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Despertar de primavera por x_tirana

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Notas del capitulo:

Como les va a todos! Feliz año!! (? xD

Espero no haberlos hecho esperar demasiado... ^^U

Bueno aqui les traigo un nuevo capitulo y debo advertirles que las cosas se ven negras para Renji y Byakuya (cuando no?! xD)

Espero que les guste.

 

- … Nadie cuestiona mis decisiones…

Su mano se cerraba con fuerza alrededor de su garganta. Tenía la imperiosa necesidad de incrustar uno a uno sus dedos en ese cuello tan vulnerable hasta dejarlo inconciente. Y él no era de la clase de hombre que se quedara con las ganas alguna vez. Sentía ceder sus huesos ante su agarre. Su respiración se aceleraba. Con una sonrisa le dejo ver a su no tan inocente víctima  que esto le gustaba cada vez más. Lamió sensualmente sus labios.

- Abre la boca y saca más tu lengua…

- … Lo… lo que usted diga Aizen sama…- Aporro ya casi no podía respirar pero que va, estaba completamente excitado que hubiera obedecido cualquier orden. Le encantaba que lo tratara así. Que con esa mirada salvaje y autoritaria lo arañara, lo mordiera, lo desgarrara hasta sangrar. Que lo usara una y otra vez de la manera que quisiera. Solo a él. Sin la necesidad de esos estúpidos “sentimientos” estorbando en el camino del placer. Sexo puro, sin miramientos. Abrió su boca y sacó su lengua en un único movimiento.

Allí estaba él, mirándolo fijamente con expresión lastimera. Exactamente la que le había ordenado que pusiera. Patético. Tan sumiso y pervertido a la vez. Bastó con golpearlo contra la pared para que se pusiera duro. Al arrancar se le estaban acabando las excusas para ir a molestarlo a su oficina. Sería todo más rápido si cuando llegara le dijera simplemente métemela en vez de hacer todo ese teatro. Sin embargo tenía algo de atractivo. Después de todo lo había creado así  por alguna razón. Esa figura esbelta y bien contorneada. Esa voz tan particularmente sexy. Esa conducta sadomasoquista. Esos mechones rosados que caían sobre su rostro y se mojaban con su transpiración. Le provocaba lamerlo… y que lo lamiera. No era tan entretenido como había sido ese pequeño y noble traidor en su momento pero saciaba sus ganas por unos instantes. Tres o cuatro veces al día.

Por supuesto, no era su único juguetito. Claro que no! Aporro no era suficiente. Arrancars, Espadas, Numeros, Shinigamis y algún ocasional humano. Pero estos al ser tan débiles soportaban una hora como mucho, algo sumamente inaceptable.

Después de hacerlo esperar lo suficiente, acercó lentamente su rostro hasta su subordinado y comenzó a rozar con su lengua ese blando y suave músculo que salía de sus labios. No lo hacía de forma tierna sino con una tortuosa lentitud. La recorría completa, empapándola con su saliva. Aporro abrió sus piernas para que sus cuerpos se frotaran entre si. Aizen se acercó con más fuerza de la necesaria hasta chocar contra él. Se cansó de jugar. Abrazó con sus labios la boca de su amante y lo fue sometiendo casi con furia. Lo mordía y lo chupaba con tal rapidez que apenas si le permitía a Aporro reaccionar. El Espada lo agarró de la ropa y lo empujó sobre su ostentoso escritorio. Sus manos recorrían todo su cuerpo, lastimándolo hasta el último centímetro. Las manchas de sangre contrastaban perfectamente con lo claro de su ropa y de su piel. Ni siquiera las manchas alargadas de sus rasguños podían sacarle la expresión de placer al pelirosa. Se desprendió el pantalón y su miembro ya erecto saltó de su encierro. Sin perder tiempo y en dos violentos movimientos le rompió sus ajustados pantalones y se los sacó por completo. De su pene chorreaba un espeso líquido blanquecino, como esparcido en algunos lugares. El muy pervertido se había corrido con solo unos besos. Tiraron todo aquello que estorbaba al suelo. Por una vez todo ese espacio sería productivo. Si ni siquiera se habían molestado en cerrar la puerta no lo harían ahora por unos estúpidos papeles.

Las Noches estaba en completo silencio salvo por los gemidos de su actual esclavo sexual y algún quejido esporádico del shinigami… Abarai… Renji…

Una idea cruzó a toda velocidad por su mente mientras apretaba entre sus manos la erección de su amante. Podría ser divertido, pensó mientras lo apretaba con más fuerza.

 

 

Renji estaba cansado. Tirado sobre esa cama que habían dispuesto para él y mirando el insípido techo sin color, sentía como sus oídos le ardían. Estaba seguro que lo que más le hubiera gustado hacer, además de salir de allí y ver a Byakuya, era arrancárselas de raíz. Y no por el dolor de alguna herida que se haya hecho tratando de escapar. Hubiera estado gustoso de aceptar esa alternativa. Sino porque ese molesto individuo de pelo azul, que llevaba casi todo el día sentado a su lado, no había parado de hablar ni siquiera un segundo. De vez en cuando posaba su mirada en él y asentía simplemente por ser cortés. Pero no tenia ni idea de que estaba hablando y sus niveles de tolerancia estaban peligrosamente bajos.

- … Y así fue como conocí a Aizen sama… Qué te pareció? Entretenido no? Acaso no soy el mejor contando historias?! Ea, te dejé sin habla! Je je je…

Grimmjow lo codeaba repetidamente.

- Sí… sí… ya basta! Déjame en paz!- lo apartó de un golpe.- Ustedes no tienen cosas que hacer?

Ulquiorra apostado en una esquina pareció no escucharlo.

- Supongo que tendrán otras actividades además de secuestrar shinigamis? No se, otras maneras de “diversión”…

El peliazul lo miró extrañado. No conocía otra cosa que no fuera eso, ni siquiera podía imaginar a que se refería. Inclusive esa vida como arrancar era nueva para él. A Renji le dio una punzada en el estomago. Este sujeto está bromeando, no? Tiene que estar bromeando. Era imposible que no supiera de qué hablaba. Se sentó. Cómo se lo explico?! En momentos como ese se lamentaba de su origen humilde. Pero solo en ese aspecto. Toda su vida creyó que todo hubiera sido más sencillo si desde un principio hubiera sabido poner lo que pensaba o sentía en palabras. Todo. Siempre admiró a aquellos que podían expresarse con naturalidad. En cambio él siempre era mal interpretado…

- Eh… bueno… - ya completamente abrumado- “diversión” es cuando… cuando te entretienes con algo o alguien… sí, eso… cuando pasas un tiempo sin preocupaciones del trabajo o eh… cuando estas contento en compañía de alguien…

Los ojos de platos de Grimmjow lo estaban incomodando pero se sentía bien que alguien le prestara tanta atención a sus palabras. Como todo un maestro.

A lo lejos se escuchaba un ruido extraño que aumentaba cada vez más. Los tres individuos se quedaron como paralizados, escuchando atentamente tratando de adivinar qué o quién podría estar produciendo tal escándalo. Era como una especie de grito entrecortado. Pero no sonaba a que fuera producto del dolor. Era como si la persona (porque ya estaba segurísimo que era una persona) quisiera emitirlo.

Para cuando Renji se dio cuenta qué era aquel sonido al que estaba prestando tanta atención, su cara estaba de la misma tonalidad que su pelo. Alguien, probablemente a unas habitaciones de distancia en el piso de arriba, gemía como si el mundo fuera a acabarse en cualquier momento. Allí, en Las Noches! Miró al arrancar a su lado, quien tenía una sonrisa pícara plasmada en su rostro. Maldito hueco pervertido. Toda su teoría de la diversión llevada a la práctica en un segundo.

- Creo que ya entiendo lo que quieres decir… pero ni creas que podrás divertirte conmigo, shinigami! - su sonrisa se ensanchó.- Solo una persona tiene permitido hacerlo, je...

Ulquiorra se giró casi imperceptiblemente y volvió a su posición inicial.

El colorado iba a responderle con una sarta de juramentos pero en ese momento le pareció reconocer algo familiar en el gemido. Al principio no había sonado así, estaba seguro, pero ahora se escuchaba con mayor claridad. Más grave y refinado. Era imposible. No podía ser cierto. No puede ser cierto. Es Byakuya.

Sin decir nada salió corriendo a toda la velocidad que le dieron las piernas. El pasillo quedó atrás en unos segundos y las escaleras, a pesar de parecerle interminables, lo harían también. Las heridas de su abdomen comenzaban a abrirse por el esfuerzo. No importa, ya habría tiempo de curarlas otra vez. Trastabilló en el último escalón. Su andar se volvía más y más lento. La atmósfera que lo rodeaba se desdibujaba y lo presionaba hacia abajo. Tampoco importaba. Tenía que llegar a esa puerta delante de él. Ya casi. Tan solo unos metros, ya…

 

 

Sobre el escritorio Aizen apretaba la erección de su amante con sus manos. Su superficie cubierta de semen le facilitaba la masturbación. Subió al noble por competo al escritorio y antes de que este pudiera acomodarse le metió tres dedos de una sola vez. La cara de dolor y el grito de placer de Kuchiki Byakuya rayaban el mal gusto. Los introdujo una y otra vez con tal fuerza que parecía querer meterle la mano completa. Lo agarró del Haori y lo trajo hasta él para lamerle la cara. Renji no podía respirar. No entendía nada. Qué era todo esto? Quería dejar de ver pero la presión espiritual de Sousuke lo mantenía en el suelo. Lo único que podía hacer era mirarlos. Ni siquiera tenia la fuerza suficiente para apartar los ojos de esa repugnante escena. Lágrimas brotaban de sus ojos, incontrolables. No puede ser cierto. Esto debe ser alguna horrible pesadilla. Los gritos de su capitán eran cada vez más escandalosos y hacían eco en su cabeza.

Cada grito coincidía con los golpes de los dedos del Espada en su entrada y con el roce de sus miembros cada vez que se adelantaba. Del mismo modo que lo había hecho con él la primera vez.

Sacó su mano de golpe y lo arrastró de la ropa hasta tirarlo del escritorio con un ruido seco, dejándolo a sus pies. Aizen con una mano tomó su pene del que escurrían unas gotas de líquido y con la otra tomo a su amante por el cabello y lo empujó hacia su entrepierna.  El shinigami lo lamía como si estuviera hecho de dulce. Lo acariciaba con las manos y su lengua, para luego apretarlo con sus labios.

Aizen lo tomó de la bufanda y le dio una vuelta en su mano. Estiraba de ella para advertirle al noble cuando debía intensificar la felación. Su amante parecía entenderlo a la perfección y lo succionaba con ahínco.

- Es bastante bueno… – le dirigió una sonrisa perversa al colorado. – Tú también quieres probar?

Apartó de un golpe a Byakuya. Se dirigió a donde yacía el teniente y lo arrastró hasta el centro de la habitación.

- Desátale la ropa y móntate en él.

Presuroso Kuchiki obedeció al Espada. Le desato el obi y se lo quitó por completo. Le bajó la hakama hasta la rodilla sin ninguna ceremonia y tomó el miembro de Renji en sus manos.

- Esta fláccido y no es tan grande como el de Aizen sama…- la primera vez que Byakuya hablaba y al colorado le pareció ver como su idea de que eso podría llegar a ser un sueño se venía abajo. Ese era el Kuchiki Byakuya real. El que hablaba y lo tocaba con asco.

- Has lo que te digo!

Se situó sobre él y se introdujo el pene del colorado como pudo. Apenas lo hubo conseguido comenzó a mecerse de atrás hacia delante, profiriendo pequeños gemidos de cuando en cuando.

Renji en un esfuerzo sobrehumano cerró sus ojos. Sentía que moriría si seguía viéndolos. En un momento los gritos del noble de ahogaron de repente y sus ojos se abrieron sin pretenderlo, solo para verlo juguetear con el miembro de Aizen otra vez.

Las lágrimas le nublaban la vista. Era mejor así. Ya no podía más. Esto era peor que la muerte. Es más, si esto era verdad ya no quería vivir…

Byakuya se levantó relamiendo sus manos y su rostro. Trataba de beber toda la semilla que Aizen había esparcido sobre él. En ese momento la presión espiritual que lo retenía, disminuyó. Renji ya podía moverse, gritar, llorar y tratar de matar al Espada. Con un movimiento este lo volvió a inmovilizar pero esta vez dejándolo inconciente.

- Llévenselo.- le dijo a Grimmjow y Ulquiorra cuando aparecieron por la puerta. Parecían muy agitados.

Sin decir una palabra, el peliazul tomó a Renji y salieron de la habitación.

 

 

Byakuya Kuchiki se encontraba en medio del desierto. No quería detenerse pero no tuvo más remedio que hacerlo. Ya llevaba mucho tiempo usando el shumpo. Unos segundos bastarían para reponer energía.

No podía dejar de pensar en lo que había dejado atrás. Su hermana, quien había sido muy valiente al rechazar toda una vida de nobleza para venir a rescatar a su amigo. No podría estar más orgulloso de ella. Pero descuidarse así con esos estúpidos arrancars… no tenía ninguna excusa! Principalmente con ese idiota y su “Amor”. Maldito bastardo. La hirió, hizo que hiriera al pequeño del 4to Escuadrón y aún así pretendía que lo dejara vivir! Tuvo suerte de que lo matara tan rápidamente…

De repente, casi como un susurro, llegó a él una inconfundible sensación. Renji. El reiatsu de Renji. Podía percibirlo, débil…pero allí estaba! Corrió a toda velocidad en esa dirección. Estaba cerca. Ya podía sentirlo en sus brazos. Espérame…

 

Notas finales:

Bueno, asi se fue otro capitulo mas!

Si tienen algo para decirme ya saben como hacerlo.

Sus comentarios o sugerencias seran bien recibidas! ^3^

 

Matta ne!

 

x_Tirana


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