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With a song... I give you my soul forever por Luna Kaze no Kizu

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Notas del capitulo:

Dejen sus reviews buenos o malos. no los hare sufrir tardandome en actualizar.

EL DESPERTAR.
Se había sentido aturdido, como si estuviese a punto de quedarse dormido, como si quisiera dormir.
Había sentido una picadura en su cuello, no le dolía, pero cada vez sentía su cuerpo mas pesado, sus ojos se cerraban, estaba mareado, pero además de eso, se sentía muy a gusto, sentía calidez. Algo suave le rozaba el mentón. Y la piel de la nuca. Unos brazos impidieron que cayera al suelo. No era capaz de pensar claramente.


Lyzerg despertó en una habitación que definitivamente no era la suya, estaba en medio de una habitación con una pared pintada de azul cielo, la cama era una gran cama matrimonial con sabanas suaves y sedosas. Se sentía débil, y la garganta le dolía por alguna extraña razón, se sentía como si hubiera pasado por una gripe muy mala, ¿Qué había pasado? ¿Se había desmayado en casa del Lord Asakura?
Se sentía muy mal, pero aun así no podía seguir dándole molestias.
Intento incorporarse.
_ Señor Diethel, no esta en condiciones de levantarse- dijo una mujer, mientras lo hacia volver a la cama con delicadeza.
_ No quiero ocasionar molestias innecesarias- dijo Lyzerg.
_ Lord Asakura nos ha ordenado expresamente cuidar de usted- dijo la mujer- Sin importar cuales fueran sus necesidades, debían ser satisfechas.
_ ¿Qué fue lo que me paso?- pregunto Lyzerg.
_ No le puedo contestar la pregunta, el doctor nos indico que usted se encontraba muy delicado de salud, al parecer algo con su sangre- dijo la mujer. Tenia un uniforme como el que llevaban todos los que trabajaban en la casa grande.
La puerta de la habitación se abrió, Lyzerg pudo ver a Hao, su cabello largo resplandecía ligeramente, llevaba puesta una camisa de algodón, y unos pantalones negros.
Cuando vio que se encontraba despierto, esa sonrisa suya tan característica se asomo a su rostro.
_ Me diste un susto de muerte- dijo Hao- ¿Cómo te sientes?
_ Como si estuviese recuperándome de una muy mala gripe- contesto Lyzerg. Aun le costaba hablar, su voz sonaba muy quebradiza.
_ Bueno, al menos estas despierto- dijo Hao.
_ ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?- pregunto Lyzerg.
_ Al menos unas tres horas- dijo Hao.
_ Lamento si le ocasione molestias- dijo Lyzerg.
Hao suspiro.
_ ¿Siempre tienes que ser tan formal?- pregunto Hao, para luego decir- Estas enfermo, tu no pudiste evitarlo. Lo bueno es que estas recuperándote, el medico dijo que no podías levantarte de la cama por nada del mundo. Nos dio indicaciones muy precisas, me temo que estas obligado a quedarte.
_ No me gustaría ocasionar molestias- dijo Lyzerg.
_ Y yo te repito que no me ocasionaste ni la más mínima- dijo Hao. Que pensó. ¿Cómo molestarme si fui yo quien te dejo así?
Hao estaba algo preocupado por la palidez de Lyzerg, no tenia el mejor de los aspectos, si hubiese tardado al menos un poco más en dominarse… No quería pensar en ello.
_ ¿Estas hambriento?- pregunto Hao.
_ Ahora que lo pregunta, es como si no hubiese comido nada en todo el día- dijo Lyzerg.
Hao miro a la mujer.
Ella por toda respuesta se levanto de la silla, salió de la habitación y se dirigió a la cocina.
Al cabo de unos quince minutos, regreso cargando una bandeja, en ella estaba un plato cubierto, cuando levanto la cubierta del plato, Lyzerg vio la comida que solo se servía en la mesa principal.
_ Espero que te siente bien- dijo Hao- Y tienes visitas.
Hao dejo la puerta abierta, Ginebra entro en la habitación con cara de preocupación.
Se acerco a él, sentándose junto a su cama.
_ ¿Cómo es que te paso esto? ¡No te cuidas lo suficiente!- le dijo Ginebra en tono de reproche.- Lord Asakura es muy amable en cuidarte.
Lyzerg sentía que se sonrojaba.
_ No me pasa nada, me encuentro perfectamente- dijo.
_ Por la voz y por la apariencia, me estas diciendo una muy buena mentira-dijo Ginebra.
Lyzerg estaba feliz de verla, pero no se sentía muy cómodo con la reprimenda que le estaba soltando, el había estado perfectamente sano, antes de ese extraño incidente. Cuando se sintió cansado.
_ No me reprimas, me duele la cabeza- dijo Lyzerg- Y te aseguro que me encontraba perfectamente saludable, y no tengo la menor idea de lo que paso.
_ Bueno, de estar saludable a estar en cama y sin poder levantarse de ella, hay mucho tramo- dijo Ginebra- Arthur ya lo sabe, pero esta muy ocupado acarreando con todos esos sacos de abono el solo.
_ Me imagino que estará demasiado cansando al terminar, no debería tomarse molestias por mi- dijo Lyzerg.
_ No se porque eres así, no se trata de tomarse molestias, somos tus amigos, nadie en este mundo puede ser completamente autosuficiente, cuando nos necesites, nos pides ayuda. Y si estas enfermo, avísanos- le dijo Ginebra.
Lyzerg no había estado enfermo antes de ese incidente, se encontraba en perfecto estado de salud, pero sinceramente podía entender la posición de Ginebra, si el había estado completamente sano, no debió haberse desmayado en medio de la sala de música de Lord Asakura.
Aun se sentía muy avergonzado, y había algo en Lord Asakura que no terminaba de encajarle, era extraordinariamente apuesto, y además para la edad que aparentaba, parecía mucho mas maduro, era como si en su exterior tuviera 16 y en su interior tuviera la inteligencia de un adulto. Ese gran aire de rebeldía, fortaleza y a la vez de sabiduría. Lyzerg se sentía inquieto en la presencia de ese Lord.
Pero en cierta forma, también disfrutaba su compañía. En estos momentos su mente era un enredo y se sentía tan débil que no quería comenzar a desenredarlo al menos por ahora.
_ Vale, me preocupa mucho tu aspecto, te dejare tranquilo. Pero hay algo que te preocupa, esa mirada la reconozco.- dijo Ginebra.
Lyzerg no le contesto.
_ Es la misma mirada que pones cuando te preocupa tu pasado e intentas averiguar sobre tu vida- dijo Ginebra.
_ No he tenido el mas mínimo éxito hasta este momento- dijo Lyzerg- Y no tengo recursos para gastar de esa forma, solo debo enfocarme en la música, y en mi vida. Si de verdad le hubiese importado a quien quiera que me abandono, no estaría en este lugar.
Ginebra no quería ponerlo de ese estado de ánimo, decidió hacerlo pensar en cosas mas alegres.
_ Mírale el lado positivo a tu enfermedad, estas en la casa de un noble, en una bonita habitación, en una cama suave, y te están atendiendo como un rey, debes de haberle agradado a Lord Asakura- dijo Ginebra.- Gracias
_ ¿Por qué me las das?- le pregunta Lyzerg.
_ Porque gracias a ti sacie curiosidad por ver esta casa. Y además vi a Lord Asakura y es ¡perfecto!- el entusiasmo de Ginebra era implacable- Dios no pudo haberle dado tanta perfección a una persona, cuando se habla de perfección y dinero ya es mucho. Dios que afortunada será su esposa.
Lyzerg miro al techo con un gesto teatral.
_ Las chicas son raras-dice.
_ No te doy un buen zape porque no quiero matarte- dijo Ginebra- Y estas convaleciente.
Lyzerg rio sarcásticamente.
_ Como si te dejara tocarme- le dijo muy seguro de si mismo.
_ Eres odioso- dijo Ginebra incorporándose y saliendo de la habitación.
Como era frecuente que ella actuara así, Lyzerg lo dejo estar, se sentía cansado, y quería dormir, si seguía así pasaría la mayor parte del tiempo durmiendo.

Cuando Hem regreso a casa, se encontró a una belleza pelirroja salir de allí, repentinamente se pregunto como seria morderla, era una chica bonita, pero seguramente crearía conmoción y apenas había pasado una noche desde que llegaron, debía conformarse con la sangre embotellada.
Cuando entro en la casa, se percato de una fragancia, la fragancia del músico. Y además habían cocinado, si Hao y el no comían, la comida debió ser para el músico, pero Hem se sorprendió al constatar que aun estaba en la casa. ¿Qué demonios estaba pasando?
Hao apareció en el vestíbulo, sin decir una palabra comenzó a caminar, hacia su habitación, y allí cerraron la puerta para asegurarse de no ser interrumpidos, Hem se percato de la expresión pensativa, y eso en Hao era señal de inquietud e incomodidad.
_ ¿Qué fue lo que paso?- pregunto Hem.
_ Sufrí un frenesí.
Aquellas palabras por parte de Hao, hicieron que Hem se pusiera nervioso.
_ ¿El músico?- pregunto.
Hao asintió.
_ Esta vivo, pero apenas- dijo Hao.
Hem no se esperaba esto, era como recibir un tortazo en la cara.
_ ¿Qué sientes hacia el Hao?- le pregunto Hem.
_ No me preguntes que no puedo contestarlo aun- dijo Hao.
_ ¿Te importa?- le pregunto Hem.
_ Si- dijo Hao.
_ Esto es inesperado- dijo Hem.
_ Dímelo a mi- dijo Hao.
_ Debemos averiguar sobre el, todo lo que podamos, para saber si algo en su familia, quizá de donde proviene. Tiene que haber algo que nos diga porque su esencia te resulta tan atrayente- dijo Hem.
_ Lo único que se de él. Es que se llama Lyzerg Diethel, lo que le queda de su pasado es un medallón de oro donde esta escrito su nombre y fue encontrado cuando tenia cinco años- dijo Hao.
_ Parece que hablaron bastante- observo Hem.
_ Me sentía, muy a gusto con su compañía- dijo Hao- Y quería saber más de su vida.
_ Esto es malo.- dijo Hem- Tienes que controlarte, el corre peligro estando cerca de ti.
_ La sola idea de lastimarlo, me aterra- dijo Hao- Y esta vivo porque la idea que matarlo, de que jamás volvería a probar su sangre, me detuvo en seco.
_ Encontrare lo que pueda sobre su vida- dijo Hem.- Debe de venir de alguna parte, averiguare cuanto pueda, mientras tanto, ahora no podemos arriesgarnos. ¿Podrás controlarte por unos días?
_ Jamás lastimaría a Lyzerg- dijo Hao.- Y en caso de que repita lo de hoy. Me detendré a tiempo.
_ Por si acaso, lo mejor será que le des en la comida dosis de agua bendita.- dijo Hem.
Hao asintió.
_ Regresare en unos tres días- dijo Hem.
Y luego partió haciéndose viento, para que nadie lo viera salir de la casa, Hao salió de la habitación, debía mantenerse alejado de Lyzerg, fue a la sala de música, y se sentó a mirar por la ventana, mientras recordaba como Lyzerg tocaba el piano en la tarde, su memoria no le hacia honor a lo perfecto de aquella melodía, pero era lo que tenia, no le apetecía ponerse a tocar el mismo.
Recordó como Lyzerg tocaba el piano hasta que sintió cansancio de estar allí sin hacer nada. Por lo que tomo su violín. Y comenzó a tocar la misma canción que toco la noche anterior, recordando como mucho tiempo atrás, su madre estaba sentada ante el piano, tocando para él y para su hermano.
Hao pensó en como su madre sonreía mientras los instaba a tocar junto a ella.
A pesar de todo lo que había pasado, los recuerdos prevalecieron.
Ya había sufrido lo suficiente como para comenzar a llorar de nuevo, mientras tocaba, Hao pensó en su madre, y en su antigua vida. Esta melodía se la dedicaba a ella… y a su hermano.
A quienes había visto morir.

Lyzerg escucho la melodía con el violín, era tan arrebatadora, lo conmovía, llegándole muy adentro, cerro los ojos mientras seguía escuchando los acordes, el sentimiento que emanaban casi lo hacia querer llorar, el violín tenia ese efecto en las personas. Cuando se lo tocaba con sentimientos de melancolía.
Lyzerg se durmió, con aquella melancólica melodía resonando en su alma, haciendo vibrar su interior. La persona que tocaba aquella canción debía sentirse realmente sola, tan sola… que Lyzerg no podría ni imaginar su dolor.

Hao dejo de tocar, poniendo el violín en el suelo, decidió que lo mejor que podía hacer era salir a pasear, no podía acercarse a Lyzerg por precaución, lo había dejado en muy mal estado, y no quería arriesgarse a lastimarlo de alguna manera, por lo que simplemente no tenia otra opción que salir un momento, fue cuando capto un aroma. Lagrimas, en el aire.
¿Serian de Lyzerg? Hao salió de la casa, no iba a confirmarlo, lo mejor para Lyzerg era que se mantuviera a distancia. Hao no quería dañarlo, no podría vivir con el mismo si algo malo le pasaba a Lyzerg.
Ya casi lo había matado, si el mismo Lyzerg fuera consciente del peligro que corría, Hao estaba seguro que así fuera arrastrándose, querría poner la máxima distancia entre ambos. Y ese pensamiento no hizo más que lastimarlo, pero era la pura verdad.
El que no había necesitado nada en todo este tiempo, necesitaba de Lyzerg.
Y la idea era suficiente para volverlo loco, todo este tiempo había tenido un temperamento completamente estable, había estado en control de si mismo, de sus sentimientos. De todo en absoluto.
Y ahora estaba en el más absoluto caos.
Y la idea de que Lyzerg muriera, o sufriera algún daño, bastaba para alterarlo de tal modo que no era capaz de razonar, sus instintos se despertaban de una forma que era difícil reprimir, y todo ello por un humano.
No había escuchado de casos similares al suyo, o los ocultaban muy bien, o simplemente Hao Asakura era el vampiro mas extraño que existiera, sintiendo interés por un humano, ni siquiera por una mujer.
No es que diera una mierda por la sociedad, nunca le había importado un infierno, el simplemente se limitaba a hacer lo que quería, para el tanto mejor si podía vivir a sus anchas sin tener que fingir para que los humanos no se alarmaran. Hao había tenido relaciones con hombres y mujeres, ya fueran vampiros, o humanos, estos últimos casi no habían pasado por su lista de amantes.
Pero cuando los encontró, jamás sintió por alguno de ellos ni una tercera parte de lo que sentía por Lyzerg. Había llegado muy de repente, y Hao no sabía como controlarlo.
Esperaba que Hem pudiera averiguar algo sobre Lyzerg, Hao estaba desesperado por saber, al menos un poco mas de información, y muy en su interior, esperaba recuperar su estabilidad habitual, no tenía idea de que era lo que le estaba pasando, pero no le gustaba.
Hao estaba completamente fuera de control, no solo deseaba de Lyzerg su sangre, si no que también deseaba poseer su cuerpo, deseaba ser todo para Lyzerg, que él no mirara a nadie más y no pensara en nadie más.
Y tener la certeza de eso, hizo que Hao se tirara del cabello. Estaba a punto de ponerse a gritar.
Aquello estaba realmente muy mal. Lo mejor que podía hacer era mantenerse alejado de Lyzerg, muy alejado de Lyzerg.

Lyzerg despertó a la mañana siguiente muy temprano, porque la luz del sol entro a raudales en la habitación, cuando llego la mucama corrió las cortinas, Lyzerg se sintió aliviado, aquella intensa luz le hacia doler la cabeza, con un dolor taladrante y desagradable. Por no decir sumamente fastidioso.
Le traían el desayuno, y estaba realmente delicioso.
Cuando pregunto la hora, le dijeron que eran al menos las 7:30 de la mañana.
Lyzerg se sentía tan aburrido que no sabia en que invertir el tiempo.
Aquella hermosa habitación le estaba comenzando a parecer una jaula.
Además en la casa se respiraba cierta soledad, era algo que oprimía. Y cuando había intentado levantarse le había dado un mareo tan fuerte que sus piernas temblorosas no fueron capaces de sostenerlo ni por un segundo.
Por lo que se dejo caer de nuevo en la cama, muy aburrido.
Cuando la mucama regreso por la bandeja, Lyzerg le pidió que le trajese un instrumento, preferiblemente un violín, la mujer le trajo el violín, y Lyzerg se esforzó por reproducir aquella melodía que había escuchado anoche. Le había gustado, a pesar de la melancolía, Lyzerg consideraba la música una expresión del alma. Ya en dos ocasiones había escuchado música proveniente de esta casa. En una ocasión la canción de cuna que alguien había elaborado con el piano de la sala de música. Y anoche, aquella canción con el violín.
Lyzerg consideraba la música como una más viva expresión del alma. Consideraba cada acorde proveniente del alma de quien lo creo, la música no era un simple pasatiempo para él.
Lyzerg se sentía intrigado sobre Lord Asakura. Le parecía que se escondía tras un escudo que no removía jamás, era una persona sumamente misteriosa, Lyzerg quería saber que había pasado ese día que se había desmayado en la sala de música, el único que había estado en la habitación con el, había sido Lord Asakura, por lo que Lord Asakura debía poseer una respuesta o al menos debería de tener algo que de información que darle, pero no lo había visto en todo el día, no sabia si siquiera estaba en la casa, por lo que no podía preguntarle, lo que deseaba saber.
Lyzerg no tenia ni la mas mínima idea de lo que estaba pasando, era como si todo a su alrededor fuese un ambiente de tensión, aquella casa era tan silenciosa, no había ningún sonido que aliviara el silencio.

Hao estaba encerrado en su habitación, pensativo mientras miraba por la ventana.
Lyzerg de repente sintió algo, un dolor de cabeza que lo estaba taladrando. Mientras que algo en su cinturón parecía estar calentándose a mucha velocidad.
El medallón de oro que llevaba siempre con el, ardía como si hubiese estado expuesto a las llamas, sintió una urgencia desgarradora de caminar, de emprender el camino hacia la salida de la plantación e internarse entre el bosque que estaba a ambos lados del sendero de tierra. Era una urgencia tan intensa que Lyzerg no dudo en el más mínimo segundo. Se puso en pie, aunque sus fuerzas vacilaron, pero emprendió el camino. Cuando lo vieron saliendo de la cama, intentaron que volviese a acostarse, pero una fuerza hacia que los sirvientes cayeran al suelo, una mucama llego y grito.
_ Señor Hao el joven Lyzerg se ha levantado.
Luego algo la hizo salir despedida contra la pared, Lyzerg veía esto como desde una nebulosa, no podía hacer que su cuerpo se detuviera.
Hao escucho el alboroto en el interior de la casa y se levanto de la cama, tomando la espada y desenvainándola, cuando salió, vio que todos los sirvientes estaban tendidos en el suelo, que ninguno de ellos se movía pero que seguían con vida, al ver la puerta abierta, fue corriendo a buscar a Lyzerg, y lo encontró emprendiendo el camino hacia el sendero principal que llevaba a la salida de la plantación, iba caminando muy lentamente, se dio cuenta de que su medallón de oro brillaba mas que de costumbre y que la mirada de Lyzerg parecía vacía.

Lyzerg sentía su cuerpo tembloroso al borde de las fuerzas. Estaba a punto de desplomarse. Cuando vio a Hao salir corriendo hacia el, la expresión de su rostro no era la misma expresión imperturbable y segura, el cambio fue lo que hizo que Lyzerg cortara lazos con lo que sea que lo estuviese controlando, y que su cuerpo cayese inerte. Lyzerg estaba despistado y aterrorizado, Hao se aseguro de aturdir a todos los demás humanos, incluido Lyzerg y levantarlo en sus brazos, mientras lo llevaba de regreso a la casa, lo acostaba en su cama. Limpio todo para que los humanos regresaran a la normalidad y no recordaran nada de lo que había pasado, pero aquello lo dejo muy desconcertado, quería saber quien era Lyzerg. Quería saber de donde venia. Y quien había hecho todo lo que Hao había tenido que limpiar.
Aquello estaba convirtiéndose en un asunto muy serio, solo un ser muy poderoso podía mover a los humanos desde mucha distancia.
Sin hablar de la telequinesis, sus sirvientes habían quedado paralizados o habían sido empujados lejos de Lyzerg.
En cambio Lyzerg estaba tembloroso y pálido en sus brazos, con los ojos cerrados, respirando de manera irregular, el esfuerzo no le había hecho nada bien. Hao no sabia que era lo que debía hacer en esa situación, lo acostó en la cama, dejándolo sin arropar, hacia demasiado calor, además de que Lyzerg respiraba trabajosamente y sudaba.
Todo en el, era muy diferente a un humano promedio.
Absolutamente todo.

Hem había regresado a la plantación, tenia que hablar con Hao, cuando había escuchado el apellido Diethel, ya había tenido sus sospechas, pero ahora no tenia la menor duda, aquel chico Lyzerg, no era un humano, al menos no un humano completo.
Hem sabia que Hao era especial, tenia dones que ningún otro vampiro podría desarrollar, porque había sido un shaman muy talentoso antes de su conversión. Pero nunca se habría imaginado que Hao también tendría gustos especiales.
Lyzerg Diethel era hijo de Lord Diethel, un vampiro que tenía al menos unos 400 años de edad, tenía una gran extensión de tierras en el oeste, muy lejos de la plantación de los Eldewayne. Lyzerg era un hibrido, una mezcla entre un vampiro y una humana.
Era muy raro que se dieran esas mezclas, extraño en verdad.
Lord Diethel aun estaba buscándolo, pero en medio de la confusión, la madre de Lyzerg murió. Y su cadáver nunca apareció, seguramente ella oculto a Lyzerg y luego murió.
Hem debía decirle a Hao lo que había averiguado. Debían tener mucho cuidado con ese chico.
Lo que menos les convenía era hacerse enemigos de Lord Diethel.
Y si Hao se sobrepasaba con Lyzerg. Hem no quería pensarlo. Lord Diethel había empezado a utilizar todos sus recursos para que Lyzerg regresara a casa.
No había sido lo suficientemente discreto en sus averiguaciones. Lord Diethel se había enterado de que alguien estaba intentando averiguar sobre su hijo. Y se había enterado de que Lyzerg aun tenía el medallón de oro. Por lo que seguramente utilizaría ese medallón para poder encontrar a Lyzerg. Pero por suerte, Hem había sido lo suficientemente discreto sobre la plantación, había asegurado que se estaban quedando en el sur.
Cuando en realidad estaban en el este. No era de mucha ayuda, pero un viaje al sur era largo, y les tomaría mucho tiempo, por ende, el tiempo que tardaran en regresar, ellos lo tenían de ventaja.
Hem llego y enseguida se percato del poder de Hao flotando en el aire, había tenido que limpiar los recuerdos de todos los humanos de la plantación, modificándolos. Pero el pudo extraer los verdaderos, Lyzerg había sido controlado por el medallón y había emprendido el camino a la salida de la plantación. Y tolo lo que se interpusiera en su camino, salía volando a mucha distancia. En la plantación había una especie de barrera, una barrera que protegía a todos los que vivieran detrás de sus muros, debió ser obra de la madre de Lyzerg, ella había sido una hechicera. Seguramente pensó en la manera de que su hijo estuviera seguro, solo los vampiros que eran invitados a entrar, podían traspasar las puertas de la plantación.
Hem sabia que la situación era complicada.

Lyzerg se sintió reconfortado cuando Hao salió en su busca, y cuando lo tomo en sus brazos, a pesar del aturdimiento, de que sintió cansancio, sabia que era Hao quien había salido a buscarlo y lo había levantado en sus brazos, y se sentía… agradable.
Lyzerg se sentía seguro, a pesar de la extraña experiencia, cuando estaba en brazos de Hao se sintió protegido, tenia la certeza de que estaba a salvo, y eso era agradable, teniendo en cuenta que era una persona que había vivido sola y había tenido que independizarse a corta edad. Lyzerg no se permitía a si mismo depender de las demás personas, se sentía cómodo dependiendo de Hao.
Sabía que estaría a salvo, tenía la seguridad.
Algo se estaba gestando bajo superficie.

Antes de que Hem pudiese llegar a la casa donde estaban Hao y Lyzerg, escucho un llamado, en su cabeza, la voz era muy bien conocida.
_ Hem, quiero que vengas a verme ahora mismo- dijo.
Hem suspiro. No podía desobedecer… al vampiro que lo convirtió.
Se interno entre las sombras, y emprendió el camino, convertido en neblina.
Hao y Lyzerg tendrían que esperar.
Su ultimo pensamiento antes de desvanecerse, fue el que Hao pudiese manejarse a si mismo y no perdiese el control con Lyzerg.
Luego se vio arrastrado por la oscuridad, viajando a mucha velocidad, para reunirse cara a cara con su creador.
Notas finales:

DEJEN REVIEWS. Arriba Shaman King.


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