¿A alguien que conozco? ¡Maldición! – Divagó en su mente
¿Itachi?- Habló Naruto.
Dime – no lo volteó a ver, solo se limitó a ver por la ventana para marcar su destino.
Yo, en serio, dime que tienes, es que, no sé, te noto raro, ¿peleaste con Deidara? – Preguntó.
Si, él y yo terminamos – sin emoción ninguna en su voz – No somos nada.
Y crees que tu y yo podríamos tener una relación – después de haberlo dicho, se recriminó por haber preguntado eso, pero necesitaba saberlo, su alma quería, pero su mente no.
No lo sé, tal vez – Respondió distraído, estaba pensando en lo que habló.
Itachi no me está prestando atención, esa llamada lo puso mal, lo sé, pero, no lo creo, Deidara hizo algo, como para que Itachi le hablara tan fríamente, ¿Qué será? Deidara que le hiciste. – Pensaba Naruto, muy adentro trataba de responderse pero nada le venía a la cabeza – Un momento, esa parte en la cual Itachi dijo que mi hermano, Sasuke y yo, teníamos que hablar de algo, será que… ¡no no puede ser!
El desconocido tomó la inyectadora la introdujo en la pierna del joven, expulsando el líquido para que éste no despertara mientras abusaba de su cuerpo.
Bien lindura, ahora si podré poseerte como se manda – sacó la aguja de su pierna, se sentó en el borde de la cama, agarró su maleta y depósito el objeto en ella.
Se coló entre las piernas de Deidara, las separó muy bien y volvió a subir la camisa, dejando ver la ropa interior que el rubio llevaba.
Siguió su camino, temía aparecer en el momento menos o más indicado, no lo sabía, tenía muchas dudas con respecto a ese sujeto y el presentimiento que tenía con respecto a Deidara era algo que no lo dejaba en paz.
¡Maldita sea este tráfico, si sigue así llegaré tarde! ¡Ni siquiera debería preocuparme por ti! ¡Debería viajar y alejarme de todos ustedes debería, pero no puedo, no aún…! – Pensaba Itachi mientras se desesperaba al ver un tráfico incesante que, le perturbaba.
Itachi está mal, ¿Qué le pasará? ¿Qué tiene? – Naruto se empezaba a exasperar, quería conocer el corazón de Itachi lo suficiente como para que, pudiera saber un poco de su preocupación, aunque claro está intuía que era Deidara – Itachi no me ama, solo me quiere, eso lo tengo claro, lo mejor que debería hacer es darme un tiempo para pensar y reflexionar, si eso es lo que haré aceptaré irme del país para empezar de cero, pero eso será después de hablar con Sasuke y con mi hermano mayor.
¿Para donde irá Itachi? ¿Qué le pasa a ese imbécil? – Se preguntaba Haruna media confusa, no sabía ese camino no dirigía a ninguna parte. ¿Qué estará tramando? – habló en voz alta
Itachi volteó hacia atrás, se dio cuenta de que alguien los espiaba, ¿Quién será? Parece una chica – pensó.
Naruto, no te has dado cuenta de que hay una persona siguiéndonos. – Preguntó mirándolo de reojo.
No, no lo he notado. – pronunció sin ánimos.
Itachi al ver esa actitud reflexionó, se dio cuenta de lo mal que actuó, actuó por impulso.
Naruto, perdóname… - Susurró sintiéndose culpable – No debí, no debí besarte, ni mucho menos hacer todo lo que hice.
Al rubio se le escapó una lágrima – Tienes razón Itachi.
Lo desnudó por completo, admiró entre las tinieblas de ese cuarto su cuerpo, las caricias le daban una imagen erótica. Luego de contemplarlo lo giró y empezó a besarle el cuello, dándole mordiscos salvajes y brutales, todo eso lo excitaba más y más, se despojó de la camisa que llevaba puesta, bajó hasta los pezones, los lamió y los mordió, los chupó, Deidara daba gemidos inconscientemente, el mayor degustaba ese cuerpo, algo se le ocurrió. Tomó una venda que tenía y la ató a los ojos de su víctima, y otra prenda larga, un pañuelo y ató las muñecas al espaldar de la cama, eso le daba más placer mental.
Siguió en lo suyo, acarició la semierección que el menor tenía, se lo metió todo a la boca, lo chupó, lo mordió, lo besó, hasta que el otro no pudo más y se corrió en la boca del desconocido soltando un leve gemido.
Sabes bien lindura…ah… - gimió
Sacó su miembro grande, grueso e hinchado, separó aún más con brutalidad las piernas del rubio, admiró esa entrada rosadita y jugosita que tenía, metió la lengua en ese hueco, lo chupó por un largo tiempo, introdujo un dedo en la entrada del rubio.
Itachi, después de la finalización de la fusión de la empresa y luego de hablar con Sasuke me iré de la empresa – Dijo el rubio.
Itachi sin dudar se sintió mal muy mal por eso, pero sin duda era lo mejor.
Es lo mejor que puedes hacer Naruto – le dijo con una voz nostálgica.
Si, es lo mejor. – corroboró.
El tráfico había disminuido, ya las calles estaban un poco despejadas, pisó el acelerador y arrancó se dirigía a su punto de partida: La mansión Namikaze…
Metió otro dedo, mientras tocaba con vulgaridad las piernas del rubio y le susurraba cosas obscenas a la par de los besos que le daba en el abdomen y vientre, subía por el oído y lo lamía desesperadamente.
Eres una perra tan buena… - una de las tantas cosas que le decía.
Introdujo el tercer dedo, moviéndolos de forma circular para dilatar su entrada.
Dobló a la izquierda Haruna los seguía, per se maldijo, puesto que, sabía perfectamente lo que Itachi haría.
Demonios, Itachi va a mi mansión, si descubre a… ¡Maldita sea! – Agarró su teléfono celular y lo llamó.
Soy Haruna…
¿Haruna? ¡Maldita mocosa! ¿Por qué me llamas? ¡Estoy a punto de violar a tu hermano!
¡Escúchame maldito Uchiha renegado! Itachi está a punto de llegar a la mansión sal de ahí yo voy para allá también.
¡Maldición! – Finalizó.
Rápidamente se vistió y ocultó su erección como pudo, dejó todo limpio y desató y vistió al rubio. Se fue tranquilamente hasta su auto, lo prendió y se fue del lado contrario de donde venían los demás.
Ya estoy muy lejos – iniciaba una nueva llamada con Haruna por teléfono
Bien, voy para allá – terminó.
Naruto miraba hacia atrás, descubrió que ya nadie los seguía.
¡Itachi, nadie nos sigue! – exclamó. Extrañamente el azabache ya no sintió esa opresión y ese mal presentimiento cuando el menor le informó aquello.
Bien – se estacionó en frente de la mansión.
Hasta luego Itachi y gracias por todo – se despidió Naruto.
Hasta luego. – Itachi esperó a que el rubio entrara a su casa, dio un paseo en su automóvil y sintió ganas de estar en un lugar tranquilo.
Fue hacia ese lugar…al parque en donde hizo el amor por primera vez con Deidara.