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DUERME CONMIGO por AnneJieJie

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Notas del capitulo:

Y sin embargo le lleva la corriente y se levanta a media noche para ir a la fiestecita a recogerlo...

Ay, Keisuke... No digas que eso no significa nada....

3. EL DISFRAZ DE CUPIDO


El asunto del campamento de fin de semana no le interesaba en absoluto, o eso creyó hasta que una nueva semana llegó y encontró a su asistente con cara de pastel y una sonrisa propia de comercial de pasta dental; entonces por primera vez pudo apreciar un poco de la belleza interior de la que hablaba Mishima. Yuma, sonriendo era bastante atrayente, pese a los anteojos y al poco atractivo que no hacía juego con su sonrisa. El comportamiento del asistente le dejó en la cabeza varias hipótesis acerca de lo que pudo haber sucedido el fin de semana con una conclusión bastante lógica para el empresario:


Kentaro le puso el cuatro letras en bandeja de plata al asistente.
 
Esta conclusión había mantenido a Yamada-San con la cabeza baja y la mirada ausente cuando tenía que encontrarse cara a cara con el director de su comercial, el joven Mishima, quien parecía emocionado con el proyecto cuya filmación estaba a punto de concluir. No sentía molestia o enojo por la situación, la vida privada de Mishima Kentaro y su potencial affaire de fin de semana no eran asunto suyo, pero no podía evitar recordar en su mente aquella noche en que los dos compartieron su intimidad, no podía dejar de recordar los gestos de Mishima al hacer el amor y tampoco podía dejar de preguntarse si todavía hacía esas mismas expresiones, si las había hecho para Yuma de la misma manera en que las hizo para él y si Kentaro recordaría aquella noche cuando estaba con otros hombres, después de todo él, Keisuke, había sido el primero, el hombre al que Kentaro le entregó su virginidad por puro capricho y a pesar de que no existía un sentimiento de amor mutuo no podía negar lo bien que lo pasaron aquella noche, por eso le costaba tanto imaginar a Mishima con otros hombres, porque creía conocerlo demasiado bien, pese al tiempo transcurrido antes de su reencuentro.

Por eso fingió andar demasiado ocupado para fijarse en los detalles que el director había comentado, detalles mínimos que comenzaron a complicar su vida cuando al llegar al set de filmación para observar los avances del comercial encontró a Mitchell.

-¿Por qué esta él en mi comercial?

-Porque es el hombre más atractivo del medio y las mujeres enloquecen por él.- Respondió Mishima junto a los camarógrafos que se preparaban para hacer las últimas tomas.

- No recuerdo que hayas mencionado a Jones cuando presentaste el elenco.-Dijo con seriedad mientras el modelo le sonreía desde el plató.

- Pero si te lo mencioné hace tres días, cuando estábamos revisando el mensaje final con Fujita.- La mirada airada delató su enojo, bufó y se apartó del grupo de camarógrafos para dirigirse a su silla.- ¿Recuerdas que te dije acerca del profesionalismo de Jones y mi interés en hacer con él las tomas finales?

-Si lo recordara no estaría preguntado la razón por la que incluiste a Jones sin consultarme.- Dijo con seriedad.- Bueno, supongo que lo hecho, hecho está, todo sea para complacer tu complejito.

-¿Qué complejito?-Preguntó llevándose las manos a la cintura.

- Ese mismo que estás demostrando ahora. El complejito de Diva malcriada con dotes de superioridad.

- ¿Así que soy una Diva malcriada?...Bien, no hay problema, lo admito, soy un puto perfeccionista que le saca la mierda a todo el que le rodea, no tengo problema en admitirlo y la vida continúa. Lo admito y soy jodidamente feliz, y no tengo que andar culpando a otros por un problema de pantalones no resuelto a tiempo.- Mientras hablaba movía las manos y fruncía el seño, hubo silencio en el set, era obvio, nuevamente el director estaba furibundo y ahora todos tendrían que darse prisa si no querían pagar los platos que no rompieron.

- ¿De qué estás hablando?- Dijo tratando de recuperar el control de la situación.

- De lo que es más que obvio, eres un cobarde que no ha sido capaz de aceptar que tiene problemas para relacionarse sanamente y conseguir una pareja estable….

Y por eso el problema se complicó, porque Jones estaba allí, escuchando todo lo que Mishima decía y además de eso escuchando las razones de Yamada.

-Entiende de una vez, el mundo no gira alrededor de tu ombligo.- Continuaba enojado, había levantado el tono de su voz y no disimulaba para nada sus emociones.- Si te acuestas con uno u otro es cosa tuya, pero deja que los demás sigamos nuestras vidas y no metas las narices en mi comercial, si no te gusta salir con Jones simplemente dile la verdad y deja de jugar al Don Juan con cuanto pantalón se te atraviesa en el camino.

Hubo silencio, un pesado y profundo silencio, solo entonces se dieron cuenta que los dos habían cometido un error irreversible. Jones descendió lentamente del plató, miró a Yamada de arriba abajo y luego de suspirar se retiró.

-Mitchell…- Keisuke apenas si mencionó su nombre, mientras observaba al modelo alejarse del set de filmación saliendo por la puerta trasera.
Mishima Kentaro, el fabuloso director, fue tras el supermodelo mientras el resto de los presentes retornaba a sus tareas sin dejar las murmuraciones sobre el hombre frío y sin corazón representado en la figura del empresario.
Keisuke bufó, este era el tipo de cosas que le molestaban profundamente. Kentaro por su parte dio alcance al modelo.

-¿De verdad no le intereso a Yamada-San?-Preguntó al joven director mirándole con ojos de perro bajo la lluvia.- Todo este tiempo y él…

Mishima no dijo una sola palabra, simplemente se acercó a ese hombre cuya mirada acababa de ablandar su corazón, no pudo evitar sentirse culpable por no poder mantener la lengua quieta.

-Lo siento tanto, sé que lo quieres, pero Yamada-San no puede mantener las ganas en su sitio y…

- Admito que sea promiscuo, hasta le perdono que ande con Kelyan de vez en cuando, pero lo que no soporto es que me haya mentido de esta manera…

Kentaro bufó, el asunto iba a ser más complicado de lo que imaginó y sentía la imperante necesidad de resolverlo, se quedó pensativo mientras miraba a su alrededor, tras el set no había más que un callejón que conducía a otras secciones del estudio, luego sonrió.
 

Pasaba más de la media noche cuando un sonido le despertó, había tenido un extraño sueño en el que iba de la mano de un hombre apuesto mientras era perseguido por un ángel descalzo, vestido completamente de blanco,  cuya luminosa aureola impedía reconocer su rostro, pero que al final de su pesadilla reconoció como Kentaro. Ese maldito final de pesadilla en el que no puede escapar más a la lluvia de flechazos de amor y escucha unas cuantas palabras con tono aniñado en los labios del joven de cabellos negros: “A ver… ¿Quién dijo que podía escapar al amor?... A ver… On ta Keke…”

Su frente estaba sudorosa, pero estaba tranquilo al darse cuenta que el sonido era nada más y nada menos que el timbre de su móvil de trabajo, ese que nunca apagaba porque el deber siempre estaba primero y la compañía era la prioridad número uno en su vida.

-Habla Yamada, ¿Quién es?-Preguntó entre dormido para luego abrir muy bien los ojos al escuchar la voz de su interlocutor.- ¿Por qué llamas a esta hora?...

Luego de la llamada no tuvo otra opción, nuevamente la Diva Malcriada se había salido con la suya, y él se preguntaba cómo era posible que le siguiera la corriente, tal vez porque detestaba discutir con Kentaro todo el tiempo, pero lo disfrutaba, así que sonrió para sí mismo mientras marchaba a toda velocidad en su coche hacia el lugar donde se encontraba el mimado director.

Se trataba de una mansión a las afueras de la ciudad, el lugar, de aspecto occidental, estaba completamente iluminado y la música no se detenía, al parecer se trataba de una de esas fiestas privadas en casa de alguna celebridad, lo intuyó cuando vio a todos esos rostros faranduleros de falsas sonrisas, algunos reconocidos cantantes, modelos y actores, cada uno con su “particular” manera de mostrar su estilo, siempre buscando la manera de sobresalir. Keisuke suspiró, aquel no era su lugar, donde quiera que veía no podía encontrar más que expresiones vacías, grupos conformados por la “gente bonita” en el que si no estaban bebiendo, andaban fumando esos cigarros de extraño olor, de los que todos conocen el nombre, pero ninguno se atreve a mencionarlo, en las escaleras un par de chicas besándose, unos pasos más allá una pareja de género dudoso se acariciaban, rostros maquillados en exceso ocultaban las verdaderas intenciones de sus pensamientos, accesorios y ropas exageradas por doquier acompañaban el vacío mundo.

-¡Yamada-San!

Volvió la mirada al hombre que le llamaba entre la multitud de rostros conocidos y vidas ocultas, se trataba de Mishima Kentaro, vestía un jersey completamente negro y ajustado, pantalones tipo jeans ceñidos a su delgado cuerpo aunque sin pretender enseñar más o disimular menos, simplemente era natural, con el cabello recogido en una coleta alta y las puntitas cayendo justo a la altura de sus hombros y esa sonrisota de galán de telenovela. Yamada caminó hacia él. Kentaro sostenía una lata de cerveza en su mano, las mejillas sonrojadas y una risita estúpida insinuaban su estado de ebriedad.

-Aquí estoy, ahora vámonos…

- Eh, pero si acabas de llegar, quédate cinco minutitos más.- Insistió el joven director haciendo un encantador puchero infantil.

- No me apetece, este tipo de lugares me resultan tan…

Guardó silencio, su mirada se había quedado fija en Mitchell, el modelo que descamisado bailaba sensualmente con otro chico, que, para su sorpresa era Yuma.

-¿No hacen linda pareja?... Quería animar a Mitchell, pero al mismo tiempo quise que Yuma se divirtiera un poco, así que los he traído a los dos a la fiesta de lanzamiento del disco de Yusei.- Habló despreocupadamente.

- Así que decidiste colocarte el disfraz de Cupido… ¿por eso me llamaste?

- Oh, no.- Dijo abriendo sus ojos de manera inocente, en el fondo era como un niño pequeño.- Claro que no, las cosas simplemente sucedieron. Creo que los dos se atraen.

- ¿Atraerse?... Yuma no es el tipo de hombre que atraiga a Mitchell, míralo es tan… tan… fuera de lugar.

- Por eso necesita ayuda.- Dijo terminando su cerveza.- Después del fin de semana comprobé que ese pequeño, frágil e inocente muchacho necesita un poco de ayuda.

- Entonces vamos, te llevaré a casa.- Dijo tomándolo de la muñeca para sacarlo de la fiesta.- Hay que dejar a los tortolitos a solas.

- ¿Dejarlos solos?... No, Yuma no me perdonaría que le dejara solo, no con un desconocido.

- No es un desconocido, es Mitchell…

- ¿Tu no entiendes nada, verdad?- Frunció el seño y suspiró antes de tratar de explicarle al insensible Keisuke la situación.- Yuma es un chico a la antigua, ya sabes, de esos que nunca sueltan nada en la primera cita, para él, Mitchell es un extraño que apenas está llegando a su vida, así que se apegará a las reglas y se hará el difícil…

-¿Las reglas?- Desconcertado buscó la respuesta en la expresión de Kentaro.

- De verdad eres de otro mundo.- Se quejó el ojinegro.- Las reglas de las citas, ya sabes, nunca un beso en la primera cita, no entregar el número si el otro no lo solicita antes, fingir desinterés… Esas reglas.

- ¡Eso es estúpido! ¡Tanto sonsonete por esas tonterías! ¡Es mejor ir a lo que hay que ir y ya!... Eso de las reglas parece cosa de nenas…

- Tal vez, a veces yo tampoco las entiendo, bueno, sujetos como tú y yo solemos saltarnos ese tipo de reglas y no seguir los códigos en asuntos de cama.

Keisuke volvió a fijar su mirada ambarina en la pareja cuyo baile había terminado, un sonriente y avergonzado Yuma regresaba al lugar en el que Kentaro continuaba bebiendo otra cerveza, el asistente se sorprendió bastante al ver allí a su jefe, tímidamente le saludó de manera formal, una semi reverencia tiesa, se notaba a leguas su incomodidad.
 

-Mmmmm… Entonces… ¿hay alguien que te gusta?-Recordó la pregunta que Mishima-San hiciera cuando fueron de campamento junto con varios amigos del director.
- Oh, no tienes que ser tan discreto.-Dijo el asistente de dirección, un joven de la misma edad de Yuma, que respondía al nombre de Ryohei.- Anda, cuéntanos de quién se trata o te emborracharemos hasta sacarte la verdad…
- Bueno, sucede que él… Quizá soy un poco estúpido.- Dijo con timidez.- El hombre que me gusta es un sujeto perfecto e inalcanzable, él ni siquiera sabe que gusto de él, además tiene una nueva pareja…- Colocó la mirada en el rostro de Kentaro, el aniñado director de sonrisa amable y mirada brillante.- Sé que es mejor olvidarlo, pero es un hombre que me gusta mucho…
- Deberías luchar por él.- Insinuó Kentaro comiendo un malvavisco asado.
- Mishima-San tiene razón.- Ryohei le dio una palmadita en la espalda al acomplejado asistente Yuma y luego saltó hacia la fogata. Ryohei era delgado de rostro angelical y mejillas pecosas, además siempre parecía estar feliz por cualquier cosa.- Saca del camino a la pareja de tu hombre y haz que se fije un poco en ti, cuando lo vuelvas loco podrás devorarlo…
- ¿Devorarlo?- La expresión inocente de Yuma cambió a una de puro sonrojo.- Se refieren a…. No, no estoy seguro de ser capaz de hacer algo como eso…
- ¿Eres virgen, Hibiki?- Preguntó Kentaro bajando la voz, posando una mirada de curiosidad en el rostro de Yuma.
- ¡Claro que no!- Mintió enrojeciéndose completamente.- Es solo que… No quiero hablar de cosas tan íntimas…
 

No era que no la hubiera pasado bien en el campamento de fin de semana en el jardín del templo del padre de Ryohei, pero hablar de Yamada-San no era algo fácil, sobretodo si el nuevo “novio” de su jefe está presente, pero la idea de luchar por él se hizo cada vez más clara en su mente, la fiesta a la que fue invitado solo era una excusa para buscar algo que deshiciera la supuesta relación de su jefe con el director, pero todo lo que encontró fue al ex de Yamada-San llorando como cachorro sobre el hombro del vanguardista director.

- ¡Ven te enseñaré a bailar!- Dijo Mitchell en un ataque repentino de ansiedad, tomando a Yuma de la mano y arrastrándolo a la pista de baile de la que no salieron hasta pasada la media noche.

Kentaro no se había movido de su lugar, prefería que fueran otros los que se acercaran a él, así que la “Diva caprichosa” se mantuvo todo el tiempo con una lata de cerveza en la mano mientras actores y cantantes se acercaban para saludarle y estrechar su mano, después de todo, el director es quien casi siempre elige a su elenco protagónico y en un lugar donde las modas cambian y Mishima está de moda, saludarle era lo que todos deseaban.

El encanto del baile terminó para Yuma cuando vio frente a él a su jefe, a penas si pudo saludarlo de esa manera, y, para rematar, Mitchell estaba allí, sintió que moriría de la vergüenza al ser descubierto bailando con el modelo, no era lo que deseaba que sucediera, y el “qué pensará de mí Yamada-San” no salió de su cabeza el resto de la velada.
Por obvias razones Mitchell y Keisuke no se dirigieron la palabra.
 
- Vamos a bailar.- Dijo de pronto Kentaro tomando de la mano a Keisuke para llevarlo a la pista de baile.

- No sé bailar…

- No mientas, sé que bailas y lo haces muy bien.- Respondió el pelinegro moviendo las caderas de manera sugerente.

- En verdad el licor se te ha subido a la cabeza…

- La vida es para gozarla.- Dijo sin dejar de moverse.- ¡Mira! ¡Mitchell está conversando al oído de Yuma!... ¡Ahí hay química!

- ¿Sabías que hay compuestos químicos que pueden ser peligrosos?- Dijo tomándolo de la mano para hacer que diera una vueltita mientras miraba a la pareja que continuaba conversando.- No está bien que juegues a hacerle de cupido, puedes lastimar a los demás si las cosas no funcionan…

- ¡Eres aburrido!... ¡No pasa nada!... Te propongo un juego…

- ¿Un juego?- Dijo desconcertado.

- Ves a esos dos chicos que se encuentran junto a la piscina.- Dijo señalando a dos hombres que se encontraban allí, no estaban conversando, pero estaban lo suficientemente cerca.- Al de la derecha le gusta el chico de la izquierda, pero aún no se decide… ¿Les ayudamos?

- ¿Ayudarles?

- Elijo al de la izquierda.- Dijo dejando a un lado su lata de cerveza y caminando muy seguro de sí mismo hacia el chico que vestido de negro y azul profundo parecía un poco ausente. Se acercó para susurrarle un par de palabras al oído y luego llevarlo a la pista, al pasar junto a Keisuke le guiñó el ojo de manera coqueta.

Keisuke suspiró, la elección de Kentaro no había estado nada mal, sin embargo, para Keisuke no dejaba de ser un rockerito estrafalario más de la fiesta cuya tez blanca y labios profundamente rojos resaltaban bajo el cabello azul oscuro que compaginaba con sus ropas fuera de época.
Afortunadamente Kentaro había elegido al chico raro de la fiesta y a él le correspondía “jugar” con el otro chico, quien aguardaba cerca de la piscina, se mordía los labios y estaba completamente embelezado mirando a la pareja que bailaba y se divertía en la pista, Keisuke le miró de arriba abajo, el cabello alborotado colorido en un rubio extremadamente claro, rayando casi en el blanco y unas cuantas mechas rosa, el rostro aniñado, los labios rojos, era alto y delgado, no estaba mal para pasar el rato; volvió la mirada a Kentaro que continuaba jugueteando con el otro chico.

Se apartó de la piscina, quizá se disponía a marcharse cuando Keisuke clavó su mirada en los ojos del muchacho.

- Primero el contacto visual, después el físico y luego un par de palabras…- Mentalmente sabía cada paso, una estrategia que no fallaba en sujetos como ese.- La mirada fija y segura en sus ojos, no una mirada hambrienta o morbosa, solo una mirada de quien se interesa por él…

El joven bajó su mirada y parpadeó, el efecto que Keisuke había esperado, el rubio caminó nerviosamente, deseaba alejarse del lugar, no había sido su noche, y de pronto la mano de Keisuke sujetando la suya, mirándole a los ojos fijamente y sonriendo.

- No pude evitarlo…- Dijo el empresario al joven.- Cuando te vi quise que me vieras a mí también… Lo siento, no me he presentado… Yamada Keisuke…

- Mizu… Mizu… Mizushima Hiro**…- Dijo titubeando soltando la mano de Yamada de manera temblorosa.

- ¿Y Mizushima Hiro quiere bailar o solo se quedará mirando?...

No la había pasado tan mal con el jovencito, aunque de vez en cuando buscaba entre la multitud a Mishima, quien seguía con el otro hombre y de vez en cuando les observaba secretarse cosas al oído, nuevamente esa sensación de estar en otra dimensión se apoderó de sí mismo, a veces se preguntaba si realmente ese chico era Mishima Kentaro o si solo era otro fingiendo ser él.

- Es Mana, la superestrella.- Dijo señalando al acompañante de Kentaro.- Y su acompañante es Mishima Kentaro, el que dirigió el video de The Happy Monsters, también dirigirá tres vídeos para Yusei, uno de los cuales ya se encuentra en edición…

- Pareces estar muy bien informado.- Dijo mirándole fijamente.

- Bueno, en este medio, estar informado cuenta.

- He visto tu lindo rostro en alguna parte.- Dijo cambiando de tema.

- ¿En comerciales, teatro o tal vez un drama en televisión?- Respondió con una hermosa sonrisa.
 
Desde el balcón Mitchell observaba la pista de baile, desde el momento en que vio al empresario bailando, no le había quitado la vista de encima, sus ojos brillaban intensamente, el puño apretado con furia pareció relajarse cuando llevó otra copa de licor a sus labios.


- Le hablará al oído y le dirá que es muy hermoso…- Dijo describiendo lo que estaba a punto de suceder porque en efecto Keisuke se había acercado al oído de su pareja de baile para susurrarle algo que le hizo reír, aunque la expresión fría de Yamada no había cambiado demasiado.- Siempre es lo mismo, es tan fácil creer en sus falsas palabras.

- Tal vez no lo hace intencionalmente, solo es un hombre solitario en busca de amor verdadero.- Dijo tímidamente Yuma, tratando de justificar la conducta de Yamada.

- ¿Insinúas que el amor que le he dado no es verdadero?- Respondió malhumorado el modelo.- Mishima-San tiene razón, hombres como Yamada-San no valen la pena.

- Yo solo lo decía por él, amarlo no es suficiente, él también tiene que amarte… O eso es lo que creo… A propósito, no te parece que Mishima-San exagera un poco al bailar de esa manera con Mana, creo que solo lo hace para llamar la atención.

- Lo dices como si Mishima estuviera desesperado por lucirse.- El modelo ahora se quedó mirando al joven director.- Hacen linda pareja… Mishima-San es tan bello que parece un ángel… Cualquier hombre ha de sentirse feliz al tenerlo como pareja, es tan considerado y amable.

- También es un hombre muy sincero.- Yuma sonrió.- Tienes razón, hace una linda pareja con Mana, si yo fuera Mishima-San no dejaría escapar esta oportunidad y me olvidaría de Yamada-san para quedarme con el guapo guitarrista…

- ¿Quieres decir que Mishima-San tiene una relación Yamada-San?.- Su mirada se clavó en la del asistente y colocando sus manos sobre los hombros del hombre de anteojos le repitió dos veces más la misma mirada.

- Pues eso creo…- Respondió ambiguamente.- Mishima y Yamada se ven muy a menudo, a veces pasan horas encerrados en la oficina y almuerzan los dos, además Yamada-San vino aquí porque Mishima-San le llamó… ¿No te parece muy extraño?

- Entonces el dulce Mishima-San está bailando con Mana solo para atraer la atención de ese despreciable hombre… Debo impedir que Yamada-San lastime el hermoso corazón de Mishima-San… Mi director favorito no será otra víctima de ese… Cerdo.- Tomó de la mano a Yuma y le miró a los ojos.- ¡Prométeme que me ayudarás a separarlos como sea!


Mishima y su acompañante se alejaron de la pista de baile y volvieron junto a la piscina, Mana parecía estar entusiasmado, deseaba que el director del famoso vídeo ganador de los MTV en Asia, dirigiera algo para su banda, o al menos le invitara a participar, como compositor, en alguno de sus proyectos. Yamada, también regresó con su acompañante.

- ¡Es una gran fiesta! ¿Te divertiste?- Dijo al empresario alcanzándole una lata de cerveza.

- No estuvo nada mal aunque he estado en mejores.- Le dijo mirándolo a los ojos.- Creo que lo mejor ha sido la compañía de Hiro...

- Él es Mana, bueno, eso no pasa desapercibido.- Dijo logrando que el músico sonriera.

- ¿Ustedes se conocen?- Preguntó el guitarrista con curiosidad en un tono muy bajito, casi como si fuera un susurro.

- Estamos saliendo juntos.- Kentaro tomó la mano de Keisuke y sonrió.
- ¿Nosostros?....¿Desde cuándo?........- Keisuke se dejó arrastrar con rostro sorprendido.

- Pero pensé que…- El músico se sorprendió bastante.

- Bien, ya nos vamos.- Dijo halando la mano de Keisuke para sacarlo del lugar.

- Un momento, no estaban…

- Oh, no… Nos gusta conocer gente nueva en las fiestas, pero somos inseparables, es todo.- Dijo el director llevándose consigo a Keisuke.

Los dos jóvenes se quedaron junto a la piscina, en silencio, sin atreverse a conversar.

- ¿No te parece que esos dos solo estaban jugando con nosotros?... Estaba entusiasmado ante la idea de ser el foco de atención de alguien como Mishima-San.- Dijo con algo de enojo en el tono de su voz.

- Trabajar con él no es nada fácil, llevo intentándolo desde que llegó a Japón.- Respondió suavemente mirando a la pareja que se alejaba.- Hacen linda pareja.- Se mordió los labios.- Es una pena que solo hayamos sido su distracción pasajera…

- No te había visto antes por aquí...

- Mi trabajo a veces no me permite frecuentar mucho este tipo de fiestas…

- ¿En serio? ¿Acaso en qué trabajas?

- Soy actor, ahora tengo el protagónico en un drama…

- ¡Por supuesto, no te había reconocido!- Dijo el líder de la banda Moi Dix Mois sorprendido.- Eres el chico de Mei-chan no Shitsuji, el drama del que todos hablan… Es difícil reconocerte con ese look… Me encanta ese drama, me gusta tanto que le he pedido a mi manager que grabe los capítulos que no puedo ver cuando estoy en alguna gira o concierto…
 

Kentaro y Keisuke se ubicaron en una pequeña terraza donde tenían visibilidad total de toda la fiesta. Emocionado el director señaló hacia un lugar al empresario.

- Mira, mira… Están conversando. Parece que por fin han comenzado a decirse algo.

- Han de estar conversando acerca de nosotros…

- Por algo se comienza ¿no?- Sonrió una vez más.- Ahora lo está llevando a la pista a bailar… ¿No te sientes feliz?

- No sé por qué deba sentirme feliz…

- Feliz de ayudar a un par de corazones solitarios a encontrarse…

- Mejor me marcho, esto del disfraz de cupido no termina de convencerme…- Dijo recordando aquella espantosa pesadilla.

- No seas aguafiestas… Oh, mira, mira.- Dijo halando del brazo de Keisuke para que mirara al modelo y al asistente que se abrazaban.- Van por buen camino. Son tan lindos juntos…

- Eh….
 

Luego de un par de horas, el joven director insinuó que el momento de marcharse había llegado, para alegría de Keisuke y del incómodo Yuma, que se debatía entre los celos y la promesa hecha a Mitchell.

- ¡Qué descanses!- Dijo el modelo despidiéndose con un beso en cada mejilla del director.- Me quedaré hasta que la fiesta concluya… Buenas noches Hibiki.- Dijo sonriendo

- Buenas noches.- Respondieron los dos para luego dirigirse al auto de Yamada-San quien esperaba ansiosamente en su asiento de conductor.

- Me siento muy cansado.- Estiró sus brazos y bostezó.- Además creo que estoy mareado… Iré junto a la ventana. Hibiki, ¿Te molesta si vas en medio?...

Abrió sus ojos y nerviosamente sonrió, como si no estuviera seguro de lo que había escuchado, Mishima-San le había propuesto que fuera en medio de él y Yamada a bordo del hermoso coche en que jamás hubiera imaginado abordar.

- ¡Muévanse no tengo toda la madrugada!- Refunfuñó Keisuke.

Hibiki abrió la puerta, no estaba muy seguro de subir o no en el auto de su jefe, a parte de todo marcharían de manera informal, los tres adelante a falta de espacio, lo que significaba que estaría muy cerca de Yamada, y esa posibilidad de contacto físico le tenía alucinado. Estaba a punto de subir al auto cuando una voz de aspecto grave pero aterciopelada irrumpió en el acto.

- ¿Nos vamos?...

Keisuke y Yuma posaron la mirada en el hombre que acababa de hacer su aparición en el aparcadero, un sujeto que se había acercado a Mishima y había colocado su mano sobre el hombro del director.

- Dirás que es muy temprano para marcharse, pero estoy realmente agotado.- Respondió Mishima completamente desinteresado.

- Tres personas en la parte delantera de un auto deportivo es algo incómodo.- Dijo mirando de reojo el auto de Yamada.- Además va en contra de las leyes de tránsito...

- No es para tanto.- Respondió Kentaro preparándose para abordar el coche que esperaba.

- Yo te llevo.- Dijo sujetándole de la mano.

Keisuke y Yuma no pudieron evitar mirar detalladamente a ese sujeto, bastante bien parecido, cabello alaciado de color rubio oscuro, cejas no muy pobladas pero tampoco delgadas, nariz larga, mandíbula cuadrada y una naciente barba de tres días que le daba un aspecto varonil que no podía pasar desapercibido, alto, aproximadamente de 1.90 de estatura, espalda ancha brazos largos, manos firmes y dedos largos, vestía unos vaqueros de color oscuro, una camisa blanca que llegaba hasta su delgada y bien definida cintura, con el cuello desabrochado, así como otros dos botones, dejaba ver parte de su pecho desnudo, la piel brillante y suave, en un tono que no era completamente blanca, sino un tanto cremosa tipo rosa pálido y un par de dijes cayendo en ese pecho para llamar aún más la atención.

- Pero es la fiesta de Yusei, no estará bien que desaparezcas cuando aún no ha terminado.- Respondió Kentaro listo para abordar el coche de Keisuke.

- Para mí la fiesta terminó hace rato.- Intervino él sin ganas de dejarlo marchar, tomándolo de los hombros para llevarlo consigo, luego miró al empresario y a su acompañante.- ¡Yo me hago cargo!- Les dijo para luego tomar de la mano a Kentaro y llevarlo hacia el otro lado del aparcadero.
 

Keisuke bufó, acomodó su cinturón de seguridad y encendió el motor. Yuma se acomodó en el asiento de copiloto, se mordió los labios mientras observaba al director Mishima conversando con el rubio. El auto de Yamada arrancó despacio hasta salir del lugar y luego aceleró perdiéndose completamente del rango de visión de un sonrojado y ebrio Kentaro.

- Keisuke-San….- Dijo con tristeza en voz baja.- Maldito malcriado, cómo te atreves a dejarme con este….

-  ¿Qué estás murmurando?- Preguntó el rubio acomodándole el cinturón de seguridad a Kentaro.- ¿No estás más cómodo así?...

- No me siento bien... Creo que voy a vomitar- Respondió con la mirada perdida.- Ahora Yamada-San va a pensar que soy una persona grosera…

- Grosería es meter a dos personas en el asiento delantero que ha sido diseñado solo para una.- Respondió el rubio cuyos ojos de pardo color brillaban como las estrellas en un cielo despejado.- ¿Y quién es tu amigo?...

- Alguien que no mereces conocer.- Respondió haciendo un mohín y cerrando los ojos.

El rubio rió un poco y luego puso el auto en marcha.
 

- ¡Aquí puedes tomar un taxi!- El silencio se rompió gracias a las palabras frías de Keisuke, quien detuvo el auto en una zona concurrida de la ciudad y miró fríamente a Yuma para que descendiera del auto.

- ¿Aquí?...

- ¡Rápido! ¡Tengo prisa!- Dijo sin siquiera mirar su carita de chico frágil e inocente. Solo hasta cuando hubo descendido del auto, posó su mirada en él para arrojarle un par de billetes.- ¡Aquí tienes! ¡Nos vemos luego en la oficina!...

Y sin decir más aceleró dejando atrás al asistente completamente anonadado, sin palabras, abandonado en un lugar que no le era para nada familiar. Yuma suspiró, se acomodó en la acera y esperó un taxi.
 

- Te odio Keisuke-San….

Esas fueron las palabras que escuchó en su teléfono cuando respondió la llamada del joven director.

- ¿Y se puede saber a qué viene eso?...

- Te marchaste y me dejaste tirado en el aparcadero….

- Estabas con tu amigo, además el sujeto tenía razón, tres en un deportivo para dos no es una buena idea…

- Aún así te odio… Hiciste que me sintiera como caperucita roja en las fauces del lobo feroz…

- No sé por qué lo dices, el tipo en cuestión está para ir por toda, así que deberías estar agradecido, te hice un favor al dejarte a solas con Mister atraction, a leguas se nota que es tu tipo... o acaso… Estás molesto porque no te llevó a la cama y ahora descargas tu enojo conmigo.

- Esa cama no es de mi interés, estoy enojado contigo porque me has decepcionado, pensé que eras mi amigo e ibas a esa fiesta a llevarme a casa como te lo pedí, pero te marchaste y me dejaste atrás… Eres un odioso…

- No soy tu amigo, nunca lo he sido y posiblemente nunca lo sea.- Respondió con tanta tranquilidad, como si aquello no le afectara en absoluto.- Solamente cedí a tu capricho, no me conviene que andes enojado conmigo…

- En ese caso tendrás que recompensar tu falta de caballerosidad…
 

Se tendió en la cama, observó su reloj de pulso, apenas eran las ocho, extrañamente había salido un poco más temprano de la oficina y ahora miraba el techo sin decidirse, al final siempre terminaba cediendo a los caprichos del director de su comercial, bufó, la idea de salir aquella noche no era completamente de su agrado, pero ya le había prometido a Kentaro acompañarle a beber una copa y ver una película, y aunque el director le prometió que aquello no era una cita, pues no estarían solos, había algo que no le convencía en todo ese asunto.

Se levantó de la cama, tomó un baño y abrió su guardarropa, elegir qué tipo de ropa usaría no era un asunto complicado, observó cada una de sus prendas, algunas muy formales, otras demasiado elegantes, al final se inclinó por unos vaqueros un poco desgastados y con pequeños agujeros en la parte delantera de las piernas, un estilo bastante juvenil que remató con un sweater de cuello alto como complemento.

- No solo Kentaro usa ropas ajustadas.- Dijo al mirarse en el espejo mientras despeinaba su cabello y usaba un poco de fijador para acomodarlo en un peinado que combinara con su manera de vestir.- Cielos… Esto es… Daisuke.- Dijo al observar el resultado final.- Creo que exageré un poco, en todo caso, ya es tarde para cambiarlo…

Se dirigió al centro comercial, aparcó su coche y se dispuso a llegar al lugar previsto.

Kentaro estaba allí, esperando, jugaba con sus dedos en la mesa mientras esperaba, se acercó lentamente y le saludó con un simple “hola”.

- Hola.-Respondió él fijando su mirada en el aspecto de Keisuke.- Te ves bien…

- Ah, solo cambié por algo más casual y acorde a tu invitación… Una copa y una película con tus amigos que por cierto, ¿Dónde están?- Preguntó mirando a su alrededor.

- No tarda en llegar…- Dijo sin muchas ganas y tras suspirar señaló a un sujeto que se acercaba a ellos.- Ahí viene…

Keisuke se quedó mirando al sujeto que llegaba a ellos, para su sorpresa se trataba del rubio aquel que se había llevado consigo a Kentaro aquella noche.

Notas finales:

Gracias totales.

**Mizushima Hiro si existe, es un actor japones, fotito: http://i32.tinypic.com/157ltzo.jpg

les regalo un obsequio:

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- Kelyan Spencer suele comportarse como una perra en celo que se lo da a cualquier hombre atractivo que se lo pida, o eso es lo que dicen por ahí…- Tal confesión me sorprendió, sin embargo no dije absolutamente nada y fijé la mirada en la carita de “yo no fui” que puso Mishima.

- Ya te lo has tirado tu también.- Kentaro terminó su Sake y sonrió.

- No…. Ese tipo de hombres no es mi tipo.- Aseguró Ámsterdam volviendo a mirarme de manera intensa, logrando que me sintiera incómodo, porque podría asegurar que con cada mirada quería desnudarme.- Admiro el buen gusto de Kelyan…

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NOS LEEMOS,


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