Celos y envidia
By Pikacha
2| Recuerdos amargos.
Nosotros recordamos, naturalmente,
lo que nos interesa y porque nos interesa.
John Dewey (1859-1952) Filósofo estadounidense.
Itachi no está obsesionado, no, no, él ama inmensamente a Naruto, lo ama incluso más que su hermano, él jamás se lo robo, simplemente evito que los dos fueran infelices, estaba seguro de que el rubio se enamoraría de él, más patético no se podía ser… era tan ciego que no se daba cuenta de todo el daño que había causado y claro en un futuro se arrepentiría.
Naruto seguía amarrado a la silla sin poder creer lo que el azabache le decía, si era una broma que acabara ahora, ¿qué planeaba hacerle? ¿Por qué lo tenía ahí? Simplemente no creía que el primogénito de los Uchiha lo hubiera secuestrado, su cabeza tenía demasiadas preguntas que hacerle… pero él simplemente quería estar con Sasuke.
– Se que te preguntaras muchas cosas Naru– lo tuteo – pero aquí el único culpable eres tú, por ser tan lindo ¡¡Tú provocaste esto!! – le grito.
El rubio lo miraba incrédulo sin saber a qué se refería, ni siquiera lo entendía. Pero el azabache si sabía muy bien de que hablaba, varios años atrás se había enamorado del chico desde la primera vez que lo miro:
Su padre le había encargado que fuera a recoger a Sasuke a la preparatoria, ya que tenía asuntos importantes que atender con el menor. A Itachi no le llamo ni la atención saber de que trataba, estaba un poco molesto por el encargo tan bobo, su ototo-baka ya estaba bastante grandecito para saber donde quedaba la casa.
Estaba enfrente del instituto dentro del auto esperando que tocara la campana y su hermanito saliera por la puerta principal, obviamente miraría el auto, un Ferrari jamás pasa desapercibido y esta vez no sería la excepción.
Fue cuando lo vio por primera vez, un hermoso ángel caído del cielo salía del plantel con un hermoso puchero en su rostro, Itachi no pudo evitar reír ante tal imagen. Era un rubio con cabellos de oro, un chico con los ojos del mismo reflejo del cielo, perfectamente azules, con unas pequeñas marcas de bigotes en las mejillas, haciéndolo ver como un lindo kitsune.
Se había enamorado, aquel muchacho lo había cautivado y ni siquiera habían cruzado miradas, su corazón al igual que su pulso estaba acelerado por la emoción de verlo, lo amaba sin siquiera haber cruzado palabras, era amor a primera vista.
Pero bien dicen que amor a primera vista se acaba a la segunda. Itachi pudo ver como alguien jalaba a su kitsune y este ni siquiera se resistía al agarre, pudo ver como un azabache lo aferraba a su cuerpo, observo como su ototo-baka besaba los labios que él tanto quería probar.
No lo soportaba, no lo quería mirar, estaba asqueado, ¿Cómo ese zorrito podía tener de pareja a su hermano, si existía él? Él era mucho mejor que Sasuke, podría ofrecerle todo lo que quisiera, podía darle mucho más que el menor, simplemente él era mejor que su hermano, y ahora de nada le servía.
Pudo canalizar como el azabache menor le dedicaba unas palabras a su rubio y se dirigía al auto, dejando solo al hermoso kitsune, ¡¡Ja!! Si el ángel estuviera con él, por ninguna razón del mundo lo dejaría solo, siempre estaría su amor delante de todo.
– ¿Qué pasa? – le pregunto su hermano al momento de estar arriba del auto.
– Padre quiere hablar contigo– le contesto serio y frio.
– tks– .
El camino a su casa jamás se le había hecho tan largo al lado de su ototo-baka, en esos momentos no sabía ni que pensar, él solo pensar que Sasuke le había metido mano a lo que por derecho le correspondía lo enfurecía, pero tenía que contenerse por el bien del futuro de la familia, no quería que lo vieran como un asesino, y a pesar de todo podía ver como su hermano no se daba cuenta de nada por estar pensando en sus propios problemas.
Llegaron y Sasuke fue el primero en bajar, al parecer le urgía hablar con su padre y eso fue algo que le llamo bastante la atención ¿Qué tenían que conversar con tanta urgencia? Bastante fue su intriga que quiso espiarlo, estar detrás de la puerta y escuchar una simple plática no dañaba a nadie ¿verdad?
Fue así como lo hizo, el menor entro a la oficina de su padre que se encontraba en su casa y él se puso a escuchar detrás de la puerta.
– Eh escuchado cosas Sasuke – oía la voz gruesa y seria se su padre – los rumores me llegaron hasta acá– .
– ¿De qué hablas? – contesto el menor.
– De tu novio – escucho a su padre – quiero que lo traigas a cenar, no es una sugerencia ni una propuesta, es una orden ¿entiendes? –
– Si – contesto con simpleza.
Seguido de eso se quito inmediatamente de la puerta, para mirar como su hermano salía por esta y la azotaba al cerrar…
– Desde la primera vez que te mire, me enamore de ti– decía un Itachi en la actualidad mientras seguía acariciando la mejilla del kitsune – me cautivaste con todo tu ser – le seguía diciendo.
El día tan esperado de conocer al novio de Sasuke llego.
Itachi estaba en la puerta esperando a que su ototo-baka llegara, estaba desesperado por comprobar lo muy obvio, quería que aquel lindo rubio fuera solo era un amante o poca cosa para su hermano, estaba nervioso, no quería que la realidad a la que se enfrentaba fuera real.
– ¿Qué pasa, dobe? – se escucho la voz de su hermano detrás de la puerta.
– ¿Y si no les caigo bien? ¿Y si no me aceptan? – pregunto otra voz más dulce y suave.
– Te aceptaran, usurotonkachi – .
– Teme – .
Su instinto se lo decía estaban a punto de besarse y él no lo permitiría, así que abrió la puerta dejando al descubierto a una pareja a punto de besarse, inmediatamente Sasuke frunció el seño, odiaba que le hicieran eso, mientras que el rubio se sonrojaba.
– etto…– hablaba nervioso.
Su voz…
– lo siento date-bayo… mi nombre es Naruto – le dijo sonriendo mientras se apartaba de su novio.
Su sonrisa…
– No hace falta que te disculpes, dobe– hablaba su ototo-baka.
– No me digas así teme– contesto el ángel haciendo un puchero.
Sus gestos…
– Un gusto, Uchiha Itachi – se presento extendiendo su mano.
– El gusto es mío – y correspondió el saludo, juntando sus manos.
Su Piel…
Todo me enamoro de ti.
°°°
Ahora toda la familia y el rubio se encontraban en el comedor, cenando un delicioso espagueti cortesía de la señora Uchiha. Sasuke estaba a un lado de su novio, mientras que Itachi estaba y Mikoto estaban enfrente de ellos y el padre de familia estaba del otro lado de Sasuke.
– dime Naruto ¿en qué trabaja tu mamá? – preguntaba la única mujer Uchiha.
– Bueno mi mamá es escritora, en sus libros habla mucho sobre la superación personal, aunque tiene un carácter muy fuerte – dijo sonriendo – uno de sus libros más vendidos es el de los ojos de mi doncel1, recuerdo que llore con él final date-bayo– termino.
A Mikoto se le iluminaron los ojos – ¿Cómo se llama tu madre? – cuestiono nerviosa.
– Kushina Uzumaki – rio – No le gusta que la llamen por el apellido de papá, dice que ella es una mujer muy independiente para eso – .
La mujer se sintió mal, ella enseguida había dejado su apellido por el Uchiha, le encantaría ser una mujer como Kushina, tan independiente y liberal, suspiro sintiéndose derrotada.
– ¿y tu padre? – pregunto Fugaku.
– mmm…– dudo – mi papá es dueño de las empresas familiares – hablo.
– ¿o en serio? – Cuestiono el mayor con orgullo, el rubio asintió – ¿Cuáles empresas? – .
– Las empresas Namikase date-bayo– dijo con orgullo.
Fugaku estaba que no se la creía, el pequeño chiquillo rubio que estaba en su casa era el hijo del importante empresario Minato Namikase… por lo que sabía del padre de Naruto, este era muy sobre protector con su hijo y lo protegía de los hentais que había por el mundo, y no es que su hijo tuviera cara de pervertido ni nada de eso, pero era un Uchiha y tenía sus necesidades que dudara que el rubio se las negara.
– ¿Minato-san sabe que estas aquí? – le pregunto.
El nerviosismo de Naruto fue más que evidente para delatarlo – etto… le dije que saldría con mi novio – dijo con un pequeño sonrojo en las mejillas.
– ¿él sabe que sales con mi hijo? – estaba confundido ¿Qué los Namikase ya sabían que su hijo salía con un Uchiha?
– No, Naruto y yo habíamos hecho un trato de presentarnos a la familia cuando quisiéramos formalizar más la relación…– contesto Sasuke.
El rubio se extraño de que su novio hablara por él, pero lo dicho era verdad, así que agrego: – Mis padres no sabían nada de mi noviazgo con su hijo Sr. Fugaku-san, pero Sasuke me pidió que viniera a su casa y que me presentaría a sus padres, así que él tiene que hacer lo mismo, pero la cuestión es diferente – había analizado muy bien las palabras exactas que usaría.
Y valla que diferente… el azabache menor tenía que ir a pedir permiso de andar con Naruto, sería algo digno de ver, y una esperanza para Itachi, si Sasuke no le caía bien a la familia lo separarían de su rubio y tendría la oportunidad de tenerlo entre sus brazos.
– ¿y si vamos todos? – pregunto el primogénito.
– Todo de ti me encantaba ¿por qué nunca me miraste? Siempre estuve ahí, demostrándote cuanto te amaba y parecía que ni siquiera existía para ti, todo por culpa de mi ototo-baka– El miedo de Naruto aumentaba con cada palabra que decía su agresor, no tenia escapatoria y eso es lo que le daba más miedo. Itachi no dejaba de tocar su rostro y por cada oración que decía podía ver como se acercaba más su rostro a él – Sasuke, Sasuke, Sasuke… ¿solo piensas en él? – Cuestionaba – yo soy mucho mejor que él –.
Estaban delante de la casa de su ángel, toda la familia, su hermano estaba nervioso, todos podían notarlo ¡Ja! Otra gran diferencia entre ellos, él no se sentiría así, él jamás demostraría nervios o dudas, él era un Uchiha… él mejor.
Llegaron delante de la puerta, y estaban a punto de tocar el timbre cuando un grito se los impidió.
– ¡¡No quiero!! – se escuchaba la voz de un hombre – ¡¡No quiero que un pervertido se lleve a mi Naru!! – gritaba.
– ¡¡Minato!! ¡¡Por dios!! ¡Nadie se lo va a llevar! ¡Solo nos presentara a su novio! – otro grito, pero ahora de una voz femenina.
– ¡¡No quiero!! ¡¡Debe de ser un violador!! – respondía el hombre de una forma infantil.
– ¡¡Oto-san!! ¡¡Sasuke jamás me haría algo que no quisiera!! ¡¡Él…!! – era Naruto el que lo defendía.
– Siempre él, para ti no existía nadie más que Sasuke, lo defendías hasta de tu propia familia, era todo para ti, pero ¿sabes una cosa? – le preguntaba al rubio amarrado a la silla – yo hare cambiar eso…–.
Itachi fue el que toco el timbre, no soportaba escuchar la voz de su ángel que defendía a otra persona que no fuera él. La puerta se abrió casi al instante dejando a la vista a una hermosa pelirroja que tenía una gran sonrisa en los labios.
– hola– dijo entre risas – pasen, pasen, están en su casa – hablo Kushina.
La Uzumaki empezó a clasificarlos con la mirada; Fugaku: el señor Uchiha, orgulloso y serio que no muestra sus sentimientos con facilidad, Mikoto: la única mujer Uchiha, la amable y sincera que siempre hace lo que su marido le ordena, Itachi: igual que su padre, sin embargo, este entraba con más aires de superioridad, como si el mundo no fuera digno de él, Sasuke; este se miraba casi igual que su hermano, pero había algo diferente en él, podía ver como entraba nervioso, rió internamente, estaba nervioso por conocer a los papitos suegros.
Minato y Naruto estaban en la sala esperándolo, el menor sonrió al mirar a su novio e inmediatamente se dio cuenta de su nerviosismo, rió al igual que su madre. El mayor estaba sentado en el sillón con un puchero en la cara y cruzado de brazos, ahora le toco a los Uchiha reír.
Ya cuando estuvieron todos acomodados y cómodos en la sala, empezaba el interrogatorio de Minato hacia el Uchiha menor:
– y dime Sasuke ¿tú y mi bebe cuanto tiempo tienen de novios? – pregunto.
El azabache miro a su novio esperando que le asintiera para poder contestar – 2 años– contesto sinceramente.
Todos se quedaron impactados e impresionados ¡¡Dos años!! ¡No! ¡No! Eso complicaría los planes de Itachi ¿Cómo pudo durar su hermano dos años con tal belleza y sin que él no lo conociera? Tenía que ser una broma de mal gusto.
– Desde lo trece años, empezamos a andar – dijo el zorrito con un pequeño sonrojo en las mejillas al igual que su novio.
Minato los miro de una mala forma, pero la mirada de su mujer le advirtió muchas cosas – ¿Cuándo cumplen tres? – cuestiono.
– En mi cumpleaños date-bayo– respondió sonriendo el kitsune.
– ¿Cómo es que nadie conocía de su relación? – esta vez fue Itachi quien hablo, llamando la atención de todos – perdón – añadió.
– El joven tiene razón, contesten – ordeno Minato.
– etto…pues– trataba de hablar el rubio menor.
– Fueron ustedes los que no lo notaron – hablo Sasuke – Naruto y yo pasábamos gran parte del tiempo juntos, empezamos con una amistad medio extraña, que ustedes lo notaron con quejas y reportes del instituto, pero al final nos dimos cuenta de nuestros sentimientos y los aceptamos, empezamos a salir, y ustedes lo notaron como practicas de estudio, salidas con amigos, entre otras cosas, es la tercera vez que vengo a la casa de Naruto con esta, jamás me perdí ninguno de sus cumpleaños, conozco a Tsunade-sama y a Jiraiya-san, simplemente permanecía al margen de la situación, nosotros habíamos dicho que no nos presentaríamos a los padres hasta que quisiéramos formalizar la relación, por eso es que ustedes no conocían de mi, así como mi familia no sabía nada de Naruto – .
Había sido un estúpido, por no ponerle la debía atención a su hermano, había perdido al amor de su vida, como quisiera que ellos no se hubieran conocido.
– Bueno yo ahora comprendo muchas cosas– hablo Mikoto– como la veces en que Sasuke no llegaba a dormir, hasta las 2 o 3 de la madrugada– soltó entre risas.
Kushina también rió– te entiendo, era gracioso ver como Naruto entraba a la casa sin querer despertar a nadie, una vez lo mire escalando para entrar a su habitación, me imagino que se le olvidaron las llaves – decía con una sonrisa en el rostro.
Todos rieron menos Itachi (que la despisto) y Minato.
– ¿ustedes han tenido intimidad? – pregunto el Namikase mayor.
Los dos menores se sonrojaron completamente, las mujeres supieron la respuesta inmediatamente, así que era mejor despistar el tema.
– ¡Miren la hora! Es mejor que vallamos a cenar– hablo Kushina, mientras levantaba a su esposo del sillón y lo jalaba a la cocina.
Itachi estaba furioso, su rubio, su ángel había mantenido relaciones con su hermano, la sangre le hervía de coraje, no quería creerlo o cometería un asesinato, le gustaría gritar de furia, su ototo-baka había tocado el cuerpo canela de su amado, su cintura esbelta, su cuelo exquisito, su boca maravillosa, grr, comenzaba a odiar a su hermano.
– a él te le entregaste ciegamente, es hora de que pase lo mismo ¿no crees? – le susurro Itachi mientras que le quitaba la venda de la boca y se apoderaba de sus labios, Naruto inmediatamente se soltó del agarre volteando para otro lado, pero el azabache le estampo una cachetada en la mejilla, poniéndola roja – no te resistas Naru-chan – le hablo mientras volvía a tomar la boca del rubio aprisionando sus mejillas con sus manos para que esta vez no escapara. El beso era hambriento y desgarrador para el menor ya que Itachi mordió su lado hasta hacerle salir sangre.
El celular del Uchiha sonó, así que se aparto del rubio y le volvió a poner el pañuelo para que mantuviera la boca cerrada, no se iba a arriesgar a que le quitaran lo que tanto le costó conseguir.
Contesto el teléfono – Hola… si voy para allá– y colgó – parece que ya descubrieron que no estás – le informo al kitsune – nos vemos en Italia, amor – le dijo para después besar su frente y retirarse del lugar.
CONTINUARA…
Los ojos de mi doncel 1: se refiere al libro de los ojos de mi princesa de el autor Carlos Cuauhtémoc Sánchez.