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DUERME CONMIGO por AnneJieJie

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Notas del capitulo:

-¡Esto es estúpido!- Se dijo a sí mismo.- Me dejo llevar por las tonterías de Mishima… Bien, lo que hagan o no hagan esos dos no tiene nada que ver conmigo.......

¿¿SERA QUE KEISUKE TIENE RAZÓN Y NADA TIENE QUE VER CON ÉL?????????

2. CONVERSACIONES DISPERSAS

Cualquiera podría pensar que la vida de Yamada Keisuke podría parecer vacía, pero no era así. Vivía solo, en un penthouse ubicado en una de las zonas V.I.P de Akihabara, él tenía fama de frío y calculador, rara vez se le podía ver sonreír, escuchar una palabra dulce en sus labios o tal vez un gesto de ternura, su corazón era una casa de puertas clausuradas a la cual nadie podía acceder, ni siquiera Nanako o Jay que lo conocían lo suficiente, su abuelo pasaba todo el tiempo retándolo porque nunca mantenía una pareja estable, en primer lugar, porque satisfacer al joven empresario era una tarea monumental ya que solo le gustaban las cosas exclusivas y costosas, pensar en qué obsequiarle era una pesadilla, todo lo tenía y de lo mejor; en segundo lugar, era un excéntrico al que nada le gustaba o si le agradaba pronto se aburría de lo mismo, era así con los coches, la ropa, su apartamento y sus parejas, en tercer lugar, era incapaz de ser fiel, así que mantenía varios romances a la vez y poco le importaba lo que dijesen los demás, pero esa era la vida que él había elegido para sí mismo, no deseaba ataduras, al igual que su tío Jay, deseaba hacer lo que le diera la gana, así que no le interesaba en absoluto otra cosa que no fueran sus propios intereses.  

Se tendió en el sofá, en sus labios un cigarrillo, sus ojos estaban puestos en el techo y la cabeza reposaba sobre uno de sus brazos. Tsubasa había caminado hacia él para recostar la cabeza sobre su regazo.

- ¡Ve por él, perro tonto!- Dijo sin mucho ánimo arrojando un trozo de madero hacia el otro extremo de la sala, pero el peludo animal no hizo el menor esfuerzo por moverse del regazo de su amo.- ¡Perro tonto y perezoso!....  

No había visto a Mishima desde aquel día en los estudios, le había propuesto que tomara bajo su cargo la dirección del comercial y él sencillamente se había mostrado vacilante, el tiempo había pasado y no tenía todavía respuesta a su propuesta, había dejado de discutir del tema con el productor y con el tipo de la agencia publicitaria.

Tampoco había vuelto a ver a Kelyan, desde aquella noche, y al recordarlo sentía que el enojo se apoderaba de su ser, compararlo a él con ese Ámsterdam del que no sabía nada más, excepto el nombre, eso había sido una bofetada en su orgullo.

-Iguales de putos…- Repitió las palabras del americano y sonrió, le dolía reconocerlo, pero tenía la razón, era un puto y no estaba dispuesto a cambiar por nada ni nadie. Suspiró, el fotógrafo había dejado Japón dos días atrás, según él por asunto de trabajo, sin embargo eso poco le interesaba; no había respondido a las llamadas de Mitchell, obviamente poco le importaba lo que el modelo pensara de él.

Dejó caer su mano sobre la cabeza de Tsubasa, el perro tonto, su único compañero en aquel espacio que solo les pertenecía, se trataba de un labrador dorado, obsequio de su hermano Daisuke para su cumpleaños, lo había recibido sin pocas ganas, cuando era apenas un cachorro, pero había transcurrido ya más de un año y el labrador había alcanzado el tamaño suficiente para subirse en el sofá encima de su amo y recostar la cabeza en el regazo de este. - Pesas mucho, perro tonto, tendré que ponerte a dieta.- Se quejó el castaño.

- Baja de ahí… Y Tsubasa obedeció, bajó cuidadosamente y regresó con la correa en el hocico para dejarla caer en las manos de su amo. - No, es tarde, no te sacaré a esta hora… Pero el animal corrió hacia la puerta y comenzó a aullar. - ¡Perro tonto!- Se levantó sin muchas ganas, colocó la correa alrededor del pescuezo del labrador y abandonaron el lugar para dar un corto paseo.

Al regresar se encontró con Mitchell, el modelo le esperaba con los brazos abiertos justo frente al edificio, se le arrojó encima y le dio muchos besos en las mejillas, Keisuke bufó, detestaba ese tipo de demostraciones afectuosas en lugares públicos, Tsubasa en cambio gruñó y comenzó a mordisquear los pantalones del recién llegado.

- ¿Podrías enseñarle a tu perro a no hacer este tipo de cosas?- Se quejó moviendo las piernas para que el labrador dejase de morderlo.- Arruina mis hermosos Louis Vuitton.

- Deja de quejarte… Si sabes que Tsubasa disfruta mordiendo tu ropa, ¿para qué vistes prendas tan costosas que terminarán hechas hilachos en su hocico?

- ¡Pero Keisuke, haz algo!- Se quejó siguiéndolo hacia el elevador.

- No soy entrenador de perros.- Respondió cortante tirando la correa del animalito para que le siguiera.- A Tsubasa no le gusta obedecerme y a mí no me gusta llevarle la contraria…

- ¡No puedo creer lo que me dices!- Le miró con enojo.- Muestra un poco de respeto con tu novio…

- Nunca dije que fueras mi novio.

- Por supuesto que lo soy.- Se arrojó a sus brazos y comenzó a besarle en las mejillas nuevamente.- Tu perro no puede hacerte cositas como esta…- Introdujo su mano en los pantalones de Keisuke para masajear su miembro mientras buscaba desesperado sus labios.

Tsubasa reaccionó, como era de esperarse, volvió a mordisquear los pantalones de Mitchell, a halarlos con fuerza hasta comenzar a romperlos, finalmente mordió la piel del joven haciendo que pegara un grito y saltara enojado hacia el animal que le enseñaba sus colmillos en clara señal de advertencia.

- Tu perro es un bicho salvaje… ¡Deberías encerrarlo en la perrera! Y Tsubasa le saltó encima afortunadamente el elevador se abrió y Mitchell saltó a tiempo hacia fuera, dando tiempo a Keisuke para sostener con fuerza la correa.

El perro era celoso y no permitía que extraños se acercaran demasiado a su amo, Mitchell no era la excepción, como muchos otros amantes de Keisuke, era mordisqueado, sus prendas eran destrozadas y los zapatos baboseados y lo peor era que el dueño del perro mostraba poco interés ante las cosas que el animal hacia.

- No le gustas.- Respondió Keisuke andando hacia su apartamento, dejando atrás al modelo.- Si no le gustas no hay nada que yo pueda hacer.

- Es domingo. ¿Por qué no vamos a cenar juntos?- Preguntó siguiendo sus pasos, cambiando abruptamente el tema, sabía que aquella discusión no conduciría a ninguna parte.

- No. Quedé en salir con mi familia.- Respondió fríamente.- Te llamaré en cuanto tenga un poco de tiempo.

- Siempre dices lo mismo y al final nunca lo haces.- Se dispuso a ingresar al apartamento tras Keisuke, pero el gruñido y los colmillos poco amistosos de Tsubasa lo detuvieron.

- Soy un hombre ocupado.- Respondió descalzándose.- Nos vemos después Mitchell…

- Yamada-San… Recibió un portazo en las narices, otro desplante de parte del empresario que le confirmaba una realidad que no podía aceptar, suspiró, hizo un puchero y caminó de regreso al elevador como si fuera un pequeño perro regañado.

 

La semana comenzó un poco diferente a otras, Yuma observó al joven que se encontraba sentado en la sala de espera frente a la oficina del señor presidente, había curiosidad en su mirada y en la del resto del personal circundante, él vestía de negro y llevaba sus ojos ocultos tras lentes de pasta oscura, parecía entretenerse leyendo las revistas puestas al servicio de los visitantes, y aunque el asistente le advirtió que el señor Yamada no se encontraba aquella mañana de lunes, él insistió en esperarlo.

- Debe ser él, es bastante sofisticado, así que no puede ser otro.- Murmuró Yuma para sí mismo sin apartar la mirada del visitante.- El hombre con el que Yamada-San está saliendo…

Y él le sonrió de manera amable, Yuma respondió a su gesto con otro igual, sonrojándose y bajando la mirada hacia el teclado en el que continúo digitando informes y llenando cifras. Yamada-San llegó media hora después, arrojó su maletín en el escritorio de Yuma y preguntó si había algún recado para él.

- La señora Kazumi preguntó por usted varias veces, también le han llamado de la fabrica automotriz…- Caminó tras él leyendo cada uno de los recados, Keisuke colocó su mano sobre el pomo de la puerta y se detuvo cuando escuchó una vocecilla que reconoció de inmediato.

- Linda oficina, es más grande que la de los Tanaka, aunque un poco más antigua…- La comparación hizo que frunciera el seño y volviera la mirada hacia el joven que observaba con curiosidad hacia la ventana.- La vista no se compara con la que se aprecia desde la oficina de Tanaka Yukihiro, porque se encuentra siete pisos más arriba, pero no está nada mal…

- Creo que la comparación se encuentra fuera de lugar, la torre Tanaka se llama torre porque es un claustro cuadrado de cristal que se eleva hacia los aires, el complejo Yamada se llama así porque reúne cinco edificios interconectados entre sí con diversos puentes, un sistema arquitectónico inimitable.

- En Tailandia hay uno parecido, así que lo de inimitable es pura palabrería.  

¿Quién era ese hombre capaz de responderle de esa manera al orgulloso Yamada-San? Yuma le miró con mayor curiosidad, inclinando la cabecita hacia la derecha y acomodando sus lentes para no perder un detalle del joven que se acercaba al presidente Yamada y con una sonrisita burlona en su hermoso rostro continuó con la conversación:

- Por cierto, el edificio Tai fue fruto arquitectónico de los Tanaka, un complejo de treinta pisos cuyas terrazas se conectan entre si con puentes de los cuales cuelgan plantas ornamentales, es una de las maravillas modernas… ¿Conoces? - ¿Y viniste a este lugar para decirme eso?- Preguntó Keisuke.- ¿si te digo que no he tenido el placer de visitarlas…?

- Te diría que me gustaría filmar tu bonito comercial en esas terrazas, pero eso inflaría el costo y me sacarías a patadas de tu oficina.- Respondió él con algo de descaro.- Dijiste que lo pensara y he decidido aceptar tu propuesta ahora que tomaré unas ligeras vacaciones.

- ¿Vacaciones?... ¿filmaras mi comercial durante tus vacaciones?

- Cielos, cinco minutos de vídeo se filman en menos de una semana de trabajo duro.- Respondió observando las esculturas que decoraban el lugar.- Ahora que he terminado el video musical dispongo de un poco de tiempo libre para dedicarlo a otros proyectos… Estuve conversando con la agencia de publicidad, así que…

Keisuke respiró profundamente y miró a su interlocutor.

- ¿Gustas pasar?- Le invitó a su oficina interrumpiendo el resto de la conversación.

- Pensé que no lo preguntarías nunca… Eres tan desatento y patán como de costumbre…- Dijo caminando junto al asistente quien cerró sus ojos al sentir el aroma a madera cítrica en sus narices mientras él ingresaba a la oficina del presidente Yamada.- No cambias Keisuke-San, definitivamente siempre serás tú…

Yuma se quedó en silencio, aquello había sido desconcertante, pensaba que sobre el planeta no existía un solo hombre capaz de hablarle en ese tono a su jefe, y sin embargo ese sujeto lo había tratado con tanta familiaridad que el corazón se helaba de solo recordarlo, curioso se acercó a la puerta llevando las tazas de café y entró al lugar con la intención de fisgonear la reunión.

Keisuke estaba tras su escritorio elegante de cristal que combinaba a la perfección con el resto de la decoración vanguardista de la oficina, su visita, en cambio, estaba de pie observando el ventanal, con las manos atrás y cara de seriedad.

- Mañana tendremos una reunión con los publicistas, sería útil que nos acompañaras.- Dijo seriamente.

- ¿Cambiarás todo?

- Digamos que ver un montón de chicas en bikini conduciendo un coche no es lo que estaba pensando para el comercial.

- Es un coche para mujeres…

- ¡Qué poca creatividad! ¿Qué tiene que ver una chica en bikini con un coche diseñado para mujeres?... Las mujeres no se motivan a comprar coches solo porque ven chicas en bikini conduciéndolo…

- Eso mismo le dije a los de la agencia, pero dijeron que el concepto de mujer joven y verano se representaba con chicas en bikini.

- ¡Idiotas!... ¿Sabes lo que representa el verano?... ¡Chicos ardientes surfeando mientras suena música de Bob Marley!... Es algo que provoca sentarse en una silla playera con un par de cocos en cada mano…

- ¿Pondrás surfistas con cocos en la mano en mi comercial?

- Tal vez…- Sonrió de manera enigmática.

Aquello había desconcertado una vez más a Yuma, parecía como si los dos fueran polos opuestos, y sin embargo, no se habían insultado como siempre solía ocurrir con los de la agencia de publicidad, no pudo evitar sonreír ante el comentario de los surfistas y los cocos.

Esto no pasó inadvertido al director que miró una vez más al asistente y le sonrió de esa manera tan amable que causaba un efecto perturbador en el tímido hombre de las gafas que de inmediato se retiró a sus labores.

- ¿Cómo está tu tío?- Preguntó de golpe Kentaro.- Escuché que se ha divorciado del escritor Tae Eun-Chan…

- No tengo idea, mentiría si te digo que está disfrutando de su retorno forzoso a la soltería, pero también sería un embuste afirmar que se ha echado a morir por la partida de Eun-Chan… ¿Lo esperabas, no es así?... Supongo que deseas ir corriendo a Paris a saltar a sus brazos, siempre te gustó, ahora tienes la oportunidad para hacer esas sucias fantasías realidad.- Respondió secamente.

- ¡Qué cosas dices! ¡No soy tan zorra!... Aunque… Está para comérselo y luego repetir… Ah, el tiempo puede haber pasado, y Tae Eun-Chan es como el vino, entre más añejo, más delicioso. ¿Qué estará haciendo en Paris?

- Es obvio… Ha de estar revolcándose con alguno de sus amantes.- Respondió sin reparos recostándose contra el espaldar de su asiento.- No lo digo yo, lo dice mi madre, y por supuesto mi tío Ryota. No lo culpo; tras cinco años de probar siempre lo mismo lo primero es buscar otros manjares que disfrutar…

- Lo dices como si los sentimientos fueran de quitar y botar.

- ¿Y no es así?... Las relaciones de pareja son como negocios comerciales, unas veces se gana y multiplicas la inversión, otras inviertes, pero las cosas no salen como se esperan.

- Eso es tan poco sensible, pero no me sorprende, la sensibilidad no es lo tuyo, siempre has sido un monstruo sin sentimientos.- Kentaro suspiró.- Su divorcio me dejó sorprendido.- Dijo de pronto el director Mishima.- Para mi siempre fueron la pareja perfecta, un ejemplo a seguir y de repente…

- Esto confirma que el amor no es más que una pasajera ilusión que no sirve para nada salvo para causar problemas y heridas profundas. - A ti te engendraron en un refrigerador ¿Verdad?- Hizo un ligero mohín e inclinó su cabeza.- Hay momentos en que me pregunto si realmente eres de este planeta.- Terminó su taza de café y entornó la mirada, luego parpadeó de manera desentendida y sin más cambió de tema.- Tu asistente es lindo…

- ¿Mi asistente?- Ahora sí que lo sorprendió con ese comentario, giró la silla hacia la izquierda, dando la cara al gran ventanal, ocultando su expresión.- No he reparado en eso…

-Obvio, tú nunca te fijas en esas cosas…- Se mordió los labios y caminó hacia la puerta para entreabrirla y asomar la cabeza y dirigir la mirada al joven.- Mmmmm… Tiene un rostro muy tierno y parece ser del tipo que le gustan los retos. ¿No opinas lo mismo?

- ¡Yo que voy a saber!- Respondió en susurros ubicándose tras Kentaro para observar encima de su cabeza al asistente, que hasta entonces había pasado completamente desapercibido para él.- Apenas lleva aquí un par de semanas, es el reemplazo de Kumawara y lo único que me importa es que hace un muy buen trabajo.

- ¿Solo eso? Solamente te fijas en el trabajo, eres tan aburrido Keisuke-San... Apuesto a que tras esos anteojos se esconde un joven sensible y lleno de amor por compartir, lo suyo son los hombres difíciles…

- ¿Cómo lo sabes?- Cuchicheó cada vez más cerca del oído de Kentaro, sintiendo el aroma a manzanilla que escapaba del cabello del joven y se colaba justo en sus narices.- No tengo idea de su preferencia sexual…

- Es ultra gay…- Susurró Kentaro sin poner atención a la cercanía de Keisuke justo sobre su espalda, respirando sobre su cabeza mientras curioseaba al asistente.- Se sonroja cada vez que le sonrío… ¿Quieres más detalles?

- Con lo de la sonrisa me basta.- Respondió ligeramente susurrando a Kentaro.- El asistente, ahora que lo observo me doy cuenta que no es nada atractivo, no tiene nada de interesante, solo es un muchacho común y corriente.

- ¡Todos tienen una belleza especial oculta!... Hibiki Yuma no es la excepción.- Dijo de pronto, volviendo su sonrisa a Keisuke.- ¡¿Te molesta si lo invito a tomar un café?!

- ¿Eh?... Pero…

 

No tuvo mucho tiempo de reaccionar, para cuando cayó enla cuenta de lo que estaba sucediendo a su alrededor, Kentaro ya marchaba con Yuma hacia el elevador, lo había tomado de la muñeca y lo llevaba casi a rastras, con el rostro completamente rojo y las palabras anudadas en la garganta mientras sus compañeros les miraban con los ojos tan abiertos como sus bocas.

-Si ese es la nueva conquista de Yamada-San ha actuado rápido…- Murmuró suavemente el asistente a su compinche.- Vio las intenciones de Yuma y apuesto a que lo sacará del camino…

- ¿Tú crees que lo haya detectado tan pronto?- Susurró lentamente como si el aire le faltara.

- Esa gente es así.- Respondió despectivamente.- Dicen que ojo de loca, no se equivoca… ¡Cielos, ahí viene Yamada-San, esto se pone de película!...

En efecto, la conversación de los dos empleados se detuvo cuando Keisuke abandonó a toda carrera su oficina para tratar de dar alcance a Kentaro y compañía, sin mucho éxito, ya que el elevador acababa de cerrar sus puertas, el empresario, no tuvo otro recurso que esperar el siguiente elevador para tratar de seguirles el paso.

 

Yuma no tenía idea de las cosas que ocurrían a su alrededor, es más, todo había ocurrido tan rápido que tenía la sensación de que todo aquello era una brutal alucinación; sobre todo si se tiene en cuenta que acababa de poner los pies en el elegante y lujoso Tokio Baby Café, uno de los sitios más cool de Tokio, ubicado en el corazón de la zona comercial de Aoyama, muy cerca de Yamada Corporation.

Yuma, que nunca había tomado una taza de café en un sitio tan costoso sintió que su corazón se aceleraba cuando se sentó en uno de los elegantes sofás de diseño aniñado y la camarera se acercaba para ofrecer la carta con una inmensa sonrisa en los labios.

-Bienvenidos. Aquí tiene nuestra carta… ¿Desea beber algún café en especial?...

Yuma trató de responder, pero las palabras no salían de sus labios, la atención tan selecta, la distinción del lugar, todo era de ensueño, más si se tiene en cuenta que a su lado se había sentado ese caballero de la hermosa sonrisa.  

 

 Yamada Keisuke se detuvo ante la puerta giratoria de su propio imperio, se llevó la mano a la frente y sacudió la cabeza.

-¡Esto es estúpido!- Se dijo a sí mismo.- Me dejo llevar por las tonterías de Mishima… Bien, lo que hagan o no hagan esos dos no tiene nada que ver conmigo, si a Mishima le gusta Yunko no es mi problema.

Regresó a la oficina para tratar de concentrarse en sus asuntos: trabajo, familia, Tsubasa, y sus amantes, fueron los temas del día. Era ya casi la hora del almuerzo cuando Mishima entró sorpresivamente.

-Te agradecería si tocas la puerta antes de entrar, no estamos en tu casa.-Dijo sin levantar la mirada de su laptop.

- Sí, ya rugiste… Los formalismos y toda esa carreta acerca de los modales.- Se sentó frente a él y retiró las gafas para sol con las que ocultaba sus grandes ojos negros.- Salir con Yuma resultó divertido…

-¿Yuma?

- Sí… Tu asistente… ¿Acaso no conoces el nombre de pila de tu asistente?- Le miró de manera interrogante y luego suspiró.- Eres tan despistado….

- Tengo mala memoria para los nombres de las personas que poco me interesan.- Fue su respuesta.- ¿Y regresaste solo para hablar de la cita que acabas de tener con mi asistente?... Eso es tan frívolo, hay que dejar las cosas claras, solo por lo que ocurrió en el pasado no quiere decir que vengas aquí a tratarme como si fuera tu mejor amiga que escucha todas tus mariconadas.

- ¿Amiga?... Por favor… ¿Quién quiere tener una amiga con cara de cólico pre menstrual todo el tiempo?... Mejor olvidemos lo de Yuma, salgamos a almorzar.

- No iré contigo a ninguna parte, estoy bastante ocupado, así que comeré algo ligero aquí mismo…

- A esto me refiero cuando hablo de tu cara de cólico pre menstrual y tu actitud de virgen menopausética… Hace un lindo día, además tenemos que terminar de discutir lo de TU comercial.- Enfatizó el tú con la intención de hacerle sentir algo de responsabilidad en el asunto.

- Está bien, pero solo si prometes no hablarme más de tus mariconadas durante el almuerzo.-Dijo levantándose de su asiento sin muchas ganas.

- Lo prometo, haré que te sientas como si fuera un almuerzo de negocios… Ya sabes, restaurante elegante con música clásica de fondo y cara de tragedia griega para armonizar con la ensalada seca y el té de menta.

 

El almuerzo transcurrió con toda calma, para sorpresa de Keisuke, Kentaro no hizo más comentarios respecto a lo sucedido con Yuma en el café, el tema de conversación fue el comercial del auto para mujeres, le pareció que el joven director se había distanciado de él y eso comenzaba a exasperarle porque no tenía idea de qué era lo que más le molestaba, si la actitud indiferente de Kentaro y su centralidad en el comercial o la curiosidad por saber más detalles acerca de su salida relámpago con Yuma, finalmente se decidió a retomar el tema tratando de disimular su interés en el caso.

-Olvidaba decirte algo.- Cautivó la mirada de Kentaro con su aterciopelada voz y esforzándose por parecer neutral prosiguió.- La próxima vez que salgas con mi asistente no lo hagas de esa manera.

- Ah, no tienes que preocuparte por eso, nuestra próxima salida será el fin de semana.- Dijo jugando con la cereza del cóctel que acompañaba su almuerzo.- Iremos a acampar…

- ¿Acampar?

- Bien, mejor volvamos a lo del comercial. Concentrémonos en esto, no hay necesidad de perder el tiempo en conversaciones dispersas y detalles que no tienen relevancia.- Respondió sin ánimos de dar más detalles.

 

CONTINUARA.....................

Notas finales:

Muchas gracias por dejar sus reviews... Como lo prometí, si llegaba a 8 publicaba nuevo capítulo, así que, supongo nos leemos el martes con otra nueva entrega....

No olviden dejar sus reviews...

Gracias a las lectoras que se tomaron por lo menos 2 minutos para apoyarme, sus reviews ya se encuentran respondidos.

Saludos a todos *0* y NOS LEEMOS,


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