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¡Mátate! por Chat Noir

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Notas del capitulo:

Bueno, he demorado un poco porque he tenido una semana muy ajetreada, estoy cansada. 

Gracias a las 700 y algo personas que me han leído, gracias preciosas y preciosos. Y las 6 personas que me han escrito, besitos.

Espero que me sigan escribiendo :) 

 

Somnoliento, a punto de cerrar los ojos, al fin podría dormir, después de… mucho tiempo. Insomnio, atemporales parecían las noches, una suspensión perenne para el más catatónico de los estados meditabundos, a veces un desesperante infierno. Insomnio, aliado y enemigo; siempre vigilante ¡Alerta! Para suprimir un estado en quimeras atolondradas.

 

Paraliza.

 

Bostezo, su cuerpo se adormece; allí, acostado en una desusada y polvorienta cama. Bostezo, sí, otra vez, profundo aliento milenario, acosador. Mies de sensaciones revolucionarias erizan sus percepciones. No puede decidir si colocarse ese pijama café chocolate casi nuevo o, solamente, recostarse ¿o será tirarse en ese colchón rechinante por primera vez? Es que, recostarse, re-acostarse: volver a la cama, él no podía abusar de la semántica. Hace mucho tiempo que no se enmarañaba entre sus sábanas de acromáticas tonalidades, desgastada por el tiempo y el olvido; echaba de menos esa sensación de agotamiento y descanso beato. Allí, estaba, dudando por una trivialidad.

 

Delirando.

 

Por lo general es un mal síntoma, su cabeza estaba contemplando, con excesiva exageración, la Idea de dormir ¿habría letargo esa noche? Era una respuesta compleja.

 

El sueño, Morfeo. Un burgués temerario y cosmopolita; comerciante orgulloso, vanidoso y esquivo; un usurero y timador. Morfeo, egoísta y envidioso.

 

Alegoría rococó sobre el sueño.

 

Su cama; una estatua de bronce y marfil, como aquella desaparecida Atenea de la antigua y glamorosa Grecia. Ausente. Una plegaria por esa protección entre las sedas, escudos y lanzas de una sagaz mujer. Alero. Silencio infinito, cual ánfora de Pandora, secretos degenerados ¿Por qué la has olvidado, Shuichi? Vetusta confidente.

 

Encorvado, acurrucado, como un infante temeroso. Frágil pestañeo que se intercambia entre unos pavorosos gemidos cansados. El peso de los años en vigilia, el quedo murmullo de la noche sonámbula, que desaparecerá, que se perderá entre las fantasías más intrincadas. Ajetreo nocturno, una despedida, al fin.

 

 

 

¡Pero! Se levantó al baño, como sombrío espectro, un adulto aniñado mirándose en un espejo, impresionado por esa pálida cara que… ¿alguna vez fue amada? Extrañar el contacto ajeno es común en los seres humanos. Sí, lo echaba tanto de menos, los besos y la emoción, una sensación de amor tan profunda, tan compleja, tan dolorosa que convoca el llanto.

 

Soledad, a veces eres amarga. Loneliness, sometimes you’re so sweet.

 

¿Hagamos un trato? Si tú te vas, él morirá. Evocar ese tipo de recuerdos es más mortal que el Suicidio, es más espeluznante que el Infierno, es más tétrico que el Olimpo.

 

Ese mustio rostro llorando, tan desgastado por los acosadores pensamientos del supuesto pasado ¿Sería esa noche? Él se cortaba para olvidar ¿Y luego, cuándo se convirtió en algo más? La danza amorosa con la muerte se volvió romance, y sádico romance.

 

El amaba, él también traicionaba ¡Oh, tormento! ¿Fue narcisismo? Se escondía en la risa para mitigar la Soledad que, a veces era amarga con él ¡Oh, tormento!

 

Un cuchillo en su mano ¿Cuándo había tomando forma el metálico filo en su mano? ¿Cuándo fue que el negro y duro mango se paseo sigiloso por su mano? Y… ¿Cuándo fue que sus venas comenzaron a desangrarse?

 

¡Desmayo!

 

Todo parecía borrarse ante su vista llorosa. Gritar, jadear. Correr bajo la lluvia. Piel desgarrada, sangre… Roja, un mar que no te moja, que sólo golpea tu corazón para ensartar la estocada final. Desesperación contenida. Promesas fallidas. Dolor agudo ¿es la herida o el amor?

 

¡Muérete! ¡Mátate!

 

¿Estás cansado de llorar?

 

Esperando una muerte que jamás llega. Eutanasia, te anhelamos ahora.

 

«Ayúdame a morir» suplicó con esmero calcinado, la llama de la vida había arrasado con todo, el singular juego piromaníaco terminaba «Ya no puedo más» una voz aturdida, tan frágil y conmovedora que dan ganas de sucumbir al llanto y correr a su lado. Su rostro aniñado se amorataba, con el suave bisbiseo de la vida que cobraba venganza cruel y cruda.

 

¡Maldita perra! Magullar porque fuiste violada, engañada, maltratada. Puta de callejón ¡Qué no se te olvide que tú también pecaste! Tú también traicionaste, lo traicionaste.

 

Shuichi, ¿exhalarás tu último aliento? Shuichi, ¿Shuichi?

 

 

 

Acongojado, miró el súbito rayo de sol que penetraba gustosamente las cortinas cremosinas. Eran lágrimas reales, pero la sangre parecía la proyección de su intrincada imaginación, porque la transparencia no era un atributo del líquido que eyacularon alguna vez sus brazos. No había coagulación. No había nada más que lágrimas.

 

¿Por qué llorar?

 

Recuerdos, era la simple respuesta.

 

Su cuerpo parecía más pesado, su mente parecía más enferma y las lágrimas continuaban. Fue un sueño. Un triste sueño. Suspiró, pero ese tipo de bostezos eran duros y secos. No había vida en él, el dormir no le había dado paz y la cama parecía tan ordenada como cuando la vio antes de desplomarse. Poderosa cama, has perdido tu nostálgico toque sobrecogedor.

 

Se levantó, y buscó el cuchillo, la sangre, el rostro aniñando; no había cuchillo, ni sangre, mas sí ese rostro aniñado. Atontando, perplejo, aterido. El sol  ambaroso seguía intentado perforar cada rincón lóbrego de la desventura del ensueño noctívago. Sol de medio día.

 

«Un hermoso día» dijo luego de abandonar al reflejo y atravesar con cautela el desorden entre libros, discos y alcohol.

 

«Morir no me atemoriza, lo que no quiero es pensar que alguna vez es que me sentí amado y que me atesoré a mí mismo, que sí me importé» se quedó vigilando la simpleza y el encanto de la claridad ceruelo-celofán del cielo.

 

Notas finales:

Subiré muy pronto el próximo capitulo, de nuevo gracias por leerme, sé que puede parecer complicado, siento que es confuso, a pesar de que me gusta así.

Besitos!

 

 

[PD: a las chilenas y chilenos que estén en está pagina, adhieran a la causa mapuche y al paro. NO a la ley anti-terrorista.

Sorry por irrumpir con esto :3]


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