Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

iNuKaI nO aI por Tori Marutinesu

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Jamás esperé escribir algo como lo que figura más abajo, pero es lo que se me salió de la mente n.n Esta vez, los titulares deberán enfrentarse a algo nuevo. ¿Cómo lograrán contrarrestarlo? O mejor dicho, ¿lo lograrán?

 

Capítulo 6: ¡Perdidos!

 

 

En el capítulo anterior, los jugadores de tenis se habían perdido debido a que se habían distraído mientras charlaban de distintas cosas entre ellos. Si hubiera sido en la ciudad o en cualquier otra parte, como cerca de las canchas no tendrían problema, puesto que conocen esos lugares como a la palma de sus manos. Lo que difería es que se estaban en un lugar donde nunca habían estado antes, pero que era un sitio recomendado para acampar o a pasar el rato. Ellos no pensaban acampar ni nada por el estilo. Sólo iban a dar un paseo para alejarse un poco de las demás cosas y, a parte, para conocer el bosque en el que estaban. ¿Qué harían ahora? Lo único que podemos hacer es leer lo que pase aquí porque esto no es un Chat ni nada por el estilo como para mandarles mensajes o algo parecido ¡Jajaja! Chiste, chiste. . .

 

 

-. . .- El capitán sólo se estaba de brazos cruzados y pensando en una posible solución.

 

-¿Cómo es que llegamos a perdernos?- Preguntó el acróbata a Kaidoh.

 

-¡Fushuuu! No lo se.- También de brazos cruzados. Alguien se acercó a ellos.

 

-Mhm, yo también me pregunto cómo es que nos perdimos. Si tan sólo alguien de nosotros pudiera recordar aunque sea una parte del camino y que otro recuerde otra parte para que el problema se radique. ¿No recuerdan de dónde vinimos?-

 

-Ah. . . No, Inui. Kaidoh y yo estamos en la misma situación.-

 

-Ya veo. Entonces. . .-

 

-¿Ya somos tres?- Levantando una ceja.

 

-Sí, Kaidoh.-

 

-Querrás decir ‘cinco’. Ryoma y yo tampoco podemos recordar el camino.- Se acercaron ellos y el resto.

 

-Con lo que estuvimos hablando aparte, en realidad somos nueve.- Fuji pronuncia sus palabras tranquilamente con los ojos abiertos.

 

 

Está bien. Ninguno Sabe como llegaron hasta allí ni de dónde. . . ¿A caso dije ‘Está bien’? ¡No está bien! ¿Pero tan distraídos estaban como para no recordar el camino que tomaron? Bueno, era como que se adentraron más profundos al bosque porque por donde veían siempre encontrarían árboles y todos eran iguales, así que no los culpo. La verdad es que estuvieron caminando por más de veinte minutos.

 

 

-Escúchenme todos.- Tezuka esperó a que dejaran de hablar para que hicieran silencio y le prestaran atención. –No creo que por el momento recordemos algo. Por eso digo que esperemos un momento o que observemos a nuestro alrededor, por más que no distingamos nada, para intentar recordar algo si quiera. Puede que los árboles sean demasiado idénticos, pero nos sus raíces. Y puede que tengas muchas ramas llenas de hojas y algunas flores, pero no tienen comparación con respecto a la posición de las mismas. Intenten identificar algo. Háganlo ya.-

 

-¡Sí!- Todos contestaron al unísono.

 

 

Una parte se puso a mirar hacia arriba (A las ramas) y otra parte hacia abajo (A las raíces). Por más que se esforzaban lo más que podían, no lograban su objetivo.

 

 

-Sigan intentándolo.-

 

-¡Nyaaa! ¿Por qué no puedo lograrlo? Soy el que tiene mejor vista.-

 

-Eso no significa que seas el que mejor memoria tenga.-

 

-Tienes razón, Oishi. A decir verdad, no me estuve fijando los ojos al suelo en ningún momento. Es decir, sólo unos vistazos rápidos, pero en lo que más presté atención fue en las ramas para. . .- Dicho esto, todos dejaron de hacer lo que hacían para posar sus miradas en Kikumaru.- . . . saber si podía colgarme por algunas de ellas.-

 

-¡Kikumaru, repite eso!- Rápidamente le toma de los hombros sacudiéndolo un poco.

 

-¡Ah! ¡¿Oishi, qué haces!- Intentando separar a su pareja de dobles.

 

-¿Kikumaru, puedes recordar algo? ¿Puedes distinguir las ramas?- Tezuka le preguntó esperando una respuesta positiva.

 

-Pues. . . no lo se.-

 

 

Todos echaron un largo suspiro al aire. Pero luego prestaron atención a lo que dijo otra persona.

 

 

-Pues yo no me estuve fijando en las ramas. Sólo miraba la mayor parte del suelo, debido a que estaba escribiendo, para no caerme mientras lo hacía.- De nuevo todos se acumularon.

 

-¿Inui, puedes distinguir las raíces o las hojas en el suelo o lo que sea?-

 

-Eh. . .- Se ponía a ver las caras esperanzadas mientras pensaba. –Tal vez necesite un tiempo para recordarlo.-

 

-¿Más tiempo?-

 

-¿Eh?- Volteó rápidamente hacia la persona que había hablado.

 

-. . . ¡Lo siento! No quise decirlo.-

 

-. . . (Kaidoh. . .)-

 

 

De nuevo los suspiros largos. Ahora le daban más importancia a la memoria de Inui y de Kikumaru que a cualquier otra cosa. Hasta que alguien comentó sobre una observación.

 

 

-Ahora que me doy cuenta, antes de llegar hasta aquí habían hierbas en el suelo. Aquí sólo hay tierra, pero esta está seca. Es gracias a las pocas hierbas en la tierra que pisamos con anterioridad que estaba húmeda.-

 

-¡Vaya! ¿Cómo pudiste darte cuenta?-

 

-Pues, de la poca concentración que tuve durante el recorrido, pude sentir el suelo que pisamos. Es fácil reconocer si está húmedo o no y si hay hierbas.-

 

-En eso tienes razón, amigo. Ahora hay que ver dónde hay más hierbas.- Kikumaru se puso feliz porque Oishi también recordaba algo.

 

-Bueno, ya tenemos más datos.- Dijo serio Tezuka.

 

-Exacto.-

 

-¿Inui, qué escribes ahora?- Mirando su libreta.

 

-Datos. Mientras más tengamos, más pronto encontraremos una salida.-

 

-Está bien. ¿Alguien más recuerda algo?- Mirando a todos, pero sólo veía rostros pensando. –Está bien. Aportaré algo que recuerdo.- Todos le observaban mientras hablaba. –No se si algunos podrán recordar algo más, pero por esta zona, las hojas están mas secas. Antes de llegar a donde estamos ahora, las hojas se veían verdes. Parecía no faltarles agua. ¿Tú qué dices, Kikumaru?- Mirando al nombrado al igual que los demás.

 

-Pues. . . sí. Ahora que lo mencionas, sí lo recuerdo. Pero no sólo eso. Aquí las hojas son más pequeñas y varían sus formas. Las anteriores, las más saludables, eran idénticas y grandes. Al diferir en los tamaños es como que si hubiera menos hojas por estos alrededores.-

 

-Es como si estuviéramos yendo a la parte decadente del bosque.- Opinó Momoshiro.

 

-Es cierto. Es más, puede que las hojas sean menos saludables y más pequeñas, incluso desiguales entre sí, y que el suelo no sea rico, pero hay una gran población de árboles.- Añadió el vicecapitán.

 

 

Fuji continuó observando por los alrededores y abrió los ojos tras ver algo que le llamó la atención. Apuntó a su objetivo mientras avisaba a sus compañeros, quienes fijaron sus miradas ante lo que era apuntado. Por fin hallaron algo. Hojas verdes. Caminaron un poco para acercarse y luego se detuvieron. Tenían que seguir buscando con la vista y de nuevo hicieron otro hallazgo: hierbas crecidas desde el suelo. Nuevamente se encaminaron, pero luego no encontraron más nada.

 

 

-¡Ay! Esto si que es torturante. Cuando parece que ya encontramos un posible camino, lo que encontramos es más hojas secas.- Momoshiro pensó darse por vencido en ese momento al igual que varios, hasta que a Kikumaru se le ocurrió una idea.

 

-Óiganme todos, voy a intentar trepar un árbol y subir tan alto como pueda, o lo suficiente aunque sea, para poder ver más.- Su idea reanimó a los ya desesperanzados y más aún a los que no pensaban rendirse.

 

-¡Bien! ¡Esa si que es una buena idea, Kikumaru! Si quieres puedo ayudarte a subir.-

 

-Estaré bien, Momo. No te preocupes. Sólo. . . tengo que. . .- Se preparó para saltar. Ni bien lo hizo, se sujetó de una rama, pero esta se desprendió del árbol, cayendo junto a Kikumaru, quien evitó lastimarse al caer gracias a que Momoshiro y Kawamura estuvieron ahí para detener su caída. -¡Vaya! ¡Gracias a ambos, jaja!- Se reía como un niño travieso rascándose detrás de su cabeza mientras sus compañeros le ponían de pie sobre el suelo. –Parece que este árbol es muy débil. Intentaré con otro.-

 

 

Kikumaru corrió hacia otro árbol y detrás de él los demás por si lo mismo volvía a suceder, entonces estarían ahí para asegurar que Eiji no se lastimara ni cayera al suelo. Y sí, lo mismo ocurrió: El ojiazul, al seleccionar otra rama por la cual prenderse, volvió a caer junto con ella. Era como si la naturaleza estuviera en su contra. No podían ni seguir caminando para no perderse PEOR ni si quiera trepar los árboles de allí porque se caerían. Y ni siquiera pensaron en usar los celulares porque, en una experiencia que ya habían pasado, también había sido en un bosque, pero en uno diferente, y no tenían señal. ¿Así que para qué molestarse?

 

 

-¡Genial! ¿Y ahora qué hacemos?- Preguntó Momo mientras se sentaba sobre las raíces de un árbol, hasta que sintió algo quebradizo debajo suyo. Sintió curiosidad y se levantó inmediatamente para ver y se encontró con que las raíces donde se había sentado se estaban despedazando lentamente. -¡¿Oigan todos, vieron eso?!- Alejándose un poco y apuntando a los pedazos en el suelo.

 

-. . . ¡Increíble! No sólo las hojas son extrañas y resecas, como la tierra, y las ramas son frágiles, sino que también las raíces de estos árboles, y tal vez lo sean estos mismos.- Se acercó a otro árbol, empuñó su mano derecha y arremetió un golpe contra el árbol que estaba en frente suyo y todos, hasta él mismo, se quedaron impresionados tras ver el orificio generado. -. . . Al parecer. . . este árbol va a caer.-

 

-Chicos, a correr.- Tezuka, al terminar de decir estas palabras, fue obedecido.

 

 

Todos empezaron a correr sin importar que tanto se alejaran del árbol que iba a derrumbarse. Cuando escucharon un fuerte ruido del árbol desplomarse, voltearon después de que sólo quedó el silencio y sólo vieron pedazos en el suelo. La mayoría se quedó boquiabierta.

 

 

-. . . ¡¿QUÉ RAYOS ES ESTE LUGAR?!- Momoshiro estaba desesperado y quería salir de ahí lo más pronto posible. Después de gritar, se sintió algo como el murmullo que hace un terremoto y también temblores. -. . . ¿Qué. . . qué fue eso?- Encogiéndose de hombros.

 

-¿Inui, no tienes lastimada la mano?- Preguntó preocupado.

 

-No, nada de eso. Tú, que eres el más fuerte, tal vez si hubieras aplicado presión contra el árbol, lo hubieras perforado.-

 

-Es como si todo esto fuera artificial  no obra de la naturaleza.-

 

-Tienes razón, Oishi. Pero lo que más me preocupa, a parte de estar en este sitio, es que ya empezó a obscurecer.- Eiji se le acercó y miraba al cielo algo asustado.

 

-Sí. Tienes razón, Kikumaru. Como si fuera lo que nos faltara.- Apoyaba una mano en el hombro del felino.

 

-No, esperen. Miren el cielo.- Ryoma hizo una observación a la que todos prestaron atención. –Si se dan cuenta, se está nublando como si fuera a llover.-

 

-No nos conviene que haya una tormenta. Como la resequedad predomina por estos alrededores y los árboles son muy altos, podrían caer los rayos y provocar un incendio.- Tras el comentario de Kaidoh, todos se preocuparon más.

 

-¿Qué hacemos entonces? ¿Tezuka. . .?- Oishi intentaba hallar solución en él. Se había comenzado a preocupar demasiado.

 

-. . .- Cerró los ojos frunciendo y se tomaba el seño tratando de encontrar una solución. Él también estaba preocupado y ahora las cosas podrían haberse tornado a contra reloj, entonces la presión quiso apoderarse de él, pero aún así no lo permitiría y seguiría calmado y tranquilo.

 

 

A Inui se le ocurrió algo. Se arrodilló para apoyar su bolso en el suelo y descargar algo dentro de él. Eran sus jugos. Nadie le prestaba atención porque estaban pensando en cómo salir de allí o cómo protegerse de una posible tormenta, salvo una persona que se le acercó poniéndose a la par que él.

 

 

-¿Inui, qué haces? No creo que ahora sea el momento para esto.-

 

-No me malinterpretes. Lo que estoy por hacer es usar los jugos que preparé para humedecer el área. No sólo para protegernos, sino que para aprovechar a ver cómo reacciona este lugar.- Ambas manos sujetaban botellas llenas de jugo, hasta que en una sintió otra mano.

 

-Entonces déjame ayudarte.- Se quedaron viéndose por un rato.

 

-Kaidoh, aparte de estar preocupado, te sientes asustado, ¿cierto?-

 

-Ah. . .- Cabizbajo. –Tal vez. . . un poco. Fushuuu. . .- Después sintió que era abrazado.

 

-No te preocupes. Yo estaré a tu lado para protegerte. No quiero que nada malo te pase y aún peor si no pudiera hacer algo al respecto.-

 

-Inui. . .- Estaba ruborizado y había recordado lo que había pasado momentos después de que habían llegado al bosque, cuando estuvieron completamente solos y que luego alguien se puso a espiar, pero eso no le importó en el momento, entonces se puso a llorar y las lágrimas cayeron sobre la espalda de Inui, quien las sintió y se puso cara a cara con Kaidoh.

 

-¿Kaidoh, qué tienes?-

 

-Yo. . .- Se secaba las lágrimas. –No lo se. Solamente las lágrimas cayeron. No se qué me pasó.- Sus manos fueron apartadas de su rostro por su novio para poder besarle en los labios.

 

 

Los dos chicos siguieron besándose pensando sólo en ellos, olvidándose del resto. El beso se iba profundizando cada vez más y la lluvia empezó a caer. Por más que cayera agua, aún así el lugar era demasiado seco como para humedecerse lo suficiente. Ese lugar estaba en ruinas, pero nada de esto ocupaba lugar en las mentes de Inui y de Kaidoh, quienes seguían besándose apasionadamente y se abrazaban y acariciaban y se perdían en la pasión que estaban viviendo en ese momento. Kikumaru inició sus oraciones. Oishi lo tomaba de los hombros por detrás y apoyaba su cabeza cerca de la espina dorsal del pelirrojo cerrando fuertemente los ojos y también frunciendo. Tezuka seguía en la misma posición que había adquirido. Ryoma, sin darse cuenta, había tomado la mano izquierda de Fuji y la derecha de Momo y sólo miraba asustado al cielo. Ambos mayores le miraron, luego se miraron, se sonrieron, apretaron la mano del menor y se dispusieron a protegerlo. Kawamura sintió una mano en su hombro. Era la del capitán, quien parece que tampoco se dio cuenta. Entonces Takashi le sonreía y apoyaba su antebrazo sobre los hombros de Tezuka.

 

La lluvia era cada vez más fuerte y las gotas más grandes. Estaba tronando y relampagueando. ¿Cómo llegaron a meterse allí? Lo que al principio parecía ser un agradable lugar terminó por etiquetarse como peligroso. ¿A caso era una especie de prueba? En fin, nadie hizo nada al respecto y sólo esperaban a que lo peor pasara rápidamente.

 

Notas finales:

Bueno, espero que esta diferencia peculiar haya interesado e intrigado más a los lectores, ¡jej! Doumo suminasen si pongo en esta situación a los tenistas regulares de Seigaku, pero prometa que no habrán heridos más adelante. . . ¿o tal vez sí? ¡BUAH! Mejor no prometo nada xD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).