Los Naru y Sasu de ahora, lindos y maduros, pero hermosos.
Y la aparente inofensiva Kyuu, con la lindísima Nariyuki.
Sasuke llegó sin aliento al despacho de la Hokage, irrumpiendo a la habitación sin pedir permiso y encontrándose con la mirada molesta y despectiva de la Godaime, que lo odiaba a muerte por ser el causante que su niñito dorado se fuera.
-¿Qué diantre quieres, Uchiha?-masculló la rubia con molestia.
-Quiero permiso para abandonar la aldea y hacer unas investigaciones.-dijo el azabache, sin hacer caso a su tonito molesto.-Es posible que el cantante Nemuke sea Naruto y quiero confirmarlo.
La evidente sorpresa de la rubia madura, le dio casi dicha confirmación, pues era seguro que el dobe mantuviera contacto con la Godaime, pues el kitsune no había sido añadido a la categoría de nukenin, pese a ser el contenedor de un bijou muy poderoso, por lo que debía estar localizado por la Hokage y sus Ambu de confianza.
-¿Y para qué, Uchiha?-escupió la rubia enfadada.-Te vas a casar en unos meses, qué debería importarte lo que fue de la persona de la que te burlaste.
-Porque no puedo seguir viviendo sin él.-murmuró casi inaudiblemente Sasuke, siendo perfectamente escuchado por Tsunade, que lo miró más detenidamente y llena de sorpresa...
-No estoy segura de que puedas traerlo de vuelta, Uchiha.-susurró triste, muy, muy triste, porque el daño que le había hecho en el pasado era muy grande.-Inténtalo si quieres, pero nada lograrás. Naruto Uzumaki murió hace dos años, el mismo día en que Nemuke nació.
El corazón de Sasuke se agrietó, lleno de un dolor insoportable...realmente ese bellísimo cantante era su dobe.
-Déjeme intentarlo, Hokage-sama.-rogó roto de dolor el siempre impasible Sasuke Uchiha.-Deje que me vaya con Sai, Hinata y Kiba. Estoy seguro de que lo traeremos de regreso a la aldea.
Los ojos ámbar de la Godaime le miraron fijamente, y decidió dejarle intentarlo, despues de todo, el no ya lo tenía de antes, por intentarlo una vez más, no se perdía nada...
El moreno salió en busca de los tres mejores amigos de su dobe, dispuesto a rogar si hiciera falta, pues nadie sabía que la causa de que el rubio se fuera...había sido él.
Con dificultad, puesto que en realidad si sabían que había sido el culpable de la partida del rubio más querido de Konoha, Sasuke se llevó a los tres que había pedido, más el buen Iruka y Kakashi, que enloquecieron( como los tres antes mencionados) al saber que el súper buenorro Nemuke, era Naruto.
Así, un muy taciturno azabache, vió aumentado su equipo de acoso y derribo, y salieron hacia el país de la Niebla, punto elegido para el encuentro con el rubio cantante, que actuaría en esa aldea oculta.
-Naruto, camerinos, una hora antes del concierto-
-Mi princesita.-arrullaba el rubio, besando la sonrosada mejilla de su niña.- ¿Quién es la chiquitina más bonita del mundo?
-Yo, papi, yo.-chillaba la de ojos azules, con su vocecita mimosa y dulce.-Cesita de papi, yo.
Kyuu los miraba embobada, pues eran su familia querida, y adoraba verlos jugar. De pronto, se puso en guardia, muy tensa, alertando al rubio kitsune, que dejó a su niñita con un juguete y se acercó a su neechan.
-¿Qué pasa, Kyuu? ¿Qué sientes?
-Se acercan a la aldea seis ninjas de Konoha, entre los que está el Uchiha, cachorro.-dijo la pelirroja con los ojos rojos como la sangre y los colmillos a la vista.- ¿Debería esperarlos en la puerta principal y expulsarlos de aquí?
El rubio cerró los ojos, con el corazón en un puño y un dolor insoportable en el alma...que no se dejó ver en su rostro calmado e impasible.
-No, Kyuu. Yo no soy un nukenin, y no me buscan para nada.-dijo el rubio sonriendo dulcemente.-Seguro que están aquí por alguna misión, nada que ver conmigo.
La pelirroja lo miró con duda, haciéndole reír a carcajadas, al ver lo decepcionada que parecía por no poder machacar al equipo de la Hoja, dónde estaba Sasuke.
-Aún si vienen por mí...-continuó el rubio con una sonrisa sin humor y una mirada, que estremeció hasta a la nueve colas.-No lograrían nada de mí.
Si, Naruto Uzumaki, cantante de éxito con el nombre de Nemuke, padre soltero de una hijita de año y medio...ya no era ni parecido a lo que fue hace dos años.
No, el Naruto de ahora, aparte de ser muy célebre y popular, también era uno de los ninjas más poderosos del mundo...porque no solo cantando se ganaba la vida, no. Él era conocido por otro nombre, aún más aterrador...Namikaze.
Experto jounnin de élite, poseedor de infinidad de técnicas ya olvidadas y heredero de toda la sabiduría Uzumaki-Namikaze, el otrora despreciado Naruto Uzumaki, era el temible Namikaze, sin nombre propio. Todos los que se encontraban con ese ninja...no vivían lo suficiente para contarlo.
Kyuu se calmó al instante, pues sabía de la doble vida de su cachorro...y la respetaba, pues él sólo se iba a misiones de rescate o que amenazaran vidas inocentes. Namikaze era el último recurso de muchas de las aldeas escondidas del mundo ninja, irónicamente, era muy solicitado en Konoha...
Y nadie sabía nada sobre sus poderes o su identidad, nadie aparte de él mismo, Kyuu y Tsunade Senju, sólo había algunos que tenían sospechas sobre su verdadera identidad, como era la Mizukage de la aldea oculta de la niebla, Mei Terumi, aliada en las sombras de Konoha.
-Concierto de Nemuke, veinte minutos antes de terminar-
El equipo de la aldea de la Hoja, no pudo entrar al principio del concierto, casi dos horas antes, ya que como todo había sido apresurado, no tenían entradas.
Sasuke arrastró a sus compañeros a ver a la Mizukage, que les escuchó con calma sin decir ni una palabra, despues de que la alegación de los cinco de la Hoja hubiera terminado, ella les miró a los ojos y se pronunció:
-Bien, les daré un salvoconducto que les deje entrar en la actuación de Nemuke.-dijo calmadamente y sin expresión.-Son invitados de esta aldea, pórtense con amabilidad y educación...y nada de amenazar a esa celebridad.
Los seis de la Hoja leyeron entre palabras, lo que la Mizukage les advertía: No den problemas al intentar llevarse a la fuerza a Nemuke. Los seis se inclinaron respetuosamente ante la Godaime Mizukage, y salieron al momento, en dirección al concierto de Nemuke.
-Naruto.-susurró inaudiblemente Sasuke.
-Concierto de Nemuke-
-Son maravillosos.-decía Naruto a los entusiasmados fans que le vitoreaban y le lanzaban rosas y peluches, con sus números de teléfono escritos ^^- Ahora llega el momento de la despedida...
Los ojos azules e inteligentes del rubio, captaron la entrada de los seis ninjas de la Hoja, su adorado Iruka, que resplandeció al poner los ojos en el escenario y ver de cerca a su niño querido, ya adulto y súper sensual, Kakashi, con ojos brillantes y picarones, Sai, con su conocida sonrisa falsa y actitud alerta, Hinata, bella y serena, Kiba, impetuoso y muy pendiente de su perro, Akamaru, y Sasuke...mirando fijamente hacia él, su corazón dio un muy doloroso vuelco, pero...ya era demasiado tarde.
-Como despedida, una de mis canciones favoritas, minna. ¡"Ni una lagrima"!
Todos los fans de Nemuke comenzaron a aullar como locos, esa canción era un verdadero éxito de ventas.
Hinata, Kiba, Iruka, Kakashi y Sai, se quedaron con la boca abierta, cuando el que todos sospechaban que era Naruto les señaló con una sonrisa zorruna, Uzumaki 100 por ciento, trocando las dudas por seguridad. Nemuke era Naruto. Sasuke sintió que la tierra se abría bajo sus pies, pues conocía muy bien esa canción.
Son tantas ilusiones, y tantos desengaños
Un mundo de pasiones yo te entregué
Violaste mi inocencia, y amé tus fantasías
Has puesto de cabeza la vida mía
Pero tu recuerdo en esta historia
Se me irá de la memoria
Se irá, se irá, se irá, se irá
Llévate bien lejos esta pena que me oxida el alma
No, no, ni una lagrima por ti, ni una lagrima pa qué
Ni una lagrima, mi vida, por ti lloraré
No, no, ni una lagrima por ti, ni una lagrima pa qué
Hierba mala que del camino sólo alejaré
Hay amores que alimentan, amores que enamoran
Amores que hacen daño, hay amores que te roban
El cielo se oscurece, con tanta indiferencia
Regálame alegrías, no más tristeza
Pero tu recuerdo en esta historia
Se me irá de la memoria
Se irá, se irá, se irá, se irá
Llévate bien lejos esta pena que me oxida el alma
No, no, ni una lagrima por ti, ni una lagrima pa qué
Ni una lagrima, mi vida, por ti lloraré
No, no, ni una lagrima por ti, ni una lagrima pa qué
Y la vela que tú encendiste, yo la apagaré
No, no, ni una lagrima por ti, ni una lagrima pa qué
Ni una lagrima, mi vida, por ti lloraré
No, no, ni una lagrima por ti, ni una lagrima pa qué
Hierba mala que del camino solo alejaré
Pero tu recuerdo en esta historia
Se me irá de la memoria
Se irá, se irá, se irá, se irá
Llévate bien lejos esta pena que me oxida el alma
No, no, ni una lagrima por ti, ni una lagrima pa qué
Ni una lagrima, mi vida, por ti lloraré
No, no, ni una lagrima por ti, ni una lagrima pa qué
Hierba mala que del camino solo alejaré
No, no, ni una lagrima por ti, ni una lagrima pa qué
Ni una lagrima, mi vida, por ti lloraré
No, no, ni una lagrima por ti, ni una lagrima pa qué
Hierba mala que del camino solo alejaré
No, no, ni una lagrima...
Toda la canción estuvo mirando fijamente al moreno, que se sentía lleno de tristeza, pues esos ojos azul cielo no revelaban emoción alguna, y la letra de la canción era más que clara...Ni un lagrima más por ti.
Cuando terminó de cantar, un gran clamor se desató en el recinto del concierto, obligando a los sorprendidos ninjas de la hoja a taparse los oídos, pues era un estruendo impresionante, señal de lo famosísimo que era Nemuke.
-Muchas gracias por sus ánimos y hasta pronto, habitantes de la Niebla.-dijo el rubio hermoso con una sexy sonrisa.-Cuídense.
El rubio se inclinó graciosamente ante ellos, dejando ver parte de su trabajado torso y el colgante que le había descubierto ante Sasuke, y salió despidiéndose con la mano del escenario. Fuera le esperaban los seis ninjas de la Hoja.
El rubio los miró seriamente, sin rastro alguno de esa sonrisa luminosa, esbozada en el escenario para sus fans, logrando que todos menos Sasuke, se removieran incómodos.
-No puedo negar que me dá gusto verlos.-dijo con calma el rubio, antítesis del niño ruidoso y encantador que todos conocían, con una mirada más fría que un iceberg.-Pero seguro que quieren algo de mí, y no estoy seguro que pueda llevarlo a cabo.
Kiba, Hinata y Sai, casi se erizaron...ese no era el Naruto que extrañaban y querían, Iruka y Kakashi se quedaron fríos de la impresión, mientras que Sasuke abría los ojos como platos- ¿Quién era ese y que había sido del verdadero Naruto?
-Mamiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.-chilló una vocecita aguda e infantil, logrando que esa mirada aterradora desapareciera como por encanto.-Mamiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
-Nariyuki.-susurró Naruto lleno de felicidad, pues había llegado el momento de la verdad...pero a su manera.
Los seis estupefactos ninjas de la Hoja, vieron como un pequeño cohete de cabellos negros, se lanzaba a los brazos abiertos de Naruto.
-Princesita...-dijo con ternura el rubio, dulcificando de tan manera su cara, que parecía un ángel de Kami.-Te tengo dicho que me llames papi, no mami.
-Moo, pero eres mami de cesita.-dijo la de ojos de cielo con un puchero idéntico a su padre (Traducción: Pero eres la mami de princesita).
Naruto sonrió más ampliamente aún, abrazando con ternura a su niña y sonriendo a la alborotada pelirroja que venía a la carrera, llena de preocupación.
-Nari-chan, preciosa.-jadeó la zorrita, ignorando a los sorprendidos espectadores, y con un leve tono de regaño.-Te tengo dicho que no quiero que salgas corriendo así. Tu papi te regañará mucho si lo vuelves a hacer... ¿verdad, Naru?
El rubio le sonrió con travesura, y miró a los ojos inocentes de su niñita.
-Princesita, sabes que Kyuu tiene razón.-le dijo serio y con calma, haciendo que la niñita hiciera un lindo puchero.-Pídele disculpas por tu comportamiento.
-Gomen, Kyuu neechan.-musitó la chiquilla, no muy arrepentida, con los ojitos de cachorro a medio morir y un lindo puchero.
La pelirroja suspiró, pues esa chiquilla sería su perdición, y le dio un beso en la tersa mejilla de la niñita, aferrada como un monito a su padre.
-No lo vuelvas a hacer, princesa.-dijo con resignación la muchacha.
La sonrisa en los ojos violetas se esfumó y miró con desdén al Uchiha y los demás.
-¿Qué es lo que se ha perdido a los ninjas de Konoha en la aldea de la niebla?-gruñó molesta la chica pelirroja.
Sasuke, estaba estupefacto, mirando a la hija de su dobe, con el corazón lleno de dolor, ya que si había hija, había esposa...y miró a la pelirroja con odio, pues estaba seguro de que era la esposa de Su Naruto.
-Es algo que tenemos que hablar con Naruto, no con su esposa.-escupió el Uchiha venenoso, sorprendiendo a todos, Naruto y Kyuu entre ellos.
Los dos se miraron a los ojos y comenzaron a llorar de risa, mientras Nariyuki miraba fijamente al chico moreno que había hablado, llena de curiosidad, porque le era muy conocido.
Cinco de los seis de Konoha, muy sorprendidos por la reacción de los supuestos esposos, esperaron con calma a que les explicaran el porqué de tanta risa, mientras Sasuke se llenaba de una ira inmensa, llena de celos y odio.
-¿Qué es tan gracioso?-gruñó el azabache con los dientes apretados y el Sharingan activado en su nivel más poderoso, el Mangekyo.
Naruto sonrió maliciosamente a su neechan y posó a su niñita en el suelo, que ya había recordado a quién se le parecía ese sombrío hombre...a sí misma.
Un encolerizado Sasuke, miró en alerta a la pequeña chiquilla que se acercaba a él, erizado como una pantera, y enojado por la malicia en las sonrisas del rubio y la pelirroja, con un expectante publico que se sentía en una dimensión paralela, por lo raro del encuentro.
Cuando la niña se acercó todo lo que pudo al moreno, entrecerró sus ojos azules y lanzó un tremendo puñetazo a Sasuke, lanzándolo como tres metros hacia atrás al sorprendido Uchiha, que nunca se hubiera imaginado un ataque de la pequeña. Con rabia, levantó sus ojos hacia el rostro de la niña, encontrándose con unos ojos rojos y demoníacos... ¿Cómo era posible que esa niñita tuviera el Sharingan?
La niña lo miraba con una mezcla de furia y alegría, en una actitud para nada infantil, como la que había estado mostrando hasta ahora mismo.
-Tú eres el desgraciado que hizo daño a mi madre.-escupió con una voz verdaderamente aterradora, impropia de una criatura de su edad.-Si no fueras mi padre, ahora ya estarías muerto...
Sasuke se quedó helado, por la rabia de la voz de la niña y por su frase final: Si no fueras mi padre, ahora ya estarías muerto...
Sus ojos negros pasaron del Sharingan de la niña a la cara del rubio, nada sorprendido de las palabras de la niñita ni de su actitud tan contraria a la que tenía antes.
-Ara, princesita.-trinó lleno de diversión, acercándose al chico caído y la niña, logrando que la aura aterradora de la niña desapareciera junto con el Sharingan.-Ha sido muy descortés de tu parte, tratar así al hombre por el que me has estado preguntando por tanto tiempo.
Nariyuki sonrió un poco avergonzada y se abrazó como un monito a la pierna de su padre, que le acarició los negros cabellos y miró al hombre que había amado con todo su ser, paralizado y tirado a la larga en el suelo.
-Felicidades, teme. Has sido padre, aunque tu hija te deteste.-dijo con ojos maliciosos y fríos, totalmente contrarios a los ojos felices y amorosos que Sasuke recordaba.
Kyuu comenzó a reírse y ayudó a levantarse al shockeado Uchiha, mientras el resto de los espectadores estaban estupefactos por las revelaciones. ¿Esa niña era hija de Sasuke y Naruto? ¡Imposible!
-Vamos a mi casa, minna.-dijo el rubio como si nada hubiera sucedido, fresco como una lechuga.-Este no es un lugar apropiado para hablar.
Sai, Hinata, Kiba, Iruka y Kakashi, siguieron al rubio, totalmente estupefactos, mientras el moreno permanecía sentado en el suelo, frotándose el mentón por el fuerte golpe que le había dado su propia hija.
-¿Qué es lo que te ha pasado, dobe? Ya no te reconozco.-murmuró con infinita tristeza.
-Nada, Uchiha.-dijo Kyuu con desprecio, haciendo que el de ojos negros la mirara fijamente.-Al menos nada que deba preocuparte a ti. Despues de todo, tan sólo te burlaste de su amor, y sólo yo pude darle un motivo para seguir viviendo, la pequeña Nariyuki.
-¿Qué quieres decir, mujer?-gruñó Sasuke levantándose.-Si esa pequeña es mi hija, tú nada tienes que ver en su concepción.
-Error, Sasuke Uchiha.-sonrió la hermosa muchacha, que en menos de un segundo dejó ver un terrible chakra rojo rodeándola, muy conocido para el azabache, que lo comprendió todo al instante. Esa muchacha era el terrible nueve colas.
-Me alegra que seas tan inteligente, Uchiha.-escupió la chica con desprecio.-Me imagino que has roto tu compromiso con Ino, y has venido a recuperar a mi cachorro...pero te será casi imposible, te lo aseguro.
La zorrita se dió la vuelta, si más, y dejó sólo a un petrificado azabache, que se sentía en el infierno. Sabía que sería duro, pero ahora mismo se temía que fuera verdaderamente imposible hacer que Naruto y su hija le perdonaran...
Continuará...