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Entre las Llamas del Infierno por VerityMalfoy

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Notas del capitulo:

 

Sexto Pecado, Penultimo Capituloo!!!!!! espero que lo disfruten muchooo,  muchisimas gracias por seguir el fic y mill mas por sus divinos comentarios que adoro y confio seguir recibiendooo!!!!!!!!!! 

Sabn que el viernes es 19 de noviembre XD!!! Es el dia que Mello y Near se encuentras despues de haber iniciados por separado sus investigaciones dle caso kiraaa!!!!!! jaaaa les prometo un fic para este viernes, asi sea alas 12 dela noche pero tengo qpublicar algo... es un dia para ellos XD jajaja

 Este cap no me gusta muchoooo por q es algo triste y esta Matt muchoo -.-  pero bueno siento q he traicionado a mi hermosa bolita de algodon pero tendra su fianl como se merece:DDD espero sus comentariossss un besosososostototeee!! a todas y todos XD jaja nunca se sabe !!! bye!!!!

 


Pecado: Vanidad


“Los espejos deberían pensarlo dos veces antes de devolver una imagen”

 

 

 

La semana ha pasado mucho mas lento de lo normal, los segundos parecen horas, las horas se transforman en días y los días se tornan en años. Aunque no quisiera admitirlo la espera lo estaba volviendo completamente loco, siquiera podía concentrarse, sus pensamientos siempre volvían a su último encuentro con el pequeño alvino, rememorando aquel cuerpo tan exquisito, sublime y maravilloso. Perfecto, era la única palabra que podría logar describir la esplendida belleza de su ser.

 

Cerro sus ojos, exhausto por la situación, estaba cansado de encontrarse a si mismo pensando nuevamente en la persona que se había convertido, irremediablemente en su divino tormento, aquel que al encontrar en publico juraba odiar a muerte, ese al que a las sombras de la intimidad y el anonimato deseaba con locura y desenfreno. Y otra vez surcaba en su mente la misma pregunta, que tanto lo estaba atormentando, ¿Qué sentía por Near? Esa pregunta invadía su mente cada vez que el pequeño alvino se infiltraba en sus pensamientos, jugando con su mente, disfrutando con los traumas psicológicos que Mello estaba sufriendo por su culpa. Al rubio poco le importaba el hecho de que Near fuera un chico, lo que realmente le atormentaba era el hecho de que el objeto de sus mas bajos deseos, el protagonista de sus mas turbias y exóticas fantasías, fuera nada mas y nada menos que su rival numero uno, al chico que juraba ante todos odiar.

Y es que la situación se le estaba volviendo cada vez más difícil, no podía toparse con el pequeño alvino sin desear abalanzársele encima y poseerlo en frente de todo el maldito orfanato. En el transcurso de esa tortuosa semana en la que para desgracia de Mello aun transcurría el periodo de vacaciones, no había ocupado su mente en otra cosa que no fuera fantasear con el pequeño. Besarlo apasionadamente en alguno de los múltiples salones de clase, fundir sus manos en el alvino cuerpo mientras entraban torpemente en su habitación, hacerlo suyo en la cama de Near, tocarlo descaradamente el la sala común, ya fuera con gente o sin ella, enzima del escritorio de Roger, en los jardines, aprisionando al alvino entre el tronco de un árbol y su cuerpo, en la cocina (otra vez), en la habitación de Matt y tal vez en la de Linda, en los laboratorios de Química y torturarlo quizás, si se animaba, con el filo de un bisturí. Y así como esas, una docena más de distintas fantasías, una más depravada que la anterior, solo para explotar todo los placeres de su carne.

 

“Estoy enfermo” se dijo a si mismo incorporándose en la cama, notando como se había formado un pequeño bulto entre sus piernas, se maldijo para sus adentros “Mejor iré a tomar un baño antes de que esto empeore” La verdad no estaba de ánimos para volver a masturbarse, ya había mancillado demasiado su orgullo en toda esa semana, tocándose mientras pensaba en su no tan inocente alvino, como para volver a recaer.

 

Tomo una toalla blanca de su armario y se la coloco en los hombros antes de salir de su habitación para dirigirse a los baños.

 

No era lo suficientemente tarde como para que los niños estuvieran en sus camas, varios murmullos a lo lejos le indicaban que aun se hallaban jugando en el gran salón, mientras que por la ventana, podía avistar a los mas grandes abandonando los jardines e ingresando nuevamente al interior de Wammy´s.

 

Continúo su camino y no pudo evitar el pensar en que no había visto a su pequeño tormento en todo el transcurso de ese día. Lo cierto era que el tampoco había salido mucho de su habitación ese día, solo abandono su alcoba para ir a comer, pero no había visto a Near en el gran salón armando su rompecabezas como era habitual, ni lo vio en el comedor y no había querido ir a buscarlo a su alcoba, ya que seria un acto de debilidad de su parte, el alvino le había dicho que se verían el sábado por la noche y no pretendía irrumpir en sus aposentos antes de tiempo, aun mas sabiendo como era y lo que podría pasar si se encontraba solo con el. Quería demostrarse a si mismo que podía controlar sus instintos, que por una vez en su vida podía mantener su mente fría. Además, seria tan divertido que fuera Near quien no pudiera resistir la necesidad de entregarse antes de la fecha pautada. Para Mello esa seria la mas dulce de las victorias.

 

-Mello- grito una voz sacándolo de sus pensamientos.

 

-Matt- contesto el rubio identificando la voz de inmediato, incluso antes de voltearse para saludarle. El pelirrojo estaba sudoroso y notablemente sucio, como se notaba que había estado jugando en el jardín con los demás chicos.

 

-¿Donde has estado metido?- Matt lo había estado buscando para persuadirlo de salir a jugar un rato con los demás, pero el rubio no tenia ánimos ese día, así que encerro en su alcoba, ignorando los llamados de su compañero.

 

-Me quede dormido-mintió, brindándole una simpática sonrisa, que haría que cualquiera que la mirara se olvidara inmediatamente de lo que sea de lo que estuviera hablando.

 

-Esta bien, perezoso- contesto devolviéndole la sonrisa- Voy a darme una ducha.

 

-Yo igual- dijo Mello. Si había algo que odiaba, era tener que ducharse junto con un montón de chicos, para el era lo peor que se le había podido ocurrir al arquitecto de aquel inmenso orfanato, que al parecer lo había diseñado considerando todas las maneras y posibilidades que tenia para joder al pobre rubio…Baños comunales.

 

Mello se alegro un poco al descubrir que no había nadie en las duchas a excepción de el y su mejor amigo.

 

No era que le avergonzara el hecho de que los demás chicos lo vieran desnudo, ni nada por el estilo, el mismo consideraba que tenía un cuerpo esplendido. Solo es que, le gustaba su privacidad, por eso quizás se inclinaba a tomar duchas nocturnas, cuando ya todos dormían, pero el calor del verano sumado a sus ardientes cavilaciones ameritaban una ducha de agua fría inmediatamente.

 

Los baños eran enormes, una extensa hilera de duchas sin separación alguna se extendía por todo el lugar, los sanitarios y vestidores se encontraban en un cuarto aparte, solo bastaba con cruzar una puerta estratégicamente colocada para llegar a ellos. Algo que el rubio adoraba de ese sitio, era que estaba forrada completamente por espejos, le encantaba ver su reflejo, mientras las gotas de agua se deslizaban por su cuerpo, era algo narcisista, pero no podía evitarlo.Ambos jóvenes se desvistieron, Mello podía sentir como su mejor amigo le lanzaba de vez en cuando miradas furtivas, haciendo que al rubio le recorriera un ligero escalofrío. Dejaron sus prendas en un banquito alejado y se dirigieron a las regaderas.

 

El repiqueteo de las gotas sobre las baldosas se apoderaron del lugar, rompiendo el silencio, poco a poco el vapor comenzaba a envolver ambos cuerpos desprolijos de cualquier prenda.

 

Mello tomo la barra de jabón y comenzó a frotarla contra su cuerpo, con toda la parsimonia que podía poseer. Matt nunca antes se había encontrado en las duchas con el rubio y el ver como la espuma del jabón resbalaba juguetonamente por esas caderas cetrinas, paseándose descaradas por sus muslos, recorriendo sus largas piernas, como deseaba ser la espuma de aquel jabón que tenia la dicha de acariciar esa piel que tanto codiciaba.

 

Se relamió los labios inconscientemente, gesto que para su suerte, el rubio no percibió, ya que se había dado la vuelta, dándole ahora una esplendida vista de su bien formada espalda. Las gotas de agua escurrían por esta, cada vez mas abajo. El calor se torno de repente increíblemente insoportable para el pelirrojo.

 

Mello ya empezaba a sentirse algo incomodo al sentir la persistente mirada de Matt sobre su cuerpo.

 

-¿Qué tanto me miras? Perro- interrogo, aun de espaldas, haciendo que el aludido se sorprendiera y desviara avergonzado la mirada.

 

Un silencio incomodo se apodero del lugar, Matt naturalmente no sabia que responder a aquella pregunta. Y el hecho de tener a Mello desnudo en frente de el, no le ayudaba absolutamente en nada a ordenar sus ideas. Antes de que el rubio pudiera girarse para encarar al pelirrojo este lo tomo de la cintura y con un movimiento tanto rápido como repentino,

 

Matt lo había acorrálado, dejándolo atrapado entre su delgado cuerpo y las frías baldosas del baño.

 

Mello podía verse perfectamente reflejado en los espejos, los cuales devolvían una imagen muy comprometedora, en todos los sentidos.

 

-¿Qué carajo te pasa Matt? Suéltame- grito el rubio.

 

Matt parecía cegado por el deseo, al parecer Near no era el único que pecaba de lujuria, no escuchaba ni una de las palabras que escapaban por la boca del rubio, solo se concentraba en pasear sus manos por aquella delirante figura.

 

-Matt, eres un…- se estremeció violentamente al sentir como el pelirrojo lo levantaba bruscamente haciendo que sus miembros se rozaran.

 

Una boca ajena besaba con codicia la piel de su cuello, haciendo que se formara una pequeña mancha morada, sus manos se aferraban a sus caderas.

 

-Aahh, Matt su..su-  la fuerza de voluntada de Mello iba de cayendo poco a poco, sus ojos se entrecerraban lentamente, mientras observaba su reflejo en el espejo, Lucifer podría llevárselo en ese mismo instante, de la deliciosa voluptuosidad que le producía el mirarse en el espejo. Pero una extraño sentimiento de culpa empezaba a carcomerle las entrañas, el sentir la lengua de Matt jugueteando con el lóbulo de su oreja, lo estaba llevando lentamente a las puertas del cielo, pero recordaba los besos ardientes de Near y no podía evitar sentirse sucio, como si estuviera traicionando algo, o tal ves a alguien.

 

-Ahh!! Maldito- grito como pudo, o jadeo mejor dicho, al sentir las manos de su mejor amigo en su virilidad, hasta ese momento no se había dado cuenta de lo caluroso que se había puesto el lugar, el vapor estaba empañando los cristales- Suéltame, por favor- susurro suplicante, sintiéndose aun mas sucio de repente.

 

Eran las 9 de la noche, como de costumbre, el pequeño alvino se dirigía a los cuartos de baño, para tomar una ducha, al igual que a Mello, le gustaba su privacidad y a esa hora, normalmente nadie ocupaba los baños. Se sintió algo decepcionado al escuchar el sonido de agua corriendo, golpeando con furia los azulejos. Pero al final no le dio mucha importancia, ya estaba ahí, así que se ducharía lo más rápido posible y luego se iría.

 

Abrió delicadamente la puerta, jugueteaba con uno de sus mechones, mirando  el piso mientras que en su otra mano tenía un pequeño patito de hule amarillo y una toalla blanca.

 

El vapor caliente choco de lleno contra su rostro, sintiéndose sofocado por el calor que emanaba del cuarto, casi no podía ver, a causa de la neblina del lugar, que poco a poco escapaba por la puerta, que había dejado ligeramente entre abierta.

 

-Ahh Matt- grito repentinamente una voz que hizo que a Near se le helara la sangre por primera vez en su vida, era el sonido mas horrible que alguna vez hubiera podido escuchar nunca, levanto la mirada lentamente,  esperando que sus oídos lo hubieran traicionado.

 

Sus ojos se ensancharon a más no poder, no entendía que era ese dolor lacerante que crecía de una manera alarmante en su pecho.

 

-Matt- pronuncio con dificultad el rubio- suu…suel...- pero no pudo terminar, ya que un par de pálidos labios se apoderaron de los de Mello, arremetiendo con rudeza contra su boca, devorándola con locura demandante, el rubio forcejeo un poco, pero fue cediendo lentamente ante los ojos del alvino, fundiéndose también en aquel beso apasionado.

 

Near los miraba serio, con su expresión completamente neutral, los veía sin verlos. El dolor que sentía en aquel instante, no era humanamente posible de expresar con gestos o miradas. Solo se quedo ahí, inmóvil e inconscientemente apretó en su puño el pequeño patito de hule, emitiendo un chirrido desgarrador, que hizo que Matt se apartara por fin del rubio, despertando repentinamente de su frenesí, saliendo del trance.

 

Mello abrió lentamente los ojos, sus labios estaban teñidos de un rosa pálido, y sentía que sus parpados volverían a cerrarse en cualquier momento, hasta que su mirada se encontro con la del alvino que los observaba a lo lejos. Su corazón dio un vuelco y quiso morir en el instante que una solitaria lagrima, la única que Near había derramado alguna vez en su vida, escapaba de uno de sus grises ojos para perderse en su mejilla y camuflarse con los charcos de agua que decoraban los pisos del baño, como si nunca hubiera existido.

 


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