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Notas del capitulo:

Nota : El texto en cursiva son los recuerdos de los personajes, a excepción de las palabras y/o frases en otro idioma

Capitulo 2: Cuando la distancia no es olvido

–Vamos chicos, mejorar ese dribleo– animaba, con unas palmadas, el entrenador Karasawa a dos alumnos de primer año. Mientras miraba de reojo a dos de sus mejores jugadores, Hanamichi Sakuragi y Kiyota Nobunaga, que se encontraban inmersos en uno de sus típicos uno a uno, ajenos al espectáculo que para variar estaban provocando.

‹‹ No tienen remedio››, suspiró interiormente el entrenador dejándolos estar, bastante había conseguido con que se compenetraran en la cancha. Incluso fuera de ella tenían una relación que se podía calificar de amistosa, claro que, lo primero no le costó demasiado, ambos eran muy competitivos y trabajar juntos por el bien del equipo en pos de victorias, en un campeonato mucho más difícil que el de Secundaria fue algo que los dos entendieron a la primera, pero a pesar de ello, el hecho de que tuvieran caracteres parecidos, con ese afán de protagonismo y una explosiva vitalidad, les hacia chocar muchas veces porque simplemente eran dos locomotoras en la misma dirección, además se añadía que el ex–jugador del Kainan parecía tener por afición picar al pelirrojo y este no se quedaba atrás respondiéndole en todas las provocaciones. El resultado era tener un entrenamiento de los más movidito día si y día también.

Kazuo Karasawa, en el fondo, se alegraba de tenerlos en el equipo. Aunque, en un principio, el jugador del Shohoku le había parecido violento cuando le conoció en aquel partido contra el Sannoh. Pero aquel juego fue el principio de muchos que vieron en la memorable actuación del nº 10 del Shohoku una joya deportiva por pulir y en cuanto acabo el instituto fue tanteado por numeroso equipos universitarios que querían hacerse con los servicios del mejor reboteador de la Secundaria nacional. Fue una suerte que aceptara ser jugador de la Universidad Shintai, aunque le significó dejar la prefectura de Kanagawa para trasladarse a Tokio. Sin embargo, parecer ser que no le supuso un gran problema por que antes que él sus compañeros de Shohoku, Ryota Miyagi e Hisashi Mitsui jugaban becados por la universidad gracias a la mediación de Takenori Akagi, ex-capitán del equipo, actualmente estrella de la JBL y pilar del Saitama Broncos.

Concentrando la mirada en el par pensó que su rivalidad deportiva hacia que ambos siempre estaban buscando superarse, aunque intuía que había algo en Sakuragi que lo impulsaba a mejorarse más allá de sus enfrentamientos con Kiyota. Miró al pelirrojo, parecía que Sakuragi hoy no tenía su mejor día

–Vamos friki pelirrojo, ¿donde esta tu garra?– animó Kiyota al liberarse fácilmente de la defensa de Sakuragi y salir corriendo hacia la canasta dando por finalizado el juego haciendo un mate. Mientras el pelirrojo no se molestaba siquiera en seguirle.

–!Te he ganado mono rojo, ya no estas a mi altura¡– profirió exclamando ruidosamente en un tono de victoria, que por la cara que puso Sakuragi no le debió de gustar lo mas mínimo que su rival se pavoneara delante de él, pero aun así, sorprendentemente para Nobunaga, Hanamichi no respondió sus provocaciones como de costumbre.

–¿Qué pasa? ¿Tuviste un mal fin de semana?– siguió con sorna el ex-jugador del Kainan– el enano tampoco parece estar en su mejor día, ¿ no estaréis dejando el baloncesto de lado para pulir vuestras cuerdas vocales y ser los nuevos ídolos de la canción para conseguir comeros algún rosco

Apenas termino de burlarse cuando recibió un balonazo en el cogote con el que se le salieron los ojos de las órbitas.

–el enano– ironizó con rabia Miyagi yendo a recoger el balón que había caído a los pies de Kiyota– no necesita fans locas porque ya tiene a alguien, no como tú que eres un salvaje y no pillas cacho ni pagando– le contestó encarándolo mientras el mas alto se sobaba la nuca con un gesto de dolor

–Bueno chicos– terció Mitsui metiéndose entre los dos después de haberse muerto de risa  – no olvidéis que el capitán soy yo y también soy el único que liga– continuo riéndose mientras Kiyota y Miyagi se lanzaban miradas asesinas

El entrenador y el resto del equipo se habían convertido en espectadores acostumbrados a esas salidas de tono, claro que resultaban tan cómicas que en vez de tensar el ambiente ayudaban a relajar a los jugadores, que observaban el intercambio de los habituales insultos animalisticos con miradas divertidas.

–Bien es todo por hoy, reúnanse por favor–  anuncio el entrenador, dando por terminada la función

El ruido del bote esférico naranja cesó de sonar en el gimnasio y algunos jugadores exhaustos se apoyaron  entre ellos para intentar recuperar el oxigeno perdido por el ejercicio.

–Como viene siendo costumbre, me han pedido que os anuncie los convocados para la selección sub 21– pasó la mirada por todos los componentes del equipo–pero antes me gustaría decirles que estoy orgulloso de ustedes por el primer puesto del campeonato universitario de primavera y espero que den lo mismo para la liga que comenzara después del verano, ojalá que la experiencia de la selección les haga madurar su juego y los que no hayan sido seleccionados que sigan entrenando duro, ya habéis experimentado que aquí no se regala nada

Entre ellos se intercambiaban miradas cómplices, se sabía quien era los probables convocados pero aun así estaban todos expectantes

–También conocen los rumores respecto a los seleccionados para el equipo juvenil, no en vano su generación es muy competente, pero finalmente han convocado a Kiyota Nobunaga, Ryota Miyagi y Hanamichi Sakuragi para representar a Japón

–Siiiii– se oyó gritar alborozados a Kiyota y a Miyagi. Si antes casi se matan ahora estaban tan amigos, mientras abrazaban a Sakuragi, que si bien se mostraba menos expresivo que de costumbre, no podía ocultar la expresión emocionada que tenia en la cara.

El entrenador Karasawa les dirigió una mirada divertida pero luego la cambio por una de paternal reproche

–Enhorabuena y déjennos en buen lugar. Y los demás ya saben, mantengan la forma este verano, espero que tengan unas buenas vacaciones y nos vemos en Septiembre

Pero antes de retirarse se dirigió hacia a Mitsui

– Capitán, venga conmigo por favor

–Claro entrenador– contesto siguiéndolo hacia su despacho, no si antes chocar las palmas de sus amigos por el éxito conseguido

Los demás jugadores también les felicitaron y se fueron yendo a las duchas entre comentarios sobre sus vacaciones, mientras los tres compañeros convocados charlaban amigablemente como si la pequeña disputa anterior no hubiese sido con ellos

–Bueno, chavales yo me voy para las duchas– anunció Nobunaga al rato– ¿os venís?

–No que va, nos quedamos practicando un poco mas verdad Ryochin – habló Hanamichi por fin, apoyando su codo en la cabeza del más pequeño y con una sonrisa falsa añadió– tenemos que esforzarnos ahora que hemos vuelto a ser seleccionados para el equipo nacional

–Si – contestó  Miyagi con evidente mala gana

–JAJAJAJA, mono rojo, ¿qué te pasa?¿ estás cagado?, sabes que no me superaras

–Cierra el pico mono salvaje– dijo señalando a Kiyota– yo no tengo que superar a nadie, soy el mejor

–Sakuragi no te flipes, si así fuera estarías con Sendoh, Rukawa y Sawakita jugando en la CNAA, pero no te preocupes en la selección te podrás lucir, como los americanos les tratan como las nenas que son y no quieren que se lesionen sabes que no van a ir a la selección, es más, de seguro que ni siquiera se han tomado la molestia de convocarlos– y tomando una pose triunfal, continuó– y ya sabes que después de esos el mejor soy yo porque Maki y los demás están convocados para la absoluta y no cuentan

Miyagi se percató de que cuando Kiyota llamó nena a Rukawa los ojos de Sakuragi habían centelleado de furia y había apretado los puños para contener el golpe que le hubiera gustado darle, pero si este no lo hizo fue porque recordó apenado que en parte tenia razón. Llevaba en la sub 21 tres años y los que estaban en EEUU habían rehusado defender la camiseta nacional.

–Hasta luego dúo dinámico, ya os veré mañana– dijo mientras se marchaba en dirección a las duchas

El base se le quedo mirando mientras se marchaba para admitir en un tono neutro

–Sabes Hana después de tres años he llegado a apreciarle pero esta vez le tenias que haber dado un cabezazo mortal – cambió su campo visual y lo dirigió a su amigo– sinceramente no entiendo que te pasa apenas has dicho palabra...

Ryota no pudo terminar sin que el balón que llevaba le fuera arrebatado de las manos por un Sakuragi que corría furiosamente hacia la canasta para terminar haciendo un violento slam dunk y colgarse del aro, en cuanto puso los pies en el suelo cogió la pelota y se la paso a Ryota

–¿Un uno contra uno?

Ryota le devolvió el pase

–Por supuesto

 

Después de terminar exhaustos y darse cuenta de que eran los únicos que estaban en el gimnasio, Ryota se encaró con Sakuragi

–Vamos Hana, me he dado cuenta de esto, no sé por que no quieres ir a ducharte con los demás

Hanamichi no contestó a su amigo, se limito a comprobar que estaban solos en el gimnasio, para dar el visto bueno e irse a la ducha seguido de Miyagi

Se despojo de sus sudadas ropas y entró en la zona de duchas con la toalla sobre el hombro izquierdo y con cara de enfadado, mientras, detrás Ryota intenta seguirle con paso apresurado y con una toalla amarrada a la cadera.

–¿Por qué estas enfadado?– inquirió Ryota a su pelirrojo amigo–Es por la borrachera del sábado ¿verdad?, mira ya se que desde la ultima vez que juramos no acabar tan ebrios no hemos vuelto a beber, pero mira el lado bueno... ¿ cuando fue la ultima vez?– empezó a recordar Miyagi– todavía estaba Akagi de capitán, más o menos antes de primavera

Hanamichi hizo como si no hubiera oído la retahíla de su amigo y se dirigió hacia uno de los platos de ducha

–Venga Hana, no es para tanto– esta vez Sakuragi se paró en seco y le miró con una expresión poco amigable para después dirigirse hacia su amigo de forma amenazante

–Ven aquí – cogió a su amigo del brazo y lo llevo delante del espejo de pared que había en la zona de lavabos del vestuario

–¿Qué pasa?

Hanamichi le hizo darse la vuelta y le quito la toalla, dejando al base en cueros

–¡Lo sabia pervertido!– gritó Miyagi – a ti con el rollo de que te gusta Rukawa se has vuelto un sarasa, no perviertas mi culo que es solo para las dulces manos de mi Ayako

Hanamichi ya desesperado le dio un puñetazo en la cabeza al más puro estilo gorila y dijo con ironía

–Claro, que es solo para Ayako... tan claro como que lo pone hay– señalo el pelirrojo a la zona donde la espalda pierde su casto nombre y donde estaba escrito el nombre de Ayako con letras de logotipo de las novelas de Harquelín– y te he dicho mil veces que no me gustan los tíos... sólo Rukawa– respondió airado con las mejillas encendidas

–No entiendo tu enfado– contestó Miyagi mirando su tatuaje y rascándose la nuca– lo que pasa es que tienes envidia y el zorro ese que te han hecho es una cutrada comparado con el elegante nombre de Ayako

–Nooooo- suspiró desesperado Sakuragi con los ojos en blanco– que no es eso, joder Ryota, es que no lo ves, como se te ocurrió llevarme a local de tatuajes

–Es que yo quería que el recuerdo de Ayako me acompañara siempre

–Pues me podías haber llevado a una joyería y habernos grabado una medallita con su nombre, porque ahora me dirás que hago con esto, si parece un anuncio de “ Estoy que babeo por los huesos de Rukawa”

–Pero es la verdad– replicó el base inocentemente

–Yo... yo... no... – a Hanamichi se le trababa la lengua cuando se trataba de hablar de sus sentimientos hacia Kaede Rukawa.

–Una vez me confesaste que Rukawa es dios y tú eres su profeta– dijo Ryota con retintín y dejando escapar una risilla

–¡¿QUÉ?!– se oyó a la voz del pelirrojo tronar– ‹‹joder, seguro que estaba borracho. Seré gilipollas››

Se dio un cabezazo contra las baldosas de la pared para después agarrar sus utensilios de baño y meterse en una de las duchas accionando rápidamente la llave del agua. No quería que su amigo se diera cuenta de que estaba rojo de vergüenza y morado de ira.

Ryota se compadeció del pelirrojo, era consciente que no le había resultado fácil ser sincero consigo mismo respecto lo que sentía hacia Rukawa

‹‹un hombre, su mayor rival y encima después de 51 rechazos femeninos›› se dijo a si mismo el castaño, no le gustaría para nada estar en la piel de su compañero concluyó posicionándose en la ducha contigua a la del pelirrojo

–Ya sé que para variar no quieres hablar de ti y Rukawa– continuo el mas bajo– y estoy seguro de que si no lo hubiera descubierto, por mucho que fuéramos amigos no me lo hubieras contado, y lo entiendo, tu ejercito se burló cuando descubrieron que tenias un póster de Rukawa dentro de la puerta del armario, pero yo no me reí y además te cuento todo lo de Ayako. Tú eres el único que me comprende y no diré a nadie lo del tatuaje– cambió su tono por uno más solemne–te lo juro por Ayako que es lo mas sagrado para mi y si no que se muera– Ryota se quedo un momento pensativo recapacitando sus palabras y dijo haciendo un gesto con la mano– no espera rehago el juramento...

–¿Todavía aquí?– interrumpió una voz conocida para los chicos que hizo ponerse lívido a Sakuragi. Este, rápidamente dio por terminada su ducha cogiendo su toalla y poniéndosela encima de su hombro tapando su tatuaje.

–¿Que pasa Mitsui?– respondió resuelto Miyagi girando la cabeza – ¿qué quería el entrenador?

Pero Mitsui no pudo responder, por que, cuando avanzó unos pasos estaba mirando fijamente el culo de Ryota que cuando se percató, se tapó con la toalla rojo de vergüenza

 –¡Eh!, no va a resultar  que también te gustan los hombres– Hana miro a Ryota– estooooo– continuo Ryota consciente de su metedura de pata– si ya se que soy irresistible pero entre tú y yo no puede haber nada...

Miyagi no pudo acabar porque recibió de la mano del muchacho moreno su segundo puñetazo en lo que iba de día

–Pero ¿tu estas tonto o que?– le respondió Mitsui– ¿sabes lo que llevas puesto donde empieza tu trasero?

–Claro que lo sé, es el sublime nombre de mi amada y tú no lo leas que es solo para sus ojos– sentenció saliendo de la ducha y asegurándose la toalla en su cadera.

–Oye Miyagi– dijo el tirador de triples pensativo– ¿qué has querido decir antes con tu también..

Hanamichi cortó rápidamente el rumbo de una conversación que se le estaba empezando a atragantar

–No nos has dicho para que te quería el entrenador

–Tengo varias ofertas de varios equipos de la JBL – anunció el moreno feliz de la vida

–¡Genial Mychi! , ¿eso quiere decir que nos vas a dejar no?

–Si, pero venga no os pongáis tristes, centrémonos en el presente, ¿nos vamos a celebrarlo con una comilona?

–Enhorabuena chaval– dijo Miyagi palmeando en la espalda a Mitsui– yo me voy a ir vistiendo– dijo saliendo de la zona de duchas

–No hay remedio, ¿verdad Sakuragi?– suspiró el moreno poniéndole la mano en el hombre donde llevaba la toalla

Hanamichi se alteró, ¡¿acaso él se había dado cuenta?!

– ¿Por qué pones esa cara?, ya sé que Ryota esta tarado con el tema de Ayako y aunque lo del tatuaje es muy fuerte no creo que pase de ahí, tu le echas el ojo para que no haga tonterías ¿no?

–Claro Mychi– habló como pudo– este Tensai no deja colgados a sus amigos

‹‹ Si este supiera››, pensó ajustándose la toalla

 

Después de ir con Mitsui a comer y conversar acerca de la liga japonesa y la selección. Miyagi y Sakuragi habían vuelto a la residencia, tenían que empacar sus pertenencias pues mañana volvían a Kanagawa y aunque fuera un par de días podían ver a sus amigos antes de irse a al equipo nacional.

En cuanto llegaron cada uno fue directo a su cuarto, Sakuragi puso un CD de música para distraerse y se dispuso a guardar sus utensilios de dibujo. Estaba bastante contento de haber elegido Bellas Artes al igual que Miyagi, eran dos cabezas duras tanto en letras como en ciencias pero cuando escogieron dibujo en el instituto como optativa pensando en una asignatura que no les fuera muy complicada a ambos les acabo gustando. Ahora él estaba en tercero. Tenia pensado acabar ese año y diplomarse, pues en realidad quería centrar todos sus esfuerzos en el baloncesto, no como Miyagi que quería acabar la licenciatura y estaba en su cuarto año de carrera.

Miro a un lado a otro como si estuviera escondiendo algo y saco de debajo de la cama varios cuadernos de dibujo que constituían su pequeño tesoro y su gran secreto, abrió el primero, eran estudios de cuerpo humano con un modelo singular: Rukawa.

 Sakuragi fue pasando las hojas del cuaderno contemplando extasiado la deseable figura del cuerpo de su zorro, que no tenía nada que envidiar a las hermosas estatuas masculinas de la Antigüedad. Hanamichi acarició el dibujo profiriendo un corto suspiro, Rukawa era real pero no estaría nunca a su lado. Este pensamiento hizo que tirara el bloc de dibujo en la cama con desgana para coger otro.

Este era su cuaderno más especial. Solo había retratos de Rukawa, pero las facciones de su cara distaban mucho de lo que el poco sociable jugador mostraba. El pelirrojo se había tomado la libertad que le propiciaba su enamoramiento para imaginarlo expresando vivas emociones, y así lo había plasmado en el papel. Sin embargo había una que provocaba dolorosos recuerdos en Hanamichi, una en que las facciones de su cara estaban igual de inamovibles que siempre pero en sus ojos habían un brillo extraño.

La pista del CD volvió a saltar y unos acordes de piano comenzaron a sonar en la pequeña habitación empezando una balada que el pelirrojo se sabía bien

What I got to do to make you love me?– canturreó mientras la canción le envolvía. Se preguntaba por que era tan patético, poniéndose a cantar una canción que suplicaba perdón frente un retrato de Rukawa. Pero él vio esa expresión y fue cuando se dio cuenta de que sus sentimientos era algo más, lo recordaba como si fuera ayer.

 

Uno de Enero, el aniversario del zorro, era el ultimo año de estancia en Shohoku y se podía considerar que era amigo de Rukawa pues desde su lesión le había ayudado a ponerse a punto para volver a jugar y habían trabado una curiosa pequeña amistad. Sakuragi era quien siempre hablaba y aunque al principio le parecía extraño, termino por acostumbrarse a la introvertida personalidad de Rukawa y a descifrar sus silencios.

 El pelirrojo iba andando sin rumbo fijo, a pesar de ser año nuevo no tenía ningún plan y por su mente pasaban vagos pensamientos. Se sentó en un banco de la calle para después distraerse en contemplar el nublado cielo

 ‹‹ Vaya asco de día››, sopesó,‹‹espero que ese zorro no este entrenando porque si no le va a pillar una buena, ¡pero que digo! Si hoy es su cumpleaños, seguro que esta celebrándolo››. Al pensar esto último, una punzada de envidia le recorrió la columna vertebral. No se podía decir que estuviera solo, pero en estas fechas los miembros de su Gundam estaban cada uno con su familia y su madre trabajaba duramente para mantenerlo después de que falleciera su padre.

 Se irguió y sus pasos le llevaron hasta la casa de Rukawa. Mientras recorría el camino penso en darle una sorpresa  felicitándole en su cumpleaños, ya que estaban en vacaciones y no lo vería hasta unos días más tarde. Se plantó delante de la puerta, se encontraba nervioso, ¡nervioso!, ¿por qué estaba así? tan sólo iba a saludar a un amigo. Suspiró fuertemente para si y finalmente se animó a tocar el timbre. Un hombre maduro y con aspecto demacrado salió a su encuentro y lo miro de arriba a abajo despectivamente

 –Esto... hola, soy compañero de Rukawa, ¿puedo saludarle?

 –Ese estúpido está en el cementerio–respondio de mala gana el hombre que el pelirrojo supuso que era el padre del zorro– donde debería estar– sentenció fríamente

 Cerró la puerta abruptamente en la cara de un Sakuragi que no se podía creerse lo que sus oídos habían captado. Su cabeza no dejaba de dar vueltas sobre las crueles palabras, y cuando se quiso dar cuenta estaba en el campo santo. Ni siquiera la fina lluvia que empezaba a caer le hizo desistir de sus pensamientos. Escrutando todo el lugar con la mirada divisó la figura de un agazapado Rukawa, un inesperado sentimiento de alivio le asaltó y fue hacia su encuentro con pasos ligeros, pero antes de que llegara hacia su meta, el zorro se volvió para comprobar quien estaba detrás de él.

Sus miradas se cruzaron y ambos se quedaron estáticos. Sakuragi creyó por un momento que se había olvidado algo tan básico como respirar y todo por que los zorrunos ojos le mostraban una parte recóndita del alma que estaba dentro de ese cuerpo, y le estaba provocando que se desbordara emocionalmente. Apenas podía pensar tan sólo era capaz de sentir, aquello que veía en Rukawa y que descifró como miedo, le estaba impulsando a abrazarlo como si tuviera pánico a que el moreno desapareciera, pero no pudo moverse, solo contemplar a ese chico que le provocaba sentimientos confusos. Le pareció que también estaba llorando, no podría decirlo muy bien porque las lágrimas se confundían con la lluvia, que desde hace uno momentos se estaban convirtiendo en un aguacero, y a Hanamichi solo se le ocurrió cobijarle en sus brazos, apoyarle en su pecho y tomar sus labios. El pelirrojo puso una cara de angustia  y salió corriendo. No podía creerlo estaba pensando en besar a ¡¡Rukawa!!

 

Los días que siguieron a ese encuentro pasado por agua fueron los días más oscuros que Hanamichi recordaba. No era capaz de aceptar aquello que había salido a flote desde lo más profundo de su ser y empezó a tratar a Rukawa con el mismo desprecio que antaño. No percibió ningún cambio en el zorro, como si nada hubiera pasado y un buen día de primavera después de acabar el curso se entero de que Rukawa se iba a EEUU.

Se alegró, ilusamente confió en que la distancia le ayudara a olvidar esa locura que sentía por el zorro, salió con varias chicas pero fue en vano, cada vez que tenia alguna entre sus brazos su mente le traicionaba recordando que no era la persona que quisiera tener a su lado.

Se llevo la mano hacia su corazón, ahora se sentía tan estúpido, lo único que había conseguido era que por muy lejos que estuviera, todos los días estaba evocándolo.

Ahora se arrepentía por huir ese día, lo hubiera dado todo por saber que era lo que pensaba, por consolarle. Tenia grabada esa imagen en su mente, ¿que hubiera pasado si no se hubiera comportado tan cobardemente?, ¿o si hubiera abrazado al zorro tal como le gritaba todo su ser?, ¿cómo hubiera sido acariciar esos finos labios con los suyos?

Tocó los labios del Rukawa de papel

–Hanamichi– le susurraba la figura de Rukawa– Hanamichi

El pelirrojo cerro los ojos y fue bajando su cabeza para besar a Rukawa

– HANAMICHI– Berreó Miyagi

El aludido, de la impresión, saltó de la cama y se puso en pie al lado de su amigo

–Mierda, Ryota , no me grites, que me quieres matar del susto ¿o que?

–Si no estuvieras tan sordo y con la música a todo volumen– se fijó en el cuaderno que tenia Hanamichi y la cara de su amigo a juego con el color de su cabello– Ehh,¿ en quien estabas pensando?– dejo escapar con un con tonillo meloso adoptado para la ocasión

–No me mires con esa cara de lascivo y dime que quieres de una puñetera vez

–Tienes a Yohei al teléfono, quiere saber a que hora llegamos mañana

Ryota salió de la habitación y Hanamichi, negando con la cabeza fue a apagar el reproductor musical.

Dedico un último vistazo al retrato que había intentado besar antes de la inoportuna interrupción

When sorry seems to be the hardest word– susurró mirando los ojos del Rukawa de papel

 

Notas finales:

Aclaraciones:

-La CNAA son las siglas de la liga universitaria de baloncesto de los EEUU

-La JBL son la siglas de la liga de baloncesto profesional japonesa .

La canción que escucha Hanamichi es "Sorry seems to be the hardest word"( Perdón debe de ser la palabra más difícil), hay varias versiones.Yo recomiendo la más actual, la de Blue y Elton John, las frases, What I got to do to make you love me? (¿ Que puedo hacer para que quieras?) y When sorry seems to be the hardest word ( cuando perdón debe de ser la palabra más dificil) son respectivamente el primer y ultimo verso de la canción.

Espero que hayan tenido una semana a salvo de calores estivales y nos leemos el próximo domingo en el capítulo 3: Se armó el gordo

Gracias por leer!


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