Bueno mejor me preparo y me arreglo, dentro de pronto veré a Itachi – se decía un rubio que, sin notarlo se sonrojo - ¿Que me pongo? – Se preguntaba mientras revisaba como un loco el closet mientras lo revolvía todo.
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Ese niño, ¿Qué tendrá Naruto? Sonaba triste – Se interrogaba un azabache, sentía mucha preocupación por ese pequeño ángel. – Bien será mejor que me prepare.
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Sasuke, yo no sé si…
Shhhh – Silenció a Deidara con sus dedos – No tienes que responder ahora, Dei yo te amo, y con esto me demostraste que también me amas, te entregaste a mí 2 veces.
Yo....
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Itachi se desvistió totalmente, se sumergió en la bañera con tranquilidad, pensando en todas las cosas, tratando de apartar su mente de Deidara, pero los pensamientos volvían a ese mismo punto, hasta cierto momento desesperó su alma y volvió a maldecir por lo bajo de su alma, ¡Al diablo con las malditas reglas! Estaba harto de que Deidara ni siquiera se preocupara por él, ni una estúpida llamada. Pero lo que lo calmó no fue lo frío del agua, sino, la cita, si es que a eso se le dice así, que tenía con Naruto, ese niño, como él lo llamaba, era más responsable, a pesar de su misma tontería.
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El rubio mas revoltoso entró al baño hecho un desastre, se le había olvidado quitarse el pijama y luego encender la ducha, se estaba mojando con todo y ropa, pobrecito, los nervios se lo estaba comiendo vivo, si es que antes no le ha hecho daño.
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Procedió a secarse con la toalla que tenía más cerca.
Naruto – susurró sorprendido al cerrar los ojos pensó que susurraría el nombre de Deidara, no fue así…
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Sasuke yo me voy – dijo un rubio confundido tapando su desnudez completa con una sabana.
No, por favor no te vayas, al menos déjame hablar con tus padres.
¿Estás loco?– Atinó el rubio a decir.
No.
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Naruto salió rápidamente del baño, se pudo un pantalón que le llegaba hasta las rodillas de color verde, conjunto con una camisa de color anaranjado y unos converse verdes, a lo último se pudo una chaqueta verde, tenía un poco de frío, no se peino, ni siquiera desayunó, pero eso sí, el corazón le latía rápido, no solo por la carrera de vestirse porque se le hacía tarde, era Itachi quien lo estaba poniendo así.
¡Dios!
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Se vistió elegante, una mirada con aquel cuerpo seductor, una rosa no se compara, porque los claveles son más hermosos.
Itachi vestía un pantalón de tela negro el cual resaltaba con el contraste de su piel, su camisa era negra un poco ajustada y desabotonada exhibiendo su cuello blanco nada más y un saco negro no puede faltar. Tomó la colonia y la roció, un agradable y varonil olor, mostrando su personalidad fuerte y pasible, era el hombre perfecto.
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Salió de su casa desesperado, pensaba que no iba a llegar, corrió y corrió, se detuvo y una grosería se le escapó de los labios ¡Joder que Itachi me espere!
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Se subió a su carro, y llego en un instante, serían ya las 7:00 AM, era temprano.
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Lo sujetó de la cintura.
Sasuke suéltame. – Una orden es una orden
¿Por qué tienes miedo?
No tengo, miedo…Sasuke yo, es que yo, tengo un hermano.
¿Un hermano? – lo sujetó aún más.
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Se sentó en un banco, a esperar a Naruto – Seguro que viene tarde – esbozó una sonrisa.
Naruto se encontraba ya en la entrada del parque Haruno, contempló a Itachi desde lo lejos.
Itachi, está muy hermoso, le queda muy bien el negro. – Se sonrojo ante ese pensamiento. Se le ocurrió una idea.
El azabache podía ver, un árbol de hojas de cerezo, era realmente hermoso, precioso. De pronto algo impidió su visión y un aroma revivió sus recuerdos…
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¿Fugaku?
Si soy yo.
Vaya vaya estas de mal humor
Escucha maldito, ya se en donde estas hospedado. – Desesperado fue su tono.
¿Asi?
Hotel claveles blancos, habitación 330.
Eres increíble. – Se burlo.
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¡Adivina quién soy!
¿Naruto? – Itachi pasó delicadamente sus manos por encima de las de Naruto, la diferencia era notable, las pequeñas del rubio y las protectoras del azabache.
Naruto no supo como describirlo, sentía cosquillas en el estómago cuando Itachi lo acariciaba.
¡Si adivinaste! – Sonrió.
¿Qué querías decirme?
Es que tengo un pequeño problema amoroso.
Cuéntame soy tuyo en este momento. – Pronunció con seguridad y preocupación. Naruto solo alcanzó a sonrojarse.
“Soy tuyo en este momento” – Naruto pensó – Yo soy quien debería decir eso ¿No? – Movió la cabeza como tratando de quitar ese pensamiento.