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Un poco de Color y Vida por AkiraHilar

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Notas del capitulo: Saga está dispuesto a todo con tal de tener una oportunidad con Shaka, pero Hades también lo ha estado buscando. ¿Qué ocurrirá con el choque de presente y pasado?
Llovía. Llovía a cantaros. El rubio con la misma ropa que llevaba ya varios días, de nuevo había ido a ese edificio, había logrado pasar desapercibido ante la vigilancia, para subir al piso, volver a tocar con verdadero desespero aquella puerta blanca.

Lágrimas… lágrimas de frustración y abandono eran destinadas hasta el suelo, húmedo, cansado, con hambre…

El príncipe desheredado… jamás había salido a comprar un solo alimento.

No tenía dinero… no tenía hogar… no tenía ya futuro… sólo lo tenía a él… sólo tenía su experiencia y sus brazos… Y no, no lo encontraba. Desde que todo hubiese estallado en la universidad, desde que su padre fuera llamado para ponerlo al tanto de lo ocurrido… aquella noche que lo botó de su casa, aquella noche que por primera vez resintió el no tener una cobija… entre el hambre, entre la sed, aquella vacuidad deshonrosa en su estomago… desde ese día, Shaka estaba perdido en un laberinto al que no le hallaba salida y él… sólo él…. Sólo él podría salvarlo…

--¡Simons! ¡Simons abre!--gritaba por enésima vez.

Se convencía día a día que estaría muy ocupado. Quizás por lo de la universidad no paraba a casa, por eso no lo encontraba…

Se auto convencía que ya pronto lo hallaría… que lo cobijaría, le daría un espacio en su vida…

Falacias… viles mentiras… ilusiones absurda de un jovencito enamorado de la experiencia y de la libertad, que no se dio cuenta que era prohibido, en todos los sentidos…

Y cayó, víctima del desespero…

Lo maldijo desde el alma…

Y juro, por sí mismo… por su orgullo… que jamás volvería a entregarse… que jamás volvería a amar…

Si su forma de amar era incorrecta, lo mejor era no hacerlo…

Shaka abrió sus ojos en el taxi, ahogado de recuerdos, de sensaciones, de emociones que pensó no reviviría. Verlo había sido demasiado para sí mismo… oírlo había sido el peor de los suplicios… Orí esa voz elocuente que años atrás le habría prometido cielos y estrellas… Ver, que hizo bien al abandonarlo… Su carrera seguía en alto… seguía ayudando a personas… el precio era condenarlo a él.

El sobresaltó que sintió en su pecho al oírlo tuvo que controlarlo… los deseos de llorar tuvo que aguantarlos. En ese momento sólo se sentía en una laguna de misterios, ahogado en los recuerdos del pasado. Cuando vio que buscaba algo en el público se asustó, y prefirió esconderse. Una minúscula parte de él quiso convencerlo de que lo buscaban a él, ¿pero podría ser tan iluso? De nuevo sacó su móvil, revisó la web por internet, vio todos los lugares que visitaban para promocionar los libros…

Respiró hondo…

Había ido a autoconvencerse de que él era pasado… y ya no estaba seguro. Había ido a verlo para demostrarse a sí mismo que lo había superado y quizás… tan sólo quizás, podría darse una nueva oportunidad… más no fue así… Más ahogado, más asfixiado… más desesperado se encontró…

Quería respuestas a preguntas que se quedaron guardadas. Quería razones a argumentos que se quedaron sin ser probados… y al mismo tiempo temía, temía escucharlas… escuchar de esa voz que tanto amó y buscó… que en medio del sexo lo llamaba roncamente, pronunciaba su nombre con ese acento alemán…

Confirmar que él era una piedra en su camino.

Asentar que Shaka no era más que un error… que debía ser corregido, borrado, dejado de lado, para que él pudiera seguir…

Que siempre fue así…

Por orgullo quizás no quería escucharlo… por orgullo quizás quería irse y terminar ese capítulo con la mortal falsedad de que lo amó con tanta intensidad como se le entregó. Que lo quiso con las mismas fuerzas con la que lo quiso a él…

¿Era orgullo? ¿O una banal esperanza de que al final, valió la pena todo lo perdido?

Con una lágrima frustrada Shaka cerró ojos turbios. Encontrarse con el pasado fue doloroso… y su futuro… tan incierto como el recorrido que le esperaba al rio tierras abajo… como las piedras que aún le tocaba golpear y arrastrar…

Y mientras tanto pasado y futuro estaban cruzado en una vertiente del rio… una decisión… ¿Iría el rio a desembocar al mar abierto? ¿Al lago de agua dulce? Allí estaban los dos hombres que buscaban un espacio en él… frente a frente, dispuestos a pelear por lo que creían suyos y sin estar seguros de cuál sería la respuesta del hindú con sangre ingles que batallaba en su soledad con los recuerdos, las lágrimas y heridas abiertas.

Saga y Simons, frente a frente… el libro en el medio representando fielmente lo que ambos buscaban: un espacio para escribir en el decorador. Saga un nuevo capítulo de vida donde pudiera darle alegrías… Simons la continuación de su propio capitulo para remediar los errores cometidos.

--Hypnos, Thanatos, dejadme solo con el señor--ordenó el doctor, sentándose en uno de los muebles de estar en la suite. No muy convencidos, los gemelos accedieron, dejando al griego frente al alemán--. Por favor, Sr. Leda, tome asiento--y así hizo, con la mirada seria, aunque su alma estaba temblando ante las posibilidades de que a partir de ese encuentro perdiera su oportunidad con Shaka--. ¿Cómo está?--preguntó en un hilo de voz, sin mirarlo directamente.

--Muy bien. Es decorador de interiores, trabaja intercalando el buen gusto con la psicología. Goza de una fama apreciable en Athenas--el hombre subió su mirada cansada fijándola en las esmeraldas del abogado. Ese brillo, esa consistencia… ese color atestiguaba estar con alguien con una fuerza y temple envidiable… el tipo de cosa que Shaka buscaría. Se sintió amenazado.

--¿Decorador? Desde niño siempre le gustó los colores…--bufó a un lado, contrariado--. Al final, logró hacer algo que le gustaba… me alegro…--minutos de silencio--. Diga, ¿que lo ha traído hacía acá? Si Shaka no sabe que usted está aquí y no sabe que me conoce… ¿cómo ha llegado a buscarme?

--Lo investigué--el doctor levantó la mirada asombrado--. Así es, lo investigué, usé mis influencias para saber que lo trajo a Grecia, porque es… como es…--las verdes irises del mayor se opacaron ante esas palabras--. Nadie le conoce familia, ni pareja… Shaka es como un libro al que le arrancaron los primeros capítulos y… ya que no buscaba abrirse…

--Eso que hizo esta mal…

--Lo sé, asumo mi responsabilidad--aquellas palabras calaron hondó en el corazón del psicólogo, provocando que bajara la mirada--. Si Shaka decide no verme luego de saberlo, lo entenderé… pero no lo dejaré, no solo… no ahora que sé o al menos asumo, que sucedió…

--Dudo que haya conseguido demasiado como para saber a ciencia cierta que ocurrió entre él y yo.

--Fue lo suficiente como para entender que entre ustedes hubo algo más que una relación de amistad--de nuevo las miradas se encontraron--, y que gracias a eso perdió su familia… su carrera… y puedo intuir, que incluso lo perdió a usted…

--Yo conocí a Radamanthys Wimbert siendo muy jóvenes. Aún no se había casado y yo me enamoré de su prima Pandora. La cortejé mientras él se casó con Fler. Tenían problema para concebir, buscaban forma de hacerlos sin resultado, así que fueron a la India, a pedir el favor a los dioses de allí… Shaka fue concebido desde allí, sin embargo, sólo pudo nacer él, Fler no puedo dar a luz de nuevo. Yo me convertí en su padrino--el hombre se levantó con pesadez, con la mirada embebida en recuerdos--. Por mis estudios mi matrimonio con Pandora se retrasó. Ella decidió esperarme pacientemente, mientras terminaba mis estudios superiores y post grado. Regresaba todos los años y veía al pequeño Shaka crecer, reír, llenarse de vida… lo quería como un hijo… la última vez que lo había visto tenía nueve años, acababa de ganar con su equipo de futbol la copa infantil… Radamanthys estaba orgulloso de él y es raro, ver a un hombre tan frio y tosco como él, con esa mirada tan llena de orgullo--Saga seguía escuchando, con latidos pesados, con una turbación tan profunda que a duras penas le dejaba respirar--. En medio de mi viaje Pandora me siguió… años más tardes, mientras los libros se vendían e iba consiguiendo fama, decidí que era momento de formalizar y me casé con ella. Sentí que era feliz… pensé que todo estaba bien y cuando la UCL me ofreció ese cargo en Londres, ya Pandora esperaba mi primer hijo… le dije que se quedara en Francia. Fui solo…

Un sonido sordo… una voz turbia que destrozaba el temple del abogado, que ahogaba de recuerdos al psicólogo. Recuerdos… cientos de ellos haciendo acto de presencia entre ambos y haciéndole ver que había mucho… mucho en ese hombre al que estaba enfrentando que lo podría atar de forma irremediable a Shaka… que quizás lo único que lograría de esa colisión es perder toda esperanza de tener algo con el decorador…

Saga tragó grueso al darse cuenta que en ese pasado, él no podía ser más que un espectador y que quizás… en el futuro de Shaka… no sería más que testigo mudo… y no protagonista…

Tuvo miedo… de que el pasado no fuera pasado…

Que lo que hubo entre Shaka y aquel sólo estaba en un receso que él estaba obligando a terminar…

Pero quería que fuera feliz y se encontró deseoso de eso, aún si no era a su lado…

¿Sólo le gustaba? Estaba claro que no… Saga lo quería, y así se descubrió en ese instante de silencio turbio… Lo quería y por ello, aunque no fuera con él, aunque no fuera a su lado, quería dejar una huella tan imborrable como Shaka había dejado en su vida… Darle la oportunidad de recuperar algo perdido…

Shaka lo obligó a enfrentarse a sus frustraciones. Llegó a su vida como un remolino que lo obligó a enfrentarse a sus temores, sus prejuicios, su propio ser que se negaba a aceptarse a ser como era…

Ahora él le obligaría a enfrentar su pasado, sus fracasos… sus errores… y recobrar, quizás, lo perdido…

Aunque en el proceso él tuviera que dejar al rio ir al lago de agua dulce y nunca llegar al mar…

--Cuando regreso… ¿qué sucedió?--preguntó Saga con la mirada agachada, más seguro de hacer lo que estaba a punto de hacer… llorando por dentro ante la posibilidad de su derrota.

--Me enamoré desde la primera vez que lo vi entrar al despachó de su padre…--confesó, con la mirada en el granito del techo--. Fue para mí un shock ver en lo que se había convertido el pequeño niño rubio en esos diez años… tan seguro, tan lleno de vida… lleno de colores… su juventud fue un imán para mí. Peleé, por meses peleé por esto, no porque fuera un hombre, sino por ser el hijo de un amigo… mi ahijado… Y noté que él peleaba igual… así que me rendí y lo obligué a rendirse--una bocanada de aire ahogado--. Lo ayudé a entrar en la UCL. Por sus calificaciones no les asombró que lo escogiera como mi mano derecha en las investigaciones… diez meses después logré romper todas sus barreras… nos volvimos amantes…

Otra vez silencio…

Saga solo escuchaba las palabras que Shaka le había dicho en esa cena que lo mantuvo por más tiempo del debido…

“Comprendo… pero no creo que sea retroceder o volver atrás. Las experiencias que se viven equivalen a nuevo conocimiento, y eso, a crecimiento, Sr. Leda. Nadie vuelve a atrás, sólo pasan por una nueva etapa donde los conocimientos ya adquiridos podrán ayudarle a tomar mejores decisiones.”

Su forma de ver el fracaso ahora tenía sentido… Para Shaka esa etapa no fue sino una forma de adquirir conocimiento… pero que lo marcó de por vida…

¿Acaso aprendió que lo mejor era no entregarse?

--Si le digo esto, es porque estoy consciente de que usted no es cualquier persona para la vida de él--el abogado subió su rostro contrariado con esas palabras. Buscó la mirada del mayor, se enfocaron mutuamente--. Shaka no es de regalar un libro, mucho menos si tiene el significado que tiene este… con sus anotaciones y frases marcadas… y con dedicatoria--los ojos esmeraldas del griego le brillaron llenos de emociones dispersas--. Lo conozco muy bien como para entender que si usted quiere ser… parte de su futuro--comentó con cierto dolor en su voz--, es porque Shaka le ha dado razón para pensar que lo aceptara…

--No sé si sea así… pero Shaka es alguien muy importante para mi…--otra vez el mutismo ante la falta de palabras--. Shaka… Shaka ama la psicología…

--Así es… la amaba, tanto como al arte… sus ensayos siempre eran tomándolo en cuenta. Su forma de ver el arte desde el punto de vista perceptual y sensorial de las personas me era impresionante. Usaba la filosofía de Aristóteles, Platón, y otros eruditos para explicar de qué manera el arte era percibido y, de esa forma, acoplarlos a las diferentes teorías del comportamiento humano. La analogía de remodelar la casa para compararla con la vida, vino en una de nuestras conversaciones… Le dije que escribiría un libro usándola--Saga subió su mirada enrojecida--. Ahora me dice que es decorador… quizás… tal como él quería hacer con las vidas de las personas en la psicología, dar nuevo color, ayudarlos a salir de su frustración con esta ciencia… al no poder hacerlo… entonces escogió hacerlo con los hogares…

“El hogar es un reflejo de la persona que conviven. Creo en ello y es mi filosofía. Y ciertamente, su oficina es un reflejo lastimero de su estado actual, el cual, debo acotar, no es usted.”

Una lágrima turbia salió de los ojos del abogado, abrumado, entendiéndolo, comprendiéndolo…

“Si quiere que yo realice el trabajo, deberá someterse a una remodelación exhaustiva. No pienso decorar una casa de terror.”

--¿Por qué lo dejo?--preguntó, ocultando su rostro con una de sus manos, con un leve tono de reclamo culposo.

--Todo cayó tan rápido que no tuve forma de hacer algo para remediarlo. Los rumores crecieron entre el seno directivo de la UCL. Me enviaron a investigar… nos encontraron… Para cuando supe que se sabía ya habían llamado a Radamathys… le mostraron las pruebas… Alguien filtró la información por toda la universidad, nadie quiso comentar nada de mí pero a él…--la voz del psicólogo se cortó--. Supe que lo golpearon entre varios en el baño, a duras penas logró defenderse… En la tarde, Radamanthys me golpeó en el rostro… me maldijo… supe que sería duro con él… le pedí que no se dejara influenciar por los prejuicios pero…

--¿Por qué no se lo llevo?

--Todos empezaron a presionar… mi carrera estaba en un punto en que podría caerse en cualquier momento… Mis asistentes, los gemelos, tomaron una decisión por mí… me sacaron del país, logrando ocultar el incidente… no tuve tiempo ni de despedirme… pero sabía que era lo mejor… y esperé, que quizás, siendo así, Radamanthys lo perdonara…

--Fue un cobarde…

--No pensé que la UCL abriría ese comunicado… lo expulsaría… lo marcaría de por vida impidiéndole estudiar esa carrera que amaba… Durante meses busqué saber de él, al menos asegurarme que aún estaba en casa… y me preocupé al ver que no fue así… Shaka desapareció la misma noche que yo me fui de Inglaterra… lo último que supe fue que lo encontraron una semana después dormido en la puerta de mi departamento. Allí le dijeron que yo me había ido y no regresó más…

--Y ahora lo busca…

--Tengo años buscándolo, Sr. Leda. Quiero hablar con él… quiero saber cómo está…

El momento de la verdad había llegado…

Las esmeraldas del abogado buscaron aquella mirada, buscaron esos ojos claros y empañados, esa mina de experiencia, esa calidez, esa tranquilidad apacible de las aguas templadas, agua dulce… un lago escondido y sereno… un oasis quizás…

Los ojos del alemán en cambio vieron aquellas esmeraldas, aquella mirada llena de fuerza, tanto poder y magnificencia, tanta profundidad… tanto contraste… en la orilla de la costa una suave caricia seductora vestida de bruma marina… en las profundidades un mar de misterios, inconstante… pero tan portentoso… poderoso… la fuerza del mar… apabullante, inmenso… la libertad, el calor, la protección de un elemento que conforme al viento muta… pero sigue siendo cálido…

Y ambos veían a un rival… y un río que en cualquier momento tomaría una determinación… donde uno de los dos perdería…

Era hora de afrontarlo…

--Quiero verlo…--decidió el mayor, acercándose al abogado--. Quiero hablar con él. ¿Me ayudará a hacerlo?

--¿Cuándo?

--Hoy en la noche, mañana tengo que salir de viaje, no puedo quedarme mucho tiempo… Aquí…

--Lo traeré--aseguró el abogado decidido.

--Aunque, ¿yo quiera seguir el capítulo que dejé inconcluso?--la mirada del griego titubeó por un momento--. Que yo puedo seguir siendo parte de su vida y usted…

--Aunque él decidiera seguirlo--le confesó, decidido--. Aunque yo no sea más que un puerto donde nunca va a desembocar… Quiero que sea feliz--los ojos del mayor dilatándose ante esa verdad--. Shaka me ayudó, el Saga Leda de hace tres semanas jamás hubiera hecho esto que estoy haciendo. Estoy arriesgando mis cartas… pero lo hago por él…

--Habla como si estuviera mal…

--Físicamente no… incluso, creo que lleva una vida tan equilibrada y perfecta que cualquiera pensaría que está muy bien… pero… ¿de qué vale una casa perfectamente amoblada y lista, si está vacía?

Y estaba claro, que estaban empeñando todo en un juego de azar, donde no eran ellos los que tenía la última palabra.

--¿Que si esa casa espera por su antiguo dueño?--preguntó el doctor.

Más sin embargo, ¿qué es lo que se obtiene si no se arriesga?

--También es probable que espere a su nuevo comprador--acotó el abogado, poniéndose de pie, afrontándole.

Era hora de enfrentar y tomar decisiones…

--Entonces… arriesguemos nuestras fichas…

Y que Shaka decida…
Notas finales: Gracias a todos. Estoy preparando un Gaiden de Color y vida para la historia de Kanon x Mu. ^^

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