Itachi, muchas gracias – Naruto le sonrió tiernamente, a Itachi le conmovió.
No Naruto gracias a ti. – Le sonrió genuinamente – Bueno ¿nos vamos?
Si, Itachi.
Naruto e Itachi iban directo a la mansión de este último, el rubio lo único que hacía era ver él como Itachi conducía, más Itachi esta vez no sabía actuar, ¿Cómo hablaría con Naruto?, ¿Qué sentía en este momento? Estaba confundido, la verdad no es bueno tener una mezcla de sentimientos tan rara, la verdad que lo estaban volviendo loco, además de eso, Sasuke se encontraba de por medio.
¿Itachi? – llamó Naruto.
Dime mi amor – le contestó seriamente.
Al decir solo “mi amor” Naruto se sonrojó lo odiaba pero le gustaba.
Yo, ¿no has hablado con Sasuke? – le preguntó en un susurro.
Si, una vez pero el inicio la llamada, retándome como siempre – contestó sonriente.
Itachi detuvo el auto en señal de que habían llegado.
No entiendo Itachi como puedes no sentir rencor por lo que Sasuke te hizo, ¿cómo puedes sonreír de esa manera? – le preguntó al borde las lágrimas.
Itachi volteó en serio no le gustaba ver a ese niño llorar – Naru – le limpió las lágrimas y se acercó a él para abrazarlo – cuando tu amas a una persona no importa lo que te hagan, tu amas a tu hermano, ¿verdad? Si te lastima lo que te hizo pero no lo odias – le dio un beso en la frente
Es verdad, no lo odio jamás lo odiaría – se acercó esta vez a Itachi.
Además, si Deidara rompió conmigo es que yo no lo logré comprender los negocios me tenían hasta el tope. – rió
Sí, pero es tu responsabilidad, Deidara y yo no hemos movido un dedo, todo ha sido fácil para nosotros me imagino que para ti no.
Todos tenemos obstáculos en nuestra vida Naru – le tomo la mejilla.
Itachi, lo mantendré, me gusta como piensas – le dio un beso en la mejilla.
Ya llegamos ven, hay que descansar para mañana, a propósito, ¿tienes hambre? – le preguntó tranquilamente.
Si – le salieron lagrimitas de los ojos
Una vez ya asentados en la mansión la servidumbre de Itachi ya habían ido a dormir y no quería molestarlos.
Naru ya te hospedo en el cuarto de invitados, permíteme la maleta – tomó la maleta rozando con la mano pequeña del rubio que parecía una bola de nervios.
Semejante fue la sorpresa de Itachi cuando llevó la maleta a dicho cuarto y vio que este estaba hecho…
Naru este cuarto no, está hecho un culo… - dijo el moreno impresionado.
Naruto no pudo más que morirse de la risa – tu diciendo malas palabras – la carcajada que estalló fue tanta, la cara de tonto que puso el mayor al ver el desastre lo hacían ver estúpido.
Oye para de reírte – Itachi por primera vez se ruborizó
¿En donde dormiré? – preguntó ya calmado.
Pues en mi habitación – dijo sin pensarlo, Naruto por su lado se le borró la sonrisa de burla reemplazándola por una de nervios.
Vamos a hacer algo, pon tu maleta en mi habitación, es esa la que está al lado mientras yo preparo algo para cenar yo también me muero del hambre – se dirigió a la cocina.
Está bien – fue lo único que salió de sus hermosos labios nerviosos.
Fue hasta la habitación abrió la puerta y se metió en ella, se tiró en la cama y miró el techo, se cambió la ropa de salir por una más cómoda, si un pijama, de color naranja era su favorito, con estampados de zorro, era un pantaloncito que le llegaba hasta los muslos y una camisa floja.
Huele muy bien – suspiró Naruto.
Oye cosa que está en mi cuarto abre la puerta – dijo Itachi burlándose.
No soy una cosa, soy una persona – le hizo el favor de una forma infantil – ¡¡¡rameeeeen!!!! ¿Cómo sabías que era mi comida favorita? – le sonrió de manera tierna.
Porque yo soy Itachi Uchiha y lo sé todo – Itachi le mostró su lengua.
Mentiroso – Naruto tomó su ramen y se lo devoraba ferozmente.
Oye tranquilo mi amor te atragantarás – le sonrió suavemente el rubio se estremecía cada vez que le decía “mi amor”
Claro - se sentaron en la cama a comer – esto ya me dio calor – dijo Itachi aflojándose el nudo de la corbata.
Entonces quítate la ropa – dijo sin pensarlo y después se arrepintió.
Si es que estaba ocupado preparando algo de comer el estómago me gruñía – en estos momentos Naruto lo miraba extrañado como si fuera un marciano y es que, Itachi no se daba cuenta que lo que el rubio dijo era como para que lo mirase raro y después el decía “Yo soy el adulto” era más inocente, al menos en este aspecto.
Terminaron de “atragantarse” e Itachi se dirigía al closet para cambiar el traje por algo más cómodo – Naru, voy a prender el aire acondicionado me estoy muriendo del calor –
¿Estás loco? – recriminó.
Hace calor
Yo me estoy muriendo del frío – titiritó.
¿Qué raro? Debiste entrar en calor con el ramen.
Es que tienes la puerta del balcón abierta y se cola el frío de la noche – respondió.
Oh perdona, es que me gusta ver el cielo por las noches – se dirigí a cerrar la puerta del balcón – lo siento mi vida no pasará.
Claro – le sonrió - ¿Itachi?
¿Mmm? – lo escuchaba.
Tu y yo – jugaba con sus deditos – Itachi volteó la mirada y le pareció algo infantil y coqueto – ¿nos acostaremos? – se sonrojó al decir eso pero no lo pensó. – digo dormir.
No sé el cuarto de invitados está hecho un culo y las demás habitaciones le corresponde a mis amigos y no se…
¿Tus amigos? – le preguntó incrédulo.
El servicio, no me gusta decirles así.
Que diferencia – exclamó.
Pero – Itachi se acercó a Naruto lo suficiente como para poder verlo a los ojos que este tenía – si quieres dormir conmigo no hay problema – respondió
Quiero dormir contigo…- le respondió rodeándole con los brazos el cuello.
Naru, suéltame es que yo tengo que cambiarme de ropa y si disculpa las molestias tendrás que dormir conmigo. – contestó dirigiéndose al baño.
Naruto esperó cinco minutos mientras se dio cuenta de la estupidez que hizo, se sentía un idiota y no se espero que Itachi le susurrara al oído.
Hola – le susurró Naruto se pretendía disculpar, pero al voltearse vió a Itachi sin camisa y con un pantalón negro holgado. Se sonrojó violentamente y cubrió sus mejillas con sus manos.
Itachi se divirtió con esa expresión - ¿Qué pasa?
Naruto se levantó alterado – no puedes andar susurrándoles a las personas en el oído “hola” y no esperar que no se asusten Itachi y después me dices que tu eres el adulto – le mostró su lengua y se volteó enojado.
Oye no te enojes – sentía la voz de aquel pelinegro en su cuello que se sintió nervioso.
¿Cómo no quieres que me enoje? – al voltearse tropezó con Itachi es que estaba muy cerca, demasiado, sus manos chocaron con el pecho descubierto y las manos del contrario rozaron su cintura.
Yo…yo…yo – articulaba Naruto – es tu culpa – le miró fijamente.
Lo sé – se acercó – y disculpa por lo que haré…