Eran las festividades de año nuevo humano, las 12:00 Hs no tardaban en llegar y con ella los fuegos artificiales que la mayoría ansiaban ver como cada año, no era común en un principio que el o su pareja se emocionaran por algo tan trivial como ese acto humano con el que no tenían que ver, pero desde el año anterior se habían prometido ir todo el grupo y observar ese espectáculo de “lucecitas” y frente a la panda de amigos no habían quejas tomadas en cuenta.
Sin embargo, tenia un leve presentimiento que algo grande pasaría ese día y sentía una emoción infantil para su gusto emerger desde su interior, como es de suponerse, alguien de su personalidad no comenta cosas de ese ámbito con facilidad, asi era Near. Algo ilógico no salía de sus labios jamás.
A cinco minutos de que sonaran las campanas anunciando el nuevo año mortal, su pareja lo tomo del brazo llamando su intención, estaban solo en la azotea del hotel exclusivo donde dormirían ese día y como es de esperarse los demás querían mantener su tiempo a solas con su respectiva pareja.
Seguramente L y Light estarían sentados en la banca de alguna placita poco habitada de la ciudad y rodeada de árboles y oscuridad.
BB y Kira andarían en el techo de algún antro con la música a tope haciendo alguna de sus extrañas costumbres de pareja.
Matt perseguiría a Yasha por todos lados hasta que este aceptara mirar las “lucecitas” con el y todo terminaría con un beso robado y un golpe en la quijada.
En fin, ambos juntos y solos compartiendo un momento romántico, Near noto a Mello muy nervioso y con un precioso sonrojo que estaba lejos de ser por enfado y era perfectamente adorable a ojos de cualquier que lo observara, en especial Near.
Observo con atencion cada detalle, la mirada en el piso como si fuera una reliquia digna de admirar, el levé temblor en las manos, el aroma a nervios que percibía su olfato y ese intento por decir algo que parecía un balbuceo incoherente.
Tal vez ese presentimiento significaba lo que ocurría en ese momento, pero el alvino no era nada bueno con los sentimientos ajenos, a penas podía con los propios; lo único que rescataba era que el rubio diría algo que de verdad seria inesperado, como todo lo referente para con el.
Oyó al vampiro suspirar como dándose fuerzas y elevo la mirada con determinación haciendo al Hombre de las Nieves dar un sobresalto de la pequeña sorpresa, el sonrojo en el rostro seguia presente y sin previo aviso se arrodillo ante Near que estaba cada vez mas desconcertado, aun tomándolo del brazo, y al ver como sacaba un pequeño estuche negro del bolsillo empezó a captar lo que sucedía y no pudo evitar sonrojarse aun mas que el rubio y poner la mente, por una vez en su vida, en completo blanco y sin posibilidad de razonar.
-N-Near…-comenzó el rubio determinado pero algo temeroso de la respuesta que obtendría, acercando el pequeño estuche frente a si-Ya hace mucho nos conocemos y debo admitir que nunca había sido tan feliz con nada ni nadie mas que estando contigo, nunca creí que pudiera sentirme tan dependiente de otro ser; eres indispensable en mi vida y por es que te pregunto…-
-”Oh por todos… los cielos…”-Fue el único pensamiento que se le presento al alvino ante la situación que vivía, claro estaba que pasaría ahora, hasta un estupido lo deduciría, pero ahora el gran Near, príncipe de su especie estaba absolutamente conmovido y estático como para razonar.
-¿Quieres compartir conmigo la eternidad?-pregunto finalmente abriendo el estuche y dando a conocer una hermosa sortija plateada con finos detalles negros y pequeñas gemas verde agua en un hermoso diseño.
-Y-yo… Yo-Sentia que se desmayaria,moriria e iria al cielo por el tumulto de emociones positivas que se aglomeraban en su cuerpo a tanta velocidad y aun asi la respuesta era mas clara que sus cabellos-..Si-susurro mientras su mirada temblaba-¡Si!, ¡Claro que si!-exclamo con una sonrisa tan revosante de alegria y amor, que la seriedad tan suya fue a parar a la basura y se avalanzo a abrasarlo con todas las fuerzas que su pequeño cuerpo le permitia tener en ese mundo; Mello no pudo esperar una reaccion mas bella de parte del chico de hielo y luego de salir de aquel shock de ser aceptado, manteniendo una sonrisa destellante de felicidad, esa felicidad duradera y continua que solo el alvino le hacia sentir lo abrazo intentando controlar su fuerza sobre humana y tratando de no tirar el objeto en su mano.
Y justo en ese momento estallaron los fuegos artificiales con el bigor caracteristico de la festividad en el ambiente y preludiando la proxima festividad que anunciaria la union de dos razas y dos no-humanos destinados a estar juntos.
En el techo de un antro popular que bombardeaba los oidos con música reciente con temas obsenos como letras y un ritmo que no se podia ingnorar, un pelinegro y un muchacho de cabellos rojos como la sangre se besaban con frenesi hasta el punto de hacerse sangrar los labios mutuamente por las mordidas poderosas y sin consideración, en un momento BB puso las manos, que anteriormente sostenian los hombros del chico debajo de el, rodeando su cuello comenzando a apretarlo, privandolo del aire vital aun cuando el ahogado seguia respondiendo con igual o mas pasion que hace segundos antes de dar el ultimo suspiro de vida; los brazos de Kira se dejaron caer a los costados, sus ojos ocultados por el fleco y sin el corazon palpitando. BB sonrio y el corazon de su pareja volvia a latir como si nada, Kira expreso una sonrisa morbosa tipica entre ellos y para con otros.
Mientras en una banca en algun solitario parque otra pareja veia el cielo iluminado por estelas coloridas y ruidosas, solo disfrutando del silencio agradable que compartian juntos, la cabeza del mayor se recosto en el hombro del castaño mientras entre cerraba sus orbes negras y mantenia el dedo pulgar entre sus labios y las rodillas al pecho sobre la banca.
Por ultimo Matt yasia en el piso con un enorme moreton en la mandíbula aun asi manteniendo una sonrisa boba por lograr su cometido y cerca de el apollado en el barandal del puente donde terminaron estando Yasha veia el cielo con aburrimiento y un pequeño sonrojo en sus palidas megillas.