LA MALDICIÓN DEL CABALLERO DE GREISCOL.
Por Mona de Libra.
Hace ya bastante tiempo, en una tierra muy lejana, vivía un caballero que era el mejor de todos los reinos cercanos a Greiscol. Hacia todo lo que suelen hacer los caballeros. Defendía su reino, luchaba contra sus enemigos y mataba dragones. Pero este valiente caballero tenía un mal. Le encantaba rescatar príncipes, aun cuando ellos no querían ser rescatados.
Debido a esto y aunque muchos de estos príncipes estaba agradecidos, otros tantos se sentían furiosos con él. Terminado así, con posibilidades de recibir desde una cachetada hasta una patada en su parte sensible.
Un día como cualquier otro, el caballero fue llamado a presentarse delante de su Rey Milo V quito y su esposo Camus III tercero. Los reyes le exigieron que dejara de rescatar a los príncipes en peligro.
- ¡Pero mi Rey, no puedo dejar de hacer eso!- Les decía alterado, con su voz ronca.
- Tienes que hacerlo Saga de Ecuaron. Que no vez que tengo un motín de príncipes a mi alrededor, pidiendo tu cabeza.- El Rey caminaba de un lado a otro tronándose los dedos.- Sabes que eres mi mejor caballero, pero no puedes seguir así porque acabarías con los tratos de paz que tengo con los reinos cercanos y eso…- Se acerco a él y lo miro con ojos de asesino serial.- No me conviene.
El caballero estaba muy apurado. El aunque si quería dejar de hacer eso, no podía, porque tras eso se escondía un secreto que nadie en el reino de Greiscol sabia, más que el. Y que nunca lo revelo cuando entro al servicio del reino.
- Mis reyes. Quisiera hablar con ustedes un momento en privado.- Pidió con una reverencia.
Los reyes se voltearon a ver mutuamente, como preguntándose si aceptaban. Estaban muy sorprendidos con la petición del caballero, pues sabían que siempre decía todo lo que tenía que decir, fuera bueno o malo, enfrente de la mesa redonda y la audiencia del pueblo.
Después de pensarlo unos cuantos segundos aceptaron y los tres pasaron al despacho.
- Y bien…mi fiel caballero. ¿Qué es lo que nos tienes que decir, que no puedes decirlo enfrente de la audiencia?- Se adelanto en preguntar el esposo del Rey que se encontraba muy curioso de saber.
- Pues vera…- Comenzó hablando con nerviosismo.- Hace mucho tiempo, cuando mi madre estaba embarazada de mi, fue a visitarla una hada madrina. Pero no crea que era un hada madrina igual a todas. Esta era muy especial…
- ¿Con especial a qué te refieres?- Pregunto el Rey intrigado.
- Pues vera su majestad-hizo una pausa y continuo contando.- Ella era una mujer con una belleza espectacular, dejaba abajo la belleza de la diosa Atena. Tenía una mirada bondadosa y angelical, era más buena que la diosa Afrodita y se había propuesto ayudar a todo aquel que se parara enfrente de ella. Pero tenía algo diferente a todas las demás…en vez de dotar con una virtud a sus ahijados, los maldecía.
Los reyes se quedaron atónitos, pelando los ojos de par en par cuando escucharon eso. Sabían que las hadas madrinas poseían un poder para hacer el bien y no para hacer el mal a no ser…
- Así es su sus majestades. Era una hada buena que se dejo tentar por el lado oscuro y me maldijo, diciendo que por el resto de mis días tendría que rescatar a cuanto príncipe estuviera en peligro, hasta que llegara el día que encontrara la muerte en manos de aquellos que no quisieran ser rescatados o… hasta que encontrara el amor verdadero. ¡Pero…!- Hizo una pausa y continúo hablando.- Me hizo mediante un hechizo sentir repugnancias por todas las personas que me atraían o les gustaba. Para evitar que encontrara el verdadero amor.- Finalizo con un deje de tristeza.
Los reyes se sintieron tristes por el caballero y entendían ahora el porqué de esa obsesión. Pidieron al caballero que esperara ahí un rato mientras ellos se fueron a al jardín para pensar en una solución, para ese problema.
Al estar el caballero solo en el despacho, se puso a recordar las tantas veces que tuvo que dejar ir a las personas que se enamoraran de él. Sintiéndose por dentro solo, desdichado y triste.
Después de un rato los reyes regresaron. El caballero al verlos se sentía preocupado por saber lo que le iban a decir.
- Después de meditar tu problema Saga de Eucaron.- Le hablo en un tono ceremonial.- Hemos decidido que…
El suspenso lo estaba matando, no aguantaba esa sensación de desesperación en su interior. Apretaba fuertemente el casco con sus manos, sentía el corazón latir fuertemente y estaba sudando a choros aunque ahí no hacía calor.
- Tienes que abandonar el reino de Greiscol… para ir al bosque del mas allá y buscar al mago que mora ahí.
- Si lo encuentras el te puede ayudar a librarte de la maldición.- Termino de explicar el esposo del rey dulcemente.
- ¡Pero ese bosque queda tan lejos de aquí y es tan grande que sería más fácil hallar una aguja en un pajar! Además si parto de aquí ¿quién cuidaría de vosotros?- Dijo afligido por tener que dejar su hogar.
- ¡Por eso no te preocupéis! Es tiempo que te preocupes por ti mismo y no por otras personas. Puedes marcháis sin preocupación. Que tu puesto seguirá siendo tuyo cuando regreses.- Le aseguro el Rey.
***~***
Al día siguiente muy temprano el caballero monto en su caballo blanco como la nieve y a paso lento se empezó alejar de ahí. Los reyes, sus compañeros de la mesa redonda y el pueblo entero se encontraban en las calles despidiéndose de él. Pero el seguía su camino sin ponerles atención. Tenía miedo a cambiar de idea si volteaba a mirarlos.
Continuara...