es un putón Roy, Marty lo vio con más de dos chicos en menos de tres meses.

-¿A Tomy? Imposible... ni siquiera sabe que tiene un lado gay, es algo... lento.

-¿Y qué hacía en tu casa a esas horas?

-Se pasa el rato metido en mi casa porque sus padres apenas paran en la suya.

-Pues a Marty, ese rubito le pareció muy descarado.

-¿Rubito?

-Así lo llamaba...

-Tomy tiene el pelo negro como un cuerno.

-¿A cuántos babies te llevas a casa Roy?

-Si era rubio y de aspecto joven debía ser Jair, mi hijo, ése al que creíste secuestrar, lumbrera, y para tu información y la del retrasado es mayor de edad.

-No te pongas sensible... y dime de una vez dónde está el libro.

-Eso implicaría violar la privacidad de la compañía, y entrar de noche y de incógnito en las oficinas, a no ser que sepas hackear.

-Soy un vampiro se me da mejor allanar moradas en la noche que la tecnología...

-¿Vas a seguir con eso?

-Es la verdad, para ser tan liberal eres un poco cerrado de mollera...

-Claro, lo que tú digas Nosferatu... ¿Vas a soltar a Aleix?

-No, es mi seguro para que hagas tu trabajo, y de paso me ayudes a localizar a Marty.

-Joder, lo que me faltaba, hacer de tata del retrasado, mi hijo me va a matar y los padres de Aleix también, en el mundo normal tenemos responsabilidades ¿sabes?

-Tranquilo, cuanto antes recuperes el libro antes te lo devuelvo.

-No le hagas nada, lo quiero igual que cuando lo secuestraste.

-Vale, no tengo el menor interés en él.

-Quiero verlo para asegurarme de que está bien.

-Sígueme.

Dante se dispuso a subir la enredada escalera de caracol, pero se le olvidó encender la luz provocando que Roy tropezase de nuevo y cayese, afortunadamente pudo subsanar su error y evitar que se partiera la crisma saltando para tomarlo en brazos.

-Eres un idiota, tienes que encender la maldita luz-bramó Roy.

-Vamos, vamos, ya pasó, no seas llorica, no te ha pasado nada-le restó importancia el vampiro.

-¿Qué no me ha pasado nada? Acabo de caer desde la mitad de esa escalera enorme y tú has frenado la caída cogiéndome en brazos, eso aparte de muy raro e incómodo es algo, Dante-le reprochó Roy.

-Es que veo perfectamente y no estoy acostumbrado a invitar humanos a mi humilde morada -se justificó Dante.

-¿Humanos? No me jodas, a quiénes sueles invitar, a tus colegas los licántropos...

-No digas bobadas Roy, esos tipos son unos destrozadores, no quiero que nadie vuelva a mearse en mis alfombras persas, además van dejándose por ahí parásitos, y aquí los únicos chupadores de sangre que quiero son congéneres.

-Te importaría dejarme en el suelo, esto empieza a ponerse embarazoso...

-Pero volverás a caerte.

-Si enciendes la maldita luz no.

-Oh vamos sólo queda un tramo y el interruptor está lejos, no te quejes, muchos querrían estar en tu lugar.

-¿Qué enfermo querría estar en brazos de un tipo, que ha secuestrado al amigo de su hijo, porque no quiere encender la luz?

-No, lo secuestré porque quiero recuperar mi libro y quería que me ayudaras.

-A todas éstas cómo demonios pudiste saltar y cogerme a tiempo si ibas casi al final de la escalera suicida-indagó Roy molesto, empezaba a pensar que todo era una broma de mal gusto.

-Pues es otra característica de los vampiros, somos muy rápidos y ágiles, aparte de  poder ver en la oscuridad.

-Genial, estoy en brazos de un perturbado...

-Bueno ya hemos llegado ahí tienes al amiguito de tu bebé-indicó Dante al llegar a la habitación donde Aleix canturreaba  A question of time de Depeche Mode mientras veía el vídeo del directo en la Mtv.

-Muy apropiada la canción Aleix-dijo Roy espontáneamente sin pararse a pensar que seguía en brazos de Dante.

-Claro...-respondió Aleix parpadeando como si tratara de aclarar la imagen de damisela que presentaba Roy en brazos del vampiro.

-¿Estás bien Aleix?-interrogó Roy al notar el semblante confuso del muchacho.

-¿Habéis venido a darme lo mío?-preguntó Aleix mientras sus pensamientos volaban a un complot de gays despechados cuya venganza se centraba en su joven y atractivo cuerpo.

-He venido a rescatarte-gruñó Roy mientras ponía los pies en el suelo ante la sonrisa burlona de Dante.

-¿Y para eso tenías que tirarte en sus brazos?-preguntó Aleix con tono escéptico.

-No, pero como no encendía la luz tropecé y me recogió-explicó Roy.

-¿Y por qué no iba a querer encender la luz? ¿Es uno de esos juegos que hacéis los puretas para poneros a tono?-cuestionó el chico arrugando el seño ante la posibilidad.

-No Aleix, no me hacen falta esas cosas para nada, no soy ningún abuelete-refunfuñó Roy.

-Yo sí, pero tampoco me van esas cosas, yo prefiero algo más rojo, ya sabes-dijo Dante guiñándole el ojo.

-Oh dios no te habrá mordido-exclamó Roy.

-No, pero amenazó con hacerlo y dejarme seco como un higo-lloriqueó Aleix-. Quiere robarme la honra.

-Anda ya Aleix, tú la honra la debes tener en Laponia-bufó Roy.

-Me refiero a la cara B-concretó el chico cohibido.

-Vaya aún sigues con eso... tal vez debería dejar que te la robara-meditó Roy.

-Cuando dije que le iba a chupar la sangre no era una metáfora, es literal, te morderé en la yugular y te dejaré seco-aclaró Dante.

-Vaya lo que te va es la hematofilia-se sorprendió Aleix.

-Algo así... es lo que tiene ser un vampiro-respondió Dante con naturalidad.

-Ups a alguien se le ha ido la perola-susurró Aleix.

-Si hemos llegado hasta aquí es porque Roy no me ha creído, que tú tampoco lo hagas sólo complica las cosas-explicó Dante-. No voy por ahí contando lo mío, procuro guardar el secreto, pero por una confusión el libro se ha subastado y ahí se cuentan demasiadas cosas sobre nosotros...

-¿Los hijos de la oscuridad?-preguntó Aleix socarrón.

-¿Qué clase de información contiene el libro?-interrogó Roy atajando la violenta reacción de Dante.

-Datos de lugares y sucesos... de vampiros-intentó resumir Dante.

-Nadie cree en vampiros... ¿tan importante es? Pagaron una buena pasta por él-meditó Roy.

-Quiero recuperar el libro ¿ok? Es lo único que tiene que importarte.

-Bien, pues tendrás que acompañarme a las oficinas, vamos, dejemos a Aleix en casa con Jair-sugirió Roy.

-No puedo, queda menos de una hora para que amanezca-objetó Dante.

-Claro tiene que ir a su ataúd a sobar-dijo Aleix como si fuera lo más obvio sonriendo con suficiencia.

-Por cosas como ésta acabarán rompiéndote el culo en un callejón de mala muerte sin lubricante-farfulló Roy-.Colabora un poco coño, aunque pienses que está como un jodido cencerro.

-Vale... qué sensibles, el que está atado soy yo-reprochó Aleix.

-Vamos Dante, tú quieres ese libro y yo llevarme a este ingrato a casa, cuanto antes busquemos antes acabaremos-insistió Roy.

-Vale, no quería ponerme borde pero hasta aquí llegamos-dijo Dante enseñándoles los colmillos en una sonrisa inquietante.

-Que tengas tanta pasta y te aburras tanto como para mandarte a implantar unos colmillos a medida dice muy poco de tu cordura mental-opinó Aleix ya cansado de tanto numerito-por no mencionar tu extraña manera de cortejar a Roy...

La frase quedó a mitad, justo cuando en movimientos rápidos y sigilosos Dante tomó a Aleix y haciendo que ladeara la cabeza para exponer su cuello lo mordió sintiendo como el caliente y rojo líquido se deslizaba por su garganta. Roy se asustó en serio, era imposible, debía usar algún truco para provocar ilusiones ópticas, pero ver que era capaz de desangrar al chico lo alarmó hasta hacerle gritar, aunque Aleix pareciese no enterarse de nada.

-¡Dante para! ¡Te creo!-gritó desesperado.

-Vale, eso está mejor ¿ves? No Fue tan difícil, sólo necesitabas una demostración.

-¿Qué le pasa a Aleix? ¿Le has inyectado algo?

-No, me he bebido su sangre.

-Pero no oponía resistencia Dante.

-¿Alguna vez te han chupado la sangre Roy?

-No, paso de esas cosas de hematófilos... no te ofendas, soy muy tradicional en el fondo.

-¿Has leído algo sobre los efectos de que te la chupen?

-Pues no...

-Entonces ¿cómo sabes que esa reacción no es la normal?

-No lo sé.

-Pues no te preocupes, cuando te la chupan te quedas alelado, no está nada mal, se está a gusto, si quieres probar...

-Mejor no ¿Aleix estará bien? ¿Lo llevo al médico?

-No ha sido para tanto, se recuperará en cuanto coma algo.

-Vale, ¿esperamos un rato y nos vamos?

-Ya te he dicho que no puedo salir de día ¿recuerdas?

-Sí, cierto... perdona-se disculpó Roy fingiendo entender, no se creía que fuese un vampiro, pero sí un loco psicópata hematófilo.

-Entonces ¿me llevo a Aleix y te recojo mañana por la noche?

-De eso nada, el chico se queda conmigo, y mañana vienes a recogernos.

-Pero necesita comer y tú vas a irte a... ya sabes... huir de la luz y eso.

-Eso tiene fácil arreglo, mira.

 El vampiro se rasgó la muñeca con los caninos y dejó fluir su sangre en la boca de un atontado Aleix, que bebía como si de zumo de fresa se tratara.

-¡Aleix no hagas eso! Podría tener venéreas o algo peor-lo regañó Roy.

-Tranquilo los vampiros somos inmunes y limpiamos la sangre que ingerimos-explicó Dante con naturalidad-. Ahora el chico se repondrá, sólo necesita dormir, me lo llevaré conmigo, buenos días Roy, hasta mañana por la noche-se despidió Dante.

Roy apenas pudo parpadear antes de que Dante desapareciera con Aleix en brazos, sólo atinó a decir "ten cuidado Aleix, no dejes que te haga nada sin condón y lubricante, la primera vez duele".

Tuvo que marcharse de allí sin Aleix, su hijo le iba a machacar, decidió posponer la llamada un rato, mientras conducía hacia el centro vio pasar una panda de tipos vestidos de negro, muy  pálidos y con cara de pocos amigos, se fijó mejor en ellos cuando cruzaron por delante de su deportivo, uno tenía el pelo rubio ceniza y era alto, tanto como... Marty. Era el jodido retrasado, se iba a enterar cuando lo pillara, tocó el claxon para llamar su atención, Marty volteó y le saludó agitando la mano mientras sonreía. A Roy no le gustó nada la sonrisa del retrasado, sus colmillos le restaban encanto...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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