El pelirrojo se quedó en blanco. Le retumbaban en la cabeza las palabras de Kaede y eso sumado a que todo parecía estar moviéndose, estaba haciendo estragos con él.
"Eh...torpe...estás ebrio"
Hana se quedó mirando la nada unos segundos más, hasta que empezó a reír como un loco. El moreno, que no entendía nada, se dispuso a esperar que el torpe le diera una explicación.
"Muajajajaja, zorro, yo no estoy ebrio... TÚ estás ebrio" - pronunció en la que, parecía, su típica pose de Tensai, pero seguía tambaleándose y las palabras le salían arrastradas. El moreno no pudo más que levantar una ceja ante ese comentario tan idiota y mientras le caía una gota de la cabeza, pronunció su conocido "Do´aho". Estaba a punto de irse de allí, la situación lo sobrepasaba. Él estaba plácidamente dormido, y de repente aparecía el torpe ebrio. Era demasiado.
Comenzó a caminar hacia la puerta, hasta que oyó algo que detuvo su paso de inmediato. Un sollozo provenía desde donde estaba parado Hana. ¿Estaba llorando?. Kaede volteó, para ver al pelirrojo con la cabeza gacha y un puchero demasiado tierno, para ser el matón de Hanamichi Sakuragi. Hana, ahogando un sollozo y conteniendo la congoja, dijo:
"Zorrito, no te enojes conmigo" - luego se secó una lágrima con la manga del saco.
Kaede no supo cuando, esa imagen le pareció la más tierna del mundo. El torpe lloraba como un nene al que lo acababan de regañar y encima le pedía que no se enojara con él. El zorro se dio cuenta que el monito tenía una borrachera ciclotímica y no lo podía dejar sólo, ya que le podía pasar cualquier cosa. Suspiró cansado y derrotado. Se acercó hasta el pelirrojo con un pañuelo en la mano, murmurando:
"Está bien, torpe. Tú ganas"
Hana tomó el pañuelo, agradecido. Luego se sonó los mocos fuertemente para, más tarde, volver a ofrecerle el pañuelo, sonriendo.
"No, no. Quédatelo. Por favor."- Dijo Kaede separándose unos metros del pelirrojo.
"Gracias, zorrito -dijo Hana, bajito- estás muy simpático hoy jejeje"
El moreno se encontró a sí mismo sonrojándose ante ese comentario. Realmente ese día estaba resultando ser muy extraño. Por momentos quería irse de allí, pero ese pelirrojo lo retenía inconcientemente. Hana se acercó a la pared para sentarse en el piso. Todavía las cosas se le seguían moviendo y estaba un poco desorientado. Se apoyó contra la pared y cerró los ojos. Kaede, pensando que se había quedado dormido, se sentó a su lado. Unos segundos después, la cabeza del pelirrojo descansaba despreocupadamente sobre el hombro del zorro, que seguía sorprendiéndose ante cada actitud del monito.
"Shabeesh, zorrito... sho no te odiooo. Eres bueno y divertido. Me haces reír" - a medida que Hana pronunciaba estas palabras, su voz se iba apagando. Lentamente se estaba quedando dormido. Finalmente, dijo las últimas palabras que escuchó Kaede.
"Te quiero, zorrito. Mucho mucho."
La imagen era digna de una foto. Cualquier alumno de Shohoku hubiera pagado por ver esa escena. Los dos chicos más problemáticos de la escuela estaban sentados muy pegaditos. El escandaloso y temible Hanamichi Sakuragi tenía la cabeza apoyada en el hombro de un Kaede Rukawa con los ojos como platos y el cuerpo tenso. La sonrisa en el rostro de Hana era pura e infantil.
Kaede escuchó pasos en la escalera y se apresuró a alejarse de Hana. A los pocos segundos se abrió la puerta de la terraza y aparecieron esos cuatro torpes que iban con Hanamichi a todos lados.
"¡AY NO! Hanamichi ha muerto" - decía Takamiya llorando y tirándole flores a su amigo.
"No seas idiota, gordo. Sólo esta durmiendo" - le contestaba Okusu, pegándole un revés en la cabeza.
Mientras Noma se fijaba si los signos vitales de Hana eran normales, Yohei se acercó a Kaede.
"Gracias, Rukawa" - susurró bajito para que los entrometidos no escucharan. El zorro que no entendía lo que quiso decir, levantó una ceja.
"Por cuidarlo. Gracias"
Ahora resultaba que no sólo el torpe lo sorprendía, sino que ese tipo también. Recién ahora caía en cuenta de que, efectivamente, había cuidado de Hanamichi. No le respondió nada a Yohei, simplemente se limitó a asentir con la cabeza y retirarse lo más rápido que pudiera de allí. Yohei tampoco esperaba una respuesta, sólo sonrió y ayudó a sus amigos a levantar a Hana del piso. Ya cuando lo tuvieron en pie, el pelirrojo terminó de despertar.
"AHHHHH, me duele la cabeza - decía frotándose las sienes - ¿qué demonios me hicieron, banda de descerebrados?"
"Encima que te ayudamos.. eres un desagradecido" - contestaba Yohei teatralmente.
"Fue culpa del gordo, como siempre" - dijo Okusu lanzándole una mirada asesina a Takamiya, a lo cual éste se tiró al piso llorando.
"¡Nooo, Hanamichi! Yo no quise. PERDÓOON"
"Alguien que lo calle al gordo y...quiero ir a casa, quiero darme un baño y dormir"
Entre los cuatro ayudaron a Hana a llegar a su casa y no se fueron hasta que lo vieron en mejor estado.
Mientras tanto...
Un zorro se retorcía en su cama. Estaba enredado con la sábana y sudoroso, a pesar de estar sólo en boxer (*¬*). Una sola frase se repetía en su sueño, una y otra vez:
"Te quiero, zorrito. Mucho, mucho."