- ¡¡HOOOOOOLAAAAAAAAAAAA!! – gritó alguien, haciendo que Hana, del susto, empujase a Rukawa tirándolo al suelo.- A JAJAJA- se rió- ¿otra vez, peleando?- era Sendoh. “Maldito Sendoh, que oportuno” pensaron los interrumpidos a la vez. Sendoh, al ver que no les contestaban, se acercó a ellos y dándole una palmadita en la espalda a Hanamichi le dijo, siempre con una sonrisa:- ¿Qué Sakuragi?¿Como estas de la espalda?
- Mejor gracias – contestó a regañadientes el aludido.
- Arriba Rukawa- Sendoh le tendió la mano a Rukawa. En ese momento Hanamichi tuvo el impulso de empujar a Sendoh y apalearle, pero se contuvo.
- …- No dijo nada, e ignorando al mando que le tendía Sendoh, se levantó.
- AJAJAJA – volvió a reírse Sendoh- tan poco hablador como siempre. Bueno so dejo, para que sigáis practicando. Pero os advierto que esta vez no ganareis contra el Ryonan.
- ¡Ja! Que más te gustaría Sendoh. ¡Con este genio de vuelta al equipo no tenéis ninguna posibilidad! – gritó Hana mientras Sendoh se iba.
Sendoh desapareció entre los matorrales dejando tras de sí un ambiente un algo cargado. Hanamichi miró a Rukawa esperando el contraataque pero, sin embargo, éste, se fue diciendo una simple frase: "no deberias entrenar aún". ¿El Rukawa de siempre había vuelto? ¿Volverían otra vez las peleas?¿Por que se le había acercado tanto?... Le besó.¿Porque a aquello se le podía considerar un beso, no?¿Porque, a pesar de que sus labios tan sólo se habían rozado, aquello fue un beso?¿Verdad? Hanamichi sentía que su cabeza iba a explotar de la cantidad de interrogante que tenía en ella. Pero, dejando a un lado lo del beso, y volviendo a lo de si sería como antes... Hana encontró un nuevo interrogante que le heló las venas:¿Volvería el Rey del Hielo?. Otra vez aquella fríaldad e indiferencia. No. Él no quería aquello.
Hana, se había dad cuenta de que, Rukawa, a pesar de no querer mostrar sus emociones (pórque no es que tuviese ningún problema en la cara, simplemente no quería), Rukawa era humano, y por ello, si te fijabas bien podias ver cómo, debajo de aquella máscara, se encontraba una persona que sentía las cosas igual o aún mas que el resto de la humanidad. Rukawa. Rukawa. Rukawa. Eso era todo lo que nublaba la mente ahora del joven pelirrojo.
Ahora mismo, moría de ganas de volver a verle. ¡Hey! ¡El entrenamiento! ¿Íria Rukawa a entrenar hoy con el equipo?. Se propuso llegar pronto para no perderse ni un segundo. Recogió el balón, y, a trote, se fue a su casa. Luego de comer fue directo al gimnasio.
Se había dado tanta prisas por llegar pronto que llegó demasiado prontó. No eran ni las 4 y el entrenamiento empezaba a las 5! ¿Y ahora qué? Pensó. Y pensando aún más llegó a otra pregunta que también le sorprendió un poco. ¿Y qué haré cuando vea a Rukawa?. Se sentó en medio de la pista con un balón y se pusó a, con mucho esmero y cuidado, recordar todo lo que pasó desde que Rukawa entró a la cancha hasta que se fue. Instintivamente, se llevó la mano a la boca para delinearse los labios cuando recordó el no-está-claro-si-aquello-fue-un-beso. Entonces recordó que cuando Sendoh estaba entrando con su gran y estupida sonrisita gritando, él, del susto, empujo a Rukawa y éste cayó al suelo. ¿Se habría enfadado Rukawa por aquello? Pe-Pero si fue algo ... ¡sin importancia! Le empujó porque no quería que nadie les viera y porque se asustó con semejante grito. Y si lo pensaba más, recordó haberle rechazado un par de veces lo que, aunque no esta muy seguró, fue un acercamiento que tenía muchas posibilidades de acabar en el tan ansiado beso que él deseaba.
El ruido del bote de un baln interrumpió sus pensamientos. Y la puerta se abrió. Rukawa entró y le miró fríamente, cosa que Hana interpretó como que él estaba enfadado. Aunque cuando Rukawa decidió ignorarle, que fue prácticamente al instante en que le vio, Hanamichi habría jurado ver un resquicio de decepción en los ojos del pelinegro. Rukawa siguió botando la pelota hasta quedar en la linia de tres puntos dando la espalda a Hana. Hana comprendió que tenía que hacer algo, aquello no podía quedarse así.
Rukawa se disponía a lanzar cuando notó cómo unos brazos le abrazaban por detrás.
- ¿Que haces idiota? - preguntó con fríaldad Rukawa.
- Perdón y gracias.- Hana notó como Rukawa que destensaba y bajaba los brazos, aún agrarrando el balón. Y al ver el silencio del otro decidió explicarse mejor:- Gracias por cuidarme cuando estaba en rehabilitación. No por las cosas que me hacías - y al decir eso ninguno de los dos chicos pudo evitar el sonrojarse- sino por estar ahí siempre, por cuidarme, gracias. Y perdón por haberte tirado al suelo y haberte empujado antes en la cancha. Estoy algo confuso. Y lo de tirarte al suelo fue sin querer es solo que el estupido pelopincho ese me dió un susto de muerte.
- ¿Seguiste entrenando? - el tono de Rukawa ya no era tan frío, se había suavizado un poco.
- No.
-...- se quedaron en silencio un rato. Rukawa no apartaba a Hana ni intentaba desacer su abrazo pero tampoco se lo devolvía. Suspiró.- ¿Porque estas confuso?
- Estuve pensando en todo lo que pasó entre nosotros en el centro. ¿Tú lo iciste sólo por el equipo verdad? - dijo avergonzado y añadió en un susurro:- No me besaste en los labios ni una vez...
- Lo del equipo fue una escusa- lo dijo tan rápido que Hana tuvo la sensación de haberselo imaginado. Rukawa dejó caer el balón y se giró quedadon frente a frente con Hana y pasandole los brazos por detras de la nuca, pero manteniendolo a una cierta distancia para poderle hablar.- No te besé ningúna vez, porque pensé que tú no querias aquello. Pensé que sólo lo aguantabas y que te hubiera gustado más que fuera esa tipa que 'te gusta'. Y me ha quedado claro esta tarde que a si es.- añadió agachando la cabeza y quitando los brazos de alrededor del cuello de Hana. Hana respondió abranzale aún más y dejando a Rukawa confuso.
- Te lo he dicho, perdón. -con una mano tomó el mentón del ojiazul y lo alzó para que le mirase a la cara. Le hirió en lo mas profundo de su ser el ver la cara de Rukawa que, claramente, mostraba tristeza. La mascara había caído.- esta mañana no te estaba rechazando. Creeme, un beso tuyo es lo que mas ansio. Esta mañana tan sólo estaba algo confuso. Pero ahora creo que lo veo claro. Me gustas mucho Kaede Rukawa. Creo que me he enamorado de tí. - Al ver como la alegría y sorpresa se iva abriendo paso poco a poco en la cara de Kaede, Hanamichi con una sonrisa en la boca y muy decididó dijo:- Sí. No hay duda, estoy enamorado de este zorrito.
Rukawa le devolvió el abrazo y ambos se fundieron en un profundo sentimiento. Hana no necesitaba que Rukawa le dijera que lo amaba, él ya lo sabía. Aunque le hubiera gustado escucharlo. Rukawa tiró un poco hacía atras su cabeza y, por fin, le dió al pelirrojo el beso que ambos tanto ansiaban. Al intentar ábrazarle aún mas fuerte, Hana, tropezó con un balón y se cayeron al suelo. Se separaron para verse las caras.
Hana encima de Rukawa. Eso fue lo primero que vio el equipo en cuanto entraron a practicar.