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Destilando amor por Miho Nagisa

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Notas del capitulo:

segundo capi y perdon si me tardo esta vez pero ahora los trato de hacer más largos y me peleo por la computadora en mi casa pero en fin tuve la oportunidad de traerles el segundo capitulo...a escondidas xD en fin...

Después de un merecido descanso siguió con el trabajo, tenía que archivar varios documentos, debía hacer unas llamadas a unos cuantos empresarios como igual ayudar en nuevos proyectos con su jefe y entregar los bonos a sus compañeros de trabajo


Joseph tienes una llamada del primer empresario-dijo una de las secretarias


Ya voy- dijo el rubio y atendió a la llamada mientras que la copiadora hacia su trabajo. Terminó la llamada y activó el altavoz para pedir un préstamo de otra empresa por parte de uno de los proyectos y poco después la segunda llamada llegó a Joey, quien esta vez entregaba las copias a todos los trabajadores que estaban en esa oficina. Se terminó la segunda llamada y esta vez otorgó el proyecto por fax a diversos países que contribuían con esa empresa. Y después de esto grapó y selló los archivos acomodados por fecha y hora, y vaya que esto si lo mantenía ocupado


Joseph el jefe quiere hablar contigo-dijo la secretaria llamada Misuri, quien poco después se encargó de la tercera llamada restante


Tan rápido quiere verme-opinó el rubio


Ah por cierto ten cuidado porque el jefe está muy alterado-dijo Misuri y siguió con lo suyo


Bueno aquí voy-se dijo a sí mismo y entró a la oficina de su jefe. Lo observó tecleando con velocidad en la computadora y después este lo observó


¿Quién eres?-le preguntó el hombre, quien ni estaba tan viejo, era un hombre maduro, rubio y podía verse sus brazos fuertes que se oprimían por el traje oscuro que tría puesto, no estaba nada mal. Un buen consejo para Joey era pedirle su teléfono


Mi nombre es Joey Wheeler y soy uno de sus empleados-dijo con timidez


Eso ya lo sé-respondió con arrogancia- ¿En donde están los proyectos de los empresarios de España?


Aquí están-dijo y le entregó los papeles que traía en las manos- El empresario Kuoshi nos otorgó un treinta y cinco por ciento de las ganancias de este proyecto a cambio de nuestro cincuenta por ciento mientras que la empresa Mirage nos otorga un setenta y cinco por ciento pero quiere que este proyecto este a su nombre


¿Cuál escogerías tú?-le preguntó con desconfianza


Pues… supongo que el de las empresas Mirage-afirmó


¿¡Qué acaso estás loco!? Para hacer tratos con otras empresas primero debes medirte y ver a tus opósitos o de lo contrario quedarás en cero-contestó parándose de su asiento con distanciada amabilidad, asustando al menor- Ya hiciste una lista de las empresas de aquí


No señor-dijo el rubio y tomó de nuevo los papeles


¿¡Pues que estás esperando!? ¡Quiero que me presentes esta lista en una ahora!-le dijo con enfado


Sí señor, lo haré señor, no le fallaré-decía el oji-melado al salir de la oficina con dificultad y después de ver a su jefe no tenía otra opción que seguir trabajando


Primer día ¿eh?-le dijo uno de los empleados de allí


Pues en realidad este es mi tercer día trabajando aquí pero aún no me acostumbro-confesó Joey- Es increíble todo lo que tienen que hacer en un día


Je tranquilo, con el tiempo te acostumbrarás y en tanto al jefe es mejor seguir sus órdenes o no querrás ser despedido-le dijo el chico


Pero porque ese hombre es tan gruñón, ¿que no tiene vida social o qué?- se burló el rubio- Pero aún así si debo soportarlo para quedarme con mi trabajo


Así es, no todos tienen la suerte de trabajar aquí y mucho menos con el jefe que tenemos-confesó el chico- A pesar de que eres un buen trabajador no puedes ocultar la carisma que tienes


Je así me decían en la secundaria-contestó- Mi nombre es Joseph pero puedes decirme Joey


Mucho gusto Joey, yo me llamo Eric-se presentó- Yo soy el abogado de esta empresa y de vez en cuando hago los tratos con otras empresas


Cielos entonces tú me puedes ayudar con esto, el jefe quiere encontrar las empresas de aquí-dijo el rubio- Y además aún necesito hablar con otros empresarios de Brasil e Irlanda


Claro yo te ayudaré-respondió y juntos comenzaron a enlistar las empresas del país ya sea pequeñas o grandes después de todo tarde o temprano tenían que ser vendedores. Joey terminó la lista y después de entregársela a su jefe mandó un fax de solicitud a todas esas empresas, inclusive a Kaiba Corp.


Bueno Joey hemos terminado nuestro trabajo por el día de hoy-dijo Eric acomodando unos cuantos papeles que traía en sus manos


Así es amigo, y vaya que me cansé el día de hoy-afirmó Joey- Llegaré a mi casa y me daré un buen baño caliente


Wheeler quiero que archives los trabajos que se enviaran mañana-dijo el líder de la empresa


¿Qué? Pero si ya es mi hora de salida-dijo el rubio


¡Harás lo que yo te diga y fin de la discusión!-respondió el hombre- Eric quiero hablar contigo sobre algo


Ambos empresarios salieron de la empresa mientras que Joey obedecía lo que le había encargado su jefe y después de terminar salió de la empresa y se dirigió a su departamento, uno pequeño y sencillo pero era cómodo, después de todo se sentía como en casa.  Se tomó un baño caliente y comió algo para descansar felizmente por la noche.


Mientras tanto en la mansión Kaiba, el empresario trabajaba como de costumbre; por el día había recibido diversos acuerdos con otras empresas mientras que uno de sus proyectos comandado por él mismo se llevaba a cabo. Más sin embargo, el trato que le ofrecía una empresa menor que la de él sí que le llamaba mucho su atención, si accedía al trato estaba decidido que su empresa llegaría hasta los límites sería puesta como una de las primeras en todo el país además entre más pronto podía arrasar con las demás y ser la única empresa. Después de todo este ser era el todo poderoso y orgulloso Seto Kaiba.


Llamó al dueño de la empresa y aceptó, y para el día de mañana estas empresas estarían unidas y vaya que aquí si fue una interrupción del destino. Que sorpresas se llevaría el Ceo más adelante…


 


Al amanecer, el rubio se levantó de la cama, se duchó rápido, se vistió formalmente para el trabajo, desayunó algo ligero y fue directo a la empresa, listo para trabajar. Por suerte la empresa no estaba tan lejos de su departamento, sólo tenía que tomar el autobús para llegar a tiempo y como era de esperarse de un buen empleado llegó puntual para comenzar con su trabajo.


Buenos días joey-dijo Eric mientras tomaba un buen café caliente


Buenos días Eric-respondió el rubio


Joey en tu escritorio están algunos papeles que quiero que envíes a Alemania-le dijo el muchacho


De acuerdo, enseguida lo haré-contestó el oji-melado y fue directo a su escritorio


Hoy no Wheeler-le dijo su jefe tomándolo del brazo- Hoy me acompañarás a hacer algunos tratos con Kaiba Corp.


¿Qué?-dijo sorprendido el rubio- ¿Por qué yo?


¿Tienes algún problema con eso?-le preguntó secamente el mayor


No, claro que lo haré pero… ¿por qué yo y no Eric?-le dijo


A si se me olvidaba decirte Joey, eres el nuevo asistente del jefe-afirmó Eric caminando hacia su escritorio


¡¿Qué?! O.O- ni el mismo se la creía


Bueno ahora que lo sabes debemos irnos-le dijo su jefe al salir de la empresa seguido de un rubio aún sacado de sus casillas


En el camino, Joey iba muy callado mirando con dificultad al frente y apretaba de vez en cuando su portafolio, se veía nervioso y distanciado de la realidad. ¿Y cómo no estarlo? Iría a la compañía de Kaiba, vería de nuevo al castaño y tal vez este se molestaría si lo viera en otra empresa, peor de seguro aún lo odiaría por lo que había pasado la última vez. Se había jurado no volver a pronunciar el apellido Kaiba, pero esa promesa se había roto debido a que su trabajo era el que lo obligaba. ¿Por qué la vida jugaba con él? Primero lo había alejado de Kaiba y ahora lo unía de nuevo a él por cuestiones de trabajo, ¿que acaso le estaba a dando a entender que Kaiba era su amo? ¿Qué ya era propiedad de la familia Kaiba? O es que estaba obligado a sufrir de nuevo como antes.


¿Te pasa algo?-le preguntó el sujeto de al lado quien iba manejando el auto


¿Qué?, digo quiero decir no-le dijo


Te noto muy callado desde que salimos de la empresa-confesó- ¿que acaso no te gusta ser mi asistente?


No es eso señor, es sólo que… he tenido varios problemas es todo-respondió. Sí algo así como “me detesta la familia Kaiba y no quiere volver a verme”


Llegaron a Kaiba Corp, bajaron del auto y entraron dando su llegada con una de las secretarias quien los enlazaría con Seto Kaiba, cosa que ponía nervioso al rubio


El señor Kaiba no se encuentra ahora, pero los está esperando su abogado en su oficina para comentar sobre el trato-dijo la secretaria- Adelante pasen, su oficina está a la derecha


Gracias al cielo que no se encontraría con Kaiba después de todo, pero aún así debía estar precavido, nunca se sabe que es lo que puede ocurrir después. Mientras tanto ambos le enseñaban al abogado de Kaiba los beneficios y desventajas que tenía su proyecto mínimos pero los beneficios eran muy buenos, no sólo para ambas compañías sino también para los clientes, nada podía salir mal.


Bien con esto cerramos el trato, es un gusto hacer tratos con usted-dijo el abogado de Kaiba Corp, mientras que Joey y su jefe salían de ella. Pero antes…


¡¿Qué?! ¡¿Cómo es posible que no puedan darme un préstamo de dinero?! Yo soy la esposa de Seto Kaiba, no pueden hacerme esto!-esos gritos eran de Amanda, ella era la…¿esposa de Kaiba?


Fue algo impresionante para Joey, Amanda finalmente había cumplido lo que tanto quería, ya era la señora Kaiba.


¡Quiero que me den un buen cheque por doscientos mil dólares o le diré a mi esposo que los corra a todos! Y no sólo eso también le diré que le han estado robando dinero-confesó la rubia


Es una maldita víbora-opinó Joey, lo que llamó la atención de su jefe


Lo siento Señora Kaiba pero no podemos darle esa suma de dinero ya que nos estaríamos arriesgando mucho con el salario de esta empresa-respondió uno de los empleados


¡Para tu información sigo siendo toda una señorita y en tanto a mi dinero entonces todos están despedidos! ¡Nunca volverán a trabajar aquí!-gritó Amanda y salió de la empresa


¿La conoces?-le preguntó


Por supuesto que no-contestó y salieron de Kaiba Corp, regresando a su empresa


Después de pasar algunos meses, Kaiba se había comprometido con Amanda y esa arpía seguía con sus planes de adueñarse de toda la fortuna Kaiba, hizo mal en dejarle la victoria, pero aún así ya era demasiado tarde, no sólo para él, también para Seto


Joey quiero que comiences a revisar los acuerdos de Kaiba corp y después de que lo hagas quiero que vayas a mi oficina-le dijo su jefe


De acuerdo Señor-respondió el rubio y comenzó a trabajar sin si quiera pensarlo…


Al terminar, se levantó de su asiento, se dirigió a la oficina de su jefe y le entregó lo que le había pedido y durante todo el día siguió trabajando hasta regresar a su departamento. La noche se le hizo un momento frío y seco, por esa razón tomó algo para dormir hasta que morfeo lo llevara consigo


 


El pequeño de lindos ojos negros también buscaba el sueño profundo, pero por alguna razón deseaba ver las estrellas y encontrar el milagro de ver de nuevo a su amigo. Había pasado tanto tiempo desde que Joey se había ido, no sabía nada de él, Seto le había prometido que buscaría al rubio pero eso jamás pasó. Suspiró resignado y anhelando por volver a ver a su amigo tan si quiera en postal


Se abrió la puerta de su habitación y era Amanda quien preguntaba por su esposo, ya habían pasado dos noches que no sabía nada de él;


-¿en dónde está tu hermano?


-Se supone que deberías saberlo, después de todo “Eres su esposa” o al menos eso quieres que piense


-Mucho cuidado con el tono en que me hablas mocoso, recuerda que ahora la que manda aquí yo soy


-Ja sí claro Amanda como digas, por si no lo sabes Seto jamás te ha brindado la herencia que tanto buscas, sé muy bien que lo único que quieres es el dinero de la familia, pero sabes algo… aquí estoy yo y puedo evitarlo


-Pues no te lo recomendaría mocoso Idiota porque soy capaz de correrte de aquí así como lo hice con el idiota de Wheeler, nadie puede ser mejor que yo


-No te confíes porque también yo tengo el poder aquí, Seto será el presidente de su compañía y yo el Vicepresidente y si me haces algo te juro que lo lamentarás para siempre, perderás tu dinero y tu libertad, incluso le demostraré al mundo la víbora que eres


-Esto no se quedará así, yo ganaré al final ¡Lo juro!


Dicho esto la rubia salió de la habitación del niño, mientras que Mokuba pensaba en su amigo, se había ido con el corazón roto y sin esperanzas. Pero por alguna razón, Joey estaba muy bien, bien sin sufrir a lado se Seto, pues el mismo pequeño sabía el porqué del sufrimiento del rubio. Si tan sólo hubiera la manera de ayudarle, si tan sólo hubiera ese botón para solucionar todas las cosas…


 


Medio día, miércoles; el Ceo llegó de su viaje aproximándose a su empresa, las líneas de trabajo por parte de sus empelados seguían estables y los nuevos contratos por parte de otras empresas se encontraban en su oficina, dichos contratos buscaban un acuerdo para formar un nuevo campo de duelo, uno mejorado en todas las ciudades del país, inclusive otros países grandes. Cosa que aumentaba el orgullo y trabajo del castaño. Ninguna empresa era mejor que la de él, todos buscaban su empresa como un cachorrito en busca de un gran hueso.


¿Cachorro? Eso le recordaba a… no, ya no podía pensar en él, ya no debía, ya no era… Joey había desaparecido de su vida, estaba seguro que jamás lo volvería a ver, no después de lo que había ocurrido. Su cachorro, su Joey, tenía que sacárselo de la cabeza, ahora él estaba comprometido, tenía mucho trabajo y no podía estar pensando en cosas sin sentido. Pensar en Joey ya no tenía sentido.


Tomó el primer contrato, observó el nombre de la empresa, llamó a su abogado para ir juntos a comenzar el proyecto con la empresa compañera. Esa misma empresa que lo llevaría a descubrir viejos recuerdos…


 


Mientras tanto, Joey tenía más trabajo siendo el asistente de su jefe, de aquí para allá y de allá a sin ningún lado, siempre las órdenes de su líder salían como pan caliente, había conseguido la confianza de su jefe pero por alguna razón era sensible y rudo a la vez, tomaba las cosas con calma y otras veces actuaba con rabia, no sabía comprender muy bien al jefe. Al final regresó exhausto a su escritorio mientras que Eric miraba al cansado Wheeler.


-Por lo visto le agradaste al jefe


-Sí claro, me trata como su burro de carga T.T


-Es un decir que te quiere ja ja


-Bueno al menos tendré un buen salario por esto. Quisiera saber un poco más sobre el hombre para quien trabajo


-Bueno en ese caso pregúntale tú mismo, se llama Octavio


- Ja sí como si fuera tan fácil hablar con él, con “Octavio”-lo dijo en forma de burla


-En serio habla con él y comprenderás porque es así


-Sí Wheeler pregúntame…-dijo el hombre rubio el cual era su jefe, el rubio tembló ante esa voz y volteó lentamente, mirando a su jefe quien este lo miraba directamente a los ojos, intimidando al menor


-¡Perdóneme señor no quería ser un entrometido y mucho menos burlarme de su nombre! ¡No es mi intención intervenir en su vida! ¡Perdóneme!-decía el rubio con sus ojitos oprimidos por los nervios o por no salir muerto


-Wheeler ven a mi oficina, hay algo que quiero mostrarte-le dijo y se alejó de los muchachos


-Ya me llegó mi hora T.T-opinó Joey y siguió a su jefe. Ambos entraron a la oficina, la puerta se cerró y el mayor tomó asiento en su silla de cuero como todo empresario mientras que Joey se mantuvo de pie.


El empresario veía la computadora buscando algunos archivos guardados mientras que el rubio jugaba con sus dedos detrás de su espalda. Poco después su jefe lo observó detenidamente y es entonces que las mejillas de Joey se encendieron y su corazón por alguna razón se aceleró. Su jefe le hizo tomar asiento y prosiguió buscando en la computadora…


Mi vida no ha sido fácil, Wheeler-le dijo


Joey tardó en reaccionar pero después entendió a lo que le decía su jefe


Soy un hombre divorciado, llevo cuatro años sin ver a mi familia, especialmente a mis hijos-prosiguió- Soy padre de un varón y una mujer, la última vez que los vi fue cuando tenían cinco años. Su madre y yo discutimos, ella me pidió el divorcio y el juez dio la orden de que no podría verlos nunca más.


Lo lamento mucho señor-dijo el rubio- sé que debe ser doloroso no ver a sus hijos


Sí que lo es-afirmó- le dije a su madre que yo la ayudaría con los gastos de los niños, pero ella no aceptó, de seguro ahora mis hijos me odian por descuidarlos en todo este tiempo


No, no es así, nunca se podrá olvidar a un padre-respondió


No lo sé Wheeler, ahora su madre se ha casado con otro hombre y estoy seguro que viven mejor junto a él-dijo- Mi hija siempre quiso ser una gran empresaria y yo no puedo estar a su lado para apoyarla… le daría mi compañía si pudiera, les daría todo lo que tengo ahora


Y lo hará-dijo el rubio- Estoy seguro que los volverá a ver, los verá en cuanto menos se de cuanta, sus hijos no lo han olvidado y saben muy bien que pase lo que pase cuentan con usted


Sería un buen padre, Wheeler-contestó el hombre con una sonrisa serena, la primera que observó el rubio de su jefe- ¿Es un hombre casado?


No, no lo soy-respondió- Tenía un hijo pero…-las cosas se pusieron serias-lo perdí meses atrás…


Eso debió ser muy fuerte para usted-opinó el mayor observando a el rubio quien tenía su vista por los suelos-Sé que será difícil decirlo pero…lo superará y pronto lo olvidará


Espero que así lo sea-susurró el rubio


Y después de esto ambos rubios siguieron con el trabajo formal, el mayor contestó algunas llamadas y el menor fue por algunas copias con Misuri, pero por los pasillos accidentalmente tropezó…


Lo-losiento mucho, no fue mi intención ya que…-adivinen con quien tropezó nuestro rubio


Cachorro-esa palabra fue lo que lo hizo estremecer de nuevo, como en esos días


Kaiba…-ambos se quedaron inmóviles en ese momento, como si nada existiera a su alrededor, sólo ellos dos


No sabía que trabajabas aquí-dijo Seto al tomar su postura de siempre, pero aún así se quedaba en corto cuando miraba de nuevo a su cachorro


Soy nuevo aquí, llevo algunos días trabajando-dijo en seco para después seguir su camino pero el brazo fuerte del castaño lo detuvo y lo hizo devolverse a la pose anterior, mirándolo a los ojos como debía ser- Por favor déjame seguir trabajando, mi jefe te atenderá


Joey lo que pasó anteriormente…no era la forma en que se iban a arreglar las cosas-dijo sin siquiera pensarlo, esas mismas cosas que le partían el alma al pobre rubio- Si tan sólo hubieras recapacitado con lo que hiciste…


¡Wheeler ¿En dónde están mis copias?!-se escuchó al ver salir al hombre de su oficina- ¡Las necesito para hacer mi informe!


Ya voy Señor-respondió el rubio, desatándose del brazo del castaño sin que su líder lo notase y después corrió directo a la copiadora, mientras tanto ambos empresarios se miraban sin orden, como si lava y fuego se enfrentaran, no sólo eran los negocios, también lo era esa posesión, esa rabia de inseguridad


Así que tú eres Seto Kaiba-dijo- No te esperaba tan pronto, pero ya que has venido a “mi empresa”, no me queda más opción que atender tu visita


No te preocupes, hablaré con “tu asistente” si así lo deseas-afirmó el castaño y se aproximó a Joey, pero las palabras cortantes del mayor lo hicieron detenerse, esas palabras que demostraban odio y rabia unidas en la opresión que había en la comunicación de ambos, o más bien en la rivalidad de estas empresas o algo más que esto…


Vamos a mi oficina-dijo Octavio y así empresarios y abogados entraron a dicho espacio, acabando cada vez más con las impaciencias de un nervioso cachorrito que apretaba apresuradamente los botones de la copiadora e impresora, bebiendo rápidamente agua del vaso de todos.


Más tarde, la oficina principal aún no se vaciaba, esta vez mayores empresarios y empleados de puesto alto se habían integrados a la reunión, mientras que movimientos fuertes, gritos y ruidos extraños se podían notar. Joey no lograba evitar la curiosidad por lo que de vez en cuando observaba por los pequeños espacios de la puerta, y aunque hacía algunos trabajos simples y encargos con Misuri le era imposible observar esa puerta, por la misma donde había entrado Seto y su jefe.


Como tenía unas ansias fuertes de golpear esa puerta y abrirla de una vez por todas para ver qué es lo que pasaba adentro, pero aún así se mantuvo quieto.


Y minutos más tarde, los primeros empresarios comenzaron a salir, seguido por los demás, Eric se dirigió a su escritorio, Joey disimulaba ordenar unos cuantos papeles, mientras que Seto y Octavio cerraban el último trato, el único que los llevaría a más de esos límites que todos esquivamos…


Kaiba se marchó de la empresa no sin antes observar al rubio, el rubio de sus sueños, el rubio de su alma; ambos se observaron como si una señal estuviera en esa mirada, como si algo los llevara a ser felices con verse de nuevo y así debía serlo, desde antes ninguno de los dos podía dormir y desde ahora sus mañanas florecerán como un rosal


Joey fue el primero en cortar esa unión, tomó unas cuantas carpetas y se acercó a su jefe, formando una comunicación con él, lo que provocó una severa molestia para el castaño, no soportaba ver a Joey a lado de alguien más, ¿por qué tenía que ser así? ¿Por qué simplemente no podía olvidar al rubio? ¿Por qué lo dejó ir? ¿Por qué?


Señor Kaiba ¿Se encuentra bien?-preguntó su compañero


Estoy bien, sólo pienso algunas cosas-respondió secamente y saliéndose de ese hoyo negro por el que había estado en todo este tiempo, finalmente las cosas se estaban aclarando para su mente.


Octavio notó muy tranquilo y seco al rubio, por lo visto Joey había tenido malas experiencias con la familia Kaiba y por ningún motivo permitiría que esta familia terminara con su empresa. Ni mucho menos con su asistente…


Más tarde, Joey arreglaba los últimos papeles y los acomodaba en diferentes carpetas, se las entregó a su jefe, quien aún permanecía en su oficina aceptando diferentes llamadas de otros usuarios, Eric sacaba algunas copias para Misuri y los demás trabajadores reían por las bromas que se hacían entre sí, por muchas veces podía decirse que era una empresa básica y segura.


Recogió su portafolio, apagó el computador, acomodó su escritorio y salió por la puerta principal, lo único que deseaba era descansar completamente su cuerpo, el día de mañana tal vez tendría nuevas sorpresas para el rubio, pero hoy ya estaba cansado, ya era mucho más que suficiente.


Llegó más temprano que de costumbre, su departamento solo y oscuro, sin nadie que lo recibiera en la puerta, además la cena no estaba lista, pero no tenía intención de comer algo, sólo se quitó el uniforme, se acostó en la cama miró algunos instantes el techo y poco después decidió conciliar el sueño. Otro día más que habría que esperar para su futuro. Ten calma Joey no todo lo malo te tiene que pasar, por ahora es mejor soñar…


 


Mientras tanto en la mansión Kaiba, el castaño tenía encendido su computador, más sin embargo sus dedos rosaban el teclado unas cuantas veces u otras veces jugaban con la pluma fina que tenían cerca, mientras que su vista miraba a la nada, su cabeza trataba de ordenar todas las cosas por las que había pasado y más al ver nuevamente a Joey, ese rubio que no lo dejaba en paz, se había alejado de él meses atrás, pero su reflejo, su sombra no se iban, aún seguían a su lado, no podía olvidarlo, no podía dejarlo ir. El mismo “perro pulgoso” seguía molestándolo, seguía interviniendo en su vida, seguía a su lado y no lo dejaba en paz, ¿por qué? Maldita sea, maldita la hora en que el rubio se atravesó a su lado, maldita la vez cuando se enamoró de él, maldita la vez por no dejarlo pensar, por no olvidarlo, por no dejarlo vivir feliz, maldita sea la vida que cargaba.


Sin pensarlo una vez más apagó el computador, se puso de pie y salió de su habitación, bajando las escaleras y caminando hacia la puerta.


Seto ¿A dónde vas?-le preguntó su esposa sentada en la sala con el teléfono celular a la mano


Quiero tomar aire fresco, no tardaré sólo será poco tiempo-respondió tomando la manija de la puerta de la mansión


Pero ya vamos a cenar, además no quiero dormir sola-le dijo


Ya te dije que no voy a tardar, además si estas cansada como dices puedes dormir en la habitación con la luz encendida si así lo deseas-contestó el castaño y salió de la mansión


¡Pero no es justo, somos esposos y nunca pasas tiempo conmigo! ¡Es otra ¿cierto?! ¿Qué acaso vez a otra mujer?!-gritaba la rubia a espaldas de Seto quien subió a su auto negro y se alejó de la mansión sin importarle los gritos de su mujer- ¡Seto! ¡Seto vuelve! ¡No me abandonarás, no podrás! ¡Seto!- Esto sí que saldrá en las noticias, a Amanda Kaiba la deja plantada su propio esposo…


Pero Seto conducía lejos, lejos de su hogar, de su esposa, lejos de la farándula pero cercas de su cachorro, había manejado hasta la colonia donde vivía Joey con su padre, en ese departamento pequeño y no tan seguro para los dos. Se veía oscuro y solo, era de esperarse, en esa colonia se ponía peligroso al anochecer, nada era seguro para un enfermo y un joven de diecinueve años, su cachorro le había contado cómo podía vivir en ese lugar, siempre la gente narraba con miedo, incluso el rubio tenía miedo al salir a recoger el periódico o ir a la tienda más cercana, odiaba vivir en ese lugar. Y por su culpa Joey había regresado, a su antiguo hogar, si nada hubiera pasado las cosas seguirían como tal, estaba seguro que Joey no tenía la culpa, tal vez todo había sido un accidente, tal vez habría manera de arreglarlo y perdonar a Joey. Encontraría una manera y ayudaría a Joey, si lo hacía de seguro su mente dejaría de enloquecerlo, tan sólo debía hablar con el cachorro y dejar que el tiempo compusiera las cosas, incluso mejoraría su vida si el cachorro volvía a la mansión. Pero esta noche no era el momento indicado para hablar, de seguro Joey ya estaba dormido así que regresaría a primera hora, además esta noche podría finalmente cerrar los ojos con tranquilidad cómo meses atrás. 


Observó unos minutos más el lugar y después encendió el motor del auto para regresar a su mansión, más pronto las cosas estarían mejor.


 


Al amanecer Joey fue uno de los primeros en llegar a su trabajo, saludó a sus compañeros y se sentó en su lugar de trabajo, encendió el computador y comenzó a adelantar algunas cosas. Y en tanto con Seto, había regresado al departamento de Joey, a lo cual sabemos que es “el antiguo hogar del rubio”. Tocó la puerta repetidas veces pero nadie salía a atender, ni siquiera se oían ruidos por detrás de la puerta, se veía abandonado. Una mujer vecina salió de su departamento y observó la inquietud del castaño;


Ya nadie vive allí Señor-dijo


El castaño la observó- ¿En dónde están los antiguos dueños?


El hombre que vivía en ese departamento junto con su hijo murió hace unos meses-confesó- Mientras que el hijo se fue y no sabemos a dónde, tal vez  fuera del país


Es por eso que Joey se fue, recordó lo que le había dicho, su padre había sido dado de alta en el hospital, pero era falso ya que había muerto, siendo así Joey estaba solo y no tenía razón de seguir trabajando para él, tal como lo había dicho antes, las cosas estaban encajando correctamente como engranes.


 Le agradeció a la mujer y se alejó, llegó primero a su compañía y comenzó a avanzar un poco con su trabajo, pero no sólo trabajar, pensaba las cosas claramente, como entre nervioso y algo molesto, ya había comprendido los problemas pero aún así no le quedaba claro el por qué sucedían, en verdad todo era confuso y si no hacía algo rápido todo iba a empeorar o peor aún iba a perder su oportunidad. Después del trabajo regresó a su mansión, Mokuba hacia su tarea y la rubia reclamándole como siempre, cosa que era normal en su vida; entró a su despacho, encendió el computador y comenzó a buscar, cosas claras que necesitaba, el único ruido que se escuchaba claramente eran los teclados tocar la base del computador, la información necesaria se reflejaban en sus ojos, esa información que de seguro le sería útil, la misma información que buscaba por nueve meses y ahora que la tenía lucharía por la tercera guerra mundial, nada se quedaría así como estaba, las cosas iban a cambiar y Joey finalmente hablaría con la verdad, el cachorro tenía su corazón pero aún así no le daba derecho a mentirle y mucho menos burlarse en su cara, muchas veces una mentira te puede salvar pero otras veces esta mentira te desgarra por dentro. Llevó su computador consigo, tomó su portafolio y se dirigió a dicha empresa en donde el cachorro ladeaba la cola entre las patas.


 


Joey tenía una conversación con su jefe, quien le ordenaba que tramitara algunos papeles que se enviarían a Alemania además de que formaría una entrevista con algunos empresarios que citaban a ambos en una reunión. Y después de eso archivaría los papeles finales de los días anteriores. Regresó a su escritorio y comenzó a organizarse, primero archivaría, después haría lo demás, pero dicho rubio no sabía que lo que menos esperaba estaba entrando por la puerta


Cachorro-esa palabra, se giró lentamente tratando de no agitarse y observó esos bellos ojos azules que tanto amaba, esa postura tan elegante y ese maldito hombre el cual no podía olvidar


Kaiba-su mente trataba de agilizar las palabras correctas para hablar, algo no tan estúpido que lo hacía parecer, después de todo estaba hablando con Seto Kaiba- ¿Qué haces aquí?


Quiero hablar contigo-le dijo


No puedo, estoy trabajando-respondió girándose de nuevo, comenzando con su trabajo y sin responder a la mirada del castaño


¿Por qué no me habías dicho que tu padre había muerto?-exclamó


No era nada importante, con el dinero que tenía logré comprar un espacio en el cementerio y después de eso comencé a cambiar muchas cosas-afirmó


Así como cambiarte de casa-dijo y sacó algo de su portafolio- Toma, es tu libro, se te olvido cuando te fuiste de la mansión


Mi libro-contestó y lo tomó, le había hecho tanta falta, la misma lectura que gustaba todos los días-gracias por devolvérmelo- contestó y comenzó a girar todas las paginas, como si buscara algo en ello


No sabía que te gustaba el romanticismo-dijo el castaño


Lo acostumbro de vez en cuando-confesó Joey y observó a Seto, esa mirada sí que lo paralizaba, en tan sólo verlo deseaba tanto abrazarlo y no dejarlo ir, protegerlo de todo lo malo que había a su paso, como deseaba ser suyo por siempre, ser feliz a su lado. Pero no podía ya era demasiado tarde, Seto estaba casado y no podía cambiar las cosas, se giró de nuevo al computador para seguir trabajando- Si deseas hablar con mi jefe está en su oficina


Quiero aclarar las cosas contigo no con él-respondió Kaiba y lo giró de nuevo hacia él


No hay nada de qué hablar-confesó Joey y se puso de pie teniendo en la mano unos cuantos papeles- Si me disculpas, debo seguir trabajando o harás que me despidan


En primer lugar no debiste renunciar-contestó el castaño deteniendo al rubio-No tenías porque haberte ido de mi mansión, tan sólo hubieras tomado las cosas con calma y con una simple disculpa hubiera bastado


¡No tengo porque disculparme, yo no tengo nada de qué arrepentirme, espero que tú tampoco! Mi decisión fue correcta Kaiba, yo me fui de tu mansión y punto-aclaró Joey con rabia- Y veo que todo marcha bien para todos. Con tu permiso ¡Déjame trabajar!


Joey estaba a punto de retirarse pero el castaño lo tomó del brazo;


¡Suéltame Kaiba!-dijo el rubio teniendo la atención de todos en la oficina


¡No tienes la idea de todo lo que me has causado Wheeler, como siempre todo lo haces sin pensar y finalmente me has hecho mucho daño, no puedo soportar que te burles en mi rostro!-le dijo apretando un poco más su brazo- ¡En todos estos días me he dado cuenta que…!


Wheeler ¿ya tienes lo que te pedí?-exclamó el líder de la compañía interponiéndose entre seto y Joey


Lo tengo-respondió con molestia zafándose del agarre y observando con frialdad al castaño el cual señaló su vista a su rival y no se refería al rubio…


Señor Kaiba me sorprende su visita-afirmó Octavio fingiendo una honorable bienvenida- ¿A qué se debe?


Vine a arreglar unos cuantos asuntos con su asistente, pero veo que muchas cosas seguirán igual-afirmó Kaiba observando al rubio quien ahora estaba oculto detrás de su jefe


Lo respeto Señor Kaiba, pero nadie se mete con mis empleados sin mi consentimiento, primero debe llegar conmigo y hablaremos sobre sus molestias entonces-contestó Octavio- ¿Tiene algo que decir?


No-dijo el Ceo- Con su permiso me voy, regresaré después para hablar sobre nuestro proyecto-fingió una sonrisa calurosa que no le duró mucho


Lo estaré esperando Señor Kaiba-contestó el rubio empresario


Adiós Cachorro-dijo arrogantemente el Ceo para después salir de la empresa y dirigirse a la suya, dejando con molestia a Joey y con duda al otro rubio quien miraba a su asistente quien esta vez actuaba como si no hubiera pasado nada


Y no ocurrió nada Señor-confesó Joey aún con molestia oculta y se dirigió a la sala de paquetería, ocultándose de las voces y miradas que le hacían los demás empleados por el resto de la tarde.


 Al anochecer tomó sus cosas y salió de su trabajo tomando el primer taxi en la puerta de entrada para dirigirse al cementerio de la ciudad. Llegó hasta la tumba de su padre y se hincó ante el pedestal, no tenía ánimo alguno, lo que deseaba era estar con la persona más cercana que una vez tuvo y que sabía que aún lo escuchaba; su padre estaba en un mejor lugar ahora pero deseaba estar tanto en su lugar y no morir en agonía. Con el paso del tiempo logró maximizar su fortaleza, pero le era difícil afrontar la situación en la que estaba, no le gustaba su vida, jamás la acepto pero no podía dejarla a medias, si deseaba superarse lo haría poco a poco y olvidaría las heridas abiertas más dejando nuevas oportunidades. Él era Joey Wheeler y los Wheeler  jamás se daban por vencidos, el destino no guiaba su vida, la vida la formaba él mismo y claro que lo haría. No más llanto ni sufrimiento, sólo fortaleza de un Wheeler


Te enorgulleceré Papá-afirmó y salió del cementerio, al principio habían tenido una vida difícil pero ahora que estaba dispuesto daría en lo alto para ser el mejor, quien menos se lo imaginaria…


A la mañana siguiente, se levantó más temprano que de costumbre y dio vuelta al reloj más pronto, se alistó y salió de su departamento para así llegar más pronto, se veía más sereno que de costumbre, le urgía llegar a su trabajo y dar una muy buena impresión, además si más rápido trabajaba más pronto terminaría su rutina y tendría un feliz fin de semana.


Llegó al trabajo, se acomodó en su escritorio y comenzó con los pedidos que había en su escritorio; ayudó con algunas llamadas, solicitó algunos empleados nuevos, conversó con algunos compañeros y organizaba su agenda como de costumbre, lo mismo que lo hacía responsable. Comenzó a charlar con Eric sin notar que su jefe había llegado a la compañía, más apuesto y varonil que en días anteriores.


Cachorro quiero que te reportes a mi oficina-dijo al pasar a su lado


¿Cachorro?-exclamó el rubio con más que duda


¿Algún problema que te diga así?-preguntó el frío empresario sosteniendo su portafolio y recargándose en la puerta de su oficina haciéndolo verse más sensual


No-respondió aún sacado de casillas


Bien-opinó y entró a su oficina


Parece que ya te puso apodo-comentó Eric y se alejó del rubio quien no tuvo más opción que entrar a la oficina de su dictador


¿Qué es lo que desea señor?-preguntó Joey al entrar


Quiero que hagas una reservación en el restaurant “Paradise March” para quince personas, iremos a las ocho con los demás empresarios que haremos el proyecto-afirmó


¿Iremos?-exclamó con voz alta


Por supuesto que sí Cachorro, tú eres mi asistente, tanto tú, Eric y yo iremos a ese restaurante con los demás empresarios-contestó observando algunas cosas en su pantalla de trabajo


¿Demás empresarios?-“Con Seto Kaiba”


¡¿Por qué haces tantas preguntas? Si tanto te interesa ve a hacer la reservación de una buena vez!-le dijo al mirarlo a los ojos


Sí Señor, lo haré lo haré, ya voy señor ya voy ya voy-repetía el rubio con nerviosismo al salir de la oficina de su jefe y sentir las palpitadas de su corazón tropezar por su garganta, que catástrofe se acercaba


¿Por qué Joey Wheeler, por qué te tiene que pasar esto?-se preguntaba dándose unos buenos golpes en la cabeza al dirigirse a su escritorio


 


En cuanto a la familia Kaiba;


Seto trabajaba de costumbre, con su semblante cansado y temeroso de siempre, el lugar en donde trabajaba se encontraba tranquilo y frío tal como él lo es, nada podía crear un ambiente cálido después de todo en su despacho nadie podía estar más que el empresario. Sus ojos cansados y su astucia jugaban consigo mismo tratando de evitar otra acción más que trabajar. Tales los días pasaban y en ese lugar las mismas cosas sucedían. Recibió una llamada que atendió de mala gana y era la invitación de la empresa rival pero la misma socia para su proyecto, una reunión en el restaurante más lujoso de la ciudad. Deseaba rechazarla pero qué más daba, tenía que ponerse de pie para pisar a los demás. Aceptó y colgó y vaya que se encontraba cansado como no pensar que volvería a ver a su cachorro. No todo se puede disfrutar en un instante.


“Disfrutar” Una palabra que Joey no sabía muy bien definir, le dolía la cabeza en sólo pensar que haría para librarse de esa reunión, no deseaba ir pero si se lo decía a su jefe estaba seguro que no lo aceptaría incluso había amenaza de despido, había amenaza de muerte, pobrecito rubio no necesitaba entrada al infierno puesto que ya estaba recibiendo la bienvenida. Y si fingía estar enfermo o que saldría de la ciudad o que los marcianos lo secuestrarían, no, nada funcionaría, no había escapatoria y el único proverbio chino era rezar por salir ileso.


Pero saliendo de negatividades tal vez esa reunión no sería tan mala puesto que no tenía interés en estar con Kaiba no, él lo hacía por su trabajo, por quedar bien con el jefe y cumplir con sus obligaciones y a fin de cuentas no estaba solo, estaría con Eric, Octavio y con varios empresarios más, siendo así Kaiba no podía intimidarlo y mucho menos retarlo como anteriormente, lo único que haría posible era no mirarlo a los ojos, si eso haría. “Estás listo Joey” se dijo a sí mismo y continuó con su trabajo aunque le temblaran las piernas, o su lengua cortara sus palabras o que incluso podía morir de un paro cardiaco, nada, nada tenía que asustarlo.


Ocho en punto y el pobre temblaba como gelatina a lado de su jefe quien era atendido por el dueño del restaurante al recibirlos amablemente hasta llevarlos a la mesa cosa que Joey necesitaba evitar.


Necesito ir al baño-dijo y se alejó de sus compañeros pero tropezó con alguien que impedía su paso


¡Cuidado tonto!-dijo “Amanda” arreglándose su caro vestido y después mirar al atacante- “Wheeler”


“Amanda”- se sorprendió el rubio y después dirigió su mirada al castaño quien no tenía intención de declarar nada


Me alegra que hayas llegado a tiempo, algo me dice que te hace un empresario responsable-dijo Octavio al dirigirse con el castaño


Lo soy ¿pasamos a nuestra mesa compañero?-respondió con su siempre arrogancia a los demás


Octavio le sedó el paso y ambos empresarios con sus acompañantes llegaron a la mesa sentándose en su lugar, cada participante a lado y segundos después recibiendo a los demás empresarios que llegaban de par a par. Pronto la mesa comenzó a agrandarse y los menús eran otorgados a cada uno.


Elige lo que quieras Cachorro-dijo Octavio leyendo el menú- Después nos encargaremos de los acuerdos


El rubio sólo asintió y tímidamente comenzó a leer el menú impactado por las delicias que había, al igual el elevado costo y las especiales del restaurante, como pedir solamente agua y durar así por el resto de la noche.


Para los demás empresarios la comida era decente y mayoritariamente normal, era como cenar en su gran comedor, vida de ricos las apariencias nunca los satisfacen, incluso para Amanda, vaya que esta mujer ya tenía su vida planeada.


Después de unos minutos, pidieron su orden y los menús fueron retirados, las copas de todos comenzaron a llenarse con el vino de la casa (bueno del restaurante) y pronto las conversaciones entre arreglos y acuerdos comenzaron a escucharse en unos cuantos. Joey se encontraba serio, su jefe y Eric hablaban con los demás empresarios, al igual que Kaiba. Sólo miraba a los lados evitando interrumpir a los demás y sobre todo observar “a la pareja Kaiba” eso había quedado en el pasado, él ahora era una persona distinta y no necesitaba más problemas en su vida.


Su mirada tropezó con la de Amanda, esa mirada pesada y quemante como la de su esposo, esa mirada que aún le advertía que no se acercara a Seto, esa mirada de la maldita arpía que le había quitado su felicidad, esa mirada que lo hacía arder y estremecer al mismo tiempo. Fingió no asustarse y mucho menos interponerse con ella, sólo había durado unos cuantos segundos y después se dispuso a buscar unos cuantos papeles en el portafolio de su jefe que había pedido minutos atrás. Sin finalizar comenzó a conversar con Eric por unos minutos hasta que los platillos fueron servidos en la mesa, tomando la atención de todos y dejando los negocios a un lado.


Comenzaron a comer ligeramente, todo tan elegante y único a la vez, Joey había pedido un plato sencillo, se moría de hambre pero el apetito era lo de menos en ese momento, cenaba y a la vez seguía su conversación con su amigo Eric quien de vez en cuando lo hacía reír, incluso lo hacía ruborizarse, lo que lo hacía verse tierno, cosa que no pasaba por desapercibido  al castaño. No sólo eran los celos si no que también tenía su oportunidad para admirar a su cachorro, cosa que tampoco ignoraba Octavio. Para los demás la cena fue tranquila y esperaron a que los platos se levantaran de la mesa (Bueno los meseros levantarían los platos).  Siendo así todo empresario comenzó a dar su opinión sobre el proyecto pero la mayor atención fue para Kaiba Corp y la empresa visitante o más bien dicho la empresa en donde estaba el cachorrito, nombrada como Xina Corp (falta de imaginación -.-U), por lo que la rivalidad de ambos empresarios se daba a entender, no sólo por devastar al otro si no por atraer mayor poder, por ser el único y poderoso empresario para la demanda mundial.


El proyecto se llevaría a cabo en unas cuantas semanas, tanto abogados, empresarios como apuestas se daban entre dichos y dichas cartas de apostador se ponían en la mesa.


Después de esto, esta reunión duró unos cuantos minutos más y finalmente el dichoso y único trató se formó y se heredó a las diversas empresas que acordaron con lo dicho. Los empresarios comenzaron a levantarse de la mesa, se despidieron entre sí, unos con amabilidad, otros con fingida gratitud y los demás bueno era lo de menos.


Eric y Joey se adelantaron a la puerta de salida, cosa que aprovechó el Ceo para acercarse al cachorro, pero aún así Amanda no podía permitírselo, antes mataría a Seto por no verlo a su lado, así que se acercó junto con su esposo por decir que iban de regreso a casa. Joey jugaba con su celular sin percatar la atención que le tenía Seto hasta notar la sombra cerca de su cuerpo. Dejó el celular a un lado y se distanció al mirar al castaño más que poner mínima atención


Vaya que me impresionas Joey, no sabía que tenías ese interés por los negocios-dijo Kaiba con su postura elegante de siempre


No son los negocios Kaiba, lo hago por mi trabajo-confesó el rubio notando el descaro de Amanda al agarrarse muy bien del brazo de su esposo- Además me gusta, no lo digo porque sea interés, lo hago porque sé que no tendré víboras que me arrojen su veneno y mucho menos negocios de bajo interés tales como los que hemos notado


Con esto Amanda se contuvo de justificar, cosa que no pasó al desapercibido y Kaiba sólo decidió dar en orden unas cuantas cosas


Aún sigues teniendo la misma actitud de siempre, espero que con ello obtengas un buen salario-dijo


Lo tengo y mucho más, cosa que no quiero que gavilanes como muchos se interpongan en mi camino, se arrepentirían de por vida porque estoy listo para esto-respondió, poniéndole fuego a la contienda


No me molestaría que empleados como tú trabajen para mí-confesó el castaño siguiéndole el juego al rubio


Pues espero que tengas suerte Kaiba, porque malas espinas que puedes llevar puestas tal vez no te permitan hacer tratos de personas como yo y mucho menos como empleados-contestó Joey guiando su mirada a Amanda la cual se veía nerviosa


Creo que ya es mejor que nos vayamos Seto amor, no queremos que estos empleados pierdan más su tiempo con nosotros-pidió Amanda jalando el brazo de su esposo


Así es “Señorita Amanda”, nuestras palabras valen más que el oro y tenemos mucho negocios que hacer-confesó Joey de brazos cruzados, lo cual aterraría a cualquiera, menos al castaño quien lo veía más atractivo que antes


Sí es así nos retiramos, que tengan buenas noches-dijo Seto y él junto con su esposa se marcharon, dejando de nuevo solos a los jóvenes empresarios


Vaya Joey tú sí que sabes sacarle fuego a la leña-opinó Eric jugando con el celular arrebatado de su amigo- Esto fue lo mejor de la noche


Joey no sólo había mejorado, sino que también había aprendido la lección que si alguien te arrebataba la felicidad bien podías poner reiniciar y comenzar de nuevo y a pesar de que la vida no es un juego todo lo tienes que pagar, pero la injusticia de juega de dos…


 


Al amanecer Kaiba se preparaba para ir al trabajo, había tenido un desayuno tranquilo y lo único que faltaba era ver los avances en Kaiba Corp, pronto tendría un proyecto con los demás y no deseaba quedar en ridículo y mucho menos con la empresa Xina Corp, teniendo en cuenta las características de ésta; el rubio que no sólo enloquecía sus sentidos sino también le quitaría la fama por favor tenía corazón pero no era estúpido, en los negocios uno tenía que triunfar y el otro caer, no todos ganan en esta vida; y qué más daba, quitarle toda la propiedad a ese tal Octavio Rivereña, no sólo le quitaría su empresa sino también le quitaría los derechos de su cachorro, claro que sí, Joey volvería con él y nada se lo impediría, metería las manos al fuego si pudiera puesto que nada se le prohíbe al todo poderoso Seto Kaiba.


¿Te irás tan pronto?- le preguntó Amanda al salir del baño


Debo ir a Kaiba Corp, tengo mucho trabajo que hacer-afirmó el castaño- Ya he faltado muchos días y no quiero seguir perdiendo la vista al trabajo


Trabajo es en lo único que piensas, jamás has pensado en mí, que hay de nuestro matrimonio, de nuestro amor-decía la rubia abrazándolo por la espalda- Jamás hemos hablado de mis necesidades, he estado tan triste desde la vez que perdimos a nuestro bebé que aún me siento fatal, me siento sola


Hablaremos de eso después Amanda, debo ir a Kaiba Corp-respondió Kaiba y tomó su portafolio para dirigirse a su empresa


Más bien lo que quieres es ver al maldito de Wheeler, estoy segura que vas tras él-le dijo con rabia- ¿Qué no lo entiendes? gracias a él perdí a mi bebé, a tú hijo y aún así lo quieres recompensar. Lo único que buscaba de ti era tu fortuna tú dinero, pues que más se puede esperar de una rata de calle como él


Te recuerdo Amanda que yo también lo fui, mi niñez no fue nada fácil y lo sabes muy bien, tuve que sacrificarme tanto por el bienestar de mi hermano y el mío-respondió


Pero cambiaste amor, ahora tú eres una gran persona, tienes un gran futuro por delante a mi lado, juntos criaremos una familia y seremos felices por siempre-admitió Amanda tomando el rostro del castaño- Tú y yo somos esposos, tú tienes una gran empresa, me tienes a mí, no nos hace falta nada amor, entiéndelo


Lo sé, tal vez por eso decidiste casarte conmigo y aún no entiendo como fui capaz de aceptar-opinó Kaiba y se fue


El maldito de Wheeler se fue hace meses de mi mansión, pero aún así sigo luchando contra él, ese maldito se tiene que morir, debe morir-pensó Amanda con rencor en sus ojos- Yo me encargaré que ese estúpido se vaya para siempre


 


Joey atendía unas cuantas llamadas de los empresarios de las compañías asociadas, después dirigió su vista a analizar algunas ideas para la promoción del proyecto, la idea se este proyecto era cautivar la atención de los jóvenes duelistas, si sería una renovación de los duelos, alguien como Joey podría manejarlo y para esto tal vez le pediría ayuda a viejo amigo Yugi, el antiguo rey de los juegos.


Tomó su teléfono célular y lo llamó;


-Yugi


-¿Joey?


-Así es amigo, ¿Cómo has estado?


-Muy bien Joey, ya tenía mucho que no sabía de ti


-Je sí lo sé amigo, después de que cada quien tomó su camino las cosas cambiaron


-Lo sé Joey, y dime ¿Cómo te ha ido?


-Muy bien Yugi, tengo un trabajo estupendo y por esta razón te llamo para hacerte una oferta


-¿En serio y cuál es?


-Pues debo promocionar un nuevo proyecto para los duelos, es algo como una nueva forma de representar las batallas así que me preguntaba si el rey de los duelos quisiera apoyarme en esto después de todo se le daría una buena paga además que me dices para renacer los viejos tiempos


-Por supuesto que sí Joey, sabes muy bien que haría lo que fuera por ti, cielos me muero por verte


-Je tranquilo Yugi, no querrás hacer encelar al faraón


-Descuida pues sabe muy bien que sólo mi corazón le pertenece a él, además no tiene porqué encelarse viniendo de ti


-Está bien amigo, entonces ¿Qué tal si nos vemos mañana?


-Excelente, llegaremos mañana como al medio día


-De acuerdo los esperaré en el aeropuerto. Hasta mañana Yugi


-Adiós Joey


Siendo así, terminó con la llamada y se preparó con lo siguiente, si Yugi llegaría para el día siguiente, necesitaba preparar unas cosas pero para eso necesitaría tiempo, tiempo que requería de su trabajo, y siendo así decidió actuar rápido para terminar más pronto.


Mientras tanto, una mente fría y grande salía de su empresa para abordar su auto y dirigirse a lo que se dice su destino o más bien dicho el comienzo de este. Las cosas en Kaiba Corp seguían de maravilla, cosa que no es raro para esa fina empresa atendida con el máximo hombre de negocios el cual hacía rugir el motor de su auto recorriendo las calles de la ciudad hasta llegar y ver la salida del rubio de las puertas de Xina Corp.


Joey se veía más alegre que de costumbre o más bien dicho nunca lo había visto tan feliz, lo vio abordar un taxi el cual lo llevaría a su hogar, el momento justo para actuar y seguirlo, sabría la residencia de Wheeler y con esto tendría asegurado un buen plan para ambos. El taxi se alejaba un poco más de la ciudad, guiándolo a las afueras de los grandes rascacielos, un lugar que más bien parecía un vecindario o ambas residencias de distintos colores. Joey se tardó un poco en bajar, pero después el taxi se alejó y el rubio bonito entró a su casa, cerrándola con llave, pero el pobre  no sabía que no podía escaparse, finalmente estaba acorralado.


 


En el lado contrario, el rubio atendía su casa, era algo pequeña como ya se había dicho, pero seguro estarían conformes los tres, la casa tenía dos habitaciones, los tricolores dormirían en una y él en la suya y por las tardes atenderían la promoción del proyecto. Mientras tanto tenía que limpiar la casa, hacer la comida para los invitados y preparar unas cosas más que los haría sentir cómodos. Vaya que la vida daba muchas vueltas, le hizo formar muchas aventuras con sus amigos, pero después por azares del destino se separaron, Yugi formó una relación romántica con Yami la cual sigue de pie, él fue a dar con Kaiba aunque bueno ese error era mejor olvidarse y dar a continuación lo bueno que tendría de su trabajo y ver de nuevo a su amigo. Cansado por unas horas dejó de trabajar de los que aceres, se dio un baño rápido y decidió ver por un rato la tele hasta verse cansado, apagó las luces de la casa y decidió ir a la cama, ya mañana sería un nuevo día, mismas palabras que se repetía el castaño dirigiéndose a su mansión, había hecho mucho por el día de hoy, tenía todo lo que necesitaba y con esto llegaría a hacer grandes cosas para él y para su cachorro. Manejó a su mansión, dejó su auto en la cochera y entró a su gran hogar, suerte que todos estaban dormidos  y con esta oportunidad entró a su despacho. 


 


Por un nuevo día, Joey se preparaba para recibir a sus amigos, espero a que fueran las doce mientras que alistaba un poco su casa y al igual su atuendo aunque formaba su traje para el trabajo y así después fue por sus amigos al aeropuerto en donde los reconoció y se enfusió hacia la parejita la cual lo recibió con un gran abrazo, había sido mucho tiempo lejos y finalmente volvía a ver a sus amigos;


-Yugi me alegra volverte a ver-dijo el rubio


-A mi también Joey n.n ya deseaba llegar y poder abrazarte, ahora me muero por saber tus planes-afirmó el pequeño de cabello puntiagudo


-Je descuiden serán tranquilos y fascinantes, espero que también te agraden faraón-respondió Joey mirando al acompañante de Yugi, el cual era su pareja y conocía muy bien


-Claro que sí amigo-afirmó y los tres salieron del aeropuerto directo a Xina Corp, el trabajo de Joey, quien no sólo les mostraba el proyecto sino también mostraba la ideas que tenían para hacer comercial televisivo, radio y campañas por la ciudad lo cual lo haría más interesante. Primero comenzaron con realizar un corto duelo con los nuevos discos de duelo el cual permitía ver al monstruo sin interrupciones de ilusión óptica, por lo que esta vez los monstruos parecían tener vida y no sólo eso sino que también las cartas podían ser arrojadas al suelo y no ponerse en los discos, cosa que fascinaba a todo público. Después de este éxito se meditaron en practicar para el comercial en donde participaría el faraón retando disimuladamente a extras que carecían ser duelistas de alto nivel, alzando el disco y mostrando el poder que llevaban en la palma de su mano. La idea era mostrar que con este disco de duelo podías vencer fácilmente al rey de los juegos, incluso ser el mejor duelista y crear tu reino, cosa que nadie se resistía. El proyecto era interesante, creativo y no dañaba a nadie puesto que las diversas compañías que se esforzaron por esto habían logrado su cometido y Joey había demostrado su excelente entusiasmo en el proyecto, cosa que no pasó al desapercibido para su jefe, había encontrado buenas hazañas en su asistente.


Por el atardecer, Joey, Yugi, Yami y otros empleados salían a las calles presentando el nuevo disco de duelos, llamando la atención de diversos duelistas, les fascinaban la nueva tecnología. Y al notar diversos ejemplos de los exponentes todos los jóvenes deseaban tener un disco de duelo así. Por último Joey anunció que después de unos días se planeaba hacer un torneo para así probar completamente los nuevos discos de batalla. Que hermosos día se había dedicado a las empresas Xina Corp, kaiba Corp y entre otras, y hablando de Seto Kaiba…


Pasadas de las ocho Joey llevó a sus amigos a su hogar en donde pasarían algunas noches mientras seguían con lo del proyecto, pero al aproximarse a la puerta, notó algo extraño en su casa o más bien dicho pequeño departamento.


Joey no sabía que te gustaban las flores, se ve tan hermoso-confesó el pequeño Yugi


¿Flores? Yo no acostumbro comprar flores-afirmó Joey viendo todo el rosal de flores que había en la puerta de su apartamento, en las ventanas, en los pasillos, incluso en el techo podía notarse como caían pétalos de rosas


Pues parece que tienes un admirador secreto-opinó el faraón, dejando con duda al pobre rubio que estaba más que anonadado.


Después de unas horas, la pareja  dormía en la habitación que les había dado Joey, mientras que el rubia se encontraba en su sala acomodando los último rosales cerca de la ventana más grande que tenía, su departamento se veían aún más pequeño con tanta flor pero aún así no fue capaz de arrojarlas a la basura, de seguro “su admirador” como dijo Yami, se había esforzado mucho en decorar y no deseaba ser mal a nadie, aunque tenía mucha curiosidad por saber quién era su admirador. ¿Quién sería en realidad? Nadie sabía en donde vivía hasta ahora, no pudo ser uno de sus vecinos, todos eran casados y casadas o simplemente eran diversas parejas y adolescentes era ilógico o tal vez podía ser Eric, no claro que no, sólo eran amigos, además Eric había pronunciado que tenía una linda novia. ¿Entonces quién es su admirado o admiradora secreta?


Pronto escuchó que alguien tocaba a su puerta, era muy noche como para invitados pero aún así se puso de pie y abrió la puerta, lo cual se quedó helado al ver al innecesario invitado…


Kaiba ¿qué haces aquí?-exclamó al notar la sombra del hombre el cual menos se pensaba en ese entonces


 


 


 

Notas finales:

gracias por leer :D

Nos vemos luego...


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