Las miradas no habían cesado en ese corto momento, ambos hermanos no habían parado de hablar hasta por los codos, tanto Akira como Uruha lucían fatigados de tanta palabrería sin sentido, así que solo sonreían a los comentarios muchas veces por educación.
- Iré por otra copa... - comentó Kai- ¿Alguien desea una?- preguntó cortésmente.
- Si, pero prefiero un tinto que un champagne- comento la pelinegra- así que te acompañare, espérenos aquí chicos- dijo al tiempo que les guiñaba un ojo en clara coquetería.
Ambos hermanos se fueron perdiéndose entre los invitados.
No habían cruzado más palabras que las de presentación y por su parte Shima se sentía nervioso, no sabía que decir ni como actuar ahora que estaban solos. El rubio dejo de mirar a los que se iban, respirando con profundidad, de lo que sucediera en ese momento derivarían muchas cosas.
- Tal para cual- comentó sonriendo-Ahora que estoy libre necesito un respiro.
- Igual yo... ¿una copa?- preguntó el rubio para romper el hielo- Si lo que deseamos es huir, podemos tomarla en la terraza.
- No bebo gracias, pero si desea puedo hacerle compañía.
- Me agradaría mucho Kouyou- dijo mirándole fijamente, mientras se acercaba con sigilo y pasaba a su lado casi rozándole con su cuerpo.
- Si… si gustas puedes llamarme Uruha…- suspiró girándose para seguirle, se le había erizado la piel solo al respirar mezclado en el aire la varonil fragancia de Akira.
El camino hacia la terraza fue en completo silencio, a la cual se llegaba subiendo unas cortas escaleras que conectaban con el segundo piso, tras una puerta corrediza de vidrio y una delgada cortina.
El viento nocturno era frío y suave. Shima sintió un escalofrío en cuanto estuvo a la intemperie, había dejado su abrigo en la entrada a la fiesta.
- Que hermosa vista de la ciudad... ¿no te parece?- comentó Suzuki acercándose al barandal, estaba recargado con los brazos sobre ella, de espalda a la calle y quedando frente a Shima.
- Si…- comentó el castaño sin prestarle mucha atención a la vista nocturna que le ofrecía Tokio, sino más bien al rubio que lucia tan sensual en esa pose.
Valla si que tenía razón Ruki al decirle que asistiera… que algo bueno tenia que encontrar ahí.
- Hace un frío terrible... - murmuró Akira mientras bebía el último sorbo de su copa y buscaba con desespero un cigarrillo en el bolsillo interior de su saco.
- Dímelo a mí- comentó acercándose igualmente a la baranda, por una extraña razón deseaba estar mas cerca del rubio.
Akita sonrió con éxito al encontrar una cajetilla olvidada, al tiempo que sacaba un tabaco y ofrecía a Takashima.
- No, gracias- se disculpo mirando como el otro se llevaba el cigarrillo a la boca y lo encendía con rapidez, por un momento perdió la vista en esos labios delgados ¿serian tan suaves como se veían?
- No fumas, ni tomas... eso esta muy bien. (n/a: ni yo me la creo xd)
- Supongo que sí.
Lo tenia muy cerca… hasta podía percibir el tenue olor de su fragancia, le miró estremecerse debido a la ráfaga de viento que les golpeo de improviso, mientras se frotaba los brazos para proporcionarse calor, lo miraba fijamente con esos ojos de color miel – Son mas hermosos que en las fotos- pensó y se sorprendió de si mismo al considerarlos hermosos.
- Valla si que son aburridas estas fiestas... - comentó Akira suspirando con pesadez.
- No eres el único que lo piensa- sonrió el castaño divertido.- Entonces... - dijo en tono pensativo.
- Entonces, ¿qué?- preguntó confundido.
- ¿Entonces por que seguimos aquí?- pregunto sonriendo malévolamente.
- ¿Quieres… quieres irte?- Akira no podía creer que le estuviera proponiendo irse de la fiesta como si estuvieran a punto de escapar de una prisión.
- ¿Por qué no?
- ¿Adónde?
- Por ahí, cualquier lugar es bueno cuando se tiene una buena compañía.
- Pero... - Suzuki no podía creerlo.
- Nada de pero’s- ordenó – Vamos por nuestros abrigos.
Caminaron a hurtadillas entre la gente, poco le faltaba tomarse de las manos y escabullirse detrás de cada objeto para no ser vistos, llegaron hasta la entrada y pidieron el abrigo de ambos.
¿En que momento había dejado de ser el conquistador para ser el potencialmente conquistado?
Dejaron los autos en el estacionamiento a petición del castaño, quien caminaba divertido por la calle, unos pasos mas atrás estaba Akira incrédulo… ¿A dónde lo llevaría ese tonto de Takashima?, no lo sabía pero lo que si tenia claro, era que le seguiría el juego si o si.
Volvió la vista para mirar a la joven pareja que caminaba en la acera contraria, no habían sido ni dos segundos y ya se le había desaparecido, ¿dónde diablos estaba el castaño?... lo supo cuando sintió un jalón en su abrigo y fue introducido de lleno en el interior de lo que a simple vista parecía ser una pequeña cafetería de 24 horas.
- Buenas noches chicos, ¿Desean tomar algo?- preguntó una de las meseras acercándose a ambos hombres, sonriendo con complicidad.
- Un chocolate caliente no me caería mal Natsuki- dijo el castaño en tono graciosamente infantil mientras se sentaba en una de las mesas. - ¿Y tu que deseas tomar?- preguntó dirigiéndose al otro chico, que le miraba aun de pie.
- Igual... - dijo tomando asiento al frente del otro chico, parecía un lugar poco común en una zona tan residencia como esa y a juzgar por la actitud tan risueña y familiar de hablar con la mesera parecía que le era bien conocido Uruha.
- Enseguida- dijo la chica amablemente antes de retirarse no sin antes mirar de arriba abajo al apuesto acompañante de Uruha, con la cual se ganó una mirada de fingida molestia de parte del castaño.
- Me siento como en casa... uhhhm…- suspiró Shima al tiempo que despeinaba un poco su cabello y desabrochaba los primeros botones de su camisa blanca.
Estar en una cafetería, tomando dos humeantes tazas de chocolate caliente con su peor enemigo, no era algo muy común en la vida de Suzuki a decir verdad… la sola imagen infantil de Shima le era ilógica, ¿Se había imagino como seria el heredero de Maverick? Si, infinidad de veces, y lo menos que esperaba era ver ese gesto de total franqueza y esa mirada de extraño color miel.
Estuvieron alrededor de tres horas, platicando un poco de cómo eran y las cosas que les gustaba hacer, así el rubio se entero del hobbie preferido de su acompañante que era la fotografía, vivía solo en un departamento del centro, tenia solo dos amigos Ruki y Satoshi, y el dato que considero mas importante fue que no tenia pareja. Por su parte el castaño sabia cosas como que vivía con un tío en un edificio al sur de la ciudad, por lo que no era casado, tenia pocos amigos, le gustaba disfrutar de un buen libro y no tenia novia.
Akira reviso su reloj de pulsera, se sorprendió con la rapidez que había pasado el tiempo, era ya de madrugada, de ahí a que la gente había disminuido en el lugar y en las calles, debían volver ya a la mansión Koguchi.
Uruha pago a pesar de la renuencia del rubio, se la había pasado muy bien, había algo en Akira que le atraía demasiado, además no podía negar que era muy apuesto, pero era otra cosa aparte… quizás el hecho de que casi le tuvo que sacar las palabras con cuchara y eso lejos de fatigarlo le encantaba- siempre es bueno tener a alguien contrario a ti -se dijo mentalmente, a lo que enseguida se reprendió por que parecía que deseaba algo con Suzuki.
Salieron de la cafetería para dirigirse a recoger sus respectivos autos, había sido casi una cuadra de silencio y Uruha fue el primero en remediarlo.
- A sí que estudiaste leyes Akira, ¿Tienes una oficina propia o trabajas para alguna compañia?- preguntó interesado.
- He dejado mi currículum en algunas partes, aun espero respuesta, salvo PSC nadie mas a contestado- sonrió dejando salir el humo acumulado en sus fosas nasales, el cual se elevaba en tomando formas extrañas antes de disiparse paulatinamente.
- ¡Valla! PSC es una de las más cotizadas firmas de abogados de Norteamérica y Japón, debieras considerarla mas enserio- comentó emocionado.
- Por supuesto que lo hago, pero aun tengo cosas pendientes aquí…. mmm ¿Puedo hacerte una pregunta?- inquirió Akira.
- Claro...
- Me conociste recién y me gustaría saber ¿Por qué me invitaste a tomar un chocolate caliente contigo?- Quería saber que terreno pisaba.
- Bueno... me inquietaste mucho desde que te vi, quería conocerte un poco mas – dijo sonrojándose un poco, no sabia porque pero quería ser directo con Akira. – Te pregunto lo mismo... - dijo mirándole fijamente.
- ¿Puedo confesarte algo?...- dijo en un tono mas bajo provocando que Uruha se acercara un poco mas para escucharle mejor.
- Si, claro- respondió interesado.
- Hay algo en particular por el que te acompañe... - dijo disminuyendo el volumen de su voz, haciendo que la distancia entre el astaño y él se redujera aun más.
- ¿Qué?
- Tus hermosos ojos claros- dijo con descaro, mientras eran escasos centímetros los que separaban ambos rostros.
Sabia que debía besarlo, ese era el momento perfecto, se estaban mirando ambos a los ojos y le había coqueteado abiertamente, cualquier chica se hubiese derretido ante un comentario similar, tal vez el factor de que era hombre hacia las cosas más diferentes, no debía considerarlo como a una mujer, ¿o sí?, ¿no todos los homosexuales se creían mujeres verdad?
Uruha estaba estático a la espera, no podía siquiera parpadear, le sudaban las manos a pesar de que las tenia congeladas, ese comentario se lo había hecho a él, y ahora lo miraba mezcla de frialdad y sensualidad, tenía unos ojos oscuros en los que podía perderse sin remedio.
- Debes estarte muriendo de frío... - murmuró mientras se alejaba, no podía…. no podía, era algo mas allá de sus fuerzas- Será mejor nos demos prisa ¿Te parece?
- Si, será lo mejor- dijo en tono imperceptiblemente decepcionado, aunque realmente lo estaba.
Akira camino con rapidez, seguido de Uruha, ahora ambos estaban en silencio, pero se detuvo, Shima no tuvo tiempo ni de reaccionar cuando ya tenia en frente al rubio.
Cuando sintió sus labios sobre los suyos le pareció como un sueño, era un beso suave… tranquilo, donde podía degustar el sabor del otro, succionando sus labios calmadamente, nunca había dado un beso así. Sus manos estaban a los costados, inertes, ya no sentía el frío de la noche traspasar la delgadez de su ropa, solo sentía el calor emanar de una parte desconocida de su cuerpo y subir por una ruta también desconocida, para después extenderse en todas direcciones, sentía un hueco en el estomago como si no hubiese tomado alimento en dos días y juraría que había ángeles alrededor tocando sus pequeñas arpas, tal vez hasta estaba loco pero podía mirarlos a través de sus ojos cerrados, ¿Eso era enamorarse? Porque cada poro de su piel a Shima le gritaba que sí.
Se alejaron un poco abriendo los ojos al mismo tiempo sin dejarse de mirar, el contacto solo había durado unos segundos, para Akira pareció una eternidad, tener que sentir el sabor de un Takashima en su propia boca le era repugnante, no era un hombre creyente, pero en esa circunstancia hasta había orado para que el momento terminara.
Uruha le miraba interrogante, como si esperara que el rubio dijera algo, cualquier cosa, pero este aun no salía del trance, cosa que pudo disimular a la perfección.
- Me gustaría volver a verte Suzuki Akira- dijo sonriendo esperanzado, esta vez no podía ser más directo.
- Lo mismo digo Takashima Kouyou, y si quieres solo llámame Reita- le correspondió la sonrisa al tiempo que emprendían nuevamente la marcha.
Continuara...