Mmmm…Sabes muy bien – se relamió los labios con lujuria mientras que, con sus manos, acariciaba el vientre de Deidara, su mano izquierda se deslizó por el muslo derecho del contrario, lo acarició lentamente, pronto ambas manos acariciaban el trasero, alzándolo, explorándolo, mientras que con su boca lamía esa entrada rosada, su lengua entraba y salía, siendo útil la saliva que dejaba allí como lubricante, produciendo unos gemidos llenos de placer por parte de ambos y esas palabras que una vez repitió el rubio, las diría en ese segundo…
Sasuke…hazme tuyo… - Denotó con mucha excitación.
Mi ángel, desde que te vi he querido poseerte todos los días de ser necesario. – Susurró causando en el rubio un estremecimiento que le provocó un inmenso placer.
Sin más preámbulos, Sasuke introdujo dos dedos de golpe, un grito de dolor se produjo, resonando en los oídos de aquel azabache que sin lugar a dudas elevó la temperatura de su cuerpo y lo incitó a introducir otro dedo, los movió e círculos, acostumbrando a Deidara a ese placer que muy pronto se convertía en éxtasis, su cuerpo no podía creer que ese Uchiha fuera tan bueno dando placer. Retiró los dedos, provocando un vacío que de un segundo a otro se llenó, siendo reemplazado el deje de encanto momentáneo por uno de dolor.
Ahh…métemelo todo de una vez. – Gritaba el rubio, ya quería al azabache dentro de él.
Y asi fue, Sasuke se introdujo en él, esperó un tiempo no muy largo para embestirlo, ya quería destrozarlo, pero el amor era tan grande que esperar no costaba nada…Movió las caderas en señal de que ya podía embestirlo, empezando un vaivén lento, que, pronto empezaría a ser más brutal a cada tiempo que marcaban, porque la música que los movía, no era solo sexo, pero que a través del sexo, esas almas lograron unirse, Deidara se estaba entregando a Sasuke y Sasuke a Deidara.
Es algo no muy fácil de explicar, si bien, Deidara supuestamente amaba a Itachi e irse a acostar por una calentura que empezaba como una violación…mis palabras dañaría este momento mágico que, no solamente los personajes disfrutaran, pero por otro lado la tristeza de Itachi, y ese repentino aire de desilusión que surcaba su mente, no, su cuerpo, quería hacer el amor con su amante, pero, su amante era en este momento era el amante de otra persona, un fuego lo rodeó, pero no sabía, y era lo más simple, lo estaba engañando con su hermano…
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¿Itachi-sama?
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Las estocadas empezaban a ser más intensas, y los besos repartidos con pasión y a lo que se puede llamar amor, fueron las marcas que el poseedor daba a su poseído, algo como suyo lo marcaría puesto que, después de todo volver a ver a su amante ya no sería nunca lo mismo.
Ah…Sasuke más duro dame más…destrózame – Las palabras estaban cargadas de una lujuria muy mal contenida, ¡Al diablo con eso! Él decía lo que su cuerpo deseaba y lo que el otro quería escuchar.
Como ordenes – Aceptó eso como más que una orden, puesto que, ya necesitaba más, para complacer a Deidara y complacerse el mismo.
Las manos casi bronceadas rodearon el cuello blanco encorvándose aún más de lo que ya se hallaba, si bien, tenía tiempo que no le daban así…desde aquella vez que si fue una buena primera vez.
Ya no se podía describir ese acto la fuerza con la que el miembro de Sasuke arremetía en contra de la entrada de Deidara no eran humanas…más bien animales. La pasión los volvía locos, y es que resistirse a eso cuando ya las cosas yacían prendida, muy difícil de aguantar.
Levantó las piernas y las colocó en sus hombros, así tendría más acceso a él, al placer…
***
Y fijó su mirada en la de esa persona, sus ojos se abrieron de forma sorpresiva, al fijarse en tal ternura de imagen, un chico que no pasaría de los 19 años, con unos hermosos ojos llenos de inocencia, que, al recuerdo de Itachi, se asemejaban a los de…Sasuke. Pobre Itachi, pensando en las dos personas a las cuales ama como un desquiciado en vela, esas dos personas lo apuñalaban en su espalda sin remordimiento alguno…
¿Itachi-sama, le sucede algo? – Preguntó acercándose más, un poco tímido.
No nada, es que tienes unos ojos muy lindos. – Honesto como siempre.
¿Eh? – La sangre se le subió a la cara, como prueba de ello a la vergüenza que poseía, y el contraste de su piel, hacía un resaltador natural, dándole vida a un muchacho que de pintura, sería un ser muerto.
Le deje el informe, ya dentro de poco comenzará otra reunión. – Ese tono de nuevo, su alma en quiebra, pero se concentraba en no perder la compostura de presidente que tenía.
¿Qué hora es?
Son las 5:30Pm.
Bien, ya voy – Se mareó momentáneamente, ¿Qué le pasaba? ¿La muerte estaba llegando?
¿Se encuentra bien? – Ese joven le miró con preocupación, es que, preguntar eso no estaba acorde, solo decir no y todo el mundo se enteraría de lo que oculta.
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Oh dei, eres extremadamente cálido y estrecho… - Exclamaba sin pudor alguno, ¿y desde cuando en el sexo se muestra eso? – Me lo apretas demasiado.
Ah…dale ahí Sasu – Ordenó
Ahí será – Una embestida brutal lo golpeó y con ella la cercanía y advertencia de un orgasmo seguro.
***
Naruto se mi novio – Dijo con cautela en sus palabras.
Yo – Un brillo, al parecer de ilusión apareció en su corazón, pero ese brillo denotaba algo y era claro…duda.
***
¿Sasu? – Deidara no estaba cuerdo.
Unas estocadas más y ambos llegaron al orgasmo, Sasuke se corrió en Deidara y este último en sus vientres, duraron unos minutos viéndose a los ojos, posterior a esto, Sasuke se salió del rubio con mucha delicadeza, el bronceado se montó encima de su pecho y lo acarició, se quedaron dormidos, agotados se encontraban.
Dei eres mío, solo mío.
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¿Haruna?
Si soy yo, ¿me tienes noticias? – Hablaba por teléfono con un informante desconocido
Si, él está con Uchiha Sasuke.
¿En serio?
Si, parece que se la están pasando bien.
Sígueme informando.
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¡Yo, si quiero, Sai yo quiero ser tu novio!
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¡MALDITA SEA! – Exclamó una voz muy fuerte después de una llamada.