Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Diferente por OsaKa

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

No queria subir este cap hasta tener el siguiente finalizando, pero esta semana me atasque y no escribi nada>.<

Menos mal que ayer me vino la inspiracion divina:D

Espero que os guste:)

 

            Siguieron pasando los años sin que nada importante sucediera. Ademas de, claro esta, nuestro propio crecimiento. Con él un sin fin de sensaciones nuevas que desembocaban en otras mucho mejores.

            Habíamos descubierto ya hacia años en la espesura del bosque una pequeña casa abandonada. De niños no nos había interesado demasiado, y hasta nos causaba cierto miedo. Pero en plena adolescencia se convirtió en nuestro refugio privado. Todas las noches íbamos allí y, desvistiéndonos rápidamente, gozábamos del cuerpo del otro todo lo posible hasta el agotamiento o el alba.

 

            Me pasaba los días recordando lo acontecido en aquel pequeño habitáculo. Deseando desesperadamente que llegara la noche una vez más para poder tener a Yomi entre mis piernas, sintiéndolo fuertemente en mi interior con cada embestida. Recordaba sus cálidos abrazos susurrando mi nombre al oído, y su cabello de dos colores, que había crecido hasta la mitad de su espalda, pegándose a su piel caliente y sudorosa, creando la imagen mas deseable que yo pudiera imaginar.

 

            A los 17 años mi vida me parecía perfecta, sin embargo, algo tuvo que pasar.

            Mi madre, que siempre había sido débil de salud, de un día a otro empeoró horriblemente. Yo que como sucesor en su trabajo, había tenido que aprenderlo todo intentaba ayudarla. Pero todo fue en vano y no pude más que esperar que ella ganara su lucha interna.

            Sin embargo no lo consiguió, y a los tres meses de empeorar, murió. Mucha gente vino ese día a darme el pésame y yo fríamente les contestaba con un simple gracias. Algunos hasta me abrazaban queriendo que me desahogara, pues nadie me había visto llorar. Pero es que esa escena me recordaba demasiado a cuando había muerto mi padre, a pesar de ser yo muy pequeño lo recordaba claramente. El día de la muerte de mi madre mucha gente con la que casi nunca había tratado había aparecido, y a muchos de ellos los había visto criticando o insultando a Yomi.

 

            Cuando se acabo el día Yuki me puso un té en la mesa de la sala principal, que se enfrió ahí. Yo había escondido la cabeza entre mis rodillas, abrazándolas, ignorando completamente el mundo exterior. Oí como se abría la puerta corredera que daba a la calle. Lo ignore hasta que oí a Yuki gritar:

            - ¿Qué haces tú aquí demonio? ¿Te vienes a jactar de las desgracias ajenas? ¡Fuera!

            - Solo vengo a ver a Tsubasa...- oí a Yomi suavemente.

            - ¿Para qué? ¿Para robarle su alma? ¡Vete demonio!

            Me levanté y abrí la puerta que nos separaba, encontrándome de frente con la escena.

            - Déjalo entrar Yuki.- dije con un tono helado.

            - ¡Pero señor...!

            - ¡Qué le dejes entrar!- repetí poniendo énfasis en cada palabra.- Y no nos molestes.

 

            Volví a mi sitio. Yomi tras cerrar la puerta tras él se situó detrás de mí. Colocándome entre sus piernas y pasando sus brazos por mi cintura. Yo giré un poco, escondí mi rostro en su cuello y agarré con una mano su ropa. Sin que pudiera evitarlo inmensidad de lagrimas empezaron a resbalar por mis mejillas.

 

 

            Esa noche, por mucho que Yuki me protestara, Yomi se quedo a dormir. No pude disfrutar todo lo que me hubiera gustado de la primera vez que pude dormir tranquilamente con él. Pero consiguió consolarme. Desperté a la salida del Sol abrazado a él, y por primera vez no tuve que irme corriendo.

            El dolor en mi pecho por la muerte de mi madre continuaba ahí, aunque se había mitigado un poco por la compañía de Yomi. Me encogí de nuevo a su lado y volví a cerrar los ojos, no me dormí, pero aquella situación era tan irreal que quise disfrutarla un poco más.

 

            Por fin sentí a Yomi removerse un poco. Abrí los ojos y alce la vista.

            - Buenos días.- me saludó con una sonrisa.

            Yo le respondí con otra pequeña. Yomi se puso sobre mi besandome y rodeando mi cintura. Yo coloque mis brazos en sus hombros mientras le devolvía el beso. Intentaba olvidar a mi madre y solo centrarme en él, pero resultó algo mucho más difícil de lo que creí. Al separarnos posó su cabeza sobre mi pecho.

            - ¿Cómo estas?- preguntó suavemente y con cierta tristeza.

            Yo no respondí, pero una de mis manos fue hasta su cabello y comencé a acariciarlo.

            - He estado pensando una cosa...-comencé. Yomi alzo su cabeza un poco sin separarse de mi pecho, para hacerme entender que me escuchaba.- ¿Qué te parecería vivir aquí conmigo?

            Ahora sí levantó su rostro y me miró con sorpresa.

            - No creo que sea muy sensato, imagina lo que dirán... Puede que te metan en el mismo saco que a mí...

            - Ahora ya me da igual...

            - Y ¿la criada?

            - Se tendrá que ir. No soporta tenerte aquí, así que le buscaré otro trabajo.

            Yomi clavó su mirada azul marina en la mía.

            - ¿Estas... Seguro?

            - Yo sí... ¿No quieres?

            - ¡Claro que quiero! Me encantaría, y te aseguro que a mis abuelos también. Pero tengo miedo de que te hagan algo...

            - Si me hacen algo será cosa mía no tuya. Ya que fui yo al que se le ocurrió esto.

            Yomi guardó silencio de nuevo.

            - ... De acuerdo.

            Formulé una pequeña sonrisa. Pues en el mundo de penumbra que me encontraba en ese momento, eso representaba un atisbo de luz.

 

 

            Me costó muchísimo más de lo que pensaba encontrar un nuevo empleo para Yuki. Que se sentía muy apenada de que la echara, pensando que me iba a quedar completamente solo. Pero al quinto mes desde la muerte de mi madre lo conseguí. Era una buena familia de una aldea cercana a la que yo solía llevar medicamentos para el abuelo, así que estaría bien.

 

            Ese mismo día que dejé a Yuki fui a por Yomi. Pensé que sus abuelos pondrían más resistencia a que se fuera. Sin embargo Cuando les dije que quería contrarlo como criado me miraron extrañados, preguntándome si estaba seguro. Tras mi afirmación no pusieron más reproches y Yomi y yo volvimos juntos a casa.

 

            Según entre la noté vacía y un escalofrío de añoranza me recorrió. Le dije a Yomi que escogiera la habitación libre que quisiera. Yo me fui a la estancia donde estaban todos los fármacos y los ingredientes, pues tenía que terminar un encargo... Al poco tiempo, sin, que yo me percatara de ello, ya había anochecido. Yomi abrió la puerta con una pequeña bandeja para la cena.

            - ¡No hacia falta que me prepares nada de comida!

            Yomi sonrió pícaro un momento antes de responder.

            - ¿Tú sabes cocinar?

            - No, pero...

            Se acerco a mí, dejando la comida en frente y besandome la mejilla.

            - Ya que voy a vivir aquí gratis, deja que al menos me encargue de la casa.

            - ¡Pero yo no dije que te quería de criado de verdad!

            Yomi volvió a reír ante mis ansias de explicarme.

            - Ya lo sé. Imaginaba que tú no me pedirías nada. Pero me parecía lo justo.- le miré aun un poco fastidiado.- Come.

            Tomó uno de los boles, unos palillos y empezó a comer. Yo suspiré y le seguí.

 

            Después de cenar, Yomi no me dejó encargarme de nada y me dijo que fuera a dormir. Rechistando por lo bajo termine obedeciendo. Me había desvestido para ponerme el yukata de dormir cuando Yomi entró en la habitación, descubriendome sin ninguna prenda encima. Sonrió travieso mientras de acercaba desatando su ropa. Cuando llegó a mí ya estaba toda en el suelo. Tomándome de un rápido movimiento por la cintura, unió nuestros labios. Sintiendo nuestras pieles tocándore sin parar sentí una sensación electrizante y placentera. Llevaba meses sin estas así con él. Primero por lo de mi madre y después por el trabajo y el asunto de Yuki. Me prometí a mí mismo que desde ese momento gozaría con él cada noche.

 

            Nos fuimos sentando en el futón. Una de sus manos ya había bajado por mi cuerpo, consiguiendo que gemidos ahogados se escaparan de los labios sellados. Yomi intento recostarme del todo, pero no se lo permití. Me subí a sus caderas, meciéndome durante unos segundos para provocarle, pero eso también empeoró mi situación. Comencé a lamer y besar su cuello, él me abrazaba por la espalda posesivamente. Como pude yo me solté de su agarre y, con el brazo y la ayuda de mi mirada le hice recostarse sobre el futón. Ya que llevábamos tiempo sin hacerlo, quería disfrutar de él lo máximo posible.

 

            Besé su cuello un par de veces más antes de continuar descendiendo. Mis manos iban suavemente recorriendo el camino que después seguían mis labios. Me paré en sus pezones, lamiéndolos con mi húmeda lengua hasta llegar a endurecerlos. Sentía como la respiración de Yomi comenzaba a intensificarse poco a poco. Note sus manos sujetandome por las mejillsa levantando mi rostro hasta sus labios. Mientras me besaba mis manos ya había llegado a su entrepierna, acelerando su respiración y haciendo que pequeños y suculentos gemidos salieran de su boca. Descendí sin detenerme por su pecho hasta mi destino. Con mi lengua le provoque un par de veces, haciendo a su miembro endurecerse aun más. Me lo introduje en la boca, haciéndome sitio entre las piernas de Yomi, que levanto las caderas. Los dedos de una de sus manos jugaban con algunos mechones de mi pelo mientras me dedicaba a mi tarea.

 

            Entre suspiros oí como susurraba mi nombre. Sin detenerme alce la vista. Yomi se mordió el labio inferior. Supuse que por la imagen que le estaba dando. Recordando mis pensamientos y sensaciones cada vez que él me había hecho lo mismo.

            - Para...- murmuro costosamente.

            Sonreí para mis adentros y me detuve. Me limpie los labios, deshaciéndome del escaso liquido que Yomi había llegado a expulsar.

 

            Volví a posicionárme sobre sus caderas. Observé que me miraba ansioso y expectante, igual a como me sentía yo. Mientras volvía a besarlo alce las caderas lo más que pude. Pues estaba sintiendo una mano de Yomi descendiendo por mi trasero. Introdujo un dedo y al poco otro, acostumbrándose rápido mi cuerpo a la intromisión. No se si por la costumbre o el deseo.

            Me separe de sus labios y me alcé. Con su ayuda fui introduciendo a Yomi en mi interior, gimiendo mientras lo hacia. Comencé a moverme, acariciando su pecho al mismo tiempo. Yomi tenía ambas manos en mis caderas, rasguñándome por momentos al tiempo que gemía. Yo me estaba empezando a sentir enloquecer, había aumentado la velocidad. Sentía mi pene extremadamente duro y goteante, rogando por atención. Baje una de mis manos para contentarme, pero Yomi llego antes. Me mordí el labio ahogando un sonoro gemido que a punto estuvo de salir de mi boca. Mire a Yomi, que me observaba con una mirada obnubilada de deseo y los labios entreabiertos. Me incliné un poco y él, alzando uno de sus brazos, recorrió el espacio restante. Fue un beso sofocante, debido al estado de ambos. Lleno de suspiros y gemidos.

 

            Yomi se sentó por completo. Sus labios fueron a mi pecho, marcándolo ligeramente con sus dientes. Yo lo abracé por el cuello, gimiéndole a la altura del oído. Las caricias de la mano de Yomi me estaban matando, hasta que finalmente no aguanté más, descargándome en su mano, clavando mis cortas uñas en sus hombros.

 

            Yomi llevo ambas manos a mis caderas y se volvió a recostar. Siguió embistiendo mientras yo intentaba sin éxito recuperar la respiración. Me recosté sobre él besando sus labios superficialmente. él apenas pudo responder debido a su estado. Le sentí tensarse. Paso sus manos desde mi cadera por toda mi espalda, mientras escondía un poco su rostro en mi cuello. Ahí le oí gemir, teniendo yo que morderme el labio inferior y cerrar los ojos, del placentero escalofrío que me había dado.

 

            Se quedo un rato abrazándome, respirando fuertemente. Yo me dedicaba a besar su frente, mejillas y labios. Cuando suaviz´s el agarre me separe de él, sentando a su lado. Yomi llevá sus brazos por detrás de su nuca y flexionó levemente las rodillas.

 

            - ¿Sabes que me apetece ahora?- me miró en silencio.- Un baño.- dije sonriendo sin ninguna malicia.

            Yomi me respondió con una sonrisa picara.

            - Si tantas ganas tienes, vamos.

            - ¿A qué viene esa sonrisa? ¡No me refería a eso!- me sonrojé ligeramente.

            Él ensancho su sonrisa.

            - Vale, vale.- se levanté- Entonces, ¿vamos?

           Le seguí despacio pensando que, aunque más o menos me hubiera negado, una vez en la bañera, si me provocaba retiraría todo lo dicho anteriormente. Me gustaba demasiado.

 

Notas finales:

Gracias por leer, y eso es todo, que sino me dormire encima del teclado xD

Buenas noches^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).