Itachi contempló el amanecer al lado de Deidara, con un beso lo despertó y este hallándose un poco perdido le miró a los ojos. El rubio se levantó recostándose del espaldar de la cama, suspiró y llevó la mano de Itachi a su vientre, Deidara le propuso que ambos se fueran lejos, justamente lo que Itachi pensó la noche anterior.
El moreno se lo quedó viendo con algo de duda. No sabía cómo interpretar esa petición que él quería, ¿Dónde quedaría Sasuke? Sin quererlo la felicidad de su hermano estaba por encima de al suya. Con un gesto delicado se negó ante tal petición y recordándole que tiene una responsabilidad con Sasuke se levantó de la cama vistiéndose para volver a sus vidas.
Pasaron exactamente 8 meses después de este momento
¡Ah! – Se escuchaban quejidos por parte del rubio, el hospital de Konoha estaba ante la espera de uno de los herederos de las compañías fusionadas - ¿Dónde está Sasuke? – preguntó Deidara
¡Viene en camino! – le tomó la mano a su hermano mayor para poder tranquilizarlo.
¡Que se apresure! – Vociferó – me duele mucho – se quejó
Kushina y Minato se encontraban nerviosos por todo lo que estaba ocurriendo, serían abuelos, la emoción recorría sus corazones y ante eso nada lo podía detener. Naruto estaba asutado y minato llamaba a Itachi quien hace un tiempo desapareció.
Después de insistir tanto Itachi atendió la llamada.
¿Hace cuanto llegaste a Japón? – preguntó
Voy camino al hospital – pronunció – después de eso me voy otra vez – susurró suavemente.
Minato colgó la llamada y preguntándole a Naruto sobre el paradero de Sasuke se sorprendió al recibir un mensaje de ese Uchiha disculpándose por no poder asistir al nacimiento de ese niño tan especial.
Naruto estaba en la sala consolando a Deidara, los dolores de parte era un fuertes y tortuosos, pensaba todo el tiempo en Itachi, pero sabía que se fue de viaje y que quizá no estaría en ese momento tan especial.
Con mucha prisa Itachi entró a la habitación donde tenían en trabajo de parto a Deidara, con una videograbadora y unos regalos para el bebé se situó a lado del padre de su hijo.
Deidara tomó fuertemente la mano de Itachi y agradeció con lágrimas en los ojos que estuviera ahí. Itachi miró a Deidara tiernamente mientras que con su otra mano acariciaba los cabellos rubios, su mirada se topó intencionalmente con la de Naruto, activando recuerdos, nostalgias y sentimientos encontrados por parte de ambos.
Naruto notó que Itachi estaba más delgado y ojeroso, su cabello más largo, pero ese atractivo que ejercía sobre él aún no se desvaneció. Lo amaba con toda su alma.
El doctor le aplicó anestesia al rubio, procedió haciendo una cesaria, Itachi grababa con su cámara todo el momento, Naruto confundido, no se dirigieron palabra alguna, solo eran miradas que se rozaban en el aire. Lastimado por la actitud de Itachi y feliz por el nacimiento de su sobrino.
A Itachi le dolía la actitud de Naruto, pero nada podía hacer, era su culpa, no le dirigió palabra alguna, pero algo tenía que hacer, ya era suficiente con su torpeza, saludó de palabra a Naruto y este devolviéndole el saludo le sonrió con mucha tristeza.
El parto había acabado, los familiares salieron para que arreglaran a Deidara y llevando al niño al retén Naruto acompañó a Itachi y juntos observaron al bebe.
Era pequeño y delicado, con hebras rubias que resaltaban, blanco de piel y llorón, con pulmones de acero Itachi reconoció que era su hijo, fruto de Deidara y suyo.
Naruto, ¿Verdad que es lindo mi hijo? – susurró lastimosamente
Si, es precioso Itachi – lo abrazó delicadamente – Te amo
Itachi se sorprendió ante ese acto, correspondió al abrazo fugazmente, el médico preguntó por Itachi, ya que el paciente le pidió que entrase con él a la habitación.
Itachi pasó y vio a un Deidara adolorido pero feliz, Itachi con mucha delicadeza entrelazó su mano a la del rubio.
Lamento no haberte acompañado en esos meses – se disculpó
Sé que tenías que hacer algo, para poder llegar a este lugar así – susurró débilmente.
Si, para ver a nuestro hijo – murmuró besando su frente
Itachi, te amo – como el viento acarició su mejilla y en un delirio se quedó profundamente dormido.
El moreno salió de la habitación con una sonrisa, Minato y Kushina se le acercaron y le felicitaron por el hijo que tuvieron, por el nieto tan hermoso que tenían. Minato estrechó fuertemente la mano de Itachi y Kushina le abrazó cálidamente, Naruto veía embelesadamente al hijo de Itachi.
Deseaba que ese niño creciera con sus padres, si él era un obstáculo se alejaría, no quería que creciera sin ambos, suspiró al notar la presencia de Itachi, el ambiente se tensaba fuertemente, el silencio aumentaba y la incomodidad más que notoria fue rota por una enfermera que tomó al niño en brazos y con una señal le indicó a Itachi que se vistiera con la bata y el cubreboca para poder cargar a su hijo.
Itachi hizo lo que la enfermera le ordenó, cargando a su hijo sintió tanto amor, sus ojos brillaban y una nueva fuerza le nacía del corazón. Jamás se sintió tan feliz en su vida, miró por minutos sin pestañear la imagen de su bebé dormido tranquilito en comparación a como estaba antes, murmuró palabras tiernas y con un beso en la frente le dio su bendición
Te amo hijo, te amo – susurró
Señor Uchiha, el niño por motivos de seguridad debe quedarse un día en observación – con mucha delicadeza Itachi entregó a s hijo a la doctora
Con mucha emoción le hablaba a Naruto, de cómo se sentía tener un pedacito muy suave y tierno, de cómo le llenaba de fuerzas ese pequeño para seguir luchando, no se daría por vencido.