-Creía que no me veías de esa forma- soltó Keichi al inal
-Pues ya lo sabes, ahora qué ¿vas a huir?
-...- Keichi se quedó sin palabras sólo alcanzó a decir- se sintió bien.
Su hermano se le acercó y le besó con menos fiereza que antes.
-¿Se siente bien?
-Sí, y no sólo eso...-giró su cara, avergonzado, y añadió- también se sintió caliente.
Yuki sonrió de forma lobuna y volvió a aprisionar a su hermano contra la pared mientras se enfrascaban en una lucha con sus bocas llenas de lujuria y deseo.
Keichi metió sus manos debajo del pantalón de su hermano agarrándole sus glúteos, mientras que Yuki empezó a introducir sus manos debajo de la camisa de Keichi.
Yuki se paró de repente, su hermano gruñó en forma de respuesta, no quería que parase.
-No te preocupes, no pararé, pero no creo que hacerlo en un callejón sea la mejor idea, busquemos un lugar tranquilo y apropiado- dijo esto mientras revolvía en sus bolsillos y sacaba algunos billetes
Buscaron un hotel lo más rápido que pudieron, el deseo de hacerse uno era demasiado fuerte.
Mandaron a la mierda el colegio, la religión, la sociedad y se dedicaron a amarse en la habitación 212 del hotel situado en una calle alejada del mundicio
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(*)o(*) LEMON(*)o(*)
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Yuki tiró con fuerza a Keichi sobre la cama y lo besó con lujuria.
Empezaron a excitarse, Keichi no podía imaginar lo que en ese momento estaba pasando pero se sintió tan bien que continuó. La lucha de lenguas paró un momento y se sacaron las camisas, Yuki empezó a recorrer sus manos sobre el pecho de su hermano mientras éste le daba pequeñas lamidas en el lóbulo de una de las orejas, Yuki recorrió sus manos hacia las manos de Keichi y en un abrir y cerrar de ojos las ató al cabecero de la cama con las gargantillas de él y de su hermano.
-¿Q-qué haces?- dijo Keichi
-Sólo quiero divertirme un rato...- se acercó al pecho de Keichi y empezó a lamer y succionar los pequeños pezones de su querido hermano mientras éste gemía.
Yuki bajó poco a poco los pantalones de Keichi notando el prominente bulto que se escondía excitado debajo de ellos.
No llegó a bajarle los bóxers negros de su hermano, ya que como dijo él, quería divertirse.
Se agachó hacia aquel miembro palpitante lleno de deseo, de lujuria, y entre el tejido de los bóxers, le daba pequeñas lamidas como si él fuera un pequeño gatito abasteciéndose de leche.
Keichi ante este acto sudaba y gemía mordiéndose los labias para no gritar lo suficientemente fuerte.
Yuki sonrió y se le acercó besándole en los labios.
-Grita si quieres, nada me pondría tanto como escucharte como una perra en celo- aunque la frase fue ruda, lo dijo con tal dulzura que Keichi robó de sus labios un beso fugaz.
Yuki siguió con su "trabajo" pendiente y bajó por fin los bóxers de su hermano descubriendo un pene muy excitado y deseoso de que le prestase atención.
Yuki le proporcionó un pequeño beso en la punta y acto seguido empezó a darle pequeñas lamidas como antes.
Keichi no pudo reprimir un gemido alto.
-Yuki...si...sigues me vendré- logró balbucear Keichi.
-No lo permitiré aún, si es así ¿estás listo?
Yuki introdujo dos dedos en la boca de su hermano y éste al saber a qué se refería los lubricó con su saliva.
Yuki besó los labios de su hermano mientras introducía los dedos en la cavidad de éste para dilatarlo y así no sufriera tanto en la penetración.
Llegó el momento cumbre, Yuki se bajó los pantalones con suavidad e introdujo despacio su prominente pene en la cavidad ya dilatada de su hermano, sabía que le dolería pero éste había aceptado seguir.
Keichi gruñó un poco debido al dolor, pero el ritmo de Yuki empezó a hacerse más rápido, además Yuki masturbaba el miembro de su hermano con una de sus manos. Al cabo de unos segundos, llegaron al clímax, Yuki se vino dentro de su hermano mientras que Keichi en las manos de su hermano, Yuki se las lamió como si fuese un vampiro y hubiese obtenido la sangre más maravillosa.