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Me enamoré de quién no debí por dei_angel

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Capítulo 45


Poco tiempo después, Itachi se reúne con Sasuke, ya en el carro del primero mencionado, inician una conversación tranquila y pacífica, aceptando parte de la culpa de todo esto, Sasuke suspira contándole todo a su hermano, una estupidez tras de otra víctima de un niño que no pensaba claramente con respecto a las mentiras que lo enredaron aun más en esta red de engaños familiares.


Itachi escuchaba con atención cada una de las palabras pronunciadas por su hermano, parpadeaba con cada espacio de respiración sin lastimarle la diferencia de contraste que hacía su hermano y la expresión para cada frase, se lamentó de no haber estado con su hermanito, se echó la culpa mentalmente pero sin duda alejarlo fue y seguirá siendo lo mejor que pudo haber hecho Itachi.


Acabado con la confesión, suspiró aliviado luego de desprenderse de todo lo que le carcomía el alma. Miró a Itachi buscando aprobación o negación. Itachi lo abrazó tiernamente entendiéndole todo, sin embargo le propuso una opción a la que si no se podía negar. Sasuke lloró ante eso, sabía que algo no estaba bien con Itachi, pero respetaba la decisión de su hermano.


Itachi tenía un departamento el cual nunca usó ya que vivía con su padre en la mansión familiar, Sasuke preguntó el por que de ese departamento, se extrañó profundamente de que su hermano planificara tantas cosas que se juntaban, ya todo estaba completamente listo, pasajes, boletos, asuntos legales, familiares, hasta aseguró el futuro de su hijo.


Sasuke, ese hijo es mío – habló mientras encendía el automóvil.


Bueno, probablemente sea así, de todas maneras hay que esperar Itachi – sonrió alegremente.


Tengo todo listo – tomando la carretera en dirección a su apartamento – si tu de verdad amas a Deidara – hizo una pausa suspirando – entonces vivan ahí,  puesto que todo ya está listo


Hablas como si te fueras de viaje – cruzó los brazos en símbolo de confusión


Sí, me voy de viaje – aceptó parcialmente la deducción de Sasuke.


°


Deidara contento acariciaba su vientre, anhelaba poder sentir a ese niño que palpitaba en su interior, acostado en la cama, pensaba en el padre de ese hijo, estaba por completo seguro que ese hijo sería del fruto de su amor con Itachi, sin duda era el hombre que amaba, comprobándolo hoy. Se abrumaba por las cosas que acontecieron, celoso por su nuevo enamoramiento con Naruto suspiraba tristemente por haber acabado con un amor tan perfecto.


Se levantó queriendo llamar a Itachi, tomó su teléfono y marcando el número se acordó de que estaba con Sasuke, pero era tarde porque le atendió.


¿Itachi? – preguntó Deidara apenado


Dei – respondió el, alejándose de Sasuke haciéndole una señal que lo dejaría solo en el apartamento mientras se dirigía a un sitio donde no le siguiera.


¿Qué haces? – interrogó


Le mostraba el apartamento a Sasuke, pero estoy en una pequeña sala de la residencia – contestó tranquilamente - ¿Qué necesitas?


A ti – un susurro que le aceleró el corazón a Itachi – perdóname por todo lo que te hice


Tranquilo Dei, todo está bien – con dulzura en su voz logró acelerar el corazón de ese rubio.


Itachi, te amo – soltó


Te amo – sin respuesta alguna


Quiero verte, quiero aunque sea una última vez, te lo suplico – quebrándose la voz


Yo, yo igual Deidara, te paso buscando en la noche en la cafetería claveles amarillos para irnos a mí departamento – sabiendo que se iba y dejándolo todo arreglado para Deidara, Sasuke y Naruto aceptaba por primera vez el juego del destino


°


Naruto solo suspiraba de emoción, Itachi le quería si lo quería pero no lo amaba imaginaba una vida con él, saltaba de emoción ante todo lo que le pasaba, se acordaba de Sasuke por momentos alegrándose de la disculpa que le ofreció sanándole las heridas que se le abrieron alguna vez por él.  Era joven y novato, le encantaba la idea y le parecía atractiva de estar con una persona mayor, vivía de ilusiones desconociendo las verdades que se encontraban no a superficie con respecto a Itachi.


Pensaba en llamar al mayor, pero no lo hizo queriendo que la emoción que sentía incrementase en su pecho hasta volar por los cielos, sonreía y mil veces más grande cada vez que rememoraba los pequeños momentos que pasó con su amor. Sabía de antemano que Deidara podía estar esperando un hijo de él ¡Sería tío! Se emocionaba a la idea de tener a ese pedacito de su hermano en sus brazos.


°


Sasuke contempló el apartamento por completo, volteó al escuchar a su hermano abrir la puerta, le preguntó si se podía mudar ya, Itachi asintió viniéndole de recuerdo que quedó con Deidara de verse aquí, de todas maneras cuando lo fuese a buscar se irían a otro sitio.


Vale, quédate – respondió – tengo que ducharme, Bienvenido a tu hogar hermano, por cierto, ¿Deidara y tu son pareja o algo? – preguntó con interés


No – una negación por parte de Sasuke lo sacó de sus casillas, puesto que el tampoco era pareja de Naruto.


°


Duchándose rápidamente y sin darle muchas vueltas a la idea de estar una vez más con el rubio, se sumergió en la nostalgia profunda, se iba a alejar y aunque tuviese todo planificado no quería apartarse del mundo que le rodeaba, una donación podía brindarle mucha más seguridad de la que él pudiese esperar, el tiempo se agotaba y su sustento también.


El agua pasaba delineando o siendo dirigida por las marcas de su cuerpo, se ejercitaba a diario ayudándole a lidiar con el estrés, suspiraba al recordar todo deseando por un segundo que se hubiese quedado así.  Cerró el grito y tomando la toalla para secarse, anhelaba el momento en el cual tocaría la piel del rubio.


°


Tiempo había pasado, la tensión se acumulaba, Deidara tomó un vaso con agua y torta de chocolate, estaba esperando a Itachi por diez minutos, lo llamó, le mensajeó y no contestaba, pensando en esto sintió el teléfono vibrar, contemplando con gran nervios el mensaje.


“Estoy afuera, sal”


Deidara pagando todo salió de la tienda rápidamente, visualizando el auto de Itachi, abrió la puerta del copiloto y observó al mayor.


Hola – saludó nerviosamente


Hola – devolviéndole el saludo Itachi se acercó y le dio un beso a Deidara en los labios, conmovido por sus propios sentimientos y solo por hoy, se permitiría sentir.


Se besaron tiernamente, Itachi acariciaba las piernas de Deidara y éste el torso del mayor.


Vámonos – aceleró


¿A dónde vamos? – interrogó


Es un lugar secreto amor – con eso rompió las tensiones del ambiente. Deidara lo miraba, con ese beso sintió su vientre revolverse y el palpito de una nueva vida.


Pasó alrededor de hora y media, el rubio se había dormido profundamente, Itachi se estacionó en lo que parecía una casita de madera, una baña bien cuidada a fueras de la ciudad donde la señal de los teléfonos no los molestarían por un buen tiempo.


Dei, llegamos – lo movía suavemente y con unas sonrisa le dio la bienvenida


¿Qué es este lugar? – preguntó adormilado


El lugar donde haremos el amor – lo  besó, sus lenguas danzaban al ritmo de la pasión


Se bajaron del carro, Itachi tomó de la cintura a Deidara, se besaron apasionadamente, las manos del moreno pasearon por todo el cuerpo del rubio, Deidara se retorcía del placer, avanzaron lentamente sin dejar de besarse a la cabaña. Itachi sacó de su bolsillo las llaves y abrió la puerta de esa linda casita.


Itachi tomó la mano del rubio, acariciando su mejilla con la que tenía libre, sus miradas se conectaron instantáneamente, la luz de la luna alumbrara el piso de madera, Itachi rodeó con sus manos la cintura del rubio y hundió su nariz en el cuello, pequeños escalofríos recorrían la piel de Deidara. El rubio gimió levemente producto de ese estímulo


Te amo – susurró lamiendo la oreja, el rubio sintió la cálida voz de su amado, después de esto seguirían con sus vidas.


Itachi guió al rubio a una habitación, no prendió luces, la luna se encargaba de ello, realzando el brillo de las sabanas blancas que cubrían la cama. Itachi tomó a Deidara, besándolo apasionadamente mientras sus cuerpos correspondían uno al otro. Se mostraban el afecto que se tenían mutuamente. Su único objetivo era el amor. No había Sasuke, no había Naruto, no había empresa, no existía enfermedad. Existían ellos dos, en esa cabaña. Completamente dependientes uno del otro.


Se acostaron, el moreno besaba cuidadosamente como cual seda fina en sus manos, el cuello que arrancaba gemidos apasionados. Quitaba la camisa del rubio mirándolo a los ojos, se afianzaba la conexión, olvidando los errores cometidos. Rayando en el perdón absoluto.


Lamió su torso delicadamente, Deidara acariciaba el cabello negro que tanto le encantaba tocar, le fascinaba el hecho de estar así con él.


El moreno se quitó la camisa aventándola por cualquier lugar.  Ambos con la respiración agitada, se besaron fuertemente, las caricias de un momento a otro se volvieron más pasionales, el rubio se quitó los pantalones e Itachi hizo lo mismo.


Se besaban apasionadamente mientras se tocaba, Itachi se masturbó preparando al rubio…


Un dedo


Dos dedos


Tres dedos


Deidara gemía de placer, sacaba, metía los dedos dentro de él. Sin pena alguna le ordeno que lo penetrara deseaba sentirlo, amarlo, disfrutarlo. Itachi dirigió su miembro a la entrada del otro, empezó suave, metía, sacaba, se excitaba, jadeaba, las facciones de Deidara se deformaban del placer que solo sentía con él.


Más rápido amor – pidió Deidara


Itachi intensificó las penetraciones, vaivén de placer sentían ambos cuerpos que iban al mismo ritmo. Pasaban minutos, un gemido por parte de ambos advertía que llegarían al orgasmo. El rubio se corrió e Itachi también. Retiro su miembro cuidadosamente del menor, acaricio sus cabellos y lo besó tiernamente en los labios.


Agitados Itachi se recostó de la cama y Deidara se afianzó de su pecho, escuchando los latidos de su corazón, sintiendo la cercanía y rompiendo el hielo que se formó con todos los problemas


Te amo Itachi – se miraron a los ojos, Itachi lo abrazó apegándolo a su pecho


Te amo Deidara – le besó la frente


Quisiera quedarme así siempre a tu lado con mi hijo – por un momento ante esas palabras a Itachi se le ocurrió llevarse a Deidara lejos para criar juntos a su hijo. Itachi se movió y acaricio el vientre de su amado.


Deidara, tengo que decirte, que, todo para nuestro bebe está asegurado, tengo que irme de viaje por un tiempo – pronunció Itachi


Deidara sabía que algo no iba bien, lo intuía y conocía a Itachi más que otra persona.


Le acarició su mejilla – está bien amor, tranquilo – durmiéndose en el pecho del mayor


 


Itachi amó esa noche, amo a Deidara y derramó una lágrima por ser un recuerdo que se llevaría consigo.

Notas finales:

Disfrutenlo!!


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